1.
Introducción
2. Definicion
3. Relacion sistema
politico-sociedad
4. Supuestos y principios
estructurales
5. Los sistemas políticos
supranacionales
7. La organización política
estatal: los sistemas sucesorios
8. Las distintas formas de
gobierno
1. Introducción
En general, el
conocimiento de los sistemas de
gobierno de las
colectividades humanas no suele tener mucho aprecio por las
personas. Las relaciones que se establecen entre gobernantes y
gobernados son muy variadas e influyen en las distintas
expectativas de los gobernados.
Esta relación es lo que distingue los distintos
tipos de gobiernos o regímenes políticos. Las
respuestas de las interrogantes que presentamos a
continuación nos permiten una mejor definición, en
una sociedad política
determinada:
– Cual es el sistema de
elección de los gobernantes?
– De qué manera están distinguidas las
funciones del
gobierno?
– Cómo se articulan los distintos
poderes?
– Qué tipo de relación existe entre unos y
otros?
– Cuales son sus cauces de comunicación con las diferentes partes del
cuerpo social?
– Hasta qué punto los gobernados pueden limitar o
controlar el poder de los
gobernantes?
Adentrándonos en las variables de
respuestas posibles, analizaremos los diversos regímenes
políticos. Es decir, buscaremos delimitar las áreas
de poder político y sus órganos principales, a la
vez que establecemos su configuración.
Corrientemente se dice son los diversos conjuntos de
doctrinas y métodos
que han sido propuestos en diversos tiempos y sistemas sociales a
fin de gobernar a los pueblos.
En la mayoría de los textos contemporáneos
sobre ciencias
políticas, conceptos
claves como los de estado, poder
o régimen han sido sustituidos por el término
"sistema político", con el que se hace referencia al
conjunto de instituciones
legales que constituyen un gobierno o estado, o, en un sentido
más amplio, comúnmente aceptado, a la "concreta
institucionalización de determinadas ideologías
políticas".
Un sistema político puede definirse como la forma
concreta, articulada con frecuencia en un conjunto de leyes
básicas, que adopta la
organización de la vida política de la
sociedad.
3. Relacion sistema
politico-sociedad
Para Jiménez de Parga, a la hora de estudiar un
régimen político habrá que estudiar el
texto
constitucional del mismo y, por otro lado habrá que
completar ese conocimiento
con otras aportaciones en algunos casos más realistas como
puede ser la aportación de la Ciencia
Política. Para acercarnos a la realidad de un
régimen hay que estudiar la práctica, dice este
autor, para él, el régimen político
sería "la solución que se da de hecho a los
problemas
políticos de un pueblo".
En una opinión un tanto diferenciada de la
mayoria de los autores, Fernando Badia, establece una
separación entre el sistema político y el
régimen político, definiendo que el primero es un
conjunto de estructuras
coordinadas desde el punto de vista formal, pero que no existen
necesariamente en la realidad, al menos en su estado puro; y en
cuanto al régimen este entiende "que son los distintos
tipos concretos de organización que han existido o que existen
actualmente", dejando claro en su explicación que estos
son más complejos que los sistemas. Al analizar su
composición establece que provienen de complementos
diversos, de supervivencias de sistemas anteriores y de
síntomas de sistemas futuros.
4. Supuestos y principios
estructurales
Segùn Lucas Verdù los elementos
integrantes del régimen político son:
– Un techo ideológico que puede ser liberal,
socialista, comunista, democrático, etc.
– Elemento estructural: modo concreto de
organización política que pude ser bajo un estado
unitario, federal, regional, etc.
– Elemento social: modo arquitectónico que
configura la sociedad política.
Para Lucas Verdù, el régimen
político supone una síntesis de elementos
biológicos y de organización política en su
correspondiente estructura
social que hace más expresiva la caracterización de
las diferentes políticas existentes.
Para Jiménez de Parga los elementos
serían:
– Supuestos: que serían la suma de posibilidades
que facilitan o dificultan una solución política
(condiciones geográficas, riqueza material, nivel de vida,
costumbres, etc.)
– Principios: que estarían integrados por las
normas
jurídicas y los poderes (Constitución o ley fundamental
del régimen y todas las demás normas).
En cuanto a los poderes cabe distinguir: los formales,
establecidos por la Constitución Española y las
leyes complementarias y, los poderes de hecho o
extraconstitucionales, como los partidos
políticos, grupos de
presión, etc. que articulan también una
solución real del régimen.
5. Los sistemas
políticos supranacionales
Las relaciones que entre sí mantienen los
distintos estados han cristalizado históricamente en la
formación de entidades supranacionales de distintos
tipos.
Imperios.
Formados normalmente por la fuerza, los
imperios se caracterizan por la centralización del poder y
la ausencia de una representación efectiva de sus partes
integrantes. En contraste con los grandes imperios antiguos
(Egipto,
China, Persia,
Roma), cuyos
regímenes autoritarios proporcionaban un gobierno
relativamente estable a numerosos súbditos y vastos
territorios a lo largo de cientos de siglos, los imperios
modernos (como el imperio británico y, en menor medida,
los formados por otras naciones europeas) estuvieron integrados
por colonias que, lejos de la metrópoli, pudieron
desarrollar diversas formas de autogobierno, factor decisivo que
en un lapso muy corto de tiempo, durante
el período de entreguerras del siglo XX, precipitó
el desmoronamiento del imperialismo
moderno y configuró un nuevo panorama
internacional.
Ligas.
Compuestas por estados que combinan sus fuerzas para
oponerse a algún enemigo común, o que acuerdan
colaborar para la consecución de un fin determinado, las
ligas constituyen una de las formas más comunes de
organización supranacional. Son especialmente conocidas la
Liga Hanseática y, en el siglo XX, la Liga (o Sociedad) de
Naciones, formada tras la primera guerra
mundial, y predecesora de las Naciones
Unidas.
Confederaciones.
Son las confederaciones asociaciones voluntarias de
estados
independientes que acuerdan limitar sus respectivas
actividades en algunos aspectos, y establecer determinados
mecanismos conjuntos de deliberación y actuación.
istóricamente constituyeron el primer paso en la
formación de estados a partir de unidades más
pequeñas, como sucedió con la Confederación
de Cantones Suizos, con el Bund alemán del siglo XIX o con
los Artículos de Confederación de los Estados Unidos
(1781-1789). Asimismo, las confederaciones pueden sustituir a los
imperios tras su definitiva disolución, como fue el caso
de la Comunidad
Británica de Naciones o la Comunidad Francesa.
Federaciones.
Las agrupaciones de estados de una región
geográfica que establecen una sola organización
ejecutiva para la realización o supervisión de determinadas acciones de
alcance diverso reciben el nombre de federaciones. Sus objetivos
pueden ser políticos o económicos (Benelux,
Unión
Europea, Euratom) o militares (Organización del
Tratado del Atlántico Norte, OTAN).
Naciones Unidas.
Las Naciones Unidas constituyen un sistema supranacional
en el que se integran voluntariamente todos los estados que lo
desean. Sus fines, el mantenimiento
de la paz y la búsqueda conjunta del desarrollo en
todos los ámbitos, se encuentran recogidos en una carta fundacional
(1945).
6. Sistemas políticos
nacionales y subnacionales
La mayor parte de los estados nacionales independientes
están constituidos como naciones unitarias (por ejemplo,
Bélgica, Francia,
Países Bajos, Reino Unido y España),
dentro de las cuales puede darse una descentralización regional del poder que
puede alcanzar diversos niveles. En los sistemas federales (como
los de Argentina,
Austria, Brasil,
Canadá, India, Rusia y
Estados Unidos), la autoridad
política está dividida entre el gobierno nacional y
los gobiernos de cada una de las unidades federadas.
Existen muchos tipos de sistemas políticos
subnacionales. La comunidad tribal o tribu es el más
primitivo. En la tribu las relaciones básicas son las de
parentesco, y el poder tiene una base territorial, ejerciendo el
dominio los
varones adultos. La ley es la costumbre y suele venir apoyada por
componentes religiosos. El siguiente escalón lo
constituyen las comunidades rurales, en las que el individuo
conserva todavía su personalidad
propia, que puede manifestarse más difícilmente en
las ciudades. Tanto en unas como en otras suele ser habitual la
organización en municipios o ayuntamientos, regidos por un
alcalde que, nombrado por los vecinos o por la autoridad
superior, ejecuta las decisiones del concejo vecinal o las suyas
propias. Son frecuentes, además, las organizaciones
comarcales (mancomunidades o asociaciones de municipios) o
regionales (provincias, departamentos, comunidades
autónomas), intermedias entre las unidades
políticamente federadas (Länder, estados federados,
cantones, etc.) y las unidades inferiores. El feudalismo fue
una de las primeras formas históricas de
organización subnacional.
7. La organización
política estatal: los sistemas
sucesorios
Si se tiene en consideración las unidades
constituidas por cada uno de los estados nacionales, las formas
que adopta la organización política son
extremadamente variadas. Su clasificación puede atender a
diversos criterios. Uno de los más importantes es el
sistema sucesorio empleado para la transmisión del poder
político.
Históricamente, en la época de la
monarquía absoluta, y también en el caso de algunas
dictaduras, la forma más importante de sucesión ha
sido la hereditaria, en la que un descendiente del anterior
gobernante asume el poder. En algunos casos, los modernos
sistemas constitucionales establecen una sucesión por
prescripción constitucional, con carácter
transitorio. No obstante, en todos los sistemas de este tipo, la
transmisión del poder se produce usualmente como
consecuencia de un proceso
electoral en el que los votantes deciden cuál ha de ser la
persona o
partido que ha de ocupar el poder político. No es raro,
sin embargo, que la sucesión se produzca por la fuerza,
sobre todo en países poco desarrollados, y cuya estructura
de poder o implantación social es débil.
Evidentemente, las distintas formas de sucesión
permiten configurar una división básica entre
sistemas políticos autocráticos, que ejercen el
poder de forma absoluta y reprimen a la oposición
política para perdurar en el poder, y sistemas
políticos democráticos, con mecanismos de
crítica y recambio político bien
establecidos.
8. Las distintas formas de
gobierno
Cada estado determina la forma concreta de gobierno que
ha de adoptar. Tradicionalmente ha sido relevante la
monarquía, aunque la mayor parte de las que hoy sobreviven
son de tipo constitucional, es decir, el monarca no ejerce el
poder, sino que se limita a representar a la nación y al
pueblo, que detenta el poder real. Este mismo principio se adopta
en todas las formas republicanas de organización
democrática, en las que el estado es
representado por un jefe de estado, mientras que un jefe de
gobierno, elegido democráticamente, detenta la
función ejecutiva. En algunas repúblicas, estos dos
papeles se identifican. En las democracias, tanto
monárquicas como republicanas, el poder pertenece al
pueblo y se manifiesta en el imperio de la ley sobre todas las
instituciones del estado.
En las dictaduras modernas, igual que en las antiguas,
el poder no suele proceder de un acto sucesorio ni de un proceso
democrático, sino que, con frecuencia, es obtenido por la
fuerza, y habitualmente también se pierde de la misma
forma. En el caso de los países totalitarios, el poder es
detentado por una oligarquía identificada con un partido
único y, ocasionalmente, con un líder.
Autor:
Lic. Radhames Ortiz