1.
Resumen
3.
Objetivos
4. Planteo del
Problema
5.
Hipótesis
6. Marco
Teórico
7. Fobias y adicción a
drogas:
8. Consecuencias De La Fobia
Social
9. Motivo De Consulta Y
Evaluación
10. Evaluación realizada por medio de
cuestionarios
11. Inventario de
Asertividad
12. Recursos disponibles y
déficit
13.
Diagnóstico
14.
Tratamiento
15.
Resultados
16.
Seguimiento
17. Recolección y
elaboración de
datos
18.
Conclusión
19.
Bibliografía
20. Anexos
1. Resumen
Hubo desde los comienzos como un acuerdo en la
elección del tema. Nos había llamado
particularmente la atención cuando un integrante del
grupo lo vio
en un informe
televisivo. Aparte elegimos este tema ya que para nosotros era
uno de los menos difundidos.
Dedicamos gran parte del tiempo que nos
demandó el trabajo, a
la búsqueda de la mayor cantidad posible de material
bibliográfico. Para esto recurrimos a bibliotecas,
profesores, psicólogas, psiquiatras.
Lo ordenamos para poder
estructurar el desarrollo,
empezando por la definición del trastorno, sus causas,
características y tratamientos, tanto de la
víctima como de su entorno.
Luego realizamos encuestas y
entrevistas
que nos ayudaron a cotejar y corroborar los conocimientos ya
obtenidos.
Qué puede haber mejor que charlar con otra
persona,
tomarse unas cañas con amigos, o salir al campo en
compañía. Incluso preparar un examen puede resultar
mejor si se hace con compañeros. Cualquier actividad
realizada en grupo resulta gratificante y enriquecedora, no hay
que perderse nunca la compañía de otras personas,
cualquier motivo es bueno para organizar una fiesta o una
celebración.
Quizá tú estés pensando que
no, que precisamente esas situaciones en las que hay mucha gente
a la que saludar son insoportables, porque no sabes cómo
comportarte. Que aún estando en compañía de
amigos, te sientes tremendamente sólo. Cualquier cosa que
puedas decir resultará ridícula y embarazosa.
Piensas que los demás se desenvuelven con soltura y
naturalidad en fiestas y reuniones sociales. Situaciones que
tú acabas evitando con mil disculpas. Cuando no
queda más remedio que acudir a uno de esos lugares, en los
que hay más gente, conocida y desconocida, los
síntomas psicofisiológicos más
frecuentemente experimentados son: sudoración, temblores,
taquicardia y rubor.
Tiendes a centrar la atención excesivamente
en tí mismo, con la creencia de que los demás
están pendientes exclusivamente de lo que haces, de
cómo te relacionas. Pensando, desde luego, que no lo haces
bien, que los demás lo van a notar y lo
criticarán.
Estas personas, son excesivamente sensibles a las
críticas ajenas, críticas que en ocasiones no
llegan a existir pero uno las anticipa o las supone, pensando
incluso que son reales y, por supuesto, consecuencia de fallos
propios.
Se empieza a evitar, por tanto, esas situaciones
que tanta ansiedad provocan. Y cuando no es posible evitarlas,
desde luego no se participa activamente, por ejemplo, empezando
una conversación o sentándose al lado de un
desconocido. Uno se evade mentalmente de la situación,
apareciendo ante los demás como ausente.
La fobia social es el segundo trastorno
fóbico más frecuentemente visto en la
clínica, sólo superado por la agorafobia. La forma
de comienzo de este problema puede ser progresiva, con
antecedentes de timidez en la infancia y de
aislamiento en la adolescencia,
o bien repentina, tras una experiencia
traumática.
Baja autoestima y
sentimientos de inferioridad son rasgos característicos de
las personas que presentan este problema. No siendo raro, que se
recurra al consumo de
alcohol como
estrategia de
afrontamiento ante las situaciones temidas.
En el transcurso del trabajo nos propusimos
múltiples objetivos,
pero el más importante fue el de ampliar nuestros
conocimientos, así sea investigando, recolectando y
elaborando información, y asimismo dar a
conocer:
las causas de la fobia social
el comportamiento
de las personas que padecen esta enfermedad
sus tratamientos
Actualmente vivimos en una época caracterizada
por una aceleración constante, donde no existe el lugar ni
el tiempo para elaborar los duelos que acarrean las distintas
pérdidas. Los mecanismos de la cultura exigen
a los individuos una respuesta rápida, una sobre
adaptación. Dichas características dan lugar a
distintas patologías, entre tantas tomaremos a las fobias,
particularmente la "fobia social".
Al comenzar nuestro trabajo nos propusimos enunciar las
siguientes hipótesis:
1. Los fóbicos cuentan con personas e instituciones
que se especializan en hacer que estos se enfrenten a su miedo,
que es el de sentirse segregado frente a una situación
social.
2. La fobia social puede llevar a las personas a estados
de pánico, los cuales pueden ser muy graves.
3. Las personas que padecen este miedo consumen drogas y
alcohol para enfrentar estas situación
sociales.
4. El fóbico vive condicionado por la fobia
social, la cual lo limita, incapacita, impidiéndole
realizar una vida normal.
Entendemos por fobia social, un miedo intenso que
caracteriza a las distintas personas que la padecen,
incapacitándolos para enfrentar situaciones sociales.
Estas últimas generan un alto grado de ansiedad que se
traduce en un sentimiento de angustia y/o pánico.
Así, estas personas comienzan a evitar compromisos
sociales, sirviéndose de excusas que consigan este
propósito: "…no puedo ir porque estoy
enfermo…".
Quien padece de fobia social tiene la idea de que las
otras personas son muy competentes en público y que
él o ella no lo son. Pequeños errores que cometa
podrán parecerle mucho más exagerados de lo que en
realidad son. Se sienten muy avergonzados por ruborizarse y
piensan que todas las personas lo están mirando,
también puede tener miedo de estar con personas que no
sean las más allegadas. Su miedo puede ser más
específico, como el sentir ansiedad si se tiene que dar un
discurso,
hablar con un jefe o alguna otra persona con autoridad, o
bien aceptar una invitación. La fobia social más
común es el miedo a hablar en público.
Las situaciones sociales que tienden a ser evitadas
son:
* Hablar con personas desconocidas
* Beber o comer en lugares públicos (temor a
atragantarse)
* Hablar por teléfono mientras se es
observado
* Orinar en un baño público
* Ingresar a un ambiente
(restaurante, salón de clases, etc.) cuando ya hay
personas sentadas
* Rendir exámenes orales
* Resistir a vendedores insistentes
* Hacer una conquista sexual
* Mirar a los ojos a personas muy conocidas
Se diagnostica fobia social cuando la conducta
evitativa o la resistencia a
enfrentar estas situaciones interfiere con la actividad laboral o
educativa del afectado.
Las personas que padecen fobia social les preocupa mucho
el hacer el ridículo delante de los demás, y se
sienten muy ansiosas antes de enfrentarse a la situación
que temen. Se encontrarán con anterioridad revisando, con
gran detalle, todas aquellas cosas que le pueden poner en un
apuro. Cuando se encuentren con gente se sentirán
aún más ansiosas, y pueden llegar a ser incapaces
de decir o hacer lo que deseen. Una vez que todo acaba, se
preocuparán sobre lo que ha pasado, de nuevo en gran
detalle, y desearán haber hecho las cosas de forma
diferente. De alguna forma es una profecía autocumplida.
Se preocupan tanto de parecer preocupado, que realmente parecen
preocupado. Su preocupación es su peor enemigo.
Existen dos tipos de fobia social:
Generalizada:
Hace referencia a la preocupación que un
fóbico social presenta ante la situación de
convertirse en el centro de la atención de los
demás en cualquier lugar en que se encuentre con otras
personas. Se encontrará a sí mismo preocupado de
que todo el mundo lo mire y se da cuenta de lo que hace. Puede
tener miedo de que le presenten a otras personas y se
preocupará incluso por el comer o beber en público.
Probablemente se le hará difícil entrar en las
tiendas o restaurantes. Puede sentirse tan avergonzado por tener
que desvestirse en público, que no querrá ir a la
playa. También es posible que le sea difícil
enfrentarse a su jefe o a sus colegas o compañeros de
trabajo, incluso cuando realmente debería
hacerlo.
Las fiestas suelen presentar problemas
particulares. Muchos vacilaríamos ligeramente antes de
entrar en una habitación abarrotada de gente, pero las
personas que tienen fobia social puede resultarles casi imposible
el entrar en la misma.
Específica:
Consiste en la fobia a situaciones sociales muy
concretas, pero no a todas las situaciones. Es decir, puede
sentirse incapacitado para comer en público, pero no para
hablar delante de los demás, caminar por la calle,
etc.
Causas de la fobia social
La Organización Mundial de la Salud (OMS), identifica
algunos factores que podrían ser la causa del
desorden.
Algunas investigaciones
apuntan a una pequeña estructura
cerebral llamada la amígdala, que puede estar relacionada
con los síntomas de la fobia social. Se cree que la
amígdala es uno de los centros cerebrales que controla la
respuesta al miedo.
Estudios en animales sugieren
que la fobia social podría ser heredada. De hecho, los
investigadores identificaron recientemente un gen en los ratones
que afecta el aprendizaje
del miedo.
Una línea de investigación está explorando la
base bioquímica
que pudiera tener el desorden.
Otros especialistas exploran la idea de que una alta
sensibilidad a la desaprobación puede estar basada en
causas hormonales o tener raíces
psicológicas
También se hacen pruebas sobre
la influencia del ambiente en el desarrollo de la fobia social.
La gente que la padece puede adquirir el miedo al observar el
comportamiento y las consecuencias de las acciones de
otros, un proceso
llamado aprendizaje por
observación o modelado social.
Síntomas:
Las personas que padecen estos tipos de fobia social,
suelen compartir una serie de síntomas físicos,
como son: tener la boca muy seca, sudar en gran cantidad, sufrir
palpitaciones (sensación de que el corazón le
late muy rápido, o irregularmente), y tener ganas de
orinar o defecar. Otras personas experimentan síntomas
más evidentes para los demás como: ruborizarse o
enrojecer, tartamudear, o experimentar sacudidas y temblores. En
ocasiones respira demasiado rápido, lo cual da la
sensación de endormecimiento y hormigueo de los dedos de
las manos y de los pies. Estas molestias, en sí mismas,
pueden llegar a ser bastante alarmantes haciendo que la ansiedad
incluso empeore.
Ataques de pánico:
Muchas personas con fobia social pueden desarrollar
otros desórdenes de ansiedad, en particular ataques de
pánico (de forma intensa o con estallidos de terror
acompañados de síntomas físicos), en
situaciones sociales comprometedoras.
Las crisis de
pánico son la respuesta de alarma de nuestro organismo
ante el peligro. Si reaccionásemos con miedo, temblor,
taquicardia, etc. , porque alguien nos ataca con una navaja,
consideraríamos nuestra respuesta de terror y las
sensaciones internas que lo acompañan, como algo normal.
Si alguien nos gastase una broma pesada amenazándonos con
una pistola y nosotros creemos equivocadamente que va a disparar
y matarnos, reaccionaríamos con la misma respuesta de
miedo; se pondría en marcha nuestro sistema de alarma
y, en este caso, se trataría de una falsa
alarma.
Nuestro cuerpo y nuestra mente responden con miedo, con
las sensaciones internas típicas del pánico y con
el impulso de huir; cuando estamos ante un peligro, sea este real
o imaginario. Es algo parecido a lo que ocurre con la alarma de
un coche cuya misión es
ponerse en marcha cuando hay peligro de que lo roben; pero que,
en ocasiones, se activa sin que exista ningún peligro de
robo. Del mismo modo, a veces, en algunas personas se pone en
marcha el sistema de "alarma ante el peligro" y reaccione como
si, en ese momento, estuviesen a punto de morir, volverse locos o
perder el control.
Esto puede ocurrirles sin que se hallen ante
ningún peligro real. Y ¿por qué ocurre?.
Pues, por una serie de circunstancias, han llegado a creer que
ciertas sensaciones internas, que todos notamos cuando estamos
nerviosos significan que están en peligro. Por lo tanto,
al notar esas sensaciones creen que es la señal de que
algo terrible está a punto de ocurrirles. Esto hace que se
ponga en marcha el sistema de alarma que, supone un aumento del
miedo y de las sensaciones internas. Ese aumento de miedo y de
sensaciones, se interpreta como prueba de que algo malo
está ocurriendo, dando lugar al círculo vicioso del
pánico.
Es decir, el problema consiste en que se hace una
interpretación catastrófica de unas sensaciones
"normales" y al hacer esa interpretación
catastrófica y creer que se está en peligro, el
cuerpo reacciona como si estuviese en peligro real.
¿Cómo empezó todo
esto?
El día en que se experimenta el primer ataque de
pánico, pudo ocurrir algo que influya en que se noten
sensaciones internas más fuertes de lo habitual (por estar
nervioso, por haber tomado algún tóxico, etc.).
También pudieron darse circunstancias que influyan en que
hagas una primera interpretación catastrófica de
las primeras sensaciones internas que se noten, y en que dicha
interpretación se mantuviese en el tiempo.
Lo más común es que alguien conocido
hubiese experimentado alguna enfermedad grave, cuyos
síntomas sean similares a las sensaciones que se notan al
inicio del primer ataque.
El caso es que, por esas u otras razones, ese día
al notar ciertas sensaciones internas dan por creer que eran
señal de peligro inminente, de que iba a ocurrir alguna
"catástrofe" física o mental. Esa
creencia, es la que puso en marcha el sistema de alarma del
organismo; es decir, se activó una parte del sistema nervioso,
principalmente el llamado sistema nervioso simpático y
esto hizo que se produzcan cambios en la respiración, en las hormonas,
etc.
Así, en forma instantánea, las sensaciones
internas iniciales se hacen mucho más fuertes y se
añaden otras nuevas. Esto se interpreta como
confirmación, de que algo terrible está pasando y,
por lo tanto, el miedo y la ansiedad subieron más y
más. Es lo que llamamos el circuito vicioso del
pánico.
Después del primer ataque, que suele suponer una
experiencia aterradora, la persona que lo sufre puede quedar
convencida de que tiene una enfermedad, física o mental,
muy grave, cuyos síntomas pueden reaparecer en cualquier
momento.
Por eso, quienes padecen este problema, empiezan a
autoobservarse continuamente en busca de cualquier señal
interna. Esta auto observación hace más
fácil que se note alguna sensación, y cuando la
persona con pánico la nota, se activa su creencia de que
esta en peligro, y así se pone en marcha el círculo
vicioso que puede llevar a un nuevo ataque de
pánico.
Al activarse el círculo vicioso de pánico,
la persona suele hacer ciertas cosas que cree que la ayudan a
"conjurar el peligro", como distraerse, tomar medicación,
rezar o huir del lugar donde esta. Al mismo tiempo, puede empezar
a evitar las actividades o las situaciones, en que cree que es
más fácil que aparezcan las sensaciones
tímidas.
7. Fobias y
adicción a drogas:
La Asociación Americana de la Salud Mental dice
que la fobia social puede causar baja autoestima, depresión
y en situaciones extremas hasta intentos de suicidio. Para
tratar de aliviar la ansiedad que produce y la depresión,
la gente con fobia social podría comenzar a tomar alcohol
o usar otras drogas como la marihuana, la
cocaína o ansiolíticos potentes, pero lo curioso es
que muchas veces ni siquiera necesitan consumirlas. Solo
necesitan la seguridad de
tenerlas a su disposición. Algunos sin saberlo, cuando las
consumen caen en los efectos adictivos de su ingestión.
Cuando en su afán de independencia
las suspenden bruscamente, producen reacciones aún
más angustiantes, estas se deben a un "rebote" del
consumo, llamado "síndrome de abstinencia".
8. Consecuencias De La
Fobia Social
¿Tiene tratamiento la fobia social?
Si, como cualquier otra patología, esta
también tiene tratamientos específicos, estos
son:
Psicológicos Y Farmacólogicos
Tratamiento psicológico:
Debemos ponernos en contacto con un psicólogo que
nos ayude a seguir un tratamiento personalizado, en cualquier
caso la mejor terapia de este tipo a seguir es la llamada
cognitiva-conductual. Esta terapia consiste en la
exposición controlada a aquellas situaciones que causan
ansiedad y demás síntomas descritos. Con esto se
consigue que la ansiedad causada por las distintas situaciones,
vaya disminuyendo paulatinamente hasta llegar a un nivel
controlable por el paciente. El psicólogo enseña al
paciente unas técnicas basadas en habilidades sociales
para que este pueda controlar la ansiedad sin que lleguen a
aparecer los síntomas fisiológicos, una vez
conseguido esto a través de un proceso de meses de
tratamiento, el paciente podrá enfrentarse a aquellas
situaciones que antes creía no poder afrontar. Otras
terapias muy comunes y eficaces son la terapia de
exposición y cognitiva.
Terapia de exposición.
Esta técnica consiste en ayudar a una persona a
relajarse cuando se encuentra en la situación que
considera como amenazadora. Una de las terapias de
exposición existentes es la conocida como
"inundación". Al paciente se le enseña primero como
relajarse en una situación amenazadora y a
continuación se le sitúa en una situación
que normalmente le preocuparía, como una habitación
abarrotada de gente. Entonces se le ayuda a relajarse y a que
espere a que su ansiedad desaparezca, lo cual ocurre al cabo de
un rato.
Terapia cognitiva.
Las cosas que pensamos condicionan nuestro estado de
ánimo. Con frecuencia nos ponemos nerviosos como
consecuencia del modo en que pensamos. Este tipo de tratamiento
ayuda a las personas a cambiar la forma en que piensan de
sí mismos y de los demás. Así, por ejemplo,
cuando surge un silencio en una conversación, un paciente
con una fobia social tenderá a pensar que es por su culpa,
y empezará a sentirse ansioso. En la terapia cognitiva, el
terapeuta le recordará que lo más probable es que
la otra persona se haya quedado sin cosas que decir, una forma
mucho más realista y menos preocupante de pensar sobre la
situación.
En cualquier caso, el tratamiento psicológico no
siempre da buenos resultados por si sólo, ya que a veces
este trastorno lleva demasiado tiempo arraigado en la vida del
paciente, hasta el punto de hacerle creer que forma parte de su
personalidad y
no de un simple comportamiento aprendido basado en patrones
inconscientes erróneos, como en realidad es.
Tratamiento farmacológico:
Betabloqueantes.
Aunque estos fármacos suelen usarse para tratar
la hipertensión arterial, en dosis bajas controlan las
repercusiones físicas de la ansiedad y pueden ser tomados
inmediatamente antes de encontrarse con la gente o de hablar en
público.
Antidepresivos.
Existe un tipo particular de antidepresivos, los
llamados "Inhibidores de la Mono Amino Oxidasa" (IMAO) que han
demostrado que reducen o incluso hacen desaparecer la ansiedad y
el pánico, aunque suele ser necesario que transcurran
varias semanas antes de que el tratamiento funcione. Sin embargo,
este tipo de fármacos presenta inconvenientes que pueden
llegar a ser importantes. Los IMAOs tienden a bajar la
presión arterial lo cual puede hacer que el que los toma
se sienta débil. Además, algunos alimentos como
algunos quesos, algunas cervezas y vinos tintos, productos de
la levadura, chocolate, habas y escabeches pueden dar lugar a
peligrosas reacciones hipertensivas, de forma que los pacientes
que tomen este tipo de fármacos deben llevar a cabo
estrictas dietas en las que no figuren estos
alimentos.
Existen en la actualidad algunas mejoras en los
inhibidores, llamados RIMAs (Inhibidores Reversibles de la Mono
Amino Oxidasa tipo A) que parecen no causar estas reacciones
adversas. Los antidepresivos clásicos no parecen funcionar
bien en la fobia social.
Sin embargo, los antidepresivos más recientes
(conocidos como ISRS – Inhibidores Selectivos de la
Recaptación de la Serotonina) han demostrado ser
útiles en el tratamiento de la fobia social, aunque pueden
dar lugar a dolores de cabeza y vértigo en las primeras
semanas de tratamiento. Con este tipo de antidepresivos usted
podrá comer lo que desee.
Tranquilizantes.
Los fármacos como el valium fueron usados
en el pasado para el tratamiento de cualquier tipo de ansiedad.
Hoy en día sabemos que son adictivos y que no ayudan a
largo plazo y que por tanto no deberían ser empleados en
el tratamiento de la fobia social
Existen actualmente muchos fármacos de la familia de
los ansiolíticos que se han demostrado eficaces para el
tratamiento de la fobia social, aunque muchos de ellos cuentan
con un gran inconveniente que son los efectos secundarios que
tienen. Nombraremos aquí, tres de los más
utilizados y cuyos efectos secundarios no revisten demasiada
importancia:
Prozac: es el fármaco más popular
de la historia
moderna, popularizado en estados unidos
como la "píldora de la felicidad", está indicado
para el tratamiento de las depresiones graves, así como
para el de la fobia social.
Hace cuatro años, el prozac, causó un
fuerte impacto en estados unidos. Diseñado originalmente
para tratar la depresión, los médicos vieron que
alteraba algunos rasgos de la
personalidad, como las actitudes
depresivas, la agresividad, la irritabilidad, y desde luego, la
timidez. La clave de tal "revolución" estribaba en la acción
específica de este medicamento sobre dos neurotransmisores
del cerebro, la
serotonina y la norepirefrina.
Estas sustancias las producen las neuronas para
transmitir los impulsos nerviosos, y forman parte de una gran
familia
química
dentro del cerebro en la que se han catalogado decenas de
neurotransmisores que circulan dentro de nuestra
cabeza.
Hipérico: se trata de una especie de
"prozac" pero en versión natural y que por lo tanto cuenta
con menos efectos secundarios. Está de moda en
alemania y ya
se ha convertido en un símbolo para la cultura naturista
germana. Se trata de un extracto de una planta milenaria, la
hierva de san juan. Al igual que el prozac está indicado
para problemas depresivos y fobias.
Seroxat: este medicamento ha sido muy comentado
en todos los medios
informativos durante la segunda mitad de 1998, siendo catalogado
en muchas ocasiones casi como una "Píldora milagrosa
contra la fobia". Su fórmula química original se
denomina "PAROXETINA" y es un inhibidor de recaptación de
serotonina (ISRS). Está indicado para combatir las
depresiones y timidez patológica o fobias
sociales.
Lo cierto es que se trata de un medicamento
comercializado en todo el mundo para tratar la depresión,
pero los psiquiatras del Reino unido han descubierto que es
efectivo para combatir la ansiedad y las fobias
sociales.
Los estudios realizados en 861 pacientes en todo el
mundo durante 40 semanas indicaban que aquellos que
ingerían 20 miligramos de paroxetina mejoraban
ostensiblemente de sus fobias sociales. El hecho de que la
paroxetina o seroxat se presentara como una solución para
la esta enfermedad mental, radica simplemente en que las personas
afectadas por fobia social, son tímidas por naturaleza, por
eso a veces se hace difícil distinguir dónde se
encuentra la línea que separa la timidez de la fobia
social.
Otros fármacos eficaces en el tratamiento de
fobias sociales son: TRANKIMAZIN – RIVOTRIL –
LEXATIN – TENORMIN… etc.
Los tratamientos farmacológicos que acabamos de
exponer, deben ser administrados bajo supervisión médica y nunca por
propia iniciativa y en consecuencia sin control.
9. Motivo De Consulta Y
Evaluación
Información obtenida de entrevista
Para dar cuenta de teoría
anteriormente detallada, tomamos el caso de una chica de 17
años llamada María.
El motivo de la consulta es porque "estoy muy nerviosa,
no sé cómo actuar, cómo hablar con los
demás y decir mi opinión", "mi nerviosismo ante los
demás, el miedo a ciertas personas, miedo a ser yo misma y
a la falta de organización que tengo, me agobio por todo".
Cuenta que tiene miedo a hablar en público y a decir lo
que piensa con cualquier tipo de persona, y que siempre aparenta
que no le ocurre nada, aunque "por dentro esté muy
nerviosa". Comenta que "desde que era pequeña nunca me he
sentido importante, la gente se reía de mí, y ahora
me da miedo ser yo, podría pasar lo mismo que en el
pasado". María señala que el "miedo a hablar en
público" le afecta más intensamente en los
exámenes orales y en las exposiciones en clase. Lo que
más le preocupa es la evaluación
del profesor. La última vez que tuvo que exponer en clase
reaccionó con mucha sudoración, mareos e incluso
llegó a llorar, no podía articular palabra y tuvo
que desistir. El profesor, en aquella ocasión,
permitió que no realizara la exposición dado su
estado. Posteriormente, continuó permitiendo que
María no realizara exposiciones orales evaluándola
únicamente por su rendimiento en trabajos por
escrito.
Este miedo no le afecta en el mismo grado en otras
situaciones. María por iniciativa propia se apuntó
al grupo de teatro del
instituto para intentar vencer su miedo, "me pongo muy nerviosa,
pero al meterme en un personaje que no soy yo me cuesta menos
expresarme".
También comenta que padece fuertes tics en el
labio inferior y en un párpado, y que por más que
intenta eliminarlos, o por lo menos disimularlos no puede
detenerlos, sobre todo el del labio "al hablar se me nota
más", y esto le pone aún más nerviosa por lo
que se produce una acentuación de los tics.
Al preguntarle cómo afectan en su vida estos
problemas dice sentirse indefensa, pequeña, "tengo miedo,
no sé por dónde pillar las cosas", "me da miedo
decir mi opinión, no sé cómo se lo van a
tomar los demás, me pongo triste y a veces me enfurezco
hasta que se me pasa".
En casa se siente desplazada. Tiene un hermano mayor
independizado y otro hermano tres años menor que ella. Su
padre es propietario de un bar y su madre es ama de casa.
María refiere que su padre le infunde mucho respeto e incluso
miedo y lo define como autoritario y machista. Según
María con su madre tiene más comunicación y se siente mejor.
Así mismo, María manifiesta que en su
infancia padeció terrores nocturnos, se orinaba en
la cama, se comía las uñas, tenía temores y,
en suma, define su infancia como infeliz. María relata
que, además, durante su periodo escolar fue objeto de
numerosos insultos por parte de otros que le hacían mucho
daño.
En la actualidad dice padecer los siguientes
síntomas: dolores de cabeza, mareos, palpitaciones,
dolores de estómago, insomnio, tensión,
pánico, temblores, sentimientos de soledad, sentimientos
de inferioridad, depresión, dificultad para relajarse,
dificultad para concentrarse, incapacidad para pasar un rato
agradable, timidez ante otras personas y malas condiciones
hogareñas. Además, tiene dificultades para entablar
y mantener amistades. En la actualidad tiene novio, pero dice
sentirse insegura con él.
María teme hablar en público porque cree
que los demás se van a dar cuenta de que su voz o sus
manos están temblando, también piensa que su
ansiedad va a ser tal que no va a poder articular bien las
palabras; incluso cuando ha estudiado bien la lección y se
ha preparado su examen o exposición con días de
antelación, al subir a la tarima se ve totalmente "fuera
de sí" y no puede enfrentarse a la situación.
También, en los ensayos de
teatro experimenta gran ansiedad tanto cuando se encuentra
únicamente con sus compañeros actores como cuando
hay público desconocido, siendo en este caso mucho mayores
los niveles de ansiedad. Teme también los exámenes
escritos, a obtener malos resultados y a participar oralmente en
clase, por este motivo ha sido incluida en el Programa para la
Reducción de la Ansiedad ante Exámenes mencionado
anteriormente.
Además adolece de habilidades sociales,
especialmente de asertividad en
su relación con los otros. Esto incrementa notablemente su
ansiedad interpersonal, ansiedad que "resuelve" con conductas de
evitación, por ejemplo, no sabe como pedir una prenda que
ha prestado a una amiga, se dispara su ansiedad ante esta
situación y finalmente la evita y da por perdida la
prenda.
Así mismo padece ansiedad anticipatoria mucho
antes de afrontar la situación social temida o la
actuación en público, que se manifiesta
principalmente con autoverbalizaciones negativas acerca de
sí misma y de su rendimiento. Llega a constituirse un
círculo vicioso formado por la ansiedad anticipatoria que,
le provoca ideas de carácter negativo y los
síntomas de ansiedad antes y frente a la situación
temida, que le lleva a un rendimiento insatisfactorio real
(obteniendo malas notas) y subjetivo ("me ha salido mal", "voy a
suspender), generándose mayores niveles de tensión
y malestar que incrementan su ansiedad anticipatoria ante
situaciones posteriores.
Sus temores se relacionan con la mayor parte de las
situaciones sociales como, por ejemplo, tener citas, hablar con
figuras de autoridad, decir un por qué cuando quiere una
explicación, pedir favores y resolver conflictos.
María es susceptible a la crítica, a la
valoración negativa de los demás y al rechazo,
posee una baja autoestima y tiene sentimientos de inferioridad.
Piensa que los demás no le quieren cuando le conocen con
más profundidad, que los demás le ven como una
persona "rara, que llora fácilmente, mentirosa, mimada y
en sus días malos intratable". De ella misma piensa que es
"sensible y se preocupa por la gente, pero también que es
cabezota, indecisa, a veces torpe".
10. Evaluación
realizada por medio de cuestionarios
Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad
-ISRA
Este inventario
posibilita mediante la valoración de respuestas
específicas ante situaciones concretas una
evaluación de la reactividad de los tres sistemas de
respuesta (cognitivo, fisiológico y motor) así
como una medida de cuatro áreas situacionales ligadas a
diferencias individuales (ansiedad ante la evaluación,
ansiedad interpersonal, ansiedad fóbica y ansiedad ante
situaciones de la vida cotidiana). En suma, este cuestionario
está basado en el modelo
interactivo de Lang (1968) y en el modelo interactivo de Endler
(Endler y Okada, 1975).
Consta de 22 situaciones y 24 respuestas de ansiedad. El
sujeto debe evaluar la frecuencia con que se manifiestan una
serie de respuestas de ansiedad, ante cada una de las 22
situaciones que se presentan. En total el sujeto debe responder a
224 ítems (interacción situación x
respuesta). Así, por medio del ISRA obtendremos en total
puntuaciones en ocho escalas. Las tres primeras corresponden a
los tres componentes de la respuesta de ansiedad ante distintas
situaciones: reactividad cognitiva, fisiológica y motora.
En cuarto lugar nos proporciona la medida del Rasgo o nivel
general de ansiedad. Y finalmente las cuatro últimas
corresponden a áreas situacionales que reflejan los
niveles de ansiedad ante diferentes categorías de
situaciones: ansiedad ante la evaluación, ansiedad
interpersonal, ansiedad fóbica y ansiedad ante situaciones
habituales o de la vida cotidiana.
A continuación se presentan los datos obtenidos
por María en estas ocho escalas del ISRA (ver tablas 1 y
2).
Tabla 1. Sistemas de Respuesta y Ansiedad de | |||
SISTEMAS DE RESPUESTA | Puntuación Directa | Puntuación Centil | Puntuación Centil |
Cognitivo | 153 | 99 + | 82 |
Fisiológico | 132.5 | 99 + | 90 |
Motor | 155 | 99 + | 97 |
Rasgo | 440.5 | 99 + | 94 |
Tabla 2. Factores específicos | |||
FACTORES ESPECÍFICOS | Puntuación Directa | Puntuación Centil | Puntuación Centil |
F-I Ansiedad de | 184 | 99 + | 93 |
F-II Ansiedad | 75 | 97 | 80 |
F-III Ansiedad | 46 | 87 | 65 |
F-III Ansiedad de la vida | 70 | 99 + | 93 |
Como se puede apreciar en la Tabla 1,
María muestra alta reactividad tanto a nivel cognitivo,
como fisiológico y motor, y un elevado rasgo de ansiedad,
sobrepasando la puntuación centil 99 en todos los casos.
Como muestran los datos, respecto a los rasgos específicos
(ver Tabla 2) María presenta altas puntuaciones en las
cuatro áreas situacionales, destacando su elevada ansiedad
ante situaciones de evaluación y ansiedad ante situaciones
de la vida cotidiana.
11. Inventario de
Asertividad (Gambrill y Richey, 1975; Adaptación al
castellano de
Carrobles, Costa y del Ser, 1975)
Este inventario consta de 40 situaciones sociales e
interpersonales que de alguna manera exigen una respuesta de
asertividad por parte del individuo. Tiene dos escalas: una se
refiere al grado de malestar o ansiedad ante cada una de esas
situaciones y otra a la probabilidad por
parte del sujeto de responder asertivamente ante ellas. De esta
forma se podrán conocer cuáles son las situaciones
en las que el individuo siente un mayor malestar y cómo
responde ante ellas. Al finalizar el inventario se le pide a
María que indique las situaciones en las que le
gustaría comportarse más asertivamente. Los
ítems que se muestran en la tabla 3 son aquellos sobre los
que refiere sentir un alto grado de malestar y una baja
probabilidad de respuesta, además de ser los que
más le preocupan.
Tabla 3. Ítems más |
Ítem 8. "Llamar la atención a una Ítem 10. "Admitir ignorancia sobre Ítem 13. "Hacer callar a un amigo Ítem 24. "Discutir abiertamente con la Ítem 28. "Decirle a una persona lo que Ítem 32. "Oponerse a las exigencias Ítem 36. "Solicitar la devolución Ítem 40. "Decirle a una persona que se |
12.
Recursos
disponibles y déficit
María tiene una alta motivación
para solucionar su problema. Su alto grado de motivación
se refleja en que por sí misma ha buscado situaciones de
exposición para poder superar el problema, como por
ejemplo apuntarse a teatro en el instituto. Es una persona con
capacidad de afrontamiento, es decir posee un cierto grado de
autocontrol porque conoce y planifica actividades que pueden
cambiar la intensidad de su conducta problema, pero manifiesta un
gran déficit en habilidades sociales. Le gusta mucho
cantar, es lo único que le hace sentirse muy bien consigo
misma y con los demás.
Por otro lado, conviene destacar que para María
su padre es una importante fuente generadora de ansiedad debido a
su carácter autoritario, provocando muchas respuestas de
temor en la paciente, que se siente muy indefensa ante él.
Su madre es algo más cercana a ella. Su hermano mayor le
comprende en lo que respecta a su padre, pero no le ayuda o abre
el camino porque opina que María no lo va a tener
más fácil que él. Tiene pocas amistades y
las que tiene se reducen a tres o cuatro amigas del instituto, a
las que consultó sobre cómo solucionar su problema.
Tiene novio y se refiere a él como una persona tranquila
pero también muy obstinada en sus decisiones. No sabe
decir en qué cosas son compatibles pero enumera varias en
que son totalmente incompatibles, entre ellas "la forma de ser y
de decir las cosas". Cuando discuten ella termina
callándose, no expresa su opinión y cuando lo
hace es gritando.
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