El retorno del
Beagle
Luego de su histórico viaje, el joven Charles
contrajo nupcias con su prima Emma, heredera de la fortuna del
prominente y acaudalado Josiah Wedgwood, famoso por la producción de porcelanas. La fortuna de su
suegro le garantizó poder vivir
sin trabajar y en aislamiento espléndido — para el
beneficio de la humanidad. (Véase mi ponencia: El
"braguetazo": sus problemas
inherentes y sus complicaciones
sociológicas).
Durante el viaje alrededor del mundo la resistencia de
Darwin no era muy
buena, ya que sufría de mareos y de muchas otras
dolencias. Luego de casarse, Darwin padeció de un
sinnúmero de achaques y problemas de salud. Furúnculos,
frecuente ataques de náusea
y vómitos,
erupciones cutáneas, elefantiasis y de palpitaciones.
(Véase mi artículo:
Palpitaciones).
Erasmus Darwin
Hoy día se pudiera aconsejar a Darwin a que
buscase atención por un sinfín de trastornos
tanto físicos como psicosomáticos. Así lo
sugieren sus más prominentes biógrafos: John
Bowlby, Charles Darwin: A New Life y Ralph Culp, To be
an Invalid, asimismo, monografías.com ofrece cientos de
ponencias que iluminan el trayecto de este pensador.
Habiendo descrito de manera breve hechos de importancia
de la vida de Darwin, ahora procederemos a ocuparnos de lo que en
esta ponencia nos atañe.
Lo que Darwin
ignorara
Como sabemos, el viaje del Beagle,
llevaría a Darwin a la Tierra del
Fuego y más tarde a las islas Galápagos.
Daremos comienzo a esta parte de nuestra lección
yendo de atrás hacia adelante, por razones
empíricas.
Primero describiremos lo que Darwin encontrara en las
Galápagos para añadir a las mismas sus experiencias
en Yahgashaga.
Nosotros hemos visitado las Islas Galápagos donde
la presencia de Darwin se siente y se respira en el mismo
ambiente —
Aunque los hallazgos más importantes que, como genio —
se supone que en esas islas hiciera — le pasaran
desapercibidos.
¿Qué aprenderíamos, acerca de
Darwin, en el S XX, durante nuestra visita?
Veremos
Nuestro viaje fue planeado por miembros del Departamento
de Ornitología de Washington University en
colaboración con The Smithsonian Institute y la
The National Geographic Society.
Mapa del viaje del HMS
Beagle
Nuestros intereses para este recorrido eran el estudio
de las estrategias de
comer de la fauna de
Galápagos. Lo que la presencia y enseñanza por ornitólogos, que nos
acompañaron como expertos, lo haría más
valioso.
Lo que Darwin
viera y no advirtiera.
Por ejemplo, los picos de los pinzones famosos, que
encontrara, como modelo de
adaptación para sobrevivir. En su función
misma, les eludirían. (Véase: The Beak of
the Finch: A Story of Evolution in Our Time por J.
Weiner).
Darwin se concentraba entonces, en los aspectos de la
lucha por la existencia reproductiva que prima en la vida de
todos los seres vivientes. En esa misma lucha, su genio
intuitivo, como asimismo lo fuera el de su coetáneo
Rusell-Wallace, enfocaba en la necesidad de sobrevivir y de que
nos adaptáramos a las circunstancias adversas con que la
Naturaleza nos
confronta, para lograr pasar nuestros genes a generaciones
posteriores.
Aunque Darwin estaba entusiasmado acerca de su obra en
gestación, El Origen de las Especies (En
inglés:
On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the
Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life),
también estaba gestando la que posteriormente escribiera,
El Origen del
Hombre (The Descent of Man and Selection in Relation
to Sex).
HMS Beagle
Veamos lo que se dice al respecto
"El caso de los pinzones de Darwin
"Esta es una de las observaciones más famosas de
Darwin. A su llegada a las islas Galápagos, Darwin
advirtió que había una serie de aves que, pese
a tener diferencias, también tenían
características comunes. Estas especies eran: el
pinzón picamaderos, el pinzón curruca, el
pinzón arborícola, el pinzón terrestre, el
pinzón vampiro y el pinzón mosquitero. Todos ellos
provenían de una misma especie, una especie de
pinzón granívoro ancestral, que al propagarse a las
islas desde Sudamérica se había adaptado en cada
una de ellas a ocupar distintos nichos ecológicos
vacantes. De esta forma a partir de una especie se habían
formado siete, y esto debido a las diferentes oportunidades y
exigencias que habían encontrado en cada uno de los nuevos
ambientes a los que el pinzón ancestral había
tenido que adaptarse".
Las palabras que arriba se leen forman parte de la
manera romántica, pero incorrecta, con que se cree que
Darwin visualizara los famosos pinzones.
Veamos la concepción actual:
Darwin, en su llegada, encontró (13 ó 14)
variedades de estas avecillas, las cuales muchos de sus
hagiógrafos, pretenden hacernos creer que el estudio de su
presencia y variedad, inspiró su teoría
de la diversificación adaptiva. Lo que así,
tristemente, para ellos no fuera. (Véase: Darwin and
his finches: The Evolution of a Legend, por F.
Sulloway).
Los pájaros mismos morfológicamente,
jugarían un rol importante en la incepción final de
la teoría de la evolución por selección
natural. Pero, cuando Darwin hiciera su famoso viaje en el HMS
Beagle, él no tenía la menor idea de su
significado. Para Darwin los pájaros no estaban
relacionados entre sí. De hecho, él creyó
— como nos lo explica Sulloway — que estas avecillas no eran
del todo pinzones.
Pero, existen razones poderosas para que el pensamiento de
Darwin fuera sesgado en la dirección demográfica, ya que como
todos sabemos, sus ideas habían sido influenciadas por las
de su contemporáneo T. Robert Malthus.
Malthus, por supuesto, fue quien nos alertara acerca de
los peligros de la explosión demográfica mundial y
de cómo la reproducción ilimitada de seres vivientes
terminaría agotando la comida que, para todos existiera.
Por esa razón, la adaptación de mayor importancia
sería la reproductiva (sexual) aunque la alimentaria,
siendo de la mayor importancia, careciera de la que la
reproductiva recibió. (Véase mi ponencia, al
respecto que a ésta sigue).
En mi experiencia, pocas veces, los evolucionistas hacen
hincapié en la comida, y cuando lo hacen, lo hacen de
manera circunstancial o aplazable.
El mismo Darwin, aunque lo anotara, ignoraba el impacto
adaptivo de la estrategia
alimenticia de los habitantes de la Tierra del
Fuego, hacia quienes albergara sentimientos dispares.
(Véase: Three Men of the Beagle por R.
Marks).
En otras palabras que comer, para sobrevivir y adaptar
— en tándem con el instinto sexual, para la
supervivencia y prolongación de las especies — no se
consideraba tan importante.
Pero, sin embargo, lo es…
Pero, antes de
proseguir, veamos a los finches mismos para de ellos
aprender
El debate
continúa hasta hoy y aún permanece sin resolver:
¿Cuántas variedades de pinzones había?
Trece, algunos dicen. Catorce nos dicen otros.
Pero, gracias a la determinación de dos
científicos norteamericanos, Peter y Rosemary Grant,
muchas respuestas hacia la resolución del rompecabezas de
la evolución adaptiva empiezan a hacer su ansiada
aparición.
Los Grant han estudiado por más de veinticinco
años los pinzones de Galápagos, y, por medio de
métodos
científicos avanzados, han logrado lo que Darwin o Alfred
Rusell Wallace no pudieron haber hecho en sus vidas de
investigadores — ver la evolución en acción
con sus propios ojos.
En su Orígenes, Darwin escribe: "Puede decirse,
metafóricamente, que la selección natural es un
proceso
constante de escrutinio mundial, que sucede diariamente y hora
por hora. Registrando las variaciones más mínimas
de los organismos; descartando aquellas que no son deseables;
añadiendo las que lo son — silenciosamente y
subrepticiamente trabajando, cuando y donde quiera que la
oportunidad lo permita…"
De acuerdo a sus notas del viaje y la visita. Darwin nos
cuenta de la reproducción de los pájaros, de los
fósiles que descubriera y de la distribución de la flora y la fauna
geográficamente. En otras palabras, Darwin adquiere
cantidades enormes de documentación del proceso de la
evolución como tuviera lugar en el pasado. Lo que nunca
pudo hacer fue ver por sí mismo proceso en
acción.
Los Grant han hecho sus trabajos principalmente en la
Isla de Daphne Mayor. En esa isla ellos han podido seguir cambios
morfológicos adaptivos en la arquitectura de
los picos de los pinzones y de su estrategia de comer. Lo que
implica que los pájaros han transformado también,
digestión y metabolismo.
Cambiar de digestión granívora a
digestión carnívora en una generación es
hazaña biológica extraordinaria.
Los Grant y otros han presenciado el proceso de lo que
hoy se conoce como "la radiación
adaptiva". Acerca de esta última, en el libro por J.
Endler, cuyo nombre se provee en párrafos subsecuentes, el
autor nos suministra una tabla, llamada "Demostraciones Directas
de la Selección Natural", donde suministra más de
140 ejemplos donde este proceso se ha verificado.
La importancia es que, en lugar de ser un proceso que
toma generaciones de transformaciones discretas, como Darwin
propusiera — que sucede en un espacio de muy poco tiempo, y
obedeciendo a cambios repentinos en el entorno en que el animal
reside.
Para nosotros, que estudiamos la obesidad y
otras disorexias, el concepto de la
radiación adaptiva, introducida por J. Pods y la evidencia
de la ocurrencia in vivo de mutación adaptiva son
instrumentos importantes para incorporarlos en el tratamiento de
los obesos, como ya veremos. (Aquí recomendamos:
Adaptive Radiation por J. Pods y Natural Selection in
the Wild por J. Endler).
Prosigamos
De acuerdo al narrativo de R. Marks en Three Men of
the Beagle, Darwin, el observador científico
más notorio del S XIX, cuando llegó a la Patagonia y
encontró a los habitantes de Tierra del Fuego,
realizó que ellos eran las gentes más primitivas en
la faz del globo.
Veamos cómo los habitantes de Yahgashaga
impresionaron a Darwin y a sus acompañantes:
- Los yagan no tenían un término o un
nombre que a ellos mismos los distinguiera — no sabían
quiénes eran — carecían de identidad
coherente. - No poseían la noción que
haciéndose ropas, y vistiéndose, podrían
tolerar mejor el frío inclemente en medio del cual
vivieran en desnudez total. - Físicamente, su apariencia anatómica
era la del "pigmoide", o la del Homo sapiens Austro
melanesio. Para los tripulantes del Beagle seres
humanoides. - Sus moradas — si es que pueden así llamarse
— consistían de trozos madera
recogida y reseca, unas pocas lianas para atarlos y grama alta
o juncos para construir lo que fuera no más que un rompe
vientos. - Los fueguinos sabían cómo hacer
canastas, pero nunca se les había ocurrido tejer un
techo para sus chozas. - Todos dormían en el suelo,
apiñados y acurrucados entre ellos, suministrando
calor mutuo
entre todos. - Sabían cómo construir botes y el uso de
arpones primitivos que usaban para pescar y cazar.
Además, para la caza mayor y para la lucha entre humanos
usaban garrotes y piedras que lanzaban con mucha
puntería. - Sus perros
famélicos los ayudaban a la captura de focas y nutrias
marinas pequeñas. En esta actividad los perros
competían con sus amos por la carne de la
presa. - Su alimento básico eran los mariscos,
principalmente los mejillones que encontraban pegados a las
rocas.
Éstos los comían sin cocinarlos, aunque el fuego
era abundante. - Cuando una ballena de poco tamaño, ya muerta,
llegaba a sus playas se abarrotaban con la grasa y descansaban
después. - Otras cosas que incluían en su dieta eran
moras que serían disponibles solamente durante los meses
breves del verano. - Muy pocas veces, comerían el cadáver de
alguien que muriera. Aunque de costumbre a los inválidos
y a los muy viejos los asfixiaban o estrangulaban, no
practicaban el canibalismo consistentemente. (Véase mi
artículo: El canibalismo: ¿Necesidad, crimen o
cultura?
De aparición en monografías.com). - Vivían en grupos
sociales primitivos carentes de líderes en autoridad.
Sus grupos
nómadas no tenían un propósito
establecido, deambulando erráticamente, a veces peleando
entre los diferentes grupos y entre ellos mismos. - La comida, por los estándares europeos de
entonces, era inadecuada y escueta…
- Se ha dicho que la producción de comida en
exceso es prerrequisito para que nazca la civilización.
Porque se necesita comida de más, para soportar un jefe,
un sacerdote, o un artesano — algo que ellos no
conocieran. - El lenguaje de
los yagan era distintivo poseyendo un enorme número de
palabras — estimadas en más de 30 mil — describiendo
el clima, el agua, los
pájaros, los peces, y —
más que nada — los peligros que siempre los
acecharan. - Carecían de historia narrada
oralmente. No tenían mitos. No tenían música,
ceremonias, poesía o dislexia
(porque no escribían). - El terror era elemento constante en sus vidas.
Vivían temiendo las tempestades espantosas que, a
menudo, llegaban inesperadamente; y la presencia de otras
tribus de hombres más fuertes que, frecuentemente,
provenientes del norte los invadían y los asaltaban. Tal
vez por ello nunca construyeron mejores viviendas, para poder
huir con mayor facilidad.
La civilización asimismo, a veces, nace con la
agricultura y
con ella la formación de ciudades, o al menos, de
aldeas.
- No teniendo el suelo adecuado, o los conocimientos,
la agricultura no pudo surgir entre ellos. - Sus conceptos de Ley Natural o
de una teología eran ausentes. Para los yagan el
concepto de dios no existía, ya que su
imaginación era muy primitiva. - No tenían rituales porque las ceremonias no
existían. No poseían rutinas establecidas para el
apareamiento o para comer.
Lo único que los yagan tenían era: el
fuego.
Por esa razón era esencial para ellos vivir
acurrucados entre sí mismos sin aventurarse muy lejos de
donde el fuego estaba. (Para una descripción más detallada de esta
gente recomendamos: Revista Argentina Austral, articulo
por A. Braun Menéndez, Allen F. Gardiner, Marino,
Misionero, Mártir por A. Canclini y Tierra del
Fuego por R. Goodall).
Entonces, aquí nos preguntamos dos
cosas:
- ¿Por qué Darwin tenía que
hacer ese, inesperado viaje, de circunnavegar en el HMH
Beagle? - Y, ¿por qué no entendería, al
principio, hubiera descubierto? — Como fuera en el caso de
Cristóbal Colón.
Ciencia, por
casualidad
A las preguntas que arriba formulamos, nadie puede
responder. Lo que sí es cierto que hay mucha certidumbre,
en este caso, en el dicho que nos aconseja: Post hoc, ergo,
propter hoc.
Prosiguiendo
Aquí repetimos preguntas vetustas sino
caducas.
¿Qué tienen en común la penicilina,
la dinamita y los manuscritos del Mar Muerto?
Que fueron descubiertos accidentalmente.
Serendipia…
¿Cómo llegaríamos a Machu Picchu?
Por serendipia, ya que no figuraba en nuestros planes como fuera
la visita a las Islas Galápagos.
Machu Picchu
Un sitio que evoca ecos de Brigadoon, queda en
una montaña dominando el valle del río Urubamba.
Ciudad mítica y mística que visitáramos
cuando participáramos por invitación en el X
Congreso Nacional de Psiquiatría, III Congreso Peruano
Ecuatoriano de Psiquiatría, I Simposio Regional
Transandino de Psiquiatría, Lima and Cuzco, Perú.
Donde presentáramos varias ponencias acerca de las
disorexias y del para-suicidio
juvenil.
Para muchos, Machu Picchu, descubierto en el día
24 de julio de 1911 por el norteamericano Hiram Bingham, fue otro
ejemplo de serendipia, aunque muchos otros lo
disputan.
Nosotros ascendimos y bajamos la cumbre a pie, como
homenaje simbólico, a los aborígenes quienes
precedieran nuestros pasos — Nuestros psiquiatras amigos
creían que estábamos locos.
Serendipia…
Por serendipia, llegaríamos a Lima y luego a
Machu Picchu, donde hiciéramos descubrimientos de
importancia para nosotros, ya que habiendo viajado muy
extensivamente por mares y continentes, asimilando costumbres
humanas y estrategias de comer, nunca habíamos pensado en
explorar la dieta de quienes viven y medran en las alturas
vertiginosas de los Andes — no me refiero a los cóndores
— me refiero a los incas.
La dieta del inca que vive en estas regiones,
tradicionalmente, carece de proteína animal en forma de
carne. Sus llamas son necesarias para el suministro de lana y de
leche.
Viviendo de maíz,
calabacines y habichuelas los incas se las ingeniaban en sus
costumbres culinarias para adquirir todos los aminoácidos
esenciales e incluirlos en su dieta.
Su dieta era balanceada y saludable. Con ella no
engordaban.
Su estrategia de comer posee elementos de importancia
para el tratamiento de la obesidad. (Véanse mis ponencias
al respecto).
Habiendo descubierto nuevos horizontes,
bajaríamos del altiplano con mayores conocimientos, y
listos para retornar, compartir, publicar y
enseñar.
En este interludio recomendamos los siguientes libros:
Food in History por R. Tannahill (autora de Sex in
History), Much Depends on Dinner por M. Visser y
The Psychology of Eating and Drinking por A.
Logue.
Ahora, veamos la
serendipia misma, como concepto
La palabra "serendipia" ha sido redescubierta hace poco
y se utiliza cada vez más en todos los idiomas. A partir
de 1974 empezó a aparecer en diccionarios
conocidos del idioma inglés. Quienes usan esta palabra han
creído conveniente la creación de un neologismo
para designar en castellano este
concepto, ampliamente difundido en la literatura científica
contemporánea, que incluye todos los descubrimientos
realizados por casualidad.
Radiograma, resultado de la
serendipia
Una manzana que cae al suelo a los pies de Newton le da
la primera idea de la ley de la gravitación universal.
Wöhler produce urea en lugar de ácido amónico.
Un soldado francés del ejército de Napoleón halla una piedra con una
inscripción extraña mientras reparaba un fuerte
cerca de la población de Rosetta, y estas palabras
proporcionan la llave de la historia del antiguo Egipto. Un
joven pastor palestino lanza una piedra a una cueva oscura,
escucha un sonido inesperado
y da con los manuscritos del Mar Muerto. Pasteur obtiene
cristales de una forma única debido a que la temperatura en
el alféizar de la ventana estaba por debajo de 26°C.
La resistencia de una mujer
ordeñadora a una espantosa enfermedad es advertida por un
médico rural y Jenner descubre la vacuna — una espora
cae en una placa de Fleming y ello abre la era de los
antibióticos.
La penicilina, las sulfamidas, las cefalosporinas y la
ciclosporina fueron descubiertas por accidente. Muchos
fármacos han sido encontrados por medio de la serendipia.
Un fármaco utilizado con un propósito se ha
encontrado a menudo efectivo para otro completamente distinto y,
a veces, más importante. La aspirina fue preparada por
primera vez para usarla como un antiséptico interno. No
resultó efectiva, pero en cambio se
encontró que era un valioso analgésico y un
fármaco antipirético y actualmente es recomendada,
con debida cautela, para prevenir los ataques al corazón.
Desde su entrada en el mercado
farmacéutico, en la década de 1890, la gente ha
usado la aspirina más que cualquier otro
medicamento.
En términos de su uso, prozac no está muy
por detrás de la aspirina. Será porque hay dolor
— aunque mental – en la depresión
y trastornos relacionados.
En el mundo de la psiquiatría, asimismo tenemos
la cloropromazina, la imipramina y otros fármacos cuyos
designios originales terminarían cambiando en direcciones
más útiles.
Hay otros muchos casos más. Una pantalla
fluorescente reluce en la oscuridad y unos cristales
fosforescentes exponen una placa fotográfica envuelta en
papel negro. Un corte accidental en un dedo lleva a Alfredo Nobel
a descubrir la gelatina explosiva — de allí al famoso
premio fue un solo paso.
Repetimos la misma pregunta ya hecha:
¿Qué tienen en común la penicilina,
la dinamita y los manuscritos del Mar Muerto?
Manuscritos del Mar
Muerto
Tienen la serendipia, es decir, todas estas cosas, y
otras muchas más en la historia de la ciencia y
de la tecnología, que hacen nuestra vida
más conveniente, placentera, saludable e interesante, y
que fueron descubiertas por accidente.
La
pseudoserendipia
Hasta que la Real Academia no dicte otra cosa,
utilizamos el término serendipia (correspondiente al
inglés "serendipity"), acuñado por Horace
Walpole en 1754 como consecuencia de la impresión que le
produjo la lectura de
un cuento de
hadas sobre las aventuras de "Los Tres Príncipes
de Serendip", que hacían continuamente
descubrimientos, por accidente y sagacidad, de cosas que no se
habían planteado. Walpole usó el término
para referirse a algunos de sus propios descubrimientos
accidentales.
Roberts habla de pseudoserendipia en los casos de
descubrimientos accidentales que logren concluir una
búsqueda, en contraste con la serendipia, que se refiere a
descubrimientos accidentales de cosas no buscadas. (Un libreo
excelente: Serendipity: Accidental Discoveries in Science
por R. Roberts).
Charles Goodyear, por ejemplo, descubrió el
proceso de vulcanización del caucho cuando
— por accidente — dejó un trozo de látex
mezclado con azufre sobre una estufa caliente. Durante muchos
años, Goodyear había estado
obsesionado por encontrar una manera útil de hacer el
caucho. Debido a que fue una casualidad lo que llevó al
proceso de éxito,
Roberts habla de un descubrimiento
"pseudoserendípico".
En contraste, George de Mestral no tenía
intención de inventar un cierre (velcro) cuando intentaba
averiguar por qué algo se le pegaba a su ropa. Y con
Friedel y Crafts, un accidente de laboratorio
dio origen a la nueva química industrial.
La arqueóloga Mary Leakey, esposa de un arqueólogo
y madre de otro, dijo una vez: "En arqueología nunca
encontrarás lo que andas buscando".
Hasta las bombas han
ayudado. Al final de la II Guerra Mundial,
amplias zonas de algunas de las mayores ciudades europeas —
entre ellas Londres, Berlín, Róterdam y Hamburgo
— quedaron en ruinas por las explosiones. Pero ello
proporcionó una ocasión única a los
arqueólogos. En Londres, por ejemplo, buscando explosivos
se encontró un templo romano dedicado a Mitra.
Cualquiera de estos accidentes
pudo haber pasado inadvertido, pero gracias a la sagacidad de las
personas que se encontraron con ellos, tenemos hoy explicaciones
de las leyes que
gobiernan el movimiento de
los planetas; el
fundamento de la química orgánica sobre una base
racional; el comienzo del entendimiento de la relación de
la estructura
molecular con la actividad fisiológica; unos
bellísimos colorantes que cualquiera, y no sólo los
afortunados, pueden permitirse; una profundización en la
cultura y el lenguaje de
las civilizaciones antiguas; los rayos X para el
diagnóstico y el tratamiento médico;
la vacuna contra la viruela y otras enfermedades, y así
va la lista creciendo.
Pero todo ello con una condición, expresada ya
por Pasteur: "En los campos de la observación, el azar favorece sólo a
la mente preparada". Cualquiera de estos accidentes podría
haber pasado inadvertido, pero, gracias a la sagacidad de quienes
se toparon con ellos, la humanidad cuenta, además de con
aquellos ya enumerados, con el fármaco "milagroso" de la
penicilina y sus sucesores; los polímeros y otras muchas
conquistas que han cambiado nuestra vida.
Algunos de estos descubrimientos se hicieron hace
siglos; otros, recientemente. En el siglo pasado, nuestro
conocimiento
de la ciencia y la
tecnología creció en proporciones
fantásticas. No sabemos qué va a depararnos el
futuro, pero estamos seguros de que
los "accidentes" seguirán produciéndose y que, con
las mentes humanas mejor preparadas que antes, podemos esperar,
gracias a la serendipia, que estos "accidentes" se conviertan en
descubrimientos, más trascendentes aún de lo que
nos imaginamos (Véase mi ponencia anterior, complementaria
de ésta: Serendipia, Coincidencia y
Sincronía).
En
resumen
La serendipia y las coincidencias no existen para las
mentes que están preparadas.
Ahora pasaremos a un trastorno del comer que no
es serendipia.
Pensemos en el más trágico, el más
triste, el más inadvertido y en el más ubicuo de
los trastornos del comer humano: El Hambre
Dr. Félix E. F. Larocca
Introducción
En el año 1798 un clérigo rural
inglés que respondía al nombre de Thomas Robert
Malthus publicó sus pensamientos en un trabajo con el
cual ganó fama mundial, lo tituló: An Essay on
the Principle of Population as It Affects the Future
Improvement of Society (conocido mejor como The Essay on
Population). En esta contribución, la cual hizo con la
intención de amonestar a la Inglaterra (y al
Mundo) de entonces de las graves consecuencias que
resultarían para la Humanidad, la continuación de
un crecimiento desbocado de la población mundial. El autor
predijo que "el poder de [el crecimiento] de la población
es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra de proveer
para la subsistencia humana".
Cuando avanzó sus ideas, Malthus, no pudo haberse
imaginado, ni aun remotamente, que el crecimiento de la
población de nuestro planeta se incrementaría a un
paso más rápido de lo que nadie pudo
anticipar.
En el año 1825, cuando Malthus le estaba haciendo
las últimas revisiones a su tesis, cerca
de mil millones de personas habitaban la Tierra. En los cien
años que siguieron, la población mundial se
duplicó a 2 mil millones, en los próximos cincuenta
años (del 1925 al 1976) se duplicó de nuevo, a 4
mil millones. Para el año 1990 habiendo crecido una vez
más a 5,330 millones.
Se estima que a esa velocidad de
crecimiento demográfico que para el año 2025;
tiempo durante el cual por lo menos la mitad de los que lean
estas páginas estarán aun vivos, que la
población mundial puede haber llegado a unos 9,400
millones de personas.
Dilema
Nosotros hemos creado una situación de
características precarias.
- Un Mundo en el cual las tierras arables se han
utilizado para crear plazas de tiendas (shopping
centers), carreteras, campos de golf. O que se han
devastado por el modo impropio con el cual se las han
cultivado. - Un Mundo en el cual tenemos que contender con el
hecho de que el agua potable
se nos está agotando debido a la destrucción
sistemática de los bosques. Acción permitida por
los muchos gobiernos que han respondido a la presión
ambiciosa de los intereses de unos pocos. (Véase mi
artículo: Agua… Petróleo Blanco, Oro
Líquido, Bálsamo de Todos… que
aparece en monografías.com). - Un Mundo en el cual el vaciamiento de la capa de
Ozono (causada por nosotros) ha resultado en el incremento
de los tumores malignos de la piel y lo
que también ha resultado en el calentamiento
global ("global warming") y en la lluvia
ácida ("acid rain"). - Un Mundo que ha visto a ríos tan contaminados
que se incendian, y a otros que simplemente agotaron su
capacidad hídrica y "mueren". - Un Mundo en el cual enteras especies de animales y
plantas
desaparecen extintas, ante el avance inefable de las fuerzas
apocalípticas del "Progreso". - Un Mundo que continúa siendo testigo del
balance precario que existe entre aquellos acaparadores de
todas las riquezas y entre aquellos que viven existencias
marginales; pero cuyos números son
abrumadores. - Un Mundo en el cual hay ciudades que no pueden ser
"vistas" por las cámaras de los satélites, incapaces de penetrar la
densidad de la
calina poluta que las cubre — cargada de humos tóxicos
e irritantes.
Problema:
Porque nos afecta ya a todos, el problema del
crecimiento global de poblaciones que viven víctimas del
hambre forzada, no se puede ignorar.
Por ello es que no pueden llevarse a cabo estudios que
intenten explicar las resistencias
al tratamiento que presentan las disorexias; ignorando al hambre;
la peor, la más inhumana y la mas prevaleciente de
todas…
Además, de que las soluciones a
éste y a otros problemas difíciles, son tan
elusivas al calor del momento y al filosofar de tertulia; que se
requiere un análisis detallado de todos los asuntos de
los varios aspectos antes de avanzar ideas y estrategias para
aspirar a una resolución final (si es que alguna
verdaderamente existiría).
En muchas contribuciones, directas e indirectas, he
llamado la atención de este dilema a grupos cívicos
y a oficiales del gobierno que
estarían en posición de promover el cambio. De
entre los últimos el que ostentara el mayor poder y el que
fuera el más procaz, me advirtió en sorna: "Si los
pobres tienen hambre, que coman piedras. Aumentarán de
peso y no engordarán".
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Nota:
Para la preparación del trabajo La Serendipia
Revisitada, gocé de la asistencia entusiástica
de miembros del cuerpo diplomático de las
Repúblicas hermanas de Argentina y Chile, acreditados en
la República Dominicana.
Aunque a estas generosas personas, por este medio, les
expreso mi agradecimiento. Quisiera asimismo constatar que
cualquier error en el uso de sus materiales es
de mi responsabilidad exclusiva.
Dr. Félix E. F. Larocca
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