Un acercamiento al estudio de las
Políticas Sociales en Cuba
El hombre en su
afán de categorizar, conceptualizar y definir, para
establecer fronteras, diferencias y diversificar el
conocimiento, ha ido arrastrando consigo el desarrollo social
en carrera rápido junto a la rueda de la historia y a principios de
este siglo los términos se funden, trastocando velos,
comprometiendo elementos y confundiendo a los que radicalmente
quieren etiquetar. Por tanto en la búsqueda del conocimiento
social lo primero es transitar por estos caminos sin prejuicios
para partir con bases sólidas a construir el
conocimiento.
A la hora de comprender los principales elementos acerca
del Estado de
Bienestar, debemos partir de definir el término
Estado-social, el cual se emplea genéricamente para los
países en que el Estado
juega un rol en la implementación de medidas sociales que
respondan a las necesidades socialmente reconocidas en materia de
seguridad,
salud y
bienestar. No obstante, todas las formas del Estado-Social no son
las mismas (como lo veremos a lo largo del presente reporte),
pero existe generalmente el compromiso de proteger a los
ciudadanos contra la amenaza de la pobreza, de
permitir a la población mejorar su situación de
vida y de proporcionar una red de seguridad para
aquellos que no están en condiciones de
competir.
Algunos países han sido reacios a adoptar este
compromiso sosteniendo que el sistema toma la
riqueza ganada por individuos competentes, para redistribuirla a
la gente que no tiene un derecho "legítimo" de disfrutar
de esa red de
seguridad, de igual forma algunos autores postulan que el Estado
Social interfiere con el mercado, mata
la
motivación para trabajar y tiene efectos negativos a
largo plazo sobre una población siempre creciente que
enfrenta necesidades más y más
diferenciadas.
Lo cierto es que hoy en día, en la coyuntura de
la
globalización, hay que tener un agente central para
distribuir y redistribuir en favor de las poblaciones
desfavorecidas, pero también para enfrentar los conflictos que
se generen por la redistribución y la distribución en los planos nacional e
internacional.
Una de las conquistas más grandes para la
humanidad ha sido la creación del Estado de
Bienestar, acontecimiento iniciado a partir del final de
la II Guerra Mundial,
en diferentes países de la Europa
Occidental. Esta nueva situación implica que a los
ciudadanos se les reconocen derechos sociales, y por
ello tienen a su disposición gratuitamente una serie de
servicios,
proporcionados por el Estado: sanidad, pensiones, educación, seguro de
desempleo,
etc. En cuanto a su génesis por supuesto, hay diferentes
explicaciones.
Se dice que existe un Estado de bienestar o
Estado providencia cuando el Estado asegura la
protección social, entendida ésta como los derechos
a la sanidad, vivienda, educación, servicios sociales,
pensiones de jubilación y la protección del
empleo o el
empleado. Surge, entre otras causas, porque había que
atenuar dentro del sistema capitalista el descontento de las
clases trabajadoras, que podían provocar estallidos
revolucionarios, más aún si tenemos en cuenta el
referente del socialismo de los
países del Este. Además era necesaria a su vez su
aceptación por parte de las clases medias. Y se basaba en
un sistema impositivo progresivo, con carácter redistributivo, para ir
consiguiendo cada vez más una mayor justicia
social. Sobre todo fue obra de la socialdemocracia, aunque también
participaron en su surgimiento otras corrientes
ideológicas.
El Estado de bienestar mantiene dos objetivos
fundamentales. El primero de ellos es garantizar el crecimiento
económico y el segundo, establecer una garantía
de mínimos de protección social a toda la
población. Entre sus principales características se
destacan la intervención estatal en la economía, la
extensión de los derechos sociales, la
universalización de la protección social, y el
desarrollo de
capacidades para tratar a sus miembros de manera
igualitaria.
En todas la sociedades
avanzadas existen tres instituciones
esenciales que producen bienestar social: la familia
(basándose en la reciprocidad), el mercado
(basándose en el intercambio) y el Estado
(basándose en la distribución). El mundo
está compuesto por distintos modelos, cada
uno con sus propias prioridades, principios de justicia y de
igualdad, por
lo que no hay dos Estados de Bienestar que sean idénticos.
Sin embargo un filósofo de la antigua Grecia dijo en
una ocasión que fijarnos testarudamente en los árboles, nos impide ver el bosque y de eso
se trata en cuestión. El afán de
categorización hizo de las suyas y dio al traste con el
fantasma de la atiborrada variedad.
La primera clasificación en los Estados de
Bienestar está relacionada con el modelo
Residual o Institucional. El primero, en pocas palabras, presta
los servicios sociales a los más necesitados, mientras que
el segundo está, de cierta forma, más integrado a
la sociedad, es
más para todos los ciudadanos de un
país.
De aquí parten los tres modelos que abordaremos
en este modesto reporte: el liberal está más ligado
al residual (y como país clave tenemos a los Estados Unidos).
El conservador se encuentra en un punto medio (un ejemplo de este
es Alemania) y el
social-demócrata está muy ligado al Institucional,
(Suecia es uno de sus principales representantes). Hay quienes
plantean que todos los países no encajan en estos tres
modelos, otros proponen la construcción de modelos adicionales y otros
sostiene que los criterios de clasificación no son
adecuados.
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