- Antecedentes
- Delincuencia
juvenil - Marco
legal aplicable - Las
pandillas - Juventud crisis y
cambio social en el Perú - Conclusión
- Recomendaciones
- Bibliografía
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, los brotes de violencia, que
se manifiestan en cualquier nivel social de nuestra sociedad
peruana, ha tomado un rol protagónico en nuestro espectro
social. La violencia, es el pan de cada día, durante doce
años hemos convivido con la demencia del terrorismo, y
hoy en día vivimos en medio de la violencia urbana, la
cual se acrecienta aceleradamente. La violencia
social vino del campo y se quedó en la
ciudad.
Bajo este precepto la anomia se da en una sociedad
cuando las desigualdades sociales, la lucha por la supervivencia,
la falta de trabajo, el
consumo de
drogas, e
incluso la información que manejan algunos medios de
comunicación condicionan esta
situación.
Cuando una sociedad se desenvuelve bajo una coyuntura
anómica, la violencia que se manifiesta en cualquiera de
sus formas es su principal representante, y particularmente la
violencia urbana es la que pasa a formar parte de la cotidianidad
y es asimilada por una amplia población conformada por Niños,
Adolescentes y
Jóvenes, independientemente del status social del cual
provengan.
Este fenómeno se da principalmente en los conos y
las zonas tubulizadas de Lima Metropolitana, lo cual refleja en
gran medida los factores socioeconómicos que lo motivan:
la pobreza, la
marginalidad y
la desintegración familiar. No sólo el bajo nivel
de ingresos es
importante para explicar este fenómeno. Además de
ello, la población en riesgo tiene la
percepción de que no es posible alcanzar lo
que otros tienen, que hay una brecha insalvable. Esto genera un
sentimiento de exclusión. Adicionalmente, estos
niños y jóvenes no tienen el refugio de la familia. La
sensación de pertenencia, identidad y
autoestima que
un hogar naturalmente proporciona no se da en estos casos. Ellos
vienen de hogares donde la ausencia de los padres es frecuente y
donde la violencia
familiar no es inusual.
Los colegios son un elemento importante en este
escenario. La calidad de
la
educación pública a la que los niños y
jóvenes de estas zonas pueden acceder es de muy bajo
nivel. No sólo la educación es mala,
sino que el contexto en la que se brinda tampoco favorece su
desarrollo
como individuos. Los profesores, usualmente mal pagados,
obligados a tener más de un trabajo, llegan a estas
escuelas frustradas e indiferentes frente a sus estudiantes. Esto
se ve reflejado en el trato que estos últimos reciben. Los
niveles de deserción
escolar son bastante elevados: bordean el 50%. Este grupo que no
asiste se convierte en un grupo de alto riesgo para sufrir o
ejercer violencia.
Frente a los sentimientos de frustración de estos
niños y jóvenes aparecen las pandillas como una
alternativa. Éstas proporcionan esa sensación de
pertenencia e identidad que no encontrarían de otra
manera. Usualmente los niños se inician en las pandillas
entre los 12 y 13 años y normalmente se mantienen en ellas
hasta los 22 años o más. Las edades predominantes
son entre 14 y 17 años de edad.
Un factor adicional a tomar en cuenta es la
naturalización de la violencia en la sociedad, a la que se
le contribuye principalmente el fenómeno del terrorismo.
Sin embargo, es posible que los medios de
comunicación estén contribuyendo a este
fenómeno actualmente. Si bien se puede argumentar que, por
ejemplo, los programas de
televisión
no hacen más que reflejar la realidad, lo cierto es que
muestran a los televidentes una realidad en la que la violencia
es algo casi natural.
El consumo de alcohol y
drogas es otro elemento importante. Este factor junto al
sentimiento de frustración y la percepción de una
violencia naturalizada explican que se genere en los miembros de
estas pandillas conductas desadaptadas y violentas. En paralelo,
existe una cohesión y lealtad muy fuerte al interior del
grupo.
2.- DELINCUENCIA
JUVENIL
Fenómeno ligado directamente a la Adolescencia,
no sólo por la edad, sino porque expresan los conflictos
típicos en este período. Los problemas
psicológicos que atraviesa el adolescente pueden hacerlo
más vulnerable a las conductas delictivas.
En la génesis de la delincuencia
juvenil, inciden factores psicológicos y sociales,
pudiendo variar porque no actúan en forma idéntica;
en algunos casos sobresalen los factores subjetivos y de
estructuración de la
personalidad, en otros los acontecimientos sociales son
decisivos.
La Delincuencia se conoce como el fenómeno de
cometer actos fuera de las normas impuestas
por la sociedad, es la trasgresión de las normas vigentes
en una sociedad determinada. Las causas para que un joven delinca
son diversas, entre ellas se contemplan las orgánicas,
fisiológicas, patológicas. Influencias externas
como el medio en el que se desarrollan los primeros años
de la vida, las carencias afectivas y de atención por parte de los padres, entre las
más estudiadas.
La actividad ilegal que desarrollan los jóvenes,
se denomina Delincuencia Juvenil, cuyas conductas no discurren
por causes sociales aceptables, y que forman parte de de un
proceso de
gradual de socialización desviada, que tiende a
agravarse. Proceso que se manifiesta más agudamente en la
adolescencia, cuando el joven está más capacitado
para realizar acciones por
cuenta propia. La estadística señala, respecto al
género,
que este problema sico-social, se da más entre varones que
entre mujeres.
Se ha propuesto denominar a esta conducta que
asumen algunos jóvenes como Jóvenes con Problemas
de Adaptación Social, como para evitar el
estigma.
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