- Introducción
- Evaluación del
paciente - La
comunicación entre el dentista y el
niño - Conocimiento
de la experiencia del niño - Uso de la
imaginación y la fantasía del
niño - El
respeto a la dignidad del niño - El uso
del elogio - Presentación
de opciones - Evaluación
de resultados - Autenticidad
del aprecio - Las reglas
del juego - Algunos
factores ambientales que producen conductas determinadas en la
consulta - Falta de
capacidad de cooperación - Control
del miedo y la ansiedad - Refuerzo
- Conclusiones
- Anexos
- Bibliografía
Introducción
El desarrollo
psicológico del niño entrega antecedentes
básicos para analizar la conducta de este
y evaluar el nivel alcanzado en el momento en que el dentista lo
observa por primera vez. Esta observación y el sub secuente estudio de
estas características son actividades importantes para el
odontopediatra. La interpretación exacta de las conductas
evidenciadas por el paciente asegura el éxito
en el manejo del niño y permiten adecuar las técnicas
para cada paciente en partícula durante su experiencia
odontológica y reforzar modos de comportamiento
que facilite su adaptación al tratamiento y mejorar sus
motivaciones, y habilidades para el auto cuidado.
El éxito en el tratamiento de los niños
esta relacionado directamente con el
conocimiento, por parte del dentista, de sus
características psicológicas y necesidades
particulares. Mientras mayor sea el conocimiento,
obtenido en entrenamiento
formal, experiencia, o ambas, mayores son las posibilidades de
tener buenos resultados en las tres importantes áreas de
la conducción del paciente. Estas áreas incluyen:
la pre4diccion de la conducta en situación clínica,
el manejo adecuado de problemas
conductuales y, en el caso de menores inadecuadamente tratados con
anterioridad, mejor habilidad para explicar, racionalizar y
modificar las circunstancias que motivaron los
trastornos.
Es importante comprender que a pesar de la existencia de
leyes
básicas de crecimiento y desarrollo, explica las
similitudes en el proceso de
maduración, hay diferencias individuales notables,
producto de
los diferentes resultados de la interacción de cada individuo con
su entorno externo, interno y social. Aun así, el dentista
debería estar capacitado para medir la habilidad de su
paciente para manejar situaciones nuevas y su disposición
para adaptarse, y cooperar a las diversas actividades que
representa el tratamiento. Para ilustrar este punto se propone en
caso de una visita de emergencia de un niño de 18 meses
que ha sufrido un traumatismo dentario.
En esta edad el niño tiene una autonomía
muy limitada y la unión formada por él y su madre
es muy estrecha, sus contacto con personas ajenas a su familia son
escasos, el desarrollo de su lenguaje no es
adecuado como para comprender situaciones no domesticas; por otra
parte, tiene temor a personas desconocidas o a ser separado de su
mamá. Es muy comprensible entonces que exprese resistencia y
llanto ante el intento del dentista a examinarlo y que no
responda a solicitudes verbales, tranquilizadoras o no. En esta
situación así, el dentista debería examinar
al niño en brazos de su madre y no esperar que sus
explicaciones sean entendidas por el menor. Esto evita asumir
conductas restrictivas o expresar frustración, al
reconocer anticipadamente las limitaciones.
Una de las áreas que proveen mayor recompensa en
odontología es la conducción exitosa de un
niño, ya que la primera experiencia de estos deja a menudo
una impresión indeleble. El momento mas adecuado para
elaborar una imagen adeudada
de la odontología, es la infancia,
cuando es posible reducir los sentimientos negativos e incluso
hostiles hacia el dentista, formando así una base para
futuras interacciones positivas.
Evaluación del paciente
La evaluación
del paciente infantil tiene que ser rigurosa, para evitar
calificarlo inadecuadamente. Su objetivo es
diseñar un modo de acercamiento consecuente con las
conductas observadas. El proceso puede resumirse
así:
- Recopilación de
información
- Conducta observada en la sala de espera
- Información personal social
e histórica:
- edad del paciente y de sus padres
- estado socioeconómicos
- socialización
- temores mas relevantes
- historio medico-dental
- experiencia de los padres
Desde el punto de vista de reacciones frente al
odontopediatra, dos factores han sido detectados como un mayor
valor
negativo: a expectativa desfavorable de los padres y la ansiedad
del niño al ver personas extrañas.
Si la información es ambigua o confusa, debe
compilarse mayores antecedentes: hablar con el niño,
permitirle explorar el ambiente,
observando con mayor detalle, la entrevista
con los padres se hará acuciosa.
En el caso que las conductas observadas y los
antecedentes reunidos sean congruentes, se puede pasar a una
segunda etapa.
Aquí se hace un estudio de la
información y se formulan conclusiones. Así se
posibilita la predicción de la conducta del
niño durante el tratamiento y se decide el método que se seguirá en la
etapa siguiente.- Análisis
- Prueba
Si la interpretación parece incorrecta, hay que
buscar nueva información y revisar el análisis. Si este proceso ha sido adecuado,
el método de tratamiento del niño tendrá
éxito en la situación
clínica.
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