La medición de la corrupción
y Buen Gobierno es
objeto de estudio por diversas instancias, y sus resultados
cuando un gobierno los considera favorables son convertidos en
política
de comunicación social, sin embargo las
encuestas e
investigaciones refieren aspectos
específicos, muestras, que no expresan la generalidad ni
su devenir, pero no obstante los gobiernos manipulan la información para justificar la totalidad de
su gestión
presente y futura, porque se repiten en el transcurso de las
administraciones como una verdad atemporal. Cuando Transparencia
Internacional tiene el cuidado que su correspondencia sea sujeta
a confidencialidad y autorización de su difusión
¿Por qué la institución de Transparencia en
cada país no vigila y denuncia cuando un gobierno
extrapola su información?
El problema es evidentemente de monitoreo, más la
sociedad civil
podría integrarse a un proyecto de
control. Pero
también la cuestión es el método,
¿se justifica los cuantiosos recursos
financieros y humanos que destinan las instituciones
para el estudio de la corrupción?
La presente apostilla pretende un análisis de la corrupción a partir
de casos concretos, porque en sí resulta insuficiente
conocer si un lugar cuenta con una ley de
fiscalización, reglamento, otorgamiento de independencia
del ente fiscalizador, si se publican los sueldos de los
funcionarios, o muchos otros indicadores
que se utilizan para medir la transparencia y corrupción.
Quizá ha llegado el momento de iniciar el estudio de la
corrupción a partir de lo concreto.
En México, la
transparencia se ha convertido en estandarte, en discurso
obligado de gobernantes, políticos e intelectuales.
Es actualidad, formadora de opinión, certificada por
instituciones como Transparencia Mexicana, consultorías y
Universidades dedicadas a su investigación. Así la transparencia
se ha identificado como sinónimo de probidad. La derecha y
la izquierda la reclaman y se convierte en instrumento para
culpabilizar o exonerar. Una transparencia que termina siendo
opaca no obstante que se argumente la rendición de
cuentas la
gobernanza y la democracia.
El marco referencial: Michoacán es un estado de la
república mexicana, su participación en la historia de la
independencia, revolución, la reforma, hasta llegar al
preludio del movimiento
estudiantil del 68. En Michoacán y Puebla se ensayó
la represión. Los dragones montados en sus briosos
caballos cargaron con sable contra los manifestantes, y vinieron
los golpes, disparos, que culminaron con detenciones, desalojos y
huida a la desesperación.
Michoacán es tierra de
Morelos, de libertarios y de Lázaro
Cárdenas del Río. Hace unos días se
rindió un homenaje a los niños
de Morelia (refugiados de la guerra civil
española) en la ciudad de México, por parte del
Presidente Felipe Calderón, e invitado el Presidente
Rodríguez Zapatero, y el gobernador de Michoacán
Lázaro Cárdenas Batel. Un escenario
democrático, tanto que Marcelo Ebrard, Jefe del gobierno
del Distrito Federal, distinguió al huésped
ingrato, por haber reconocido a Felipe
Calderón.
Michoacán es parte de México, y lo refleja
en la lucha por el poder. El
próximo 11 de noviembre del año 2007, se
celebrarán elecciones constitucionales por gobernador,
diputados y presidentes municipales. Se ha dicho que es una nueva
confrontación entre la derecha y la izquierda,
Calderón y López Obrador, o fratricida entre
Cuauhtémoc Cárdenas y López
Obrador.
Ante el control político de los Cárdenas,
su tradición democrática espera el próximo
juicio electoral en noviembre del 2007, porque ¿si gana
Leonel Godoy candidato del PRD a la gubernatura en
Michoacán, también ganarán los
Cárdenas? Dado que con Godoy se eliminó la jetatura
de Cuautémoc Cárdenas en el partido que fue
fundador y líder
moral, y entre
acusaciones de traidor o distanciamiento pactado, afirman ante la
opinión
pública que siguen siendo amigos; situación que
se esclarecerá en la campaña electoral pero que
definirá el rumbo del PRD en Michoacán y en el
país
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