1.
Introducción
2. Identidad y
devenir.
4. Conclusión: a cerca de la
creación de nuevos modos de existencia.
5. Epílogo: resistir al
presente
6. Notas
El presente ensayo nos
habla de la "Identidad".
Pero, lejos de circunscribirse tan sólo a esta Forma y a
su desarrollo –
que sería como estar dispuestos a razonar sólo
desde lo ya "dado", en materia de lo
"visible"-, intenta ir más allá de la mera
reflexión, para adoptar un pensamiento
que le es propio y que no ha de reconocerse en la soberanía de lo "posible"; sino, más
bien, en el plano inmanente de una actitud
filosófica, de un pensamiento
crítico y creativo que, más que buscar fundarse en
algún reconocimiento interno, se sitúa en la
exterioridad – ni "visible" ni "invisible"- del acontecimiento;
llamando con todas sus fuerzas a este pueblo que "falta", que no
está , que requiere "ser inventado" y que, lejos de
descansar en la forma soberana de lo "idéntico",
está en constante mutación y contagio, corriendo el
peligro de ser capturado por este Orden mayoritario, y, sin
embargo, yendo siempre más allá de su dominio.
2. Identidad y
devenir.
En nuestro país, sobre todo a lo largo de estos
últimos veinte años, la cuestión de la
"Identidad" se ha convertido en algo recurrente. Esta
recurrencia, lejos de manifestarse como Verdad de una "Identidad"
posible, expresa, en su repetición, la ausencia total de
Origen en que esta "Identidad" pudiera ser alcanzada como "lo
aquello mismo", como Verdad inmutable. Pero a todo esto debemos
sumarle algo muy importante, y es que este fenómeno nos
enseña también como el "comienzo, es decir, la
Procedencia y la Emergencia en que este regusto moral por lo
"Idéntico" se ha afianzado en nuestro país creando
un régimen despótico; y qué es aquello que
hasta ahora no ha podido ser significado del todo bajo esta
Ficción.
Es en los momentos de profundas crisis donde
la preocupación por la "Identidad" aparece con mayor
fuerza. Y,
sospechosamente, esta preocupación nunca "comienza" en el
pueblo, sino a partir del llamado al Orden proveniente de los
gobernantes, o de unas fuerzas que, ya instaladas en lugares de
poder,
capturan el "descontento popular" desde la implementación
de un saber que les es propio. En seguida se oyen las voces:
"Estamos en medio del caos. Nuestra "Identidad" peligra. Nuestra
soberanía está en juego. debemos
librar la 'Gran Guerra' contra
el brutal enemigo; pero, sobre todo, contra aquel enemigo interno
que amenaza con desviarnos de nuestro deber sagrado,
haciéndonos renegar de nuestro más alto Origen". Y
se promete que luego de esta "Guerra",
vendrá la "Paz" que pondrá fin a tanto desorden.
Pero tal "Paz" nunca llega. Y comienzan a ser juzgados los
traidores, los desertores, los malintencionados. Mientras tanto,
el que esta "Paz" nunca llegue, ni la crisis
-todavía existente- son tenidos en cuenta. Para ese
entonces la Guerra habrá engendrado suficiente violencia para
asegurar el dominio.
Afortunadamente, podemos decir con Séneca "Nunca
duraron los poderes violentos". Aunque, desafortunadamente,
nuestro mundo abunde en ejemplos de este tipo. – Nuestro caso no
es ajeno al de los demás países en los que la
violencia se
juega de modo más o menos parecido (hablamos aquí,
es cierto, de los regímenes de gobierno
totalitarios o dictatoriales, pero también de nuestras
democracias: "¿Qué socialdemocracia no ha dado la
orden de disparar cuando la miseria sale de su territorio o
gueto?" (1) ), bástenos por ahora con retener aquello
sucedido en nuestro país durante estos últimos
veinte años-
Sospechosamente, decíamos – y esta no es una
buena palabra -, el clamor por la "Identidad", por el Orden, por
la soberanía y la toma de consciencia, aparecen en
aquellos momentos en que la inconsistencia de tales fatuidades se
hace evidente. entonces surgen estas aspiraciones que, desde el
Universal democrático o el Absoluto totalitario, suponen
la absorción de lo "sensible" -del pueblo- y la
eliminación de lo múltiple -como poder
subversivo, como antipoder- para que la regencia de lo
"idéntico" quede garantizada; el dominio,
momentáneamente establecido. Pero antes, durante, y
después, el combate continúa, ya que esta forzada
cohesión que es la "Identidad", es inseparable de
él. Ella misma es este combate. Siempre que esta
"Identidad" quiere ser conservada, siempre que se apunta a la
constitución de un Sujeto, con toda su
forzada interioridad soberana, es que todas las posibilidades de
creación, de mutación, de proliferación y de
contagio, toda metamorfosis, toda polimorfía, han querido
ser capturadas por un Todo-finito, un conjunto cerrado que no las
incluye; es que el devenir-revolucionario del pueblo está
siendo sojuzgado; aquél pueblo que,
paradójicamente, no está, que falta, que requiere
ser constantemente inventado, y por ello, que no está
dotado de "Identidad"o "interioridad" algunas, excepto si
éstas son ficcionadas por unas fuerzas que han de llevar
su plan inmanente al
fracaso.
Pero qué queremos decir con aquello de: "El
pueblo es lo que falta." Y por qué "Requiere ser
constantemente inventado". Gilles Deleuze nos dice -cito de
memoria–
"Cuando llega el colonizador, el pueblo se transforma en un
devenir…el pueblo es lo que no está, lo que falta, lo
que requiere ser constantemente inventado".(2) Y en otro texto: "El
arte y la
filosofía se unen en este punto, la constitución de un pueblo y una tierra que
faltan en tanto que correlato de la creación…este pueblo
y esta tierra no se
encontrarán en nuestras democracias"(3) . El pueblo es una
inmensa minoría, no importa, en realidad, su número
en los censos, su cantidad. Lo mayoritario es contrario al
pueblo. Lo mayoritario es la dominación. Esta
minoría lo convierte en "devenir", marca su
diferencia irreductible, diferencia "cualitativa"o de "naturaleza";
aunque muchas veces se vea arrastrado por el curso de lo
mayoritario, o necesite de ello, de algún modo, para
sobrevivir; o sea "detenido" por el presente inmóvil de lo
"idéntico". "El pueblo es lo que falta", retengamos un
poco más esta afirmación para oír lo que
tiene para decirnos.
El tiempo de la
dominación es el presente inmóvil de la
trascendencia. desde allí, fija los "afectos", detiene el
movimiento,
nuetraliza la potencia propia
del devenir. El pueblo, por el contrario, pertenece al
acontecimiento, devenir que divide todo presente en
pasado-futuro, vaciándolo de toda Representación y
Coherencia. devenir inseparable de una relación
indivisible de potencia-acto que
efectúa el movimiento que
libera los "afectos"del yugo de la Representación. Este
potencial-afectivo, introduce las mutaciones, los
desplazamientos, las inversiones
que trastocan y quiebran el Orden forzado de lo
"idéntico". Contrariamente a este plano de trascendencia ,
de organización y desarrollo,
que soporta y en el cual es soportada toda "Identidad, todo
"Sujeto"; procede por contagio, un "contagio de inmanencia" en un
plano de inmanencia o de consistencia que no deja de agrandarse,
que prolifera (4). Ahora bien, siguiendo esta teoría
deleuzeana de este modo de constitución inmanente, de este
plano de inmanencia o de consistencia que el acontecimiento
produce, y el cual no deja de producir el acontecimiento; este
plan debe
fallar (5), pero fallar en dos sentidos: Uno que llamaremos
"positivo" o "posibilitador", y otro que lla maremos "negativo",
significante o de captura. comencemos, pues, por el rasgo
positivo: este plan tiene forzosamente que fallar, es decir, no
llegar a constituir la "Forma", la "Identidad" que
arruinarían, que detendrían su devenir; sino,
más bien, proceder por disyunciones, por determinaciones
que no excluyan lo que conllevan de indeterminado, -que, para
decirlo con Nietzsche: "No
desagüen en un 'Ser' ".- sino que den lugar a las
metamorfosis propias del devenir. Por otro lado, existe este otro
rasgo que hace poco mencionábamos y que constituye la
neutralización de su potencia creadora. Esto ocurre cuando
este plano de inmanencia, con sus diferencias de velocidad, de
movimiento y reposo, con su poder de afectar y de ser afectado,
con sus relaciones características de composición y
naturaleza, es
cortado por un plano de trascendencia, y significado en una
"Identidad". Pero pese a esto -y, volviendo a citar a Nietzsche,
podemos decir que todo surge "pese a algo"- el fracaso de este
plan no puede ser total. Pues como dijimos un poco más
arriba, esta "Identidad"es inseparable del combate al que su
cohesión la obliga.
Nosotros tenemos, a partir del acontecimiento que nos
envuelve, la posibilidad de comprender, no en ejemplos
prefabricados, sino en nosotros mismos, a partir de nosotros
mismos, cómo es que esta "Identidad" soberana es
ficcionada sobre el devenir del pueblo, formando un
régimen indiscriminado de dominación y exterminio,
y cómo es que el acontecimiento de la invención del
pueblo requiere prestar atención al devenir que le es
propio, y no al tiempo forzado de
la "Identidad"soberana.
3. La desgracia, lo
intolerable.
"Bien sabemos que, cuando un hombre muere
cerca de nosotros, aunque fuese el ser más insignificante,
en ese instante es para nosotros lo Otro para siempre" (Maurice
Blanchot)
Hoy más que nunca podemos oír, sobre todo
en los medios de
comunicación, pero también en cualquier Habla
mayoritaria, el discurso de
los torturadores que – unos absurdamente "legitimados" bajo la
figura del arrepentimiento, otros no-arrepentidos; ambos
amparados por las leyes de la
democracia–
nos relata minuciosamente cada una de las torturas a las que
fueron reducidas cada una de las víctimas.
La instauración de este relato oscurantista
tiene, por lo menos, dos sentidos posibles. El primero es que, de
este modo, el gobierno
democrático mantiene su Orden y Coherencia. Y los mantiene
de dos modos: Uno, mostrando lo que "sucede" cuando la Coherencia
interna del Estado es
quebrada por un desorden proveniente de los "disconformes", de
los "sediciosos". Otro, equiparando las víctimas a los
verdugos -diciendo, ya en lugar de Dios: "El que no está
conmigo, está contra mí".- ; sosteniendo la
teoría
fascista de la "Guerra entre dos bandos". o de "los dos demonios"
-a la que la "paz" del Orden vendría a poner fin-;
comenzando por la figura del "sospechoso", emblemática
para la semiología de su forma jurídica.
El otro sentido, es el de acallar un habla minoritaria,
tapar la "desgracia", dándole la falsa seguridad de una
soberanía todavía más falsa, intentando
recomponer la identidad irrecomponible de las víctimas;
sellando la grieta que este acontecimiento ha hecho en la
historia de
nuestro país. Y esto también de dos modos: Uno,
desde la universalidad del derecho: "Todos somos iguales ante la
Ley,
víctimas y verdugos, explotados y explotadores". "No hay
más Habla que la de la Ley, pues la Ley
es sobre todo justa e imparcial y la verdad de su Forma es
Universal e inobjetable, apelable sólo dentro de las
normas que en
ella están comprendidas". Otro, reenviando el
acontecimiento hacia un pasado que lo dejaría
indeterminado: "Hemos olvidado nuestras reencillas , hemos
recompuesto nuestra perdida "Identidad", tenemos derechos, somos soberanos
¿Quién sino un subversivo, un "enemigo de la
libertad",
querría que viviéramos épocas pasadas?
¡Vivamos el presente en pos de un futuro mejor, de la
recomposición del 'Ser' Nacional ! ".
Esta hipótesis de "Guerra entre dos bandos",
este paso de víctima a sospechoso y de sospechoso a
verdugo, da cuenta de la forma totalizante del discurso de lo
"Idéntico": Discurso que no admite la posibilidad de lo
diverso; negación del habla en función de un
discurso-Único, del exterminio del habla;
Imposición del mutismo, supresión del habla por el
Habla que, sin embargo, es perforada por la presencia de esta
ausencia radical, del habla excluída.
El torturador es el Sujeto de un predicado Absoluto,
pero la víctima es el objeto inconstituíble que tal
predicado no agota sin que algo se retire en su
ausencia-presencia infinita. El torturador, que puede privarme de
ser "Yo"; el "YO"Supremo del torturador, que me convierte en
objeto de su tortura; La "Omnipotencia"del torturador, su obra
Absoluta; son dueños de lo "posible". Pero en el instante
en que mi "Identidad"es suprimida por su "Poder-poderoso"; en el
instante en que mi confesión es requerida; nada puede
contra aquél "imposible"que se desprende y que el
torturador quisiera tornar "Ego": En el instante en que mi vida
es arrancada, en el instante en que "Yo" soy retirado de la
existencia; nada, ningún Poder puede consumar tal retiro:
"Yo"muero en tanto que "yo", pero, en mi muerte, no
dejo de morir; ahora y siempre: Mi ausencia, mi retiro, se
repiten en el inagotable acontecimiento de mi muerte.
Pareciera como si, en aquél movimiento de la muerte,
momento de la muerte
"impersonal", tiempo sin presente del que se desprende el
acontecimiento, todo poder se vaciara; y mi impotencia impidiera
así la completud de lo "posible"; ligándome a ese
destino de desaparición que arranca de lo "posible" lo
"imposible'', el acontecimiento. Terrible paradoja. Pues esto no
significa mi "victoria": para ello sería necesario que
"yo"en tanto que "yo" tomase lugar; pero desde el momento en el
que se produce el desgarramiento, en el que me veo despojado por
su poder-poderoso, en el momento en el que soy víctima, y
sin embargo lo "Otro", este poder me ha sido retirado
irremediablemente. -Más quisiera el torturador que
traicionase el habla, que en el Habla que espera, mi "Identidad"
este como jugada, arruinando toda posibilidad en que este
habla-otra surja. Pero lo intolerable, lejos de poder ser tan
sólo, irrupción, de estar ligado a mi
desaparición como "hecho", es repetición y
desdoblamiento.
Lo intolerable es aquello ante lo cual nos vemos
privados de reaccionar -el desbordamiento- el instante en que
toda "Identidad" es suprimida, todo poder de decir "Yo", abolido.
Ningún Poder, ningún derecho,han de alcanzar lo
intolerable, pues lo intolerable, lejos de poder ser alcanzado,
de ser inalcanzable, es lo "ineludible". No podemos ser los
"Observadores desinteresados" de este acontecimiento -nuestra
vergüenza nos lo impide- . Somos, de algún modo, el
cuerpo en el que este acontecimiento se ha encarnado. Y debemos
por ello mismo convertirnos en el agente de su
transmutación. Esto no ha de lograrse desde el Orden de lo
establecido, y no debemos, por lo tanto, dar crédito
de lo que allí proviene. Pues no sólo ha de
engañarnos a cerca de las cosas que pasan y su sentido;
sino que también , y sobre todo, nos inocula su veneno
contra el acontecimiento.
Quienes sostienen la hipótesis de la
"Guerra entre dos bandos", ignoran que lo que hubo allí
fue una desmesurada concentración de poder mediante el
ejercicio de una violencia inusitada contra la que unas fuerzas
de no-dominación se vieron forzadas a resistir. Ocurre que
el poder es heterogéneo, y tiende, por lo tanto, a
desplegarse. Aún en los niveles más altos de
concentración de poder, existen instancias de
no-dominación, de resistencia, que
impiden la formación de un poder Absoluto (que
según queda dicho, no puede ser tal ). estas fuerzas
proceden estratégicamente, jamás por
enfrentamientos institucionalizados. No son "otro bando", pues no
aspiran a la totalidad del poder, ni poseen la misma cualidad de
poder que el Estado. Por
otro lado, en tanto hubo para el poder "subversivos", es decir,
un "desorden" tendiente a subvertir el Orden de lo Establecido,
no es posible que haya habido "otro bando". ¿Qué
guerra pudo haber existido cuando no ha habido enemigos sino
"desaparecidos"? Esta hipótesis de Guerra se hace insostenible
desde el momento en que el Orden, la "Identidad", sólo
aparecen en el ejercicio de una violencia despótica contra
todo aquello que se resiste a ser capturado, que no
posee la misma cualidad de poder, sino que se resiste al
Poder, al presente lleno de lo "idéntico". Hay -desde lo
idéntico- la construcción de un "otro bando" ficcionado
sobre un asignificante irreductible a tal semiología
fascista; convertido en pérdida, en desaparición y
por lo tanto no pudiendo haber sido aún significado del
todo como "par", como "contrario", como "poderoso".
¿Qué guerra ha tenido lugar en el no-lugar de la
desaparición? Ninguna , sólo la
"desaparición", la "desgracia", lo
ïntolerable".
De todos lados emerge – sin tener lugar alguno- este
acontecimiento que se repite y nos aspira, que día a
día encarnamos, aunque no queramos, pues ya está
"entre" nosotros; que es negado por la presunta "continuidad"de
un poder despótico -que está llegando a su fin-.
Este acontecimiento que nos impide ser "Yo", ser "únicos"e
"idénticos"; que nos hace el "otro", lo Otro para nosotros
mismos; este acontecimiento en su efectuación ineludible,
nos habla de la "necesidad" de una transmutación en la que
ya , no como "Ego", no desde la soberanía de un presunto
Origen o "Identidad"; sino desde el acontecimiento mismo,
provoquemos la contraefectuación en la que más
allá de nosotros mismos seamos, nosotros mismos, el
acontecimiento; y la posibilidad de un porvenir más
libre.
4. Conclusión: a
cerca de la creación de nuevos modos de
existencia.
Más allá de toda propedéutica o
arte
adivinatoria, podemos, siguiendo el hilo del acontecimiento,
aventurarnos sobre la posibilidad de un porvenir más
libre. Experiencias como el movimiento de los "Sin tierra"o el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional, nos
hablan a las claras de que algo distinto está surgiendo;
de que de nada sirven las nociones de "Identidad" o
soberanía, repletas como están de universalismos y
absolutos. Seguramente, estas experiencias de las que hablamos,
como tantas otras, hallen en un plano de Organización -plano trascendente del que
más arriba hemos dicho- su supervivencia. Pero no es a
este proyecto
trascendente al que pertenecen ni en el que nacen o se
encuentran, sino que despliegan a través de sus
prácticas , un contagio de inmanencia en un plan de
inmanencia que prolifera en contacto con otras experiencias, y se
expande creando nuevas experiencias, nuevas formas de resistencia ,
nuevos modos de existencia creadores.
En nuestro país, experiencias como estas
están comenzando. Y debemos prestar mucha atención
a lo que nos dicen, pues todas surgen, sin duda, del
acontecimiento, y son -en tanto transmutadas en creación-
el acontecimiento mismo. Agrupaciones como las Madres de plaza de
Mayo, Las Abuelas.., H.I.J.O.S., etc, son ejemplos de lo que
estamos diciendo. Y no sólo porque nos hablen de derechos humanos:
"Los derechos del
hombre son
axiomas, pueden coexistir con otros axiomas en el mercado que los
ignoran o los ponen en suspenso mucho más de lo que los
contradicen"(6). Sino por ese contagio de inmanencia que
introducen en nosotros y que el poder acusa de "peligroso'' por
no encontrarse en la lista de los derechos del hombre.
Ellos no se han dejado vencer por la nostalgia ni son el
enunciado de una pérdida . Allí perdura el devenir
de quienes murieron entreviendo la posibilidad de un porvenir
más libre. Devenir que hoy reaparece para que nosotros, en
otro contexto, bajo otra forma, retomemos. Este
devenir-revolucionario que nada tiene que ver con la revolución, es nuestra única chance
de crear , de ser libres, de resistir al presente. La
destrucción es algo que debemos considerar adquirido;
sólo resta llevarla hasta el final, transmutarla en
creación, en devenir, en "diferencia".
Acontecimiento e inmanencia en la que como diría
aquél viejo grafitti del Mayo francés: "La
acción no debe ser una reacción sino una
creación".
5. Epílogo:
resistir al presente
"Estamos ahora en la etapa en que podemos mirar nuestra
actividad, no nuestra creación sino nuestra actividad, y
decir que apesta. Es la ruina del mundo. Esta actividad de abeja,
esta actividad sin sentido es a la que me resisto." Henry Miller,
"Mi vida y mi tiempo."
"somos una esencia singular, un grado de potencia".
(7)
La palabra resistencia, tan a menudo bastardeada por el
instinto reaccionario de conservación, plantea la
necesidad de poseer una visión más profunda
respecto de lo que somos; es decir, del modo bajo el cual se
expresa nuestra potencia. Esta visión crítica se
manifiesta en la vía de un ejercicio concreto de
pensamiento; ejercicio ya de por sí creativo, pues el acto
de pensar actualiza esa potencia en la fundación de un
ethos concerniente a un ejercicio deliberado de libertad en el
plano concreto de
las relaciones de poder. Será preciso entonces, atender a
las condiciones de posibilidad que este acto crea, para refundar
una política
que se aplique a nuevos modos de existencia que amplíen
nuestra potencia, acrecienten los espacios de libertad en que nos
veamos impelidos a crear, en vez de experimentar nuestra
relación con la vida desde el impoder y el
resentimiento.
Resistir será desde entonces crear, no reaccionar
, pues la reacción es el proceder de la impotencia que,
carente de medios para
gobernarse a sí misma, utiliza la fuerza contra
todo aquello que surge en la vía de una posición
activa y afirmativa desafiando todo lo establecido como orden
inmutable y trascendente.
– Allí donde ya no hay resistencia: " Pensar,
Crear, Resistir".- (8)
El tiempo de lo reaccionario es el presente
inmóvil de la trascendencia ( Cronos ). Desde allí,
fija los afectos, el fluido de la potencia, y neutraliza su
poder. Despojada de lo que puede, la potencia se torna contra
sí misma, despojada del acto, reacciona. En el presente
inmóvil de la reacción, la cuestión ética se
ve desplazada por la función restrictiva de la norma
(moral) : quien
no puede gobernarse a sí mismo necesita inventar la
garantía de un orden trascendente, un juez desconocido que
lo gobierne, no sólo a él, sino también, y
sobre todo, a aquél que es capaz de gobernarse a sí
mismo, el hombre
libre. En el tiempo que corre, que es nuestro tiempo , las
democracias modernas (nuestros gobiernos), apuntan seriamente a
solventar este orden. Aunque no existan tal vez tan
explícitamente leyes de Estado, el
Mercado mundial
las regula; la formación comunicativa del orden de lo
privado y lo público ha ido tomando poco a poco la
instancia libre de lo ético y lo político. Es
éste un momento grave, y esta gravedad en la que nos
reconocemos, es lo que nos desafía a inventar.
"Crear no es comunicar, si no resistir." (9)
La invención, el pensamiento, surgen como
acontecimiento. La fuerza de lo intempestivo quiebra el
orden forzado de la trascendencia, y se efectúa de este
modo en la historia como lo nuevo, es
decir lo radicalmente otro, manifestación singular de una
diferencia irreductible, multiplicidad no sometible al orden
hegemónico del presente endurecido. Pero lo nuevo no es
sin embargo la novedad, así como lo intempestivo no
pertenece al tiempo de la historia. El tiempo del acontecimiento
es el devenir, la tensión entre pasado y futuro sin
presente, ( Aiôn ), en que lo nuevo parece vislumbrarse
como la verdad eterna y sin embargo inmanente del acontecimiento.
No basta con esperar el futuro como un presente mejor, risitir es
dar a la acción la forma plástica de un porvenir
más libre, en el tiempo transformador del
devenir.
La creación no es comunicación, aunque existan tal vez en
la
comunicación formas medianamente creativas. La
creación es transformación, no sólo
expresión. Pertenece a la creación el poder
transformador de la materia y el
espíritu. Quien crea, se ve transformado en cuerpo y alma;
y lo que expresa, lo que luego es comunicable, es tan sólo
la anécdota de la que debe verse desprendido para volver a
crear. La información lo llena todo y no deja lugar a
la transformación, a la inversión del estado de cosas; pero la
creación se hace paso inventando vacuolas de silencio a
tanto ruido
infernal.
El devenir revolucionario del pensamiento (sea
éste filosófico, artístico,
científico…) no tiene nada que ver con la revolución
en sí misma, no está en el stalinismo, ni en la
china
comunista, ni el Estado
posrevolucionario francés. El devenir revolucionario es el
acto de resistir, no sólo a las causas exteriores que
recortan nuestra potencia, sino a nuestra propia impotencia, que
en la esfera de su impoder crea la farsa de la omnipontencia a la
que diariamente cedemos. Nada de comunicación, sólo el intenso fluir
del contagio de la libertad, que es la creación,
podrá liberanos de tanta desgracia.
Resistir al presente no es reaccionar a lo dado del modo
en que lo dado espera, sino hacer surgir de algún lado lo
nuevo, lo interesante, lo inexplorado, de modo tal que algo
cambie entre nosotros. Algo que hasta ahora mantenía
oculto la fría rigidez de lo Uno aparece, somos nosotros
mismos transformados. Nuestra propia creación es la
creación de nosotros mismos en un proceso
infinito de transformación, ramificación y
contagio. A esto y no a otra cosa llamo yo resistir.
" Los más sutiles muestran y
critican lo que puede haber de loco en las ideas que un pueblo se
hace sobre su moral o que los hombres se hacen sobre cualquier
moral humana (…)
y se creen que a partir de este hecho han criticado la propia
moral "
( F. Nietzsche)
1- Deleuze, Gilles – Guattari, Félix:
¿Qué es la filosofía?, Anagrama, 1993
2- Deleuze, Gilles: La imagen-tiempo,
estudios sobre cine2, !985, Paidós
3- Íb. 1
4- Deleuze, Gilles, en un artículo titulado: Spinoza y
nosotros (conclusión del libro Spinoza,
Filosofía práctica, ed. Tusquets) y en Mil mesetas,
Deleuze, Gilles- Guattari, Félix, ed. Pre-Textos
Establece un juego de
palabras entre plano y plan, distinguiendo el "plano de
inmanencia" o de "consistencia" o "plan inmanente" del "plano de
trascendencia'' de "Organización y desarrollo" o "Proyecto
trascendente", por esto es que aquí juegan también
de este modo estas palabras, esperamos haber dado alguna ide de
que se trataba cada uno así es que no volveremos a
explicarlo aquí.Para una mejor comprensión: Mil
mesetas, Deleuze, Gilles- Guattari, Félix, ed. Pre-Textos
y Deleuze, Gilles- Guattari, Félix: ¿Qué es
la filosofía?, Anagrama, 1993
5- Deleuze, Gilles – Guattari, Félix, citan a Cage: "lo
propio del plan es que falle", este fallo no será en modo
alguno una derrota, sino unas condiciones de posibilidad o una
captura.
6- Deleuze, Gilles – Guattari, Félix: ¿Qué
es la filosofía?, Anagrama, 1993
7- Deleuze, Gilles: Spinoza, Filosofía
práctica, ed. Tusquets
8- "Pensar, Crear, Resistir", Gilles Deleuze es quien da cuenta
de esta bellísima fórmula a lo largo de toda su
obra. Ver: Geofilosofía, ¿Qué es la
filosofía?, Anagrama, 1993
9- Deleuze, Gilles: Conversaciones, ed. Pre-Textos,
1994
Resumen:
El presente ensayo nos
habla de la "Identidad". Pero, lejos de circunscribirse tan
sólo a esta Forma y a su desarrollo – que sería
como estar dispuestos a razonar sólo desde lo ya "dado",
en materia de lo "visible"-, intenta ir más allá de
la mera reflexión, para adoptar un pensamiento que le es
propio y que no ha de reconocerse en la soberanía de lo
"posible"; sino, más bien, en el plano inmanente de una
actitud
filosófica, de un pensamiento crítico y creativo
que, más que buscar fundarse en algún
reconocimiento interno, se sitúa en la exterioridad – ni
"visible" ni "invisible"- del acontecimiento; llamando con todas
sus fuerzas a este pueblo que "falta", que no está , que
requiere "ser inventado" y que, lejos de descansar en la forma
soberana de lo "idéntico", está en constante
mutación y contagio, corriendo el peligro de ser capturado
por este Orden mayoritario, y, sin embargo, yendo siempre
más allá de su dominio.
Estudios:
1991-1999 Filosofía Contemporánea, Espacio
de Pensamiento, Buenos Aires,
Argentina.
1990-2000 En forma particular: con Annabel Lee Teles.
1995 Pintura: en el
taller de Norma Horowitz.
1995 Dibujo:
Roberto Firpo
1996-1998 Santiago Cucullu: Lic. en Artes Plásticas,
Washington EEUU
1988-1990 Coordinador de Talleres Literarios: Municipalidad de
Lomas de Zamora.
Otros:
1995 Foucault: Annabel
Lee Teles Espacio de Pensamiento
1996 Ontología, ética y
política
en Espacio de Pensamiento
Jornadas Nietzsche: UBA, en CCRR
Foucault:
CCRR
La Etica: Alain Badiou en el CCRR
Batallas éticas: Badiou y Rorty: Tomás Abraham
Espacio de Pensamiento
Leibniz y el Barroco: Lic.
Alejandra Balbi, Municipalidad de la Ciudad de Bs. As.
Etc.
Trabajos, caharlas y seminarios dictados:
Coordinador de talleres de filosofía desde
1995
en Espacio de Pensamiento, Buenos Aires,
Argentina
y en forma particular.
Seminario
sobre ética en la Facultad de Psicología de la
UBA.
Charla sobre las instituciones
de encierro y el proyecto de desmanicomialización del FAB
en la Facultad de Filosofía de la UBA
Nietzsche en la Cátedra de Etica de la Facultad de
Psicología
de la UBA.
Jornadas de ética y política en Espacio de
Pensamiento: Libertad en las instituciones
de encierro. Desmanicomialización como un ejercicio
ético y político diferente. Junto a Diego Zerba
(CUD) y Alejandra Balbi (FAB), entre otros.
Sobre la imagen-movimiento
y la imagen-tiempode Gilles Deleuze.
Sobre Empédocles.
Sobre Blanchot.
Sobre Nietzsche: en el CC Cátulo Castillo, Buenos Aires,
Argentina.
Artículos publicados en la revista
Pliegues Espacio de Pensamiento
Miembro de la revista
Letramorfosis
Colaborador en la revista Periferico Cyberiano
Fundador y programador del cine club Gran
Sud, Temperley
Actualmente elaborando un ensayo sobre Empédocles(o del
Amor): el Ser
y la Sensación
Y dirigiendo el proyecto de Espacio de Pensamiento en
Internet
Autor:
Martín Ayos
espacio de pensamiento
Buenos aires – Argentinaagosto/septiembre de 1997
Edad: 28 años
martin_ayos[arroba]topmail.com.ar
www.sinectis.com.ar/u/anna