- El
Problema - Las
Consecuencias - Los
Efectos Psicológicos del Principio de la Incertidumbre
en las Industrias de Familia
Eran las seis de la tarde. El aire estaba
despejado y tranquilo. La brisa era suave. Los mosquitos
habían decidido tomar la noche libre. A la distancia se
asomaba la luna; dándole a un guarda costa, surto al
costado del muelle de la Marina, un aspecto fantasmagórico
—- me recordó de las tantas noches que pasara
escudriñando la costa distante de la Carolina del Sur a
bordo del USS Bordelon (DD 881).
¡Ah los días cuando era oficial
médico naval, tan lejanos y tan
añorados!
Al entrar al área común de los jardines
del edificio de condominios, encontramos tres guachimanes con una
libreta sostenida entre ellos. Hacían unos
cálculos. Se quejaban en voz alta de lo poco que le dieran
de regalía pascual — "¡Esta empresa no
sirve!" dijo uno. Otro se lamentó maldiciendo el
doble-sueldo por el gobierno
decretado — "¡no alcanza ni para comprar velas!"
Gritó a plena voz.
No le preguntemos a nadie el por qué de esta
situación tan penosa. Porque es obvio que, para los
empresarios que los emplean y para el gobierno que los explota:
"La única esperanza del pobre, es (simplemente) la
Muerte…"
Aquí retorno, esta vez, ataviado en mi
hábito virtual de "monástico trapense". Los
dominicanos llaman a quienes, encuentran, como yo a menudo
suelo hacer,
causas quijotescas para rectificar: ser un "padre Billini".
Mientras otros utilizan adjetivos que comienzan con la letra "p",
sin que se relacionen, de ninguna manera, a la palabra
"padre".
Continuemos
En mi experiencia profesional, he tenido la oportunidad
de explorar los sistemas que
aplican industrias,
gobiernos y empresas para
guiarse en el campo de las relaciones entre sus ejecutivos, los
empleados y los profesionales que ellas ocupan.
Una de las empresas a la que rindiéramos
asistencia fue una cuyas oficinas están ubicadas en la
cercanía de esta región donde ahora
vivimos.
Los defectos que detectáramos en la empresa
susodicha:
- La empresa como organización, se estructura
como una institución monolítica en la cual las
decisiones (aún las más insignificantes)
permanecen centralizadas y donde los caprichos de los
ejecutivos son leyes
apodícticas. - Siendo empresa que posee todas las
características de una dictadura,
gobernada por un líder
que proyecta una imagen de
caricatura napoleónica. Todos le temen. - La empresa carece de estrategias de
planeamiento
corporativo; iniciando construcciones de proyectos
masivos sin preámbulos —- subsecuentemente, abortando
los mismos, sin justificación alguna. - La orden del día es el favoritismo y la
adulación. Haber logrado sentarse a los pies de los
ejecutivos, en sumisión servil, es garantía
única de la permanencia en la posición que los
empleados ocupan. Las quejas son anatema —- ni se toman en
cuenta ni se escuchan. - El nepotismo es vital. Cargos se distribuyen y
salarios
exorbitantes se dispensan a miembros de la familia y
a los favoritos de los líderes — ¿Suena
familiar? — (Léanse mis ponencias acerca del
nepotismo). - Los sueldos para todos los empleados bajos
están ligados a un sistema de
remuneración que envuelve la provisión de comidas
"gratuitas" — pero comidas que son nutritivamente
desequilibradas, mal preparadas y repugnantes — comidas,
verdaderamente repelentes. - Un subterfugio preferido, para no dar
remuneración adecuada al personal, es el
de proveer alojamiento a algunos empleados en habitaciones de
calidad
inferior y de incomodidades incalculables. - A los trabajadores se les da "vacaciones",
sincronizadas de modo conveniente para evitar que lleguen a ser
elegibles a beneficios garantizados por la ley a empleados
fijos. - Los vigilantes, que patrullan las propiedades de la
empresa, como seres humanos, se ignoran. Se les recluta,
exclusivamente por sus niveles de poca educación, analfabetismo e ignorancia. Su
retribución es mezquina. Sus horas muy
largas… - Uno de los barrios donde empleados de
categoría ínfima se alojan, se reconoce por sus
condiciones deplorables, que contrastan con la joya de la
corona — que queda, precisamente, frente a frente a dicho
arrabal. - En esta empresa, el Departamento de Recursos
Humanos se utiliza como arma de los dirigentes, para
castigar a los empleados que muestren la osadía de
cuestionar los mandatos arbitrarios con que se les
fustiga.
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