De acuerdo a nueva definición, encontrada en la
publicación Globalization (2002)
Criminal: Es una persona con
instintos predadores que carece del capital para
abrir un banco, ser electo
a un cargo, formar un gobierno o para
iniciar una nueva industria o
corporación…
En esa misma publicación se habla del uso de la
propaganda
para avanzar las metas y los designios de grupos
criminales. Se concluye que con esta filosofía, mientras
menos la gente piensa en lo que el gobierno les nutre,
más actuarán en conformidad con esa misma información.
Los EEUU Han vendido bien la mercancía del
anti-terrorismo.
Unos14 mil millones de dólares se desperdiciaron el
año pasado en programas
meramente simbólicos y altamente lucrativos para quienes
los administraran. Programas cuyo único propósito
era el de combatir, sin mucho éxito,
el terrorismo internacional — Los que sí tuvieran
éxitos, fueron quienes se beneficiaran de administrar los
mismos programas —miembros preferidos de la elite que gobierna
ese país. Quienquiera que tenga la osadía de dudar
la validez de esos ridículos programas (y muchos los
critican) se destierra políticamente y aún se les
tilda de ser anti-patriotas.
Como el país que domina y controla la economía
mundial es también los Estados Unidos,
no se pueden dimitir con ligereza los planes globales que
acompañan sus esfuerzos anti-terroristas. Son ellos
también quienes dominan la banca, la
industria y los negocios del
conglomerado financiero cuyos tentáculos abarcan el
comercio
mundial.
Por ahora, resignémonos a admitir que la
presencia de los dólares americanos (y la fuente de donde
se originan) en los mercados
mundiales, es dominante: Coca-cola,
McDonald, Monsanto, Kentucky Fried Chicken, Boeing, y todos los
que producen armamentos son ubicuos en todas partes alrededor del
mundo.
Mientras tanto, nosotros vivimos en una era de
prosperidad sin precedentes — y de inigualdad y pobrezas sin
límites. Las riquezas combinadas de las 225
personas más ricas del mundo se calculan a estar por
encima de $1 trillón de dólares americanos, que
equivale al ingreso anual de los 2.4 billones de gente que son
los más pobres en el mundo (Naciones Unidas). En los
Estados Unidos, el país más rico del mundo, los
hogares del 1% más ricos; acaparan un 40% del total de
toda la riqueza. El próximo 19% posee un 45% del total,
mientras que el resto de los hogares sólo posee un 13%.
Simultáneamente, los gobiernos del mundo están
reduciendo los programas de bienestar y auxilio social
(destinados a los pobres) para así poder operar
el costo social del
desempleo —
el pobre empobrece, mientras que el rico enriquece.
Esta situación caótica es resultado
directo de la
Globalización. La Globalización es un fenómeno
sociológico y político que describe la integración mundial a través de una
serie de "comprensiones de tiempo-espacio". Por muchos años, los
políticos nos han hecho creer que la globalización
era un fenómeno de naturaleza
benigna y que era un proceso para
obtener los mayores beneficios del mercado al menor
costo para los países. En otras palabras: capital y
comida, desarrollo de
recursos y
cultivo de la tierra.
Pero no es así.
La evidencia es que, por medio de los préstamos
hechos estratégicamente, a los países pobres;
cuando éstos caen en la bancarrota, producto de
las conjuras de sus gobernantes ineptos; estos mismos
países pasan, de ser relativamente independientes en sus
iniciativas y negocios, a ser esclavos de los organismos
internacionales que los esclavizan: El FMI y el Banco
Mundial.
El Presidente G. W. Bush es un ejemplo único de
la servidumbre de un gobierno a las "mega-corporations"
corruptas. Todo lo que se otorga ("gratis") a los países
subdesarrollados, enriquece a corporaciones inmensas que proveen
las mercancías y que cobran sus honorarios monstruosos
implacablemente. Por eso es que la noción de atraer a
cualquier país el interés
financiero del FMI y del Banco Mundial es un paso
peligroso.
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