1.
Introducción
2. Definiciones
3.
Biografías
5. Dictadura y Democracia entre dos
Guerras
6. La Revolución Fascista en
Italia
7. Las ideas contradictorias de Benito
Mussolini
8. Evolución
Fascista
9. El Estado
Fascista
10. El régimen a partir de
1936
11. La Segunda Guerra
Mundial(1939-1941)
12. El Fascismo y su dominio
psicológico de las Masas
13. La psicología de
masas del fascismo
14. La captación de las
masas
15. La violencia
psíquica
16. Goebbels y sus estrategias
propagandísticas
17. Nazismo en
Alemania
18. La revolución
nazi
19. Consecuencias de la
Segunda Guerra Mundial
20.
Conclusión
21. Bibliografía
consultada
1. Introducción
En decisión grupal elegimos el tema de fascismo ya que
al conversar sobre el tema comenzaron a surgirnos dudas y gran
interés
con respecto al tema. Uno de nuestros objetivos al
realizar esta investigación fue entender por qué
causa los países europeos llegaron al punto tal de
crisis en todo
punto de vista que decidieron votar y seguir la doctrina
fascista, siendo ésta tan perjudicial para ellos a medida
que se desarrolló.
Tratamos de explicar en términos generales su
surgimiento y desarrollo, y
las consecuencias que trajo luego tanto para los países
europeos como para el resto del mundo.
A la vez, quisimos lograr adquirir un buen conocimiento
del significado de la palabra "fascismo" y con esto descubrir la
importancia de no olvidar.
En este trabajo hablaremos del fascismo en
relación a su contexto histórico, mencionando como
referencia cronológica la Primer y Segunda Guerra
Mundial, con sus causas, desarrollo y
consecuencias.
Nacionalismo
Ideología política y social que
corresponde el concepto de
nación con el de Estado. Aunque
tradicionalmente se ha llamado nacionalismo
al pensamiento
político relativo a la consecución de la independencia
nacional, para los pueblos y las etnias, el término
también corresponde a la actividad e un Estado. En esta
ocasión, el nacionalismo sería la cohesión
de los ciudadanos de ese país en base a su procedencia,
por encima de diferencias sociales de clase. Ernerst Gellner dio
una definición que es la que habitualmente se utiliza:
"Principio que afirma que la unidad política y nacional
deben ser congruentes".
El nacionalismo surgió con la Revolución
Francesa y la formación de los Estados. Así
decenas de comunidades europeas no ligadas a los Estados
conformados, reivindicaron su derecho a la soberanía, en función de su identidad
propia. Movimientos hasta entonces sin definición
política, se apresuraron a defender su estatus.
Con la descolonización y el sello que dejó
Hitler al
concepto de nacionalismo, surgió la expresión
"nacionalismo revolucionario" para designar procesos de
emancipación nacional de distintas clases.
Nación
Es la comunidad que se
piensa a sí misma como sujeto de relaciones sociales,
institucionales, históricas, políticas,
culturales y, en general, para todas las manifestaciones de la
convivencia humana.
En la constitución de esta comunidad
autoconsciente, intervienen procesos históricos,
étnicos, de conflictividad social, de linealidad y de
comunicación lingüística, de
estabilidad territorial o, incluso otras variables de
raza, religión y demás, sin que ninguno de
ellos sea exclusivo o determinante. Es, en definitiva, un
proyecto de
soberanía, de legitimidad, de supervivencia, de
autodefensa, de economía.
La segunda de las interpretaciones, el
Estado-Nación, corresponde a las renovaciones
políticas surgidas de la Revolución
Francesa y el triunfo de la ideología burguesa.
Nazismo
El nazismo es, en su
origen, la ideología oficial del NSDAP (Partido
Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes)
comúnmente conocido como Partido Nazi. Su fundamento no
tuvo excesiva elaboración teórica,
apropiándose, en gran medida, de las ideas fascistas
según las cuales el Estado, para reservar su
cohesión y unidad, debía de ser totalitario. Para
el nazismo, este argumento fue compaginado con la máxima
racista de superioridad de la raza aria sobre el resto. La
admiración por la fuerza bruta y
el culto al jefe único fueron otras dos nuevas
aportaciones del nazismo. La situación social y
económica de Alemania
después de la Primera Guerra
Mundial y el oportunismo de Hitler hicieron el resto. Hitler
y el Partido Nazi lograron un apoyo popular de gran magnitud como
para animar a Alemania a lanzarse a la conquista de Europa, en lo que
fue la Segunda Guerra
Mundial.
Desde sectores de izquierda el nazismo ha sido
denunciado como un producto
inevitable del capitalismo y,
sobre todo, como fruto de las tendencias imperialistas de los
Estados más fuertes. Según estas impresiones, el
germen capitalista que impregna la sociedad hace
posible expresiones de este tipo que cíclicamente atenazan
a la humanidad…
Benito Amílcare Andrea Mussolini:
En el año 1883 nace el 29 de julio en Dovia,
distrito de Predappio, localidad de la Romañia
situada a dieciséis kilómetros de Forli, el primer
hijo del cerrajero Alessandro Mussolini y de la maestra Rosa
Maltoni.
En 1892 es inscripto en el Colegio Salesiano de Faenza,
de donde es expulsado dos años después por mala
disciplina.
El 8 de julio de 1901 obtiene la licencia de la Real
Escuela Normal
con diploma de honor y elogio solemne. Un año mas tarde,
después de haber enseñado por algunos meses decide
probar suerte trasladándose a Suiza. En Lausana entra en
relación con los grupos
socialistas italianos y colabora en el semanario
"L´Avvenire del lavoratore". Al año siguiente es
arrestado por motivos políticos, y encarcelado por doce
días, luego se lo expulsa y entrega a la policía
italiana, que poco después lo deja en libertad. Al
cabo de pocos días vuelve a Suiza, donde
permanecerá todavía por un año y
medio.
En 1904 realiza una gira de conferencias hablando contra
la religión y sosteniendo debates públicos sobre la
existencia de Dios. El éxito obtenido lo estimula a
publicar su primer libro, un
folleto de tosca propaganda
atea: "El hombre y la
divinidad". En mayo se escribe en la Universidad de
Lausana, en el Instituto de Ciencias
Naturales. A fin de año vuelve a Italia.
En 1905 presta servicio en un
regimiento de bersaglieri que tiene asiento en Verona. El 19 de
febrero muere su madre.
A los dos años vuelve a la enseñanza en un
distrito de la comuna de Tolomezzo. Obtiene el diploma de
habilitación para la enseñanza de
francés.
En 1908 retorna a su localidad natal donde comienza a
dedicarse exclusivamente a la política, como militante del
partido socialista. Un año después dirige la
cámara del trabajo de Forli. Se traslada a Trento, como
secretario de la cámara del trabajo y director del
semanario socialista local, también colabora en el diario
"Il popolo". En octubre se pone a la cabeza del partido
socialista de Forli en cuyas filas permanecerá hasta
1914.
En 1910 muere su padre. Se convierte en redactor del
periódico "¡Avanti!". Al año
siguiente es condenado a siete meses de cárcel por haber
participado en los motines contra la guerra de
Libia. En marzo de 1912 recupera la libertad. En julio se
traslada a Reggio Emilia para asistir al congreso nacional del
partido socialista. Se convierte en uno de los lideres de la
corriente socialista revolucionaria y hace expulsar del partido a
los reformistas. Al año siguiente, en las primeras
elecciones realizadas con sufragio universal, se presenta como
candidato por el distrito de Forli, pero no es
elegido.
En 1914 en el congreso nacional del PSI realizado en
Ancona, contribuye a la expulsión de los Masones. El 15 de
noviembre sale el primer número del diario "Il popolo
d´Italia", formado por él para poder realizar
su campaña a favor de que Italia participara en la guerra,
es sella la ruptura con el partido socialista, que se lo expulsa
formalmente el 24 de noviembre. El 24 de mayo de 1915 Italia
entra en guerra contra los Imperios Centrales. Mussolini es
llamado a las armas y parta
para el frente con los bersaglieri.
El 29 de febrero de 1916 se lo asciende a cabo. Es
herido por un proyectil que explota mientras se ejercitaba con un
lanzabombas. El 16 de noviembre se presenta en las elecciones en
Milán, pero es derrotado.
En 1921, transforma el movimiento
fascista en partido. En Milán se lo elige
diputado.
En 1922, después de haber fijado en una
reunión de la dirección fascista en Nápoles la
fecha precisa de la marcha sobre Roma (28 de octubre), vuelve a
Milán, donde reinicia las conversaciones para hallar una
solución pacifica entre el gobierno y los
fascistas.
Nombrado por el Rey, después de la marcha, para
presidir el Consejo, se traslada a Roma donde forma su primer
gobierno de coalición. El 12 de enero de 1923 convoca al
Gran Consejo del Fascismo y disuelve todos los grupos formados
para armar la Milicia Voluntaria para la Seguridad
Nacional.
En las elecciones de abril de 1924, las listas fascistas
obtienen el 60% de los votos. El diputado socialista
Giácomo Matettoni denuncia en la prensa y en el
Parlamento las intrigas electorales y los abusos de los
fascistas. La impresión en el país es
enorme.
Mussolini ordena a algunos miembros del grupo de
choque que castiguen severamente a Matettoni, quien es asesinado
el 10 de junio. La ola de indignación que se levanta en
todo el país por este grave delito, amenaza
con echar a Mussolini abajo y con él al
fascismo.
En 1925, con el discurso
pronunciado en la Cámara de Diputados, Mussolini recupera
el dominio de la
situación.
Después de suprimir periódicos de
oposición y partidos
políticos, y de crear instituciones
judiciales extraordinarias, el fascismo se convierte finalmente
en una dictadura.
El 11 de febrero firma el acuerdo del "Pacto de
Letrán", que es rectificado en junio a pesar de los
incidentes.
En 1933 suscribe el Pacto de los Cuatro junto con los
gobiernos de Francia,
Inglaterra y
Alemania, para asegurar la paz en Europa. Al año
siguiente, un problema fronterizo en Ual-Ual le permite provocar
la agresión de Abisinia.
En 1935, obtiene del ministro francés Laval la
promesa de desinteresarse de los territorios franceses sobre los
cuales Italia aspira obtener el protectorado.
El 9 de mayo, Mussolini proclama la constitución
del Imperio. El 17 de julio firma un tratado de alianza con
Franco, en el cual se compromete a ayudar a los franquistas en la
guerra civil. También se alía con Hitler, y en la
primera visita oficial a Alemania sella el acercamiento entre las
dos dictaduras, el retiro de Italia de la sociedad de las
naciones es su primer consecuencia política. En 1938
Mussolini copia la política interna de Hitler, y lanza la
campaña antisemita, de carácter discriminatorio y
persecutorio con respecto a los judíos.
En 1939 Mussolini estipula con Alemania el tratado de
alianza militar llamado "Pacto de acero". Sin
embargo, la agresión de Alemania contra Polonia y el
estallido de la guerra mundial
encuentran a Mussolini vacilante en cuanto a seguir a su aliado
en esa aventura.
Entre 1941 y 1943 la marcha progresivamente desastrosa
de la guerra pone a Mussolini cada vez mas a remolque de la
iniciativa política y militar de Hitler.
En la tarde del 14 de julio de 1943 se reúne el
Gran Consejo del Fascismo, después del desembarco aliado
en Sicilia. Se aprueba por mayoría, durante la noche, una
orden del día presentada por Grandi: es la derrota de
Mussolini, quien, en la tarde del 25 de julio es arrestado por
orden del rey a cuya sede se había trasladado para relatar
los acontecimientos de la noche anterior. El 12 de septiembre un
grupo de asalto alemán irrumpe en la villa de Gran Sasso,
donde Mussolini se encuentra arrestado, y lo libera
llevándolo a Alemania. El 18 de septiembre Mussolini
anuncia por radio la
constitución de la República Social Italiana, en
los territorios de Italia septentrional, todavía ocupados
por alemanes.
El 10 de enero de 1944 el Tribunal de Verona condena a
muerte a los
miembros del Gran Consejo culpables por haber votado la orden del
día de Grandi. Entre los condenados y fusilados se
encuentra el yerno de Mussolini, Galeazzo Giano.
En 1945, en los primeros días, Mussolini se
traslada de Gargnano a Milán en un supremo intento de
realizar negociaciones de rendición con los aliados. Se le
responde que la rendición debe ser incondicional. El 27 de
abril se une a una columna motorizada alemana que se dirige hacia
el norte, pero en Dongo la columna es detenida por guerrilleros,
revisada y Mussolini arrestado junto con otros
italianos.
A las quince horas del 28 de abril, frente a una villa
cercana a Giulino di Mezzegra, Benito Mussolini es fusilado por
los guerrilleros.
Hitler, Adolf
Nace el 20 de mayo de 1889 en Braunau, ciudad sobre el
Inn en la frontera austro-bárbara.
En 1918,después de 6 años de vagabundeo y
miseria, Hitler se traslada en mayo a Munich.
Entre 1914 y 1918 toma parte en la guerra, en el
ejército bárbaro. Obtiene el grado de cabo y es
condecorado con la cruz de hierro de
primer grado.
Como oficial instructor, en septiembre de 1919 participa
en una reunión del Partido Obrero Alemán, del cual
se convierte en propagandista.
El 25 de febrero de 1920 presenta en una de las
reuniones su programa de 25
puntos del movimiento, rebautizado ‘Partido Nacional
Socialista de los Obreros Alemanes’
El 8 de noviembre de 1923, se produce un golpe de estado
en Munich. Al día siguiente, en una manifestación,
Hitler es arrestado y su partido fue puesto fuera de ley.
En 1924 después de haber sido condenado a 5
años e prisión, el Fuhrer es liberado el 2 de
diciembre.
Durante dicha reclusión escribió Mil
Lucha
En las elecciones del Reichstag, en mayo de 1928, el
partido nazi obtiene 12 de las 491 bancas.
El 4 de septiembre de 1930 el NSDAP obtiene 107 bancas
en el parlamento.
El 18 de septiembre de 1931 Geli Raubal.
El primero de abril de 1932, en las elecciones
electorales, Hitler obtiene 13,5 millones de votos. Hindenburg es
reelecto.
El 3 de enero de 1933 Hitler es nombrado canciller. El
24 de marzo recibe plenos poderes por cuatro
años.
El 30 de junio de 1934 se produce una mascare de los
jefes de la S.A., en ‘la noche de los cuchillos
largos’ El 2 de agosto, muere Hindenburg, y Hitler se
convierte en Fuhrer y Canciller del Reich.
El 15 de septiembre, un año mas tarde, se les
priva a los judíos de sus derechos y de la
ciudadanía, mediante la Ley de Nuremberg.
El 5 de noviembre de 1937, Hitler precisa sus fine
políticos a los oficiales superiores.
Una año mas tarde, el 4 de febrero, asume el
mando del ejército.
El primero de septiembre de 1939, se produce el ataque
alemán a Polonia, lo que produce el estallido de la
Segunda Guerra Mundial.
El 9 de noviembre se produjo un intento de asesinar a
Hitler, urgido por la Gestapo con fines de propaganda.
El 24 de enero de 1942, se produjo la adopción
de la ‘solución final’ para el problema
judío.
El 13 de marzo de 1943 fracasó el atentado
preparado por los rusos.
El 20 de julio de 1944 se produjo un atentado contra el
cuartel general en Rasatenburg.
El 30 de abril de 1945, el Fuhrer se suicidó,
junto con Eva Braun, en el búnker de la
cancillería.
El 8 de mayo se produjo la capitulación
incondicional de las fuerzas armadas del Reich.
Francisco, Franco
Autoritario y paternalista, Franco "el caudillo"
gobernó España
durante casi cuatro decenios, en un periodo en el que
sentó las bases de la moderna economía
española, pero retrasó el desarrollo
político del país y su integración a Europa y al sistema de las
naciones desarrolladas de mercado
libre.
Francisco Franco Bahamonde nació el 4 de
diciembre de 1892 en la ciudad gallega de El Ferrol,
España. En 1907 ingresó en la academia de
infantería de Toledo y en 1912 fue destinado a Marruecos,
donde pronto mostró dotes de mando y obtuvo varios
ascensos por antigüedad y por acciones de
combate contras las tribus (cabilas) de la región del Rif.
En 1920 fue elegido segundo en el mando del llamado tercio de
extranjeros o tercio de la Legión, cuerpo a cuya jefatura
accedió tres años mas tarde. Durante las
campañas contra los rebeldes marroquíes, Franco se
convirtió en héroe nacional y en 1926, a los 33
años, fue ascendido a general, por lo que paso a ser el
más joven militar de tal rango en los ejércitos de
Europa. Posteriormente seria nombrado director de la Academia,
General Militar de Zaragoza.
Tras el derrocamiento de la monarquía en 1931,
los gobernantes de la segunda república adoptaron una
política de reducción de efectivos militares, con
lo cual Franco quedó en una situación de disponible
al disolverse la Academia. A pesar de su declarada
ideología monárquica, Franco acepto el nuevo
régimen con disciplina. Cuando las fuerzas conservadoras
accedieron al gobierno de la república en 1933, el general
volvió al mando activo y, en octubre de 1934, fue llamado
por el ministro de la guerra, Diego Hidalgo, para sofocar la
revolución promovida por los miembros asturianos. A
raíz de tal acción fue nombrado jefe del estado
mayor central como parte de una política encaminada a la
reestructuración y al fortalecimiento del estamento
militar.
En las elecciones de febrero de 1936 salió
victorioso el Frente Popular, coalición de partidos de
izquierda. Franco fue destituido y enviado como gobernador
militar a las islas Canarias. Durante un tiempo
rehusó conspirar contra el gobierno, pero cuando el
sistema político volvió a amenazar las condiciones
del ejercito y se generalizaron los conflictos
sociales decidió unirse a la prevista sublevación
cuyo fin era derribar al gobierno republicano.
El 18 de julio de 1936 comenzó el lanzamiento. Al
día siguiente, Franco, voló desde el
archipiélago hasta la ciudad de Tetuan, en Marruecos, para
tomar el mando del ejercito de Africa.
Después de desembocar en la península, las tropas
marcharon hacia Madrid, sede del gobierno. La muerte del
general que debía encabezar la rebelión,
José Sanjurjo, ocasionó polémicas sobre la
jefatura del alzamiento- otros generales como Emilio Mola y
Gonzalo Quiepo de Llano aspiraban a dirigirlo -, hasta que, a
través de la junta de defensa nacional, Franco se hizo
cargo del mando supremo como generalísimo de los
ejércitos y jefe del estado español. Después
de tres años de guerra civil, la superioridad cualitativa
del ejército sublevado y la ayuda de los regímenes
fascistas italianos y nacionalistas alemán permitieron que
las tropas de Franco obtuvieran la victoria el 1 de abril de
1939.
Al concluir el conflicto, el
caudillo era el jefe de un estado exhausto, con una profunda
división interna y sumamente empobrecido. Una de las
frases críticas de su régimen surgieron al fin de
la segunda guerra mundial, cuando el gobierno franquista
quedó aislado en el ámbito político
internacional al ser rechazada la petición de
integración de España en las Naciones Unidas.
A partir de 1948 comenzó a ceder el apartamiento y
progresivamente fueron regularizándose las relaciones con
otros países.
La inclusión de España en los diversos
foros internacionales y la, aunque lenta e irregular, efectiva
evolución económica permitieron la
consolidación de un régimen que, después de
36 años en vigor, desaparecerían con el propio
Franco. En 1969 éste designó oficialmente como
sucesor al príncipe Juan Carlos de Borbón, nieto
del rey Alfonso XIII, y pretendiente nominal al trono de
España, al que accedió tras la muerte de Francisco
Franco, acaecida en Madrid el 20 de noviembre
de 1975.
Salazar, Antonio de Oliveira:
El primer ministro portugués Antonio de Oliveira
Salazar impuso, con la creación del estado novo, un
régimen autoritario que, al lo largo de 36 años,
anuló todo intento de oposición a su
gobierno.
Salara nació en Vimieiro, Santa Comba Dao,
Portugal, el 28 de abril de 1889. Se educó en el seminario de
Viseu. Posteriormente acudió al la Universidad de Coimbra,
donde en 1914 se graduó en derecho y desde 1819
ocupó la cátedra de economía
política. Elegido en 1921 diputado de Cortes por el Centro
Católico Portugués, abandonó poco
después su cargo parlamentario al estar en desacuerdo con
dicha institución.
En 1926, después del golpe de estado que depuso
al presidente Bernardino Luis Machado Guimaraes, le fue ofrecido
el Ministerio de Hacienda, puesto que solo ocuparía cinco
días al no serle concedidos plenos poderes para llevar a
cabo las medidas económicas proyectadas. En 1928, el
presidente Antonio Oscar de Fragoso Carmona le confió
nuevamente la cartera de finanzas. Esta
vez con el control pleno de
todos los gastos. Salara
promovió entonces una austera política
económica que consiguió detener los
tradicionales déficit presupuestarios y estabilizar la
moneda.
El 5 de julio de 1932, Carmona lo nombró primer
ministro y Salara, convertido en el hombre fuerte
de Portugal, hizo promulgar en 1933 la constitución del
estado novo que instauró un régimen inspirado en el
fascismo italiano, de carácter "unitario y corporativo".
La adopción del Estatuto do Travalho Nacional, por el que
quedaban integrados en un mismo organismo, sometido al control
del gobierno, todas las asociaciones sindicales; la
creación de organizaciones
paramilitares y de la PIDE (Política Internacional y
Defensa del Estado), policía política de poderes
casi ilimitados; y la fundación de la Unión
Nacional, partido único, fueron las medidas adoptadas por
Salara para consolidar el nuevo régimen, que si bien logro
la estabilización de la economía y la construcción de obras publicas, fue incapaz
de prevenir el deterioro progresivo del nivel de vida.
Durante la guerra civil española (1936-1939) y la
segunda guerra mundial (1939-1945), Salara se puso al frente de
Ministerio de Asuntos Exteriores, desde donde dio su
beneplácito, en 1937, al gobierno de España del
general Francisco Franco, con el que cinco años mas tarde
formaría el Pacto Ibérico, por el que Portugal y
España se declaraban a favor de una política de
estricta neutralidad. Tras la conflagración de europea,
consiguió el ingreso de su país en la OTAN
(Organización de Tratados del
Atlántico Norte) en 1949 e intento mantener a toda costa
las posesiones portuguesas del ultramar. Ante la adopción,
por parte de los Estados Unidos y
la Unión Soviética, de una política
anticlonista, Salara asumió en 1916la dirección del
Ministerio de Guerra, pero su gestión
no consiguió detener el estallido de violentos disturbios
en los dominios portugueses de Angola, Mozambique y
Guinea.
Incapacitado para desempeñar el cargo de primer
ministro tras sufrir un ataque de trombosis en 1968, fue
reemplazado por Marcelo Caetano. Salara murió en Lisboa el
27 de julio de 1970. El régimen por él instituido
apenas sobrevivió cuatro años, cuando fue abolido
por el movimiento militar del 25 de abril.
Las consecuencias de la Primera Guerra
Mundial
En múltiples aspectos se vio afectada la
economía mundial por las derivaciones de la Primera
Guerra.
La destrucción afectó la producción en los países tocados por
la Guerra. Esto, a su vez, tuvo consecuencias:
- Los países desabastecidos debieron proveerse
de lo necesario en el exterior, estimulando ello el comercio y
la producción de los países proveedores,
no tocados por la guerra y beneficiados con la consiguiente
alza de precios. - Los países afectados debieron emprender un
gran esfuerzo de reconstrucción, echando a mano de todos
sus recursos
internos y al crédito externo. Las dificultades se
hicieron notar en la inestabilidad monetaria. - Una vez lograda la reconstrucción, y al
disminuir la necesidad de abastecimiento externo,
aconteció una baja de los precios que fue sentida por
los proveedores que se habían beneficiado
inicialmente.
La situación social de entreguerra
Durante este período, la población mundial continuó en
constante ascenso aunque se produjo una pausa en el ritmo de
crecimiento. Como factores entorpecedores de éste, podemos
citar los millones de muertos en la "Gran Guerra", la
disminución de los nacimientos por ella provocados y la
declinación de las tasas de natalidad en los países
más desarrollados.
Cambios en las corrientes migratorias
Ante todo, una reducción de la inmigración relacionada con el desarrollo
de un nacionalismo agresivo que, de parte de los países
que recibían inmigrantes, se traduce en recelos con
respecto al extranjero, y de parte de los países de
migración en una tendencia restrictiva de
las salidas.
Estados Unidos comienza a obstaculizar la
inmigración en 1921 y refuerza estas restricciones en
1924. se procura desalentar particularmente la inmigración
esclava y latina.
Italia, a partir de 1928, restringe la salida de
emigrantes y propicia el retorno de aquellos que habían
partido para el extranjero en años anteriores.
Se produce en cambio, otro
tipo de migraciones, las migraciones forzadas: armenios, griegos
y otras nacionalidades balcánicas, a raíz e la
reconstrucción del mapa europeo; judíos, por las
persecuciones de que fueron objeto en Europa Central;
españoles republicanos, después de la guerra
civil.
Se hacen sentir las tendencias nacionalistas
Primero, como consecuencia de la guerra y, luego como
expresión de la crisis.
En el punto extremo del nacionalismo se desarrolla en
nazismo con su forma más aguda en el antisemitismo,
particularmente el alemán, en la acción antinegra
del Ku-Klux-Klan en los Estados Unidos.
La crisis de 1929 trastorna a la sociedad.
En primer lugar, a los obreros y campesinos que sufren o
la desocupación o la rebaja de sus ingresos, pero
también a las clases medias que experimentan la
inestabilidad generada por la crisis; esto es particularmente
grave para todos aquellos cuya ocupación o ganancias
dependían de la capacidad del poder de compra de las masas
populares, o cuyas rentas fijas se veían de hecho
disminuidas por las devaluaciones. Las inquietudes, los temores y
la búsqueda de seguridad de la clase media habrían
de relacionarse con el proceso de
surgimiento y desarrollo del fascismo.
Los nuevos regímenes
El desenlace de la Gran Guerra apareció como un
triunfo de los regímenes democráticos, tanto en su
forma de monarquía parlamentaria (Gran Bretaña,
Bélgica, Holanda, Países Escandinavos), como en la
forma republicana. Desaparecieron las grandes monarquías
autoritarias (Alemania, Austriahungría, Rusia,
Turquía), siendo sustituidaspor regímenes
republicanos; otro tanto ocurrió con gran parte de los
nuevos estados (Checoslovaquia, Polonia, Finlandia).
- Un régimen político distinto de todos
los anteriores apareció en la URSS. - Las luchas de partidos experimentaron un cambio:
hasta entonces se trataba de luchas entre conservadores y
liberales; ahora se pone en discusión la propia estructura
de la sociedad y los partidos de origen marxista aumentan su
actividad y su electorado, comenzando a pesar en las
decisiones. - Aparece otra tendencia ideológica, el
FASCISMO, que asume la dirección de dos países
tan importantes como Italia y Alemania, influyendo fuertemente
en otros estados europeos y extraeuropeos. - Las oposiciones políticas e ideológicas
tienden a radicalizarse; en la terminología
política se hace cada vez más corriente el
calificativo de izquierda o derecha, que no suele ser
suficientemente preciso. Los derechistas acusan a los
izquierdistas de comunista, y los izquierdistas acusan a los
derechistas de fascistas; lo cierto es que por temor hubo
oposición al comunismo,
mucha gente aceptó con benevolencia la novedad del
fascismo, y más tarde, por temor u oposición al
fascismo, mucha gente se aproximó al
comunismo.
5. Dictadura y
Democracia
entre dos Guerras
Efectos de la guerra sobre la democracia y el liberalismo.
Una de las consecuencias trágicas de la primera
Guerra Mundial fue la degradación de los ideales liberales
y democráticos. Los pueblos fueron arteramente inducidos
por un tiempo a creer que la verdad estaba al reverso de la
medalla. Ardientes defensores de la causa de la Entente
proclamaban que la guerra santa en defensa de los derechos de
humanidad y para aplastar definitivamente el militarismo y el
"gobierno irresponsable". La guerra misma parecía haber
alcanzado a cumplir algunos de estos algunos de estos grandes
fines. No sólo el militarismo había sido
prácticamente destruido en las naciones vencidas, sino que
la lista de repúblicas europeas creció
significativamente con el agregado de naciones como Austria,
Alemania, Polonia, Finlandia, Turquía y Checoslovaquia,
transformadas en repúblicas; y hasta la absolutista Rusia
pareció por un tiempo haberse plegado a la forma de
gobierno liberal. No pasó mucho tiempo, sin embargo, antes
de que estas grandes visiones de progreso democrático se
revelaran como lo que eran en realidad: meras ilusiones. Las
naciones vencidas comenzaron a desesperar del valor de la
libertad y acabaron por sucumbir al mentido esplendor del
gobierno fuerte en el que creyeron hallar una salida para escapar
a lo que consideraban su esclavitud. Pero
la democracia y la libertad no estaban demasiado seguras ni
siquiera en las naciones victoriosas. Los horribles años
de trágica lucha trastocaron de tal modo el orden
económico de las naciones, que los gobiernos de Gran
Bretaña y Francia se vieron conmovidos hasta sus cimientos
por las consecuencias. Además, el caos y las penurias
resultantes de la guerra desembocaron rápidamente en el
derrumbe del régimen liberal en Rusia y allanaron el
camino para el triunfo del fascismo en Italia y el nazismo en
Alemania.
6. La Revolución
Fascista en Italia
Causas de la revolución fascista: nacionalismo
frustrado.
La primera de las naciones de Europa Occidental que
repudió los ideales liberales y democráticos fue
Italia. Esto puede parecer extraño vista de que los
italianos habían combatido en la Gran Guerra del lado de
los vencedores. Pero debe recordarse que Italia había sido
víctima durante años de un nacionalismo frustrado.
Una y otra vez sus ambiciones imperiales y de poder nacional
habían sido rudamente desbaratadas. En 1981, su esperanza
de anexar Túnez fue repentinamente burlada por la
ocupación francesa. Sus esfuerzos realizados en 1896 por
conquistar a Abisinia, habían desembocado en una
aplastante derrota a manos de los abisinios en la batalla de
Adua. En efecto estos reveses en el ánimo de los italianos
fue una sensación de humillación y vergüenza,
especialmente las generaciones más jóvenes, que se
volvieron llenas de desprecio contra el régimen
político vigente, descargando sobre él antes que
sobre las naciones extranjeras toda la responsabilidad del fracaso. Los miembros de la
clase gobernante eran públicamente ridiculizados y
escarnecidos, se los calificaba de viejos reblandecidos y
cínicos, vacilantes, cobardes, derrotistas y corrompidos.
Mucho antes de estallar la primera Guerra Mundial se hablaba ya
en Italia de revolución, de la necesidad de una limpieza a
fondo que librara al país de la peste de sus gobernantes
incompetentes y corruptos.
Efectos desmoralizadores y humillantes de la
guerra.
El establecimiento de una dictadura en Italia
jamás habría sido posible sin la
desmoralización y los humillantes efectos de la primera
Guerra Mundial. La ocupación principal de los
ejércitos italianos había sido mantener ocupados a
los austríacos en el frente meridional mientras
británicos, norteamericanos y franceses obligaban a
Alemania a ceder terreno a todo lo largo del frente de batalla de
Flandes.
Estos sacrificios, no fueron por supuesto, superiores a
los realizados por franceses y británicos, pero Italia era
una nación de escasos recursos. Además, en la
división del botín, los italianos recibieron mucho
menos de lo que esperaban. No sólo fueron privados de
Filme por la terca insistencia de Wilson al sostener que
Yugoslavia debía disponer de un puerto moderno sobre el
Adriático sino que ni siquiera se le permitió
participar en la distribución de las colonias alemana en
África. Aunque Italia recibió la mayoría de
los territorios austríacos que le habían sido
prometidos en los tratados secretos, sostenía que era una
recompensa mezquina para tantos sacrificios y por su valiosa
contribución a la victoria aliada. Al principio, los
nacionalistas dieron rienda suelta a su indignación por la
"humillación de Versalles" haciendo blando en su
cólera al presidente Wilson, pero no tardaron en volver a
su inveterada costumbre de descargar toda la responsabilidad
sobre las espaldas de los gobernantes italianos.
Este súbito recrudecimiento del crónico
desprecio por la vieja generación gobernante, cuyos
miembros eran repudiados como "asquerosos parásitos que se
alimentaban de la mejor sangre de la
nación", tuvo mucho que ver con el auge de los
sentimientos revolucionarios.
La inflación, el radicalismo y el caos
económico.
La guerra contribuyó de otras muchas maneras a
preparar la revolución. Uno de estos fenómenos fue
la inflación del circulante, con la consiguiente alza de
precios, usura y especulación. Los salarios
deberían haber registrado un aumento correlativo, pero el
mercado de trabajo estaba prácticamente ahogado por la
oferta como
consecuencia del regreso del frente de millones de soldados
canalizados de golpe hacia la vida civil. Además, el
comercio se había convertido en una actividad expuesta,
difícil y desmoralizadora debido a las huelgas cada vez
más vastas y frecuentes, y al cierre de los mercados
extranjeros.
La consecuencia más grave de la guerra, al menos
en lo que se refiere a las clases media y alta, fue el incremento
del radicalismo económico.
Pero hacia 1921, el peligro de que Italia se
bolchevizara había pasado prácticamente a la
historia. El
extremismo revolucionario comenzó a mermar
significativamente después del regreso de una
delegación socialista italiana que había viajado a
Rusia para estudiar las condiciones imperantes en la capital del
socialismo
mundial y como consecuencia del fracaso de las organizaciones
obreras en el manejo de las fábricas. Pero las clases
propietarias habían sido suficientemente atemorizadas por
ese conato de rebelión y estaban por lo tanto dispuestas a
apoyar la instauración del fascismo, con la esperanza de
que pudiera salvar de la confiscación, al menos, una parte
de sus propiedades.
El derrumbe del sistema parlamentario de
gobierno.
La causa inmediata de la revolución fascista fue
el derrumbe del sistema parlamentario de gobierno. La
paralización de las finanzas y el estado de una casi total
anarquía que prevalecía en muchas regiones de
Italia, habían hecho prácticamente imposible la
recaudación ordenada de las rentas públicas. Como
consecuencia de ello, los déficit presupuestario se
hicieron cada vez más elevados. A ello vino a sumarse el
estancamiento en las actividades parlamentarias. Por sobre el
orden institucional, pesaban las organizaciones del Partido
Fascista. El Parlamento estaba integrado por dos cámaras:
un Senado vitalicio, más bien de carácter
honorífico, y la cámara de los fascios y
corporaciones, creada en 1938. Mayor importancia tenía el
Consejo Supremo del Fascismo que asesoraba en las tareas
gubernativas, cumplía funciones
electorales y, en caso de vacancia de la jefatura del gobierno,
tenía el derecho de proponer sucesor. La
intervención del pueblo se reducía a plebiscitos,
especialmente preparados. Las milicias fascistas
constituían una fuerza armada que aseguraba el orden
interno con la misma técnica de violencia que
había permitido la conquista del poder.
En las elecciones de 1921, cuatro partidos
políticos compartieron la mayoría en la
Cámara de Diputados, pero ninguno de ellos
consiguió un número suficiente de bancas como para
privar sobre los tres restantes. Los dos partidos más
poderosos de Italia, el Socialista y el Popular Católica,
libraban un constante duelo y ni uno ni otro estaba dispuesto a
apoyar un ministerio encabezado por un representante del partido
rival. Todo esto hacía casi imposible gobernar.
El aparato legislativo estaba prácticamente
paralizado. A medida que transcurría el tiempo, la
situación se hacía cada vez más
insostenible, agravada por el disgusto general frente a la
interminable y estéril lucha de los partidos. En 1922, el
Parlamento estaba totalmente desprestigiado en todo el
país. Los periódicos denunciaban no sólo el
estancamiento de los partidos políticos sino la ineficacia
de todo el sistema de gobierno de mayorías.
EL fenómeno no era cosa nueva en Italia, pues
muchos habían ya sostenido en los años de preguerra
que el régimen parlamentario era un artículo de
importación, inadecuado para las condiciones italianas.
Pero fue la propagación de la idea en gran escala la que
habría de estimular definitivamente a los militares que
sostenían la necesidad de implantar un sistema de gobierno
regido por un solo hombre.
7. Las ideas
contradictorias de Benito Mussolini
Probablemente, lo más acertado sea considerar que
el radicalismo de Mussolini nunca tuvo su origen en una
convicción sincera y reflexiva sino en la necesitada vital
de su personalidad
de dar cauce a sus inclinaciones rebeldes.
Nadie que sustentara una filosofía definida
podría haber cambiado de opinión tan a menudo. No
sólo execró el imperialismo
sino que, una y otra vez, antes de la guerra, difamó a la
Iglesia,
vilipendió al Rey y llamó a la bandera italiana "un
harapo digno de ser plantado en un estercolero".
En 1914, al estallar la primera Guerra Mundial,
Mussolini sostuvo la necesidad de que Italia permaneciera
neutral. Pero apenas acababa de adoptar esta posición al
parecer terminante, cuando comenzó a propugnar la
participación italiana del lado de los aliados. En 1914,
se había trasladado todo su equipaje al campo
intervencionista. Privado de su cargo de director del Avanti,
fundó un nuevo periódico, Il Popolo d´Italia,
cuyas columnas dedicó de lleno a exaltar y azuzar el ardor
bélico de Italia.
La decisión del gobierno italiano en la primavera
siguiente, de entrar en la contienda del lado de los aliados de
la Entente, fue considerada como una victoria personal por
Mussolini, que se incorporó a las filas como soldado raso
en 1915, conquistando las jinetas de cabo.
En 1917, fue herido en acción de guerra por la
explosión de un obús y se le permitió
reincorporarse a la vida civil para que reasumiera la
dirección de Il Popolo d´Italia, con la esperanza de
que pudiera estimular con su prédica el escaso entusiasmo
bélico del pueblo italiano. Desde entonces, Mussolini
luchó afanosamente desde las páginas de su diario a
favor de una revolución fascista.
El término fascismo tiene un doble origen.
Proviene en parte de la expresión latina fasces, el hacha
rodeada de un manojo de cuerdas que simbolizaba la autoridad del
estado romano y, del italiano fascino, o sea, grupo o bando. Los
fasci fueron organizados ya en octubre de 1914 como células de
agitación cuya misión era
propiciar y difundir la necesidad de que Italia se volcara a la
causa de la Entente. Estos grupos políticos estaban
formados por jóvenes idealistas, futuristas, nacionalistas
fanáticos, aburridos oficinistas e inadaptados de todo
género y especia. Mussolini se constituyó en el
jefe máximo del fascino milanés. Una vez que Italia
entró en la guerra, los bandos fascistas se consagraron de
lleno a combatir el derrotismo. Luego vino el período del
escuadrismo (1919-1921). Las actividades escuadristas
comprendían una campaña terrorista contra los
"enemigos del pueblo". Los métodos
consistían en tácticas brutales de la peor espacie,
como apalear a la víctima hasta dejarla inconsciente,
extraerle los dientes o administrarle grandes dosis de aceite de
ricino. El rapto y el asesinato eran dos de las armas preferidas
de las células terroristas. La mayoría de estos
ataques fueron perpetrados contra los radicales, pero en algunos
casos las víctimas eran usureros o terratenientes que se
negaban a reducir el monto de sus arriendos. En Florencia,
algunos tenderos tercos fueron apaleados y sus negocios
clausurados con candados, exhibiéndose en su frente
grandes carteles con leyendas que
decían: "Cerrado por robo reiterado". Mussolini mismo
declaró en una ocasión que: "Unos cuantos cerdos
colgados de los pies en postes del alambrado,
representarían un buen ejemplo". Pero todos estos intentos
de atraer a las clases más pobres no hallaron una
respuesta muy vehemente por parte del proletariado, pues en la
mayoría de las regiones de Italia los hijos de
industriales acaudalados o de hacendados eran hartos conocidos
como fervientes discípulos de Mussolini.
La Plataforma Fascista de 1919
La Plataforma primitiva del movimiento fascista fue
redactada por Mussolini en 1919. Se trataba de un documento
asombrosamente radical que imponía, entre otras demandas,
la necesidad del sufragio universal, la abolición del
senado, el establecimiento por ley de la jornada laboral de 8
horas, fuertes gravámenes al capital, un alto impuesto a la
herencia, la
confiscación del 85% de los beneficios de guerra, el
ingreso de Italia en la Sociedad de las Naciones, la
"oposición a toda clase de imperialismos" y la
anexión de Filme y Dalmacia. Esta Plataforma se mantuvo
más o menos oficialmente en vigencia hasta el mes de Mayo
de 1920, en que fue reemplazada por una nueva, mucho más
conservadora. En realidad, el nuevo programa omitía toda
referencia a las reformas económicas y se reducía
meramente a condenar el "socialismo de los políticos" y a
introducir algunas vagas afirmaciones acerca de la
"reivindicación" de los principios por
los cuales había sido librada de la guerra. Con ninguna de
éstas plataformas consiguieron el éxito
político. Aún después de las elecciones de
1921, el número de sus representantes en la Cámara
de Diputados no pasaba de treinta y cinco.
La "Marcha sobre Roma"
Pero lo cierto es que los fascistas compensaban con
creces su escaso número con una agresividad disciplinada y
una notable decisión. Y cuando la decadencia del viejo
régimen hizo crisis al punto de abdicar
prácticamente de sus funciones, se aprestaron a tomar el
poder. En septiembre de 1922, Mussolini comenzó a hablar
francamente de revolución al grito de "Sobre Roma". En
octubre de ese año presentó al gobierno un
ultimátum, exigiendo la convocatoria a nuevas elecciones,
una política exterior enérgica y cinco carteras del
ministerio para él y sus partidarios. Como el primer
ministro y el Parlamento ignoraron estas exigencias, Mussolini
organizó la "Marcha sobre Roma". El 28 de octubre el
ejército de unos 50.000 militantes fascistas ocupó
la capital. El primer ministro presentó la renuncia a su
cargo, y al día siguiente Víctor Manuel III
invitaba a Mussolini a formar un ministerio. Así, sin
disparar un tiro, las legiones de "Camisas Negras", tomaron el
poder. La explicación del fenómeno debe hallarse no
en la fuerza del fascismo, sino en el caos creado por la guerra y
en la carencia absoluta de una firme devoción del pueblo
italiano hacia el gobierno constitucional.
Entre 1929 y 1939 el Estado fascista quedó
consolidado en Italia. Permanecía en el trono el Rey
Víctor Manuel III, pero su presencia era puramente
nominal. A la cabeza del estado se hallaba "El duce"(caudillo).
Existía un verdadero culto al jefe, Mussolini, rodeado
siempre de una espectacular escenografía.
La Revolución Fascista
Ésta habría de ser sólo la primera
etapa de la Revolución Fascista, puesto que el fascismo
implicaba no sólo el control personal del aparato
político del Estado, sino una serie de arrolladores
cambios, que sacudirían hasta los cimientos la estructura
política y económica. En 1923, en julio, Mussolini
hizo que el Parlamento distara una nueva Ley electoral que
estipulaba que el partido que reuniera la mayoría de los
sufragios nacionales tendría automáticamente
derecho a disponer de las dos terceras partes de la cámara
de diputados.
En la primera elección convocada después
de haber entregado con vigor la nueva ley, los fascistas
obtuvieron no sólo más sufragios que ningún
otro partido concurrente sino alrededor del 66% del total general
de los votos emitidos. Cuando el nuevo Parlamento abrió en
Mayo de 1924 el período de sesiones, el dirigente
socialista Mateotti acusó a los dirigentes fascistas de
haber apelado al fraude y la
violencia para ganar las elecciones. En Junio, una pandilla de
"Camisas Negras" cumpliendo órdenes de miembros del
ministerio fascista raptaron y asesinaron al dirigente
socialista. EL crimen produjo una violenta reacción
acompañada de enérgicas demandas de que los
fascistas dejaran el poder, pero a la larga la tormenta
amainó y Mussolini pudo seguir adelante con su plan de
reestructuración radical del sistema política. En
1925 retiró a todos los abogados antifascistas la
matrícula para ejercer su profesión y abolió
el gobierno autónomo en las ciudades y pueblos. Al
año siguiente las reformas culminaron con una
disposición por la cual se declaraba la ilegalidad de
todos los partidos políticos con la sola y natural
excepción de aquel del cual era jefe, y que abolía
formalmente el régimen ministerial. A partir de ese
momento al primer ministro sería responsable sólo
ante el Rey, en tato que la labor del parlamento quedaría
restringida a la mera ratificación de decretos.
La política exterior fue la clásica de
esos Estados que buscaban descargar en el exterior todas las
reales o posibles tensiones internas. El propósito fue
hacer crecer el Imperio Colonial. En Libia se llevó a cabo
una intensa política de colonización, se la
presentó como una experiencia piloto de la eficacia
colonizadora. La política agresiva se inició el 3
de octubre de 1935 con el ataque a Abisinia. La diferencia de
equipo y de adiestramiento
dio una abrumadora superioridad sobre los primitivos contingentes
abisinios. El 5 de Mayo de 1936 las fuerzas comandadas por el
mariscal Badoglio se apoderaron de la capital Addis Abbeba; el
emperador (Negus) Haile Selassie perdió su trono y se
procedió a la proclamación del Rey de Italia,
Victor Manuel III, como Emperador de Abisinia. La censura de la
Sociedad de las Naciones así como las sanciones resultaron
totalmente inefectivas.
El Estado corporativo
El sistema político y económico del estado
fascista recibía oficialmente el nombre de Estado
Corporativo, lo cual significaba en primer lugar, que el gobierno
estaba asentado sobre una base económica. El pueblo estaba
representado en el gobierno no en su calidad de
ciudadanos que habitaban distritos definidos, sino en su
condición de productores. Pero el Estado Corporativo
incluía a sí mismo la idea de que los intereses
individuales y de clase debían estar supeditados a los
intereses primordiales del estado. Proscribíase la lucha
de clases entre el capital y el trabajo y
huelgas y paros eran considerados ilegales. En caso de conflicto
entre los trabajadores y la empresa el
estado gozaba de atribuciones para intervenir en carácter
de tribunal de última instancia e imponer la
solución que considerara más
conveniente.
La educación basada en
la disciplina y la obediencia era uno de los pilares de mantenimiento
del régimen.
La preocupación nacionalista se manifestaba en la
tendencia a aumentar la población italiana. Se
estimuló la natalidad concediendo primas a las familias
numerosas, se prohibió la inmigración y se hizo
propaganda para obtener el regreso de los emigrantes.
El principio corporativista implicaba asimismo el
repudio definitivo del laissez faire. Aunque la propiedad
privada seguí manteniéndose estructuralmente y los
capitalistas eran reconocidos en su carácter de "clase
socialmente productora", los principios tradicionales de una
economía clásica fueron desterrados
definitivamente. Toda actividad económica de ciudadano
estaba sujeta a control del Estado que podía incautarse de
cualquier empresa comercial
o industrial si así lo demandaban los intereses de la
nación.
La filosofía del fascismo.
Antes de analizar la filosofía de este
fenómeno, deberíamos primero explicar sus características en líneas
generales.
Se ha dicho repetidamente que el fascismo no constituye
una doctrina, y se citan las propias palabras de Mussolini:
"nuestra doctrina es el hecho", o "los fascistas tenemos el valor
de rechazar todas las teorías
políticas tradicionales; somos aristócratas y
demócratas, revolucionarios y reaccionarios, proletariados
y antiproletarios, pacifistas y anitpacifistas. Nos basta con
tener un solo punto de referencia: la Nación."
- La desigualdad de clases es natural y
provechosa. - La democracia igualitaria y el sufragio universal
suponen la ley del número prevaleciendo sobre la
calidad. Son las elites dirigentes las que deben
gobernar. - El Estado tiene absoluta e indiscutible
primacía sobre el individuo. Los principios de
disciplina, autoridad y jerarquía deben dominar en
la
organización del Estado. "La nación- dice
Mussolini- es creada por el Estado, que da al pueblo,
consciente de su propia unidad moral, una
voluntad y, por consiguiente, una existencia
efectiva". - La lucha es fundamental para la supervivencia. Se
debe vivir peligrosamente para probar la
superioridad. - Las libertades individuales no son derechos, sino
concesiones que hace el Estado, siempre y cuando no sean
perjudiciales. - La guerra no es un azote, ni una maldición,
sino un ideal; el pacifismo no es sino una muestra de
debilidad. - La teoría marxista de la lucha de clases es
falsa; es necesaria la creación de un orden social
jerárquico. - Los principios liberales y democráticos deben
ser sustituidos por la exaltación del Estado
totalitario, fundado en el sentimiento colectivo y en la
mística del jefe. - Italia debe tener un lugar de primer plano en el
mundo, como continuadora de la grandeza romana.
La idea del Estado Corporativo fue uno de los elementos
fundamentales de la doctrina fascista, pero de ninguna manera el
único. Los restantes pueden ser brevemente definidos
así:
- Totalitarismo. El Estado demanda la
suma de interés y de la lealtad de sus miembros. No debe
existir "nada por encima del Estado, nada contra el Estado".
Debido a que el Estado no puede orientarse hacia sus altos
fines sino en la medida en que sus miembros estén
identificados con un objetivo
común, sólo puede haber un Partido Fascista, una
prensa fascista y una educación fascista. - Nacionalismo. La nación es la forma de
sociedad más elevada que la raza humana haya elaborado
jamás. Tiene una vida y un alma propia, aparte de las
vidas y almas de los individuos que la componen. No puede haber
jamás armonía de intereses entre dos o más
pueblos distintos. El internacionalismo es, por lo tanto,
sólo una burda perversión del progreso humano. La
nación debe ser conducida hacia la cima de su fuerza si
su grandeza mediante el autoabastecimiento, la creación
de un ejército poderoso y la consecución de un
índice de natalidad de rápido
crecimiento. - Idealismo. La filosofía del fascismo puede ser
calificada de idealista en el sentido de que renunciaba a una
interpretación materialista de la historia. Según
Mussolini, la nación podía convertirse en lo que
se propusiera, ya que su destino no estaba de ningún
modo sellado fatalmente por su posición
geográfica o por el volumen de sus
recursos
naturales. El idealismo se
desarrolla principalmente como una protesta contra el pesimismo
característico de los anteriores gobernadores de Italia
que argumentaban que el país estaba irremediablemente
condenado, por la falta de recursos carboníferos, a
seguir siendo una potencia de
tercer orden. - Romanticismo. La razón no puede ser
jamás el instrumento más adecuado para la
solución de los grandes problemas
nacionales. El intelecto humano necesita el complemento
indispensable de la fe mística, del autosacrificio y del
culto de heroísmo y de la fuerza. "El espíritu
fascista es voluntad, no intelecto". - Autoritarismo. La soberanía del estado es
absoluta. El ciudadano no tiene derechos, sino deberes. Lo que
las naciones necesitan no es libertad, sino trabajo, orden,
prosperidad. La libertad es un "cadáver de
putrefacción", un gastado dogma heredado de la
Revolución Francesa. El Estado debe ser gobernado por
una elite que haya demostrado su derecho a gobernar mediante su
fuerza y su superior comprensión de los ideales
nacionales. - Militarismo. La lucha está en el origen de
todas las cosas. Las naciones que no se expanden, acaban por
marchitarse y morir. La guerra exalta y ennoblece al hombre y
regenera a los pueblos perezosos y decadentes.
En la Estructura del Estado Fascista Italiano es
característico el mantenimiento de ciertas formas
institucionales tradicionales y al mismo tiempo la existencia de
instituciones paralelas que, sin suprimir a aquellas, las
vacían de contenido.
Continúan el Rey, el Parlamento y el
Ejército, pero el poder está en el jefe del Estado,
en el Gran Consejo, en el Partido Fascista y en las
Milicias.
Existía un verdadero culto al jefe, muy visible
en las grandes manifestaciones a las que Mussolini aportaba sus
naturales actitudes para
dirigirse de modo efectista a las multitudes y provocar en
éstas verdaderas explosiones de entusiasmo. La prensa,
la radio y el
cine se
encargaban de mantener este estado de pasión colectiva. La
fórmula "Mussolini siempre tiene razón",
artículo octavo de los diez mandamientos de las milicias
fascistas, es altamente representativa.
La Ley Electoral de 1928 también es ilustrativa.
Establecía las "listas de confianza", o sea, un proceso
previo de selección de candidatos, a cambio del Gran
Consejos y a propuestas de las confederaciones nacionales de
corporaciones, lo que significaba que el electorado no
tenía opciones entre listas sino que debería
simplemente aceptar o rechazar así elaborada.
El partido fascista decidido por la consigna "creer,
obedecer, combatir", constituyó la elite dirigente del
gobierno y de la sociedad. En 1932 recibió nuevo estatuto
que determinaron su estructura jerárquica. Su base eran
los "fascios", que se agrupaban en cada provincia en una
Federación.
En cuanto a la acción fascista de encuadramiento
de la población, ella se manifestaba muy claramente en las
manifestaciones juveniles, en la prensa, en la enseñanza y
en la política cultural.
- La Opera Nazionale Balilla controlaba los movimientos
juveniles, organizándolos con base en la
preparación física y militar,
así como en la fanática obediencia al jefe. De
los cuatro a los ocho años, los niños
permanecían a los "hijos de la loba"; a los ocho
años pasaban a las "Balilla"; a los catorce años
eran "Avanguardisti"; finalmente a los dieciocho años
pasaban a las "Juventudes Fascistas". - Los adultos eran organizados en asociaciones
profesionales y sindicatos.
También fue destacada la organización dependiente
del Partido, la Opera Nazionale Dopolavoro, encargada de
organizar vacaciones viajes, y
diversiones colectivas de los obreros. - El Ministerio de Prensa y Propaganda tenía el
control total de la prensa. - La enseñanza estaba sujeta a normas
estrictas: "El gobierno exige que toda la escuela en todos sus
grados, en toda su enseñanza eduque a la juventud
italiana a comprender el fascismo y a vivir en el clima
histórico creado por la revolución fascista". Los
profesores de la Universidad estaban sometidos a la
obligación de prestar juramento de fidelidad al
régimen. - En 1925 fue fundado el Instituto Nacional Fascista de
Cultura,
destinado a impulsar la política cultural del
régimen y desplazar la cultura tradicional.
10. El régimen a
partir de 1936
A partir de 1936 se produjo un mayor endurecimiento del
régimen, que algunos autores atribuyen a dificultades
internas y a imitación del régimen
alemán.
- Se agrabó una situación de
tensión contra el rey, cada vez más dejado de
lado. - La Cámara de Diputados fue sustituida por la
Cámara de los Fascios y de las Corporaciones, integradas
por el Consejo Nacional del Partido y el Consejo Nacional de
las Corporaciones. - El Partido Fascista, asume una mayor
intervención en la vida social. Se habla entonces de un
estilo de vida fascista caracterizado por la rapidez, por el
dinamismo y la decisión. Los ejercicios físicos y
las pruebas
deportivas son considerados impresindibles. Se impone el uso de
uniformes para los funcionarios. Se acentúan la
preparación militar de la juventud, y sus organizaciones
quedan directamente sometidas al Partido. - Un nuevo ministerios, el de Cultura Popular, controla
la prensa, las editoriales y la producción
cinematográfica. Queda prohibida la venta de
obras consideradas antifascistas, las de escritores
judíos y de escritores rusos. Aumenta la
exaltación del pasado romano. - Comienza una política de discriminación racial con la
publicación oficial del "Manifiesto de defensa de la
raza". Los judíos italianos, considerados ciudadanos de
segunda clase, son excluidos de la enseñanza, de las
asociaciones, del ejército y de la administración. Con los judíos
extranjeros las disposiciones son más restrictivas
aún. De todos modos, en su aplicación
práctica, ésta política discriminatoria no
tuvo ni de lejos los alcances a que llegó en
Alemania.
Las Relaciones con la Iglesia
El anticlericalismo de los primeros tiempos de Mussolini
ya había desaparecido antes de su acceso al poder. Una vez
en él, no olvidó la importancia que tenía el
catolicismo en la sociedad italiana y Roma en todo el mundo
católico. Su propósito de llegar a un arreglo en el
conflicto que enfrentaba al Estado con la Iglesia en momento de
la unidad italiana coincidió con igual propósito
del Papa Pío XI, quien desde su acenso al trono
pontificio, había mostrado una actitud
favorable hacia Mussolini, quizá influido por su
antiliberalismo y anticomunismo.
Después de largas y reservadas negociaciones se
llegó finalmente a la firma del Acuerdo de Letrán,
el 11 de febrero de 1929.
Poco después de la firma del Acuerdo, ya
comenzaron a plantearse problemas, pues Mussolini lo interpretaba
en un sentido restrictivo de los poderes de la Iglesia. Al
presentarlo a la ratificación del Parlamento, declaraba,
entre otros conceptos: El Estado Fascista reivindica totalmente
el derecho de fijar normas morales. Es católico pero es
fascista ante todo, exclusivamente, esencialmente
fascista".
La Economía
El régimen fascista no cambió su
estructura de la economía italiana. El capital privado
continuó gozando de todas sus prerrogativas. Las empresas fueron
respaldadas a cambio de subordinarse a las directivas
políticas del régimen.
Son destacables en los primeros años los
esfuerzos para impulsar la producción y para creas
más fuentes de
trabajo. La "Batalla del Trigo", tendiente a emancipar el
país de los abastecimientos extranjeros, culminó
con gran aumento en las cifras de la producción, aunque
con elevados costos y a
expensas de otros rubros más rentables como frutas y
legumbres.
La hora del Régimen fascista.
Nadie que esté libre de prejuicios podría
negar la hora del régimen fascista en Italia. En junio de
1940, cuando Italia resolvió finalmente intervenir en la
Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Mussolini, había
conseguido reducir notablemente los índices nacionales de
analfabetismo
y había arribado a lo que parecía ser una
solución satisfactoria de la antigua querella con el
Papado, había prácticamente liquidado a la mafia o
"mano negra" en Sicilia, e introducido grandes mejoras en la
esfera económica.
Los "débitos" del fascismo.
Pero el "libro mayor" del fascismo tiene también
su hoja del "debe". El movimiento oficial en pro del
autoabastecimiento nacional había redundado en un alto
porcentaje de encarecimiento en ciertos renglones de la industria.
Aunque la marcha de los negocios y el nivel de la
ocupación eran indudablemente mucho más estables
que en los años inmediatamente posteriores a la Primera
Guerra Mundial, no existían indicios de que los
trabajadores hubieran mejorado sus condiciones de vida. Los
salarios habían subido, pero debido a la alza de precios y
a la campaña de fomento del trabajo caben realmente serias
dudas sobre la existencia de un aumento real del nivel de
salarios. Además, los italianos habían sido
obligados por el régimen a comprar la estabilidad y el
orden al precio de una
mortal uniformidad de pensamiento y acción, estado que el
mismo Mussolini había descrito en 1914 como de
"aburrimiento e imbecilidad".
Agreguemos aquí que el gobierno fascista se
lanzó durante su régimen a dos costosas aventuras:
la conquista de Etiopía en 1935- 1936 y la
intervención en la Guerra Civil Española 1936-
1939.
Síntesis. Etapas de consolidación del
poder de Mussolini
- Mussolini se reservó la presidencia del
Consejo de Ministros y las carteras del Interior y de
Relaciones Exteriores. - En su primera presentación ante la
Cámara, anunció un programa y
amenazó… "Yo podría hacer de esta sala
gris un campamento de soldados". Obtuvo que el poder
legislativo le otorgara plenos poderes. - En diciembre de 1922 se crea el Gran Consejo del
Fascismo, integrado por ministros, subsecretarios, miembros de
la dirección del partido y altos funcionarios; este
órgano tomaba las decisiones políticas,
convirtiendo al gobierno en mero ejecutante. - Acto seguido fue creada la milicia voluntaria para la
Seguridad Nacional, guardia fascista que reemplazó a la
disuelta guardia real. - En 1923 se dispuso la disolución de varias
disoluciones obreras; al mismo tiempo se hicieron concesiones a
la Iglesia Católica y se buscó que el Partido
Popular perdiera su apoyo. - En abril de 1924, mientras Italia continuaba sacudida
por la violencia de los "squadristi", se celebraron las
elecciones parlamentarias. Las listas fascistas obtuvieron el
65% de los votos. - Al anunciarse el nuevo período legislativo, el
diputado socialista Mateotti fue asesinado por los
"squadristi". Esto provocó un sentimiento general de
repulsa, y el propio Mussolini precipitó algunas
renuncias de dirigentes comprometidos e inclusive algunas
detenciones. Una parte de los diputados de la oposición
decidió boicotear las sesiones de la Cámara hasta
tanto fueran disueltas las milicias fascistas. - En enero de 1925 Mussolini ya había superado
la crisis, puesto que la reacción opositora no tuvo
suficiente fuerza como para conmoverlo. El 3 de enero
dirigió a la Cámara un discurso en el que
declaró asumir "la responsabilidad política,
moral e histórica por todo lo que ha pasado", y
anunció a estar dispuesto a un enfrentamiento definitivo
con la oposición. - A partir de ese momento la prensa de oposición
es perseguida y se procede a la disolución de
asociaciones consideradas subversivas. La violencia de las
milicias recrudece, y es puesto al frente del partido fascista
su dirigente más intransigente: Roberto
Firanacci. - En octubre de 1925, el llamado "Acuerdo del Palacio
Vidoni" establece que la representación obrera, en sus
tratativas con las patronales, será monopolizada por los
sindicatos fascistas. - La ley del 24 de diciembre de 1925 creó para
Mussolini el cargo de "Jefe de Gobierno" con la totalidad del
Poder
Ejecutivo, siendo sólo responsable ante el rey;
también suprimió la iniciativa parlamentaria. Un
mes más tarde, otra ley atribuye poderes legislativos al
"Jefe de Gobierno". - El 4 de noviembre de 1926 fueron aprobadas las
llamadas "leyes de
defensa del Estado", conocidas como "leyes
fascistísimas", con lo que concluye todo resto de
libertad. Los partidos políticos son
disueltos.
A partir de ese momento, puede considerarse que la
fascistización del Estado ha quedado
completada.
Página siguiente |