La formación de valores en la educación superior desde un enfoque
psicopedagógico
Indice
1.
Introducción
2. Resumen
3. Desarrollo
4. Exigencias
prácticas
5. Bibliografía sobre el
tema
1.
Introducción
Licenciado en Psicología (1978,
Universidad
Central de Las Villas). Profesor universitario con 20 años
de experiencia. Doctor en Ciencias
Psicológicas (1997, Universidad de La Habana). Se ha
especializado en investigar los problemas de
la
comunicación y el aprendizaje y
su incidencia en la formación de la
personalidad de los educandos. Ha publicado artículos
científicos sobre dichos temas en Colombia,
España,
Costa Rica y
Cuba.
2. Resumen
El problema de la formación de los valores
tiene mucha actualidad por las propias necesidades del desarrollo social
en este mundo globalizado. Variados son los enfoques que tratan
de buscar una explicación a tan complejo problema, el cual
puede ser conceptualizado desde diferentes ciencias al ser
concebido desde el paradigma de
la complejidad, pues todo intento de simplificarlo corre el
peligro de desnaturalizar su propia esencia. En el trabajo se
intenta ofrecer diferentes criterios teóricos y
metodológicos sobre la investigación y la práctica
educativa en la formación de valores en la universidad con
un enfoque psicopedagógico.
El problema de la formación o la educación de
valores o en los valores preocupa y ocupa a la comunidad
educativa universitaria en el mundo. La entrada vertiginosa en un
nuevo milenio exige de una mayor eficiencia,
eficacia y
pertinencia de los procesos
formativos en la enseñanza superior, no solo en cuanto a
la elevación del nivel técnico-profesional de sus
egresados, sino también en sus cualidades morales.
De los valores se viene hablando bastante desde hace tiempo por parte
de diferentes especialistas, con disímiles puntos de vista
y enfoques, lo cual resulta lógico, pues constituye un
tema muy complejo que puede ser abordado desde diferentes
enfoques y desde los diferentes campos del saber que integran,
por ejemplo, las Ciencias de la Educación: la
Psicología, la Pedagogía, la Filosofía, la Sociología y la Historia, entre otras.
Un objeto de investigación educativa tan complejo como los
valores no puede ser aprehendido con rigor solo desde la
Pedagogía, de ahí la importancia de hacerlo en
conjunción con la Psicología. Precisamente, el
objetivo de
este trabajo es ofrecer diferentes criterios teóricos y
metodológicos sobre la investigación y la
práctica educativa en la formación de valores en la
universidad con un enfoque psicopedagógico.
3. Desarrollo
No hay nada más dañino en las ciencias en general y
en las psicopedagógicas en particular que pretender
simplificar un fenómeno complejo por esencia. El caso de
la formación de valores constituye un buen ejemplo de
ello, pues en no pocas ocasiones se ha pretendido investigarlos,
e incluso aplicar criterios que, en aras de las urgencias de la
práctica educativa, han provocado su vulgarización,
y por ende, errores en su pretendida formación con los
consiguientes resultados totalmente opuestos a los esperados.
O sea, la vía más rigurosa y científica de
profundizar en el mundo de la educación de los valores
dentro del proceso
docente-educativo, es partir de posiciones epistemológicas
que reafirman su carácter multifacético, complejo y
contradictorio. Multifacético porque posee muchas aristas,
las cuales deben ser tenidas en cuenta en su
interpretación, investigación y en la
práctica profesional pedagógica. Complejo porque no
lo podemos reducir a los elementos que lo integran o intervienen
en su formación, so pena de perder su propia esencia. Y
contradictorio porque con mucha frecuencia se obtienen resultados
empíricos y teóricos que se niegan entre sí,
lo que dificulta la obtención de regularidades
fácilmente aplicables a la práctica.
Lo afirmado hasta ahora exige, ante todo, dejar bien delimitadas
las posiciones teóricas de las cuales se parten para una
conceptualización de este problema que evite los riesgos de la
simplificación, del empirismo y de
la vulgarización en la formación de los
valores.
¿De qué posiciones
teórico-metodológicas partir?
El estudio científico de los valores debe preceder a su
investigación y a su educación en los estudiantes.
Se pueden considerar los siguientes elementos:
· ¿En qué sujetos deseamos educar valores?.
Ante todo es imprescindible el enfoque ontogenético porque
en el caso que nos ocupa educamos jóvenes que han
seleccionado una carrera y su futura labor profesional constituye
el centro alrededor de la cual se deben diseñar las
influencias instructiva y educativa. La etapa juvenil plantea
determinadas características generales que se deben
conocer por los profesores y constatar si cada alumno nuestro es
portador de ellas o no.
· ¿Qué valores posee ese joven
universitario?. Hay que asumir que ese joven (casi adolescente
todavía), que ingresa en los recintos universitarios trae
de los niveles educativos precedentes un nivel de desarrollo de
su personalidad,
y por tanto, determinados valores, los cuales hay que conocer
antes de plantearse educarlos.
· ¿Cuál es su nivel de motivación
profesional?. Como parte del diagnóstico inicial a cada estudiante debe
conocerse el motivo o los motivos que lo impulsaron a seleccionar
esa carrera y no otra.
· ¿Cuáles valores educar?. Ante todo hay que
delimitar los valores trascendentes, los esenciales, de acuerdo
con el modelo del
profesional con que se trabaje, para evitar de esa forma
concentrar las influencias y no perder esfuerzos ni tiempo al
intentar educar demasiados valores al unísono.
Además, hay que compatibilizar el enfoque analítico
de los valores: considerarlos cada uno por separado, con el
enfoque sintético: buscar la condicionalidad interna entre
ellos, porque algunos se presuponen, al estimular la
aparición de otros.
· ¿Cómo concebir a la personalidad?. Es
necesario adoptar una concepción científica de la
personalidad porque las influencias educativas están
dirigidas a desarrollar un profesional con determinadas
características personales, dentro de los cuales se
insertan los valores, concretados como cualidades de la
personalidad que autorregulan conscientemente su conducta de
manera permanente. Al valor hay que
vivenciarlo, o sea, conocerlo y sentirlo como importante por
parte del que lo posee, de lo contrario no se forma ni llega a
regular la conducta.
· ¿De cuáles principios
psicopedagógicos partir?. La ausencia de principios que
guíen la práctica educativa provoca un desmedido
empirismo que lastra cualquier esfuerzo por obtener resultados en
la educación de valores. Los siguientes principios son
fundamentales: de la Personalidad, de la Unidad de la Actividad y
la Comunicación, de la Unidad de lo Cognitivo
y lo Afectivo, la Unidad de las Influencias Educativas, la Unidad
de lo Colectivo y lo Individual y de la Unidad de lo Instructivo
y lo Educativo. Los cuales permiten diseñar el proceso
docente-educativo de una manera más coherente y
efectiva.
4. Exigencias
prácticas
· ¿Cómo realizar el diagnóstico
inicial?. No se puede educar una personalidad que se desconoce,
por lo que resulta imprescindible realizar un diagnóstico
inicial y recurrente para ir constatando los resultados. Pero el
carácter complejo de los valores impide que ese
diagnóstico sea inmediato y directo, hay que involucrar a
los alumnos en este proceso porque la formación de valores
exige de la autoconciencia de los estudiantes, el criterio de
ellos es fundamental mediante una comunicación franca y
cotidiana con los profesores y hay que observar de manera
sistemática a los educandos en los diferentes contextos de
su actuación. Es decir, la observación y la entrevista
devienen herramientas
científicas del profesor en su labor diagnóstica,
amén de otras técnicas que se puedan aplicar.
· ¿Cómo diseñar los proyectos
educativos?. Todo el diseño
del proceso de enseñanza-aprendizaje,
así como de los proyectos educativos deben poseer la
coherencia necesaria para que contribuyan a la educación
de los valores en las dimensiones curricular, extensionista y
socio-política. Hay que partir desde la clase con
un enfoque novedoso, creativo, con una sólida
preparación psicopedagógica por parte del claustro
de profesores para que los resultados se correspondan con los
esfuerzos realizados. La clase será el núcleo
fundamental para la formación de valores, a partir de la
cual se produzca la irradiación hacia las otras
dimensiones y actividades docentes y educativas.
· ¿Cómo modificar el proceso de
enseñanza-aprendizaje? El proceso de E-A debe sufrir todas
aquellas modificaciones que sean necesarias para salir de la
rutina y el esquematismo, de acuerdo con las aspiraciones del
proyecto
educativo.
· ¿Cómo realizar el diagnóstico de
salida? Es imprescindible comparar el diagnóstico de
entrada con el de salida y constatar si se han producido cambios,
con la limitante que los avances en la educación de la
personalidad no son inmediatos, requieren de tiempo para que se
afiancen en los alumnos.
¿Qué experiencias existen en otras universidades en
la formación de valores?.
Es necesario conocer qué se está haciendo en otros
centros de educación superior para beber de las mejores
experiencias y resultados de investigaciones
realizadas. El intercambio de experiencias y de resultados
investigativos es muy importante, sería poco
científico y hasta peligroso intentar trabajar de manera
aislada. La búsqueda de bibliografía actualizada
sobre el tema debe ser una labor constante del claustro de
profesores, así como propiciar encuentros e intercambios
con especialistas y colegas. Existen experiencias interesantes en
otras universidades que deben ser tenidas en cuenta y aplicables
con las adecuaciones correspondientes. Algunas de los resultados
más interesantes son:
q La necesidad de enfocar el proceso docente-educativo con una su
visión ética,
comunicativa, holística e interdisciplinaria.
q Problematizar los contenidos de la enseñanza con
situaciones conflictivas que revelen las contradicciones reales
de la sociedad actual y
el papel de lo
valores en su dilucidación.
q El alumno como sujeto del aprendizaje que logre vivenciar los
contenidos de la enseñanza (unidad de lo intelectual y lo
emocional), a través de un diálogo cotidiano entre
el profesor y el alumno y de ellos entre sí, así
como que se estimule su autoperfeccionamiento y su
educación.
q Necesidad de una capacitación específica a los
profesores universitarios para la formación de valores en
los jóvenes, a partir de la introducción en su
práctica de estrategias tales
como la orientación profesional, el aprendizaje grupal y
el empleo de
métodos
participativos, así como el desarrollo de la competencia
comunicativa de los docentes, y la redimensión de su
rol.
q Los valores no se pueden imponer, inculcar ni adoctrinar, los
alumnos deben asumirlos y hacerlos suyos por su propia construcción y determinación.
q En el profesor universitario debe provocarse la
autorreflexión y autoevaluación sobre la
competencia de su labor en la formación de valores.
q La ejemplaridad del claustro de profesores y del funcionamiento
de la universidad
q Se destacan los valores responsabilidad, fidelidad, solidaridad,
autenticidad, patriotismo, laboriosidad y algunas vías
para educarlos.
q Enfatizar en la clase como vía fundamental para la
educación de los valores, junto con las demás
actividades.
q Vincular de manera coherente los paradigmas
cualitativos y cuantitativos de investigación.
q Se involucran fenómenos psicológicos complejos,
tales como los intereses, necesidades, motivos, intenciones,
aspiraciones, ideales, convicciones, etc.
q La obligatoriedad de hacer siempre un diagnóstico de
cada alumno al entrar a la universidad y la constatación
de su evolución en cada año.
Conclusiones:
q La educación de los valores en la educación
superior constituye un tema de gran actualidad y trascendencia en
la formación de los profesionales que necesita la
sociedad.
q Su carácter complejo, multifacético y
contradictorio exige del claustro de profesores una especial
preparación teórica y metodológica en el
campo psicopedagógico para su investigación y en la
labor docente-educativa.
q Como objeto de investigación está siendo
estudiado en las universidades cubanas y extranjeras con la
obtención de resultados muy interesantes y promisorios,
los cuales deben ser estudiados e introducidos en la
práctica educativa con las adecuaciones
correspondientes.
5. Bibliografía
sobre el tema
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personalidad en Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, La
Habana.
· Vázquez, S. (1999) Educación y valores.
Curso Pre-evento Pedagogía 99, La Habana.
Trabajo enviado y realizado por:
Dr.Emilio Ortiz Torres
Área de Estudios sobre Ciencias de la
Educación Superior (AECES).
Universidad de Holguín "Oscar Lucero Moya". Avenida XX
Aniversario y Plaza de la Revolución, Holguín,
CUBA