- Mantener una mente abierta y flexible ante los
conocimientos y cambios. - Generar conflictos
cognitivos dentro del aula, como.presentar
información nueva, sorprendente, incongruente con
los conocimientos previos del alumno para que
éste sienta la necesidad de investigar y
reacomodar sus esquemas mentales. - Tratar de que los alumnos tengan más
interés por el proceso de aprender y no por
las recompensas que puedan tener. - Cuidar los mensajes que se dan. Tratar de
no desmotivar a los alumnos diciendo que algo es muy
difícil y que no van a poder con
ello. Al contrario, hay que alentarlos a que den su mayor
esfuerzo y felicitarlos por ello.
Ken Bain hizo una investigación acerca de las
concepciones y prácticas de motivación de un
grupo de
profesores universitarios y, respecto a las razones que
esgrimían lo docentes para motivar, este autor afirma que
los maestros que participaron en el estudio dijeron que motivaban
por el deseo "de ayudar a todos a comprender, de motivar
respuestas, de promover el aprendizaje en profundidad, de
implicarse y de considerar múltiples
perspectivas"
La visión del
observador…
Cuando uno de los maestros dice que quiere premiar a los
discentes, es porque el docente quiere reforzare en ellos
determinada conducta o
actitud que él considera como conveniente. Este testimonio
evidencia el sesgo conductista que aún tienen algunos
maestros en sus prácticas; con fundamento en premios o
castigos. A pesar de lo anterior, las razones expuestas por casi
todos los maestros para motivar giran en torno al aprendizaje de
sus alumnos. Muy pocos exhiben razones egoístas como
afirmó uno de los maestros entrevistados; "porque me
siento bien" ¿qué les puede hacer sentir bien?
Pues, ver a sus estudiantes entusiasmados con el aprendizaje de
la asignatura que imparten.
Los maestros deben motivar positivamente porque sus
estudiantes posiblemente estarán concentrados en su tarea
y en consecuencia, el trabajo del maestro se hará
más sencillo y satisfactorio. Con lo anterior, se cumple
aquello que dijo uno de los maestros. , "Mi labor tiene
sentido" y "Me rinde más el trabajo".
Se debe motivar porque de esta manera se hace más
significativo y agradable el aprendizaje y, por lo mismo,
más eficiente y se orienta a los estudiantes para que sean
artífices de su propio aprendizaje, porque se quiere
propiciar acercamientos desde distintos ángulos a la
realidad que se estudia y por tanto, enriquecer la experiencia de
conocer Un aprendizaje eficaz de conocimientos y valores
propende por el mejoramiento del desarrollo
humano sostenible de una sociedad.
Circunstancias para motivar, según los
maestros
La voz del maestro…
"Ninguna en especial", "Hay clases que se prestan",
"Según el tema", "según la clase, según el
título del tema o sobre lo que se va a hacer", "Con los de
primaria", "Si hay tiempo", "Si
los estudiantes terminan de hacer el
trabajo". También si los
estudiantes "están calmaditos, que tengan los puestos
en orden, que cuando llegue no estén haciendo bulla", "si
terminan de hacer el ejercicio físico" "cuando tenemos dos
horas seguidas", "si es
planeado", "Si no estamos quedados en el tema", "Siempre que leo
los logros, decido hacer la motivación…Siempre es
fríamente calculado",, "cuando hemos avanzado en el tema",
"Cuando hay tiempo y no es continuación de la clase",
"cuando "veo a los chamos aburridos o cansados",
"cuando noto que al final de la semana
están un poco tensos o distraídos", "Cuando se
portan bien", "cuando vengo de buen humor", "Hay días en
los que vengo mamado y no tengo ganas de jugar ni de pasarlos al
tablero. Entonces les hago una actividad", "esto lo hago
más con los de primaria; con los de secundaria casi no,
porque es mucho relajo. Sin embargo, "A veces
uno omite el paso por tiempo", "uno a veces anda alcanzado y
tiene que avanzar… en el tema", "Cuando no hay tiempo y es
continuación de la clase o…cuando uno anda
alcanzado con el tema y si la clase anterior quedó mocha
porque se acabó el tiempo, pues en la otra uno entra de
una a seguir con el tema", " no lo hago ahora porque SEREV jode
mucho…", "Cuando estamos quedados en el programa, si los
pone uno a mamar gallo, sí que menos terminamos y a final
de año estamos alcanzados y empieza uno con el
corre-corre".
Entre las circunstancias que citaron los docentes para
hacer motivación, merece mención especial su
concepción del alumno, ya que ésta determina si se
hacen o no actividades de motivación. A
continuación se presenta la concepción que tienen
los maestros de sus estudiantes en la institución objeto
de estudio.
Concepción del estudiante por parte de los
docentes
Al revisar los testimonios, se pudo distinguir que la
concepción que tienen los docentes sobre sus alumnos se
remiten a dos aspectos: aquello que ellos creen que son los
estudiantes y aquello que creen que hacen.
Aquello que los estudiantes suelen hacer,
según los maestros, es: "indisciplina", "la
ley del menor
de esfuerzo", " Se echan a dormir", "Andan elevados… No
están en clase", "Brincan", "Joden con los otros", "Vienen
por venir", "Se ponen a molestar", "No lo dejan a uno
quieto", "Unos vienen sólo a joder", "No
hacen caso", "No corrigen", "Para ellos todo es juego".
Ellos son: "Muy niños", "Acosadores",
"Cansones", "Gamines", "Flojos", "Lentos", "No son personas que
tengan interés en el estudio", "Sienten envidia", Nunca
van a estar todos contentos". Sin embargo, uno encuentra
concepciones no tan negativas: "Unos participan y otros no",
"Algunos se preocupan", " son pelao’s inquietos", "Tienen
comportamiento
normal" y otras muy positivas: "Son chicos buenos",
"Respetuosos", "afectuosos", "Atienden", "cuando uno les llama la
atención ellos guardan silencio, no son
respondones", "Se portan
bien", son "muy pilosos", "salen
bien…la inmensa mayoría responde"
(académicamente).
La voz de Sophya
Las circunstancias para aplicar la motivación
hacen alusión al ambiente que los maestros consideran
propicio para tal actividad; eso incluiría cosas como el
estado de ánimo de los agentes de la motivación o
el tiempo y el espacio propicios para la misma, por ejemplo. Para
García Hoz en la obra citada, el ambiente es el primer
estímulo que reciben las personas, en este caso tanto los
maestros como los estudiantes. Este autor afirma: "contorno,
entorno, medio, ámbito, hacen referencia a realidades que
están alrededor de los sujetos, pero que simplemente
pueden estar, sin que ninguna fuerza o dinamismo establezca
relación eficaz entre lo circundante y la cosa
circundada"
Este autor, habla de organizar a los estudiantes en
función
de tres aspectos que él considera claves. Dichos aspectos
describen muy bien las principales circunstancias que
habría que considerar a la hora de realizar un ejercicio
de motivación:
- La madurez personal y social, estimada
normalmente a partir de la edad
cronológica. - El tipo de actividad que ha de ser desarrollada
y los intereses de los discentes. - Las exigencias del tipo de programa que tenga
que ser impartido.
José Jaramillo Plitt, de la Universidad de
Caldas, Colombia, aborda las circunstancias desde la perspectiva
de los medios didácticos empleados para abordar una
temática con los estudiantes. Este autor
afirma:
¿Qué métodos
de enseñanza son los mejores para que se cautive al
estudiante y se logre su máximo interés y por
ende su máximo aprendizaje?. Los estudiantes se
interesan notablemente sólo cuando se les da una
información interesante y bien presentada con los medios
y métodos más adecuados
Walter Arana reseña uno de los requisitos que se
deben cumplir antes de propiciar la motivación. En sus
palabras; "Uno de los problemas que
afrontan los programas o
actividades motivacionales es que generalmente se obvia algo
fundamental: conocer o identificar aquellos factores que
realmente motivan a la persona de manera
individual y colectiva". Y más adelante
sentencia:"pretender motivar al personal para mejorar la
productividad
sin considerar su individualidad es una falacia". Lo anterior
invita a que los maestros conozcan más a su alumnado con
el prepósito de cualificar las estrategias de
motivación.
Con anterioridad se expuso que uno de los factores que
tienen en cuenta los maestros a la hora de sopesar si hacen o
nó motivación es la concepción que ellos
tienen sobre el grupo de discentes al que eventualmente
motivarían. Llama poderosamente la atención las
valoraciones negativas que emitieron algunos de los maestros. Al
respecto cabe decir que una de las cosas que debe tener presente
un maestro es que la escuela tiene como propósito la
inclusión social de las nuevas generaciones. Carrasco y
Basterretche , en la obra citada, afirman que los maestros deben
"contemplar a los alumnos como personas que requieren ayuda y
orientación y más adelante agregan "Si los
maestros esperan de sus estudiantes que sean inteligentes y
personas dignas de aprecio, esto se reflejará en su
actitud hacia ellos, lo cual influirá en el autoconcepto
que desarrollen sus alumnos.
Por su parte, Eduardo Terrén en un comentario
sobre su obra titulada: incorporación o
asimilación. La escuela como espacio de inclusión
social, sirve para cuestionar la concepción de algunos
maestros relacionada con que se debe expulsar a los estudiantes
considerados problema. Al respecto, este autor afirma que:
"una escuela inclusiva reconceptualiza el fracaso ante el
aprendizaje que sufren los más afectados por su diversidad
y lo entiende no como algo natural a cierto alumnado, sino como
resultado de la falta de adaptación del sistema
educativo y de su incapacidad para ofrecer una respuesta
transformadora a un entorno más
complejo"
La visión del
observador…
Los maestros carecen de claridad conceptual con respecto
a las circunstancias que afectan la motivación. SEREV por
su parte afirma que la motivación es independiente del
estado de ánimo de los estudiantes y acto seguido afirma
que la aplica cuando "ve a los
chamos aburridos"; Cuando otro docente dice
que "ninguna circunstancia en
especial" rodea o precede a sus
actividades; lo anterior quiere decir que no existe un motivo u
ocasión especial por la cual se trate de motivar a los
discentes, sino que, por el contrario, es una actividad
cotidiana. Sin embargo, en la entrevista
más adelante declara que no se hace motivación
"Cuando los alumnos se portan mal o cuando me siento cansado o
bajo de ánimo, pero esto último es muy raro".
Lo anterior implica que si el comportamiento de los estudiantes
no es del agrado del profesor, entonces, a manera de castigo, no
se hacen actividades de motivación. Llama la
atención que si el profesor no tiene ánimo o se
siente cansado, tampoco las realiza. ¿Se habrán
puesto a pensar los profesores que quizá eso mismo le pasa
a sus estudiantes?, esto es, ¿Respetará el deseo de
un estudiante de no participar cuando "se sienta cansado o
bajo de ánimo"?
Las circunstancias que los profesores dicen que se deben
cumplir están relacionadas con el tiempo y la cantidad de
contenidos que se supone deben ser vistos en la clase. Si los
estudiantes se portan bien o si han hecho aquello que el maestro
tenía previsto para hacer en la clase (con aquello que se
evidencia que las actividades de motivación serían
como un relleno) o el profesor los nota cansados, si se dispone
de dos horas seguidas (para recuperar el "tiempo perdido"), si se
planea con anterioridad, según el estado de ánimo
del profesor
Todos los maestros manifestaron que e sus clases
trataban de hacer motivación, lo cual puede sugerir, que
son modestos o que no son conscientes de que motivan con algunas
actividades a sus estudiantes. Quizá ignoran qué es
la motivación. Respalda la anterior afirmación el
hecho de que PEFG dude cuando se le pregunta si motiva a sus
estudiantes y responda: "Humm.. yo les doy ánimo" o
que confundan la motivación con juegos o con el cambio de
ambiente. Estos son sólo algunos de los factores que
podrían influir en la motivación de los
estudiantes, de hecho, cuando se les consultó sobre por
qué algunas clases les gustan más que otras, el
6666% manifestó que porque los sacaban de clase . Lo
cierto es que cuando se les hizo la pregunta, la mayoría
de los docentes consultados demoró unos segundos su
respuesta mientras aparentemente reflexionaban al
respecto.
La mayoría de docentes se preocupan más
por cumplir un programa y la motivación e convierte en
algo secundario "si el tiempo alcanza, entonces se hace. Por otro
lado, no es bien visto que se haga motivación si ya se ha
hecho. Se limita la motivación a un tema. Tal vez se
concibe como una práctica ligada a contenidos. El maestro
debe liberarse de la presión
por cumplir con una determinada cantidad de contenidos para
centrarse en el proceso de aprendizaje y, una vez liberado del
lastre de cumplir con un cronograma basado en los contenidos,
ensayar nuevas técnicas
para atraerle interés de los estudiantes sin temor a
alterar escenarios y modificar los contenidos que se traten en la
clase. Lo anterior lleva a plantear que se le otrogue una mayor
importancia al fenómeno de la motivación en el aula
en los curricula de las carreras de licenciatura en el
país
En los testimonios de los maestros se puede distinguir
aquello que ellos creen que los estudiantes suelen hacer,
y aquello que los maestros creen que sus estudiantes son.
Con respecto al primer tópico, según los maestros,
los estudiantes hacen: "indisciplina", "la ley
del menor de esfuerzo", " Se echan a dormir", "Andan
elevados… No están en clase", "Brincan", "Joden con
los otros", "Vienen por venir", "Se ponen a molestar", "No lo
dejan a uno quieto", "Unos vienen sólo a
joder", "No hacen caso", "No corrigen", "Para ellos todo
es juego". Y opinan que Ellos son: "Muy
niños", "Acosadores", "Cansones", "Gamines", "Flojos",
"Lentos", "No son personas que tengan interés en el
estudio", "Sienten envidia", Nunca van a estar todos
contentos". Sin embargo, uno encuentra concepciones no tan
negativas: Algunos de los entrevistados afirmaron que "Unos
participan y otros no", "Algunos se preocupan", " son
pelao’s inquietos", "Tienen comportamiento normal" y otras
muy positivas: "Son chicos buenos", "Respetuosos", "afectuosos",
"Atienden", "cuando uno les llama la atención ellos
guardan silencio, no son
respondones", "Se portan
bien", son "muy pilosos", "salen
bien…la inmensa mayoría responde"
(académicamente). Como se puede observar, en los
testimonios hay dos tipos de respuestas diametralmente opuestas:
las que tienen una noción negativa de aquello que creen
que son y que consideran que hacen los estudiantes y las que son
positivas sobre los mismos aspectos. Sin llegar a ser
conclusivos, cabe indicar como hecho curioso que en este caso
particular las concepciones negativas fueron emitidas por los
maestros de más edad, mientras que los jóvenes
tuvieron una visión opuesta. Al parecer, en las actitudes
descritas con anterioridad influye la concepción que
tienen los maestros de sus estudiantes.
Causa curiosidad los términos que emplea SEREV
para referirse a los estudiantes a los que considera más
"cansones": "acosadores", "gamines", "gañanes"
Cuando dice que le gustaría que se hiciera "aseo", en
su discurso
subyace la concepción de que dichos estudiantes son
basura, y como
tales, que hay que deshacerse de ellos, es decir, excluirlos de
la escuela, a la vieja usanza, cuando se expulsaba a los
estudiantes sin mayores contemplaciones. Para este docente
Mantener a los estudiantes motivados es tenerlos ocupados
haciendo algún tipo de actividad, así sea para
ellos aburrida. Al parecer lo más importante es la
tranquilidad de este maestro. Según las afirmaciones de
los estudiantes, no le gustaba que le preguntaran por las notas,
ni que la llamaran al puesto para consultarle
Llama la atención que los maestros cuya
concepción del estudiante fue desfavorable hayan sido los
más cuestionados por sus estudiantes, tal como se refleja
en la figura 9; en ella se muestran las preferencias de los
discentes por las clases. Obsérvese que hay un claro
rechazo a las asignaturas de PFEG y SEREV. Lo anterior sugiere la
siguiente pregunta: ¿Habrá alguna relación
entre la edad de los maestros y las clases menos motivantes?
¿Son maestros que se hallan fuertemente influidos por el
paradigma
anterior, los que hacen las clases menos motivantes? Un estudio
realizado en Chile ofrece evidencia que apunta en ésa
dirección.
Los autores, Manuel Pérez, Luis Antonio Reyes y
Carmen Sepúlveda, revelaron en su libro que en la
población objeto de estudio, aquéllos maestros con
más de diez años de labores docentes,
exhibían actitudes pesimistas, mientras que los maestros
con entre seis y diez años de experiencia fueron
calificados por sus estudiantes como más claros en sus
explicaciones. Sería interesante realizar una
investigación orientada a encontrar evidencias con
el ánimo de formular, a partir de los resultados
obtenidos, estrategias de motivación para quienes se
espera que sean motivadores de sus discentes.
6.
CONCLUSIONES
Los constantes avances científicos y
tecnológicos de la humanidad hacen que la frontera del
conocimiento se expanda generando de manera casi continua nuevas
delimitaciones en los objetos de estudio. La miríada de
conocimientos ha derivado, por un lado, en un incremento de la
especialización y, por otro, en una mayor
abstracción de la realidad. De tal forma, que la
generación y difusión de conocimientos requiere del
trabajo transdisciplinar y de la formulación de
estrategias de enseñanza y aprendizaje alternativas al
modelo
tradicional. Dicho modelo se ha caracterizado por la existencia
de la desmotivación de los estudiantes, la falta de
interés de los alumnos, el fracaso escolar y la
preponderancia del ejercicio del aprendizaje memorístico
sin comprensión. Colombia, a pesar de su dinámica
de subdesarrollo,
no ha sido ajena a esta corriente mundial. Su juventud viene
reclamando no sólo nuevas formas de expresión,
diversión y estilo de
vida, sino también acceso al conocimiento de una
manera más sencilla y agradable, lo cual ha coincidido con
el deseo de no pocos educadores y legisladores por cambiar
aquéllas estructuras
metodológicas que han imperado en los centros educativos y
que se han caracterizado principalmente, por la puesta en marcha
de procesos pedagógicos con propósitos que no
necesariamente responden a los intereses y necesidades de los
aprendices. En este contexto, surge la aplicación de la
motivación en el ejercicio docente como una estrategia
para captar el interés de los estudiantes por aprender y
hacer de este ejercicio una actividad mucho más
significativa, y por lo mismo, más duradera. En esta
investigación se escogieron tres aspectos relacionados con
este tópico: las concepciones de motivación de los
maestros, las prácticas de motivación que
éstos realizan en el aula y los sentimientos que surgen en
los estudiantes como consecuencia de ellas. En primer
término, con respecto a las concepciones de
motivación de los profesores, se concluyó
que:
- Los maestros conciben la motivación como una
etapa del proceso de enseñanza y como tal, no es
permanente; ocupa un tiempo limitado. Al ser una etapa, quien
inicia o da la pauta para dichas actividades motivadoras es el
maestro. Cuando se afirma que la motivación "implica
algo lúdico", se evidencia que, para algunos, dicho
término se asocia a juegos y a aquello que los juegos
implican, esto es, un ambiente relajado, sin presiones, alegre
e Informal. Para otros, la expresi{on se asocia al
término "ocio" y específicamente a un ocio
no productivo, lo cual es visto con desconfianza por ése
grupo de maestros. Fue interesante descubrir que a pesar de que
buena parte de las prácticas de motivación de los
maestros son de índole conductista, los profesores no
las reconocen como tales. El conductismo
es recordado por las principales acciones que se realizaban
antaño, cuando fueron educados tales maestros, esto es,
los golpes; y si no hay tal práctica, conciben que no se
aplica dicha doctrina. Existen dos aspectos que influyen en la
decisión de un maestro relativa a si hace o no
actividades de motivación: el primero es la
concepción que tenga de sus estudiantes; si la
concepción es positiva, puede mostrarse favorable a
motivar, mientras que no lo hará en caso contrario. El
segundo está relacionado con que el tema de la
asignatura se vaya cumpliendo en los tiempos planeados. Si el
maestro percibe que el tiempo es corto para la cantidad de tema
que le hace falta abordar según el microcurrículo
previsto, entonces pasará por alto la motivación.
Por otro lado, se concluyó que en la concepción
de motivación de los maestros no se manifiestan los
aspectos cognitivos ni volitivos que reseña la
teoría; sólo se asocia con los aspectos
orécticos que señala la misma. Finalmente, a
pesar de que todos los maestros reconocen el importante papel
que juega en los estudiantes la motivación, en su
discurso y en su práctica, se evidencia que ocupa un
papel secundario.
El segundo aspecto de las conclusiones se refiere a lo
que los maestros hacen en el aula. En este tópico se pudo
concluir que:
- Entre las prácticas de motivación que
realizaban los maestros en la institución objeto e
estudio, figuraban: palabras de ánimo juegos, canciones,
dibujos, trabajos y evaluaciones en grupo, películas,
consultas, saludos dentro y fuera del salón, sonrisas,
uso de colores, escritura legible y ordenada en el tablero,
oportunidades de recuperación, lenguaje claro,
diferentes escenarios, tareas sencillas, concursos,
estímulo de la competencia y
de las responsabilidades individual y colectiva,
divulgación de los logros a alcanzar y de las
expectativas del maestro, reconocimiento público,
trabajos manuales,
visitas a sitios de interés, cuentos y
movimientos corporales. Estas prácticas de
motivación están más relacionadas con lo
que la teoría ha clasificado como: motivaciones de
competencia, de logro o de los tipos extrínseco o
intrínseco. También se identificó que los
maestros intentaban despertar en los alumnos metas de
valoración social y miedo al castigo o al rechazo .La
mayoría de los profesores optaba por aplicar la
motivación en pocos momentos, por ejemplo, al inicio del
año lectivo o cuando se tiene tiempo libre. Las
prácticas desmotivadoras detectadas en este estudio
fueron: notas en el observador, quices como castigo y
observaciones y correcciones escritas con color rojo. Estas
prácticas, al desmotivar, dificultan el desarrollo de
las competencias de
los discentes y su acceso al conocimiento.
En síntesis, las concepciones y prácticas
de motivación estudiadas se relacionan con varios
factores, a saber: la actitud que asume y transmite el maestro
frente a los discentes, los instrumentos de mediación que
quiere y puede aplicar, la concepción que tiene el maestro
de sus estudiantes, las acciones de motivación y las
implicaciones prácticas que se deriven de dichas acciones,
los propósitos que tiene el maestro al aplicarlas, sus
razones y expectativas y las circunstancias de aplicación,
así como su regularidad. Las actividades de
motivación se centran en las circunstancias o ambiente de
las clases y en las acciones que los estudiantes deben hacer en
ellas; mientras que las concepciones y expectativas de los
maestros con respecto a dichas actividades se centran en los
resultados de los estudiantes en términos de su
rendimiento académico. Aquí cabe una pregunta:
¿El hecho de que los estudiantes obtengan buenos
resultados implica que sean competentes?
El último aspecto de las conclusiones se refiere
a los sentimientos de los estudiantes frente a las
prácticas de los maestros. Al respecto, se concluye
que:
- En los sentimientos de los estudiantes, derivados de
las acciones de motivación, juega un papel determinante
las percepciones que tiene quien aprende sobre sí mismo
y sobre sus capacidades. Lo anterior incluye su autoestima,
su autoimagen. También influye en los sentimientos las
percepciones que tiene el discente sobre el clima
organizacional que le rodea: si es opresivo, se verá
poco motivado; si es de creatividad y se le permite que
actúe con algún margen de libertad, se
verá más motivado. Por su parte, las valoraciones
que hacen los estudiantes de las actividades motivadoras
incluyen consideraciones referidas a los resultados percibidos
por ellos como consecuencia de dichas actividades, las acciones
que tengan que realizar, los sentimientos y deseos que surjan
en él y las actitudes que le perciban al maestro. Las
actitudes y actos de un profesor amargado provocan en los
estudiantes ansiedad negativa, mientras que las actitudes y
actos de un profesor chévere generan motivación
en los alumnos. Un profesor amargado, también calificado
como "regañón", o "cascarrabias," tiene
actitudes o conductas desestimulantes, como cambiar en la
marcha las reglas de juego sin informarles o sin buscar el
consenso; hace dictados extensos, tiene preferencias por uno o
más de los alumnos, les hace firmar el observador o les
grita delante de terceros. Un profesor amargado es un docente
aparentemente inconforme con sus estudiantes o con su trabajo.
Estos maestros abusan del uso de la palabra al realizar
explicaciones extensas, haciéndolas monótonas; no
han hallado una estrategia de comunicación eficaz con el
discente para hacerle a éste último más
fácil el aprendizaje. Con lo anterior, el alumno tiene
la percepción de que el tema de la asignatura es muy
complejo y que excede sus capacidades. Cuando, según los
estudiantes, los profesores son amargados, las clases se
sumergen en la rutina, en actividades repetitivas sin sentido
para ellos. Frente a lo anterior, los discentes manifiestan
sentimientos de aburrimiento, rabia, decepción, temor,
frustración y resentimiento, entre otros. Estos
sentimientos no propician el aprendizaje. Por otro lado, Un
maestro chévere es aquél que desee motivar a sus
estudiantes y asume una actitud que demuestre que no
sólo desea compartir sus conocimientos, sino que
también disfruta con ello y quiere aprender con sus
discentes; su principal propósito es darle sentido,
desde la perspectiva de los alumnos, a un conjunto de
conocimientos mientras genera en ellos sensaciones de bienestar
y actitudes positivas ligadas a dichos conocimientos. Frente a
lo anterior los estudiantes sienten agrado, confianza,
entusiasmo, que participan, que se divierten, que el tiempo se
pasa volando y, lo más importante, que aprenden.
Finalmente, se puede concluir que no hay profesores
chéveres ni amargados en términos absolutos sino
que hay acciones, actitudes e instrumentos de motivación
que son del agrado de los estudiantes y otros que
no.
7.
RECOMENDACIONES
En el marco
teórico se expuso la postura de Maryellen Weimer y P.
Printich, autores quienes coinciden en afirmar que pocos trabajos
de investigación pedagógica se ocupaban de orientar
a los maestros con instrucciones o recomendaciones que los
ayudasen a mejorar sus prácticas en el aula. Haciendo eco
a dicha crítica, a continuación se exponen unas
aseveraciones que en esencia dos tópicos. El primero
está relacionado con recomendaciones personales del autor
para mejorar las clases, y el segundo está constituido por
interrogantes y reflexiones que podrían orientar la
continuación del presente trabajo.
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