- La Auditoría Interna. Su
evolución en el tiempo - Evolución del entorno y
de las empresas - Nuevos requerimientos de la
Auditoría Interna - Nuevas
responsabilidades - La
Auditoría interna como actividad y coste
estratégico - La mejora
continua aplicada a la Auditoría
interna - La
auditoría como generador y controlador de la mejora
continua - La
importancia del SPC y su aplicación en la
Auditoría interna - Herramientas
clásicas: Diagrama de Pareto, Diagrama de
Dispersión, Histograma, Estratificación, Diagrama
de Espina de Pescado (o Diagrama de Ishikawa), Gráfica
de Evolución en el tiempo, Control Estadístico de
Procesos y Fluxograma - Las
nuevas herramientas: Diagrama de Afinidad, Diagrama de
Relaciones, Diagrama de Árbol, Matrices de
Priorización, Diagramas Matriciales, Diagramas del
Proceso de Decisión Diagrama de Flechas (Camino
Crítico), Análisis Inverso y Matriz de Control
Interno - El
Sistema Matricial de Control Interno como herramienta
revolucionaria - Bibliografía
recomendada
La auditoría
interna. Su evolución en el tiempo
Podemos diferenciar claramente dos etapas en la
evolución de la auditoría interna. En una primera fase la
misma se circunscribió a la visión administrativa
propias del pensamiento de
Taylor y
Fayol.
Así, la misma tenía como claro objetivo
verificar el cumplimiento de normas, procesos y
políticas internas. Ante la existencia de
diversas normativas, el auditor interno tenía como
fundamental campo de acción
verificar el cumplimiento de las mismas. Pero mientras el auditor
externo tenía por objetivo verificar la exactitud de la
información financiera de una empresa ante
diversos usuarios externos, fueran estos inversores, acreedores,
bancos o
el estado, la
auditoría interna estaba y estará claramente
enfocada a servir a los intereses de los propietarios y
directores de la misma. Para hacer efectivos tales objetivos, la
misma concentro su interés en
verificar el cumplimiento no sólo de normativas externas,
sino también de todas aquellas normas y procedimientos
internos a los efectos de evitar problemas ante
intereses ajenos a la empresa por un
lado, y hacer realidad la puesta en práctica de los
objetivos y metas organizacionales, como así
también proteger los activos de
la
organización ante diversos tipos de riesgos, entre
los cuales el fraude fue y ha
de ser un objetivo crucial.
La llegada en primera instancia del TQM y luego de la
reingeniería y la mejora continua, llevaron
a las organizaciones a
la necesidad de encarar nuevas funciones al
área de auditoría interna.
Evolución
del entorno y de las empresas
En la primera fase de los negocios, las
empresas se veían enfrentadas a una demanda de
productos y
servicios
superior a los ofrecidos por las empresas, con ello la principal
preocupación de las empresas y sus auditorías internas era proteger la
efectividad y eficiencia de las
operaciones,
la confiabilidad de la información financiera, el
acatamiento de las leyes y
regulaciones, y por sobre todas las cosas proteger los activos
físicos y financieros de la empresa.
En la segunda fase, ante una oferta que
supera la demanda de los consumidores, cuidar de activos tales
como la clientela, la calidad, los
niveles de satisfacción y ahora ante los problemas
ambientales el cuidado de la ecología resultan
cruciales.
Una forma de hacer auditoría que era propia de
una era de escasos cambios se vió sacudida en primera
instancia por la llegada de los procesos informáticos a la
empresa, y luego, ante la competencia
global, por la necesidad de reducir costos, afianzar
la calidad, mejorar la prestación de servicios, aumentar
los niveles de satisfacción de los clientes, reducir
los tiempos de respuesta y mejorar de manera continua la
performance en cada uno de los indicadores
antes expuestos.
El salto de la Segunda Ola a lo que Alvin Tofler ha dado
en llamar la Tercer Ola significó la aparición de
nuevos activos. Los activos intangibles y la gestión del
conocimiento poseen cada día mayor importancia y
trascendencia, llevando con ello a la auditoría interna a
nuevas y más sofisticadas líneas de
acción.
Ya no basta sólo con proteger los activos
clásicos de una empresa, hoy resulta fundamental cuidar y
proteger activos tan importantes como la clientela, las bases de datos,
las patentes, e incluso un activo fundamental como lo es su
personal, con
toda su experiencia, conocimientos y niveles de productividad.
Cuidar y proteger a la empresa en su buen
funcionamiento, en la calidad de sus productos y servicios, en la
satisfacción de los clientes y consumidores, y en la
verificación y promoción de la mejora continua, implica
velar por la supervivencia y capacidad competitiva de la
misma.
Ya no basta con verificar la correlación entre
los inventarios
físicos y la contabilidad,
hoy resulta crítico ser competitivo, y a la
auditoría le está dado velar por tales
objetivos.
Nuevos
requerimientos de la Auditoría Interna
Si bien los nuevos requerimientos y obligaciones
en materia de
calidad, medio ambiente
y seguridad entre
otras, requieren de especialistas en la materia, la función de
la auditoría interna en las empresas no es la de asesorar
sobre tales aspectos, sino más bien velar por el
cumplimiento de las mismas.
No sólo existe la necesidad que un tercero
convalide las informaciones de sectores tales como el de producción, compras, almacenes,
servicios al cliente, ventas y
finanzas entre
otros, en lo relativo a sus eficiencia y efectividad, sino
además la necesidad imperiosa de proteger los activos
previniendo y detectando desperdicios tales como: altas
rotaciones de clientes y personal, elevados costos financieros y
de oportunidad materializados en excesos de inventarios, bajos
niveles de satisfacción en clientes y consumidores, y
niveles de contaminación superiores a los
reglamentariamente permitidos, entre otros.
La auditoría interna no sólo debe
participar activamente en el relevamiento y evaluación
del control
interno, sino además debe actuar proactivamente en
materia de implementación de sistemas
antifraude, y aplicación de planes de
contingencia.
Normas sobre calidad y medio ambiente,
normativas sobre comercio
exterior de los distintos bloques comerciales, nuevas
tecnologías en continua aparición, nuevas
formas de interacción electrónica entre la empresa con sus
subsidiarias, proveedores,
clientes, y la comunidad, llevan
a nuevos riesgos, y con ello a nuevas obligaciones de parte de la
auditoría.
En un mundo en constante y rápidos cambios, la
auditoría interna no puede estar alejada de ello, debiendo
evolucionar ante las nuevas y mayores exigencias, ofreciendo para
ello nuevas obligaciones, acompañados de nuevos métodos y
herramientas.
El Kaizen o
sistema de mejora
continua, como así también la Gestión de
Calidad Total, requieren del compromiso y disciplina de
todas y cada una de las áreas de las organizaciones. Ello
implica la necesidad que la auditoría interna mejore
continuamente su propia performance, sino además verificar
y asesorar en la mejora continua de las demás áreas
de la organización, lo cual incluye por supuesto
la mejora continua en los procesos de control
interno.
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