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45 hipótesis acerca de la extinción de los dinosaurios (página 3)




Enviado por mtamayo



Partes: 1, 2, 3

Dado que: (1) disperso por todo el planeta existe un
"nivel negro" rico en iridio (mineral pesado que se encuentra en
cuerpos extraterrestres), en concentraciones entre 10 y 100 veces
superiores a las habituales, que esta capa muy rica en iridio se
localiza en toda la superficie de la Tierra, mientras que el
metal es muy raro en la corteza terrestre, (2) que contiene
granos de cuarzo y otros minerales con finas estrías
cruzadas, con evidencias de haber sufrido una presión
elevada, como las que se encuentras en rocas sometidas a una
colisión violenta, y microtectitas alteradas. Dado que
además (3) se encontró un cráter de 280 km. de
diámetro en el límite C/T en la península de
Yucatán en México, correspondiente a una cadena
semicircular "casi perfecta" de agujeros que parecen corresponder
con el piso de un cráter gigantesco, que ha sido llamado
Chicxulub, que (4) hay evidencias de depósitos producidos
por grandes tsunamis en la misma época en Texas,
México, Haití y otros sitios de la cuenca del Caribe,
(5) que el geólogo Alan Hildebrand encontró en
Haití pequeñísimas estructuras de roca vitrificada
denominadas tectitas en la capa arcillosa correspondiente al
limite Cretáceo/Terciario, lo que indica que en las
cercanías se produjo un impacto y (6) que en un estudio de
hojas fosilizadas en Wyoming se encontró que todas las
plantas de tierra y mar murieron aproximadamente al mismo tiempo
por congelamiento. Hipótesis: un meteorito de unos 10 km. de
diámetro impactó sobre la Tierra hace 65 millones de
años a una velocidad de 25 km./seg., provocando un "invierno
nuclear". Primero los restos incandescentes caídos sobre los
bosques y pastizales provocaron incendios que abarcaron más
del 70% de los continentes, interrumpieron la fotosíntesis y
redujeron prácticamente a cero el índice de
oxígeno, siguieron fuertes vientos, lluvias torrenciales,
huracanes y terremotos. Luego ascendió una densa nube
formada por una mezcla de vapor de agua, gases liberados, polvo,
residuos rocosos y elementos metálicos, cuyos componentes
volátiles, suspendidos en el aire y mezclados con el humo
provocado por la fricción del meteorito con la
atmósfera, envolvieron al planeta en una gigantesca nube
impenetrable que se extendió por toda la estratosfera,
impidiendo el paso de los rayos solares. Esto dio lugar a un
fuerte descenso de la temperatura, que en todo el mundo cayó
desde un promedio de 19oC a 10 grados bajo cero. Los lagos se
congelaron y miles de especies de plantas perecieron. La nube
pudo mantenerse durante meses o años, produciendo la muerte
de la vegetación, seguida por los herbívoros y
carnívoros. Los más capacitados para sobrevivir fueron
los animales de menores dimensiones, carroñeros y
oportunistas (mamíferos, lagartos, cocodrilos, ofidios), los
más perjudicados fueron los más corpulentos y
especializados. A medida que se depositó el polvo y
comenzó a llover, subió la temperatura, dando lugar a
una alta evaporación y produciendo un efecto invernadero, lo
cual aumentó la temperatura y afectó al plancton, muy
sensible al calor, produciendo el derrumbe de las comunidades
marinas. Los organismos que forman el nanoplancton calcáreo
emiten un compuesto de azufre que ayuda a la formación de
nubes, que a su vez reflejan la luz solar evitando que parte de
la radiación del Sol alcance la superficie terrestre. La
reducción de estas nubes, como consecuencia de la
destrucción del nanoplancton, pudo haber causado una ola de
calor extremo a nivel planetario. Objeciones: El aumento del
nivel de iridio puede explicarse también por emisiones
volcánicas (ver hipótesis 37). El aumento de iridio se
encuentra en varias franjas separadas por medio millón de
años como máximo y es poco probable que la Tierra fuese
golpeada en ese período por una serie de meteoritos.
Aparentemente los grupos no desaparecieron en forma
instantánea en todo el mundo, habrían desaparecido en
forma gradual. Los belemnites e ictiosaurios habían
desaparecido mucho antes del límite C/T, y la mayoría
de los otros grupos estaban en lenta decadencia. La
hipótesis del impacto no explica con claridad las pautas de
extinción y sobrevivencia selectiva de diferentes grupos.
Existen registros de impactos de grandes asteroides sobre la
Tierra que aparentemente no causaron grandes daños, por
ejemplo el cráter Manicouagan, en Canadá, se formó
por el impacto de un asteroide de unos 10 km. a fines del
Triásico, sin embargo las extinciones triásicas
ocurrieron en dos oleadas sin presencia de iridio, y el
cráter de Popigai, en Siberia, fue causado por un impacto
aún mayor hace 40 millones de años, sin presencia de
iridio ni extinciones. Comentario: Esta hipótesis,
considerada en un principio como una fantasía por la
mayoría de los especialistas, ha ido ganando cada vez
más adeptos. En 1978, mientras realizaban un estudio
geológico rutinario, Walter Alvarez, Frank Asaro y Helen V.
Michel encontraron en la región de Gubbio, Italia, una
cantidad inesperada de iridio en el límite entre los
períodos Cretáceo y Terciario. Partiendo de la base de
que el iridio es muy raro en la Tierra, pensaron que podían
averiguar la velocidad de acumulación de la arcilla
detectando el iridio proveniente de la lluvia de micrometeoritos
o polvo cósmico que bombardea continuamente el planeta. Al
analizar la arcilla encontraron que la cantidad de iridio era
comparable a la depositada durante 500 mil años en el resto
de la roca. Descartando diversas explicaciones posibles llegaron
a formular la idea de un gran impacto proveniente del espacio,
idea que propusieron formalmente en 1980 el físico Luis
Alvarez y su hijo Walter, geólogo, ambos de la Universidad
de California. Todavía en 1990, Walter Alvarez y Frank Asaro
decían que "la investigación tiene una espina: nadie ha
hallado ese cráter de 150 kilómetros que el impacto de
un objeto de lo kilómetros debería haber producido". En
la misma época, Alan Hildebrand, que buscaba huellas del
meteorito en el Caribe, decía que "fuera donde fuese que el
cráter estuvo, la deriva continental pudo haberlo hecho
desaparecer. Es posible que la teoría del impacto nunca
pueda ser probada más que por evidencias indirectas". Sin
embargo, en 1978 el geofísico Glen Penfield, empleado por la
compañía petrolera Pemex para realizar estudios
paleomagnéticos en el Yucatán, encontró
anomalías magnéticas que lo llevaron a concluir que en
la zona de Puerto Chicxulub había hecho impacto en tiempos
prehistóricos un meteorito gigante. Penfield no pudo
informar acerca de su hallazgo, porque la empresa Pemex se lo
impidió hasta que se iniciara la explotación de
petróleo en la zona. Cuando en 1981 pudo hacerlo durante un
congreso de geólogos, no estaban presentes los principales
especialistas en cráteres prehistóricos que
conocían la propuesta de Alvarez, porque habían
concurrido a otra reunión científica, y nadie
relacionó el informe de Penfield con la hipótesis sobre
la extinción de los dinosaurios hasta varios años
más tarde. Geólogos de todo el mundo hallaron
numerosas pruebas de que el iridio y otros elementos raros en la
Tierra abundaban en la capa intermedia entre el Cretáceo y
el Terciario y se fueron acumulando numerosas y diversas pruebas
en favor de la hipótesis. En 1980, Richard P. Turco y Owen
Brian Toon, con la ayuda de grandes computadoras, demostraron que
el polvo levantado por la caída de un cuerpo de 10
kilómetros oscurecería completamente la atmósfera
durante varios meses.

45. Impacto De Un Cometa

Dado que: si un cometa del tamaño del cometa Halley
hubiese chocado con la Tierra habría producido serios
trastornos ambientales. Hipótesis: el impacto de un cometa
sobre la Tierra produjo una enorme explosión nuclear, un
rápido aumento de la temperatura y liberado posiblemente
cianuro, veneno que se encuentra en la cabeza cristalina de
algunos cometas, produciendo la muerte de los dinosaurios.
Objeciones: no hay evidencias que permitan suponer el choque de
un gran cometa con la Tierra a fines del Cretáceo. Puesto
que los cometas tienen una baja densidad y están formados
fundamentalmente de hielo, es difícil que pudiese contener
la cantidad de iridio y otros minerales siderófilos, que
sí podría contener un meteorito o salir del interior de
la tierra mediante erupciones volcánicas. Comentario: esta
hipótesis fue planteada en 1975 por el geoquímico
premio Nobel Harold Urey, quien sugirió que habría
impactado con la Tierra un cometa del tamaño del Halley. Fue
apoyado en 1979 por Kenneth J. Hsü, del Instituto
Geológico de Zurich, quien agregó la posibilidad de que
el cianuro presente en el cometa envenenara las aguas y eliminara
el plancton. Ha recibido posteriormente apoyo por parte de los
partidarios de la idea de que las extinciones masivas han sido
fenómenos producidos a intervalos regulares.

¿Son las extinciones sucesos
regulares?

Diversos investigadores han planteado la posible
existencia de ciclos regulares de extinciones. En 1977, Fisher y
Arthur sugirieron que las extinciones biológicas masivas se
producirían cada 32 millones de años, basándose en
especies marinas. David Raup y John Sepkoski fortalecieron en
1983 la hipótesis de Fisher-Arthur mediante análisis
estadístico fino de un gran volumen de datos. Observaron que
en 567 familias de organismos marinos durante los últimos
250 millones de años, cada 26 millones de años
aproximadamente se extinguen al menos 2% de las familias. Un
análisis de los datos efectuado por W. T. Fox en 1987
apoyó la idea, calculando que es estadísticamente
significativa la relación entre las extinciones masivas y
los períodos de 16 millones de años. Basándose en
la compilación de cráteres, Rampino y Stothers
identificaron ciclos de impactos de grandes meteoritos cada 31+ 1
millón de años, para lo cual consideraron como
"extinción masiva" a aquellas que superan el 10%.

Si el cataclismo fue producido por el impacto de varios
grandes objetos extraterrestres, y si las extinciones masivas se
producen en forma cíclica, entonces debe buscarse la causa
de tales impactos múltiples simultáneos. Alrededor del
Sistema Solar existe un amplio campo de cometas que gira
alrededor del Sol. Desde allí podrían desencadenarse
lluvias cometarias masivas por la influencia de algún agente
cósmico de influencia cíclica. Se han planteado al
respecto tres hipótesis:

a) Cruce del Plano Galáctico: En su movimiento
alrededor del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea,
el Sistema Solar se mueve con oscilaciones hacia uno y otro lado
del plano galáctico, con una periodicidad de 67 millones de
años, de manera que cruza este plano cada 33+ 3 millones de
años. Las extinciones podrían coincidir con el cruce
del plano galáctico. La densidad de materia en el plano
galáctico es muy elevada; el paso a través del plano
galáctico podría inducir impactos de grandes meteoritos
o desestabilizar a los cometas de la nube de Oort, los que
adquirirían una órbita muy elíptica penetrando
hacia el interior del Sistema Solar.

b) Némesis, la "estrella asesina": El Sistema Solar
podría ser doble, el Sol tendría una estrella
compañera no descubierta, que ha sido llamada
"Némesis", que podría ser una estrella del tipo de las
enanas negras (de menos de un décimo de la masa solar y
luminosidad muy baja) , una estrella enana marrón o un
agujero negro. Némesis tendría una órbita muy
excéntrica, con su posición más lejana en
relación al Sol cerca de la nube de Oort, o bien una
órbita moderadamente excéntrica y cuyo paso por la
mínima distancia al sol ocurriría a través de
dicha nube.

c) El planeta "X": De acuerdo a otra idea,
existiría un décimo planeta en el Sistema Solar,
aún no descubierto, al que se le ha llamado "planeta X",
cuya masa sería de la quinta parte de la masa terrestre, lo
cual explicaría que aún no se haya observado. El
planeta X giraría alderredor del Sol en una órbita muy
inclinada y constantemente cambiante por las influencias
gravitacionales de otros planetas, lo cual explicaría que
intercepte a la nube de Oort en intervalos muy
prolongados.

Muchos paleontólogos han criticado estas
hipótesis aduciendo que tal periodicidad de las extinciones
no existe. Los cálculos efectuados parecen aplicarse
solamente a los últimos 250 millones de años.
Según Van Valen, la supuesta periodicidad se esfuma si en
lugar de considerarse porcentajes se considera las probabilidades
de extinción, basándose en las apariciones,
desapariciones y duración de los grupos. Si se demostrase
que las extinciones masivas son sucesos que ocurren
cíclicamente en forma regular, no podrían desecharse
causas terrestres, como por ejemplo la hipótesis de
Margalef.

Un posible consenso

Hay gran cantidad de paleontólogos que apoya el
modelo gradual, porque creen que los restos fósiles apoyan
una disminución constante en cantidad y variedad de
dinosaurios y otros grupos hacia fines del Cretáceo, lo que
podría deberse a los cambios climáticos y ambientales
ligados a la gran regresión marina de fines del
Cretáceo, pero a la vista de la solidez de las evidencias
mostradas por los catastrofistas están dispuestos a aceptar
que a ello se agregaron, casualmente, algunas condiciones
catastróficas que aceleraron el final inevitable de por lo
menos una parte de esos grupos.

Es posible que tres causas influyeran en algún
grado en la crisis de fines del Mesozoico, que llevó a la
desaparición final de los dinosaurios: la regresión
marina habría hecho desaparecer gradualmente a los
dinosaurios y habría determinado la extinción de
belemnites e ictiosaurios, posteriormente se produjo el impacto
de varios asteroides y las grandes erupciones volcánicas del
Decán que sellaron definitivamente la suerte de los
dinosaurios que aún existían.

Si se demostrara que los dinosaurios se extinguieron en
forma brusca, quedarían dos explicaciones posibles: el
impacto de un meteorito y el intenso vulcanismo de fines del
Cretáceo. En ambos casos, la inyección hacia la
atmósfera de cantidades extraordinarias de polvo, aerosoles
y gases, seguida por lluvias ácidas, habría provocado
una cascada de accidentes climáticos que la mayoría de
las especies no pudieron resistir. Se produjo primero el
oscurecimiento de la atmósfera, que inhibió la
fotosíntesis e hizo disminuir rápidamente la
temperatura; a continuación, el vapor de agua y el
anhídrido carbónico provocaron un fuerte
recalentamiento. Después se habrían acidificado los
océanos.

El mejor apoyo de la hipótesis del meteorito es el
cráter Chicxulub, de 280 km. de diámetro, que se
formó en el límite C/T en la península de
Yucatán. La mejor evidencia en favor del vulcanismo es la
existencia de casi 1.300 km. cuadrados de lava en la meseta
Decán, depositadas al finalizar el Cretáceo. Las altas
concentraciones de arsénico y de antimonio asociadas a la
anomalía del iridio sugieren un origen volcánico, pero
justo debajo de los grandes cursos de lava se encontraron granos
de cuarzo amalgamados por grandes presiones, lo que indica que se
formaron con el impacto. En apoyo del impacto se pueden agregar
la presencia de stishovita en la arcilla del límite C/T en
Nuevo México y la presencia de espinelas niquelíferas,
que se interpretan como vestigios del propio
meteorito.

Es posible que ambos acontecimientos estén
vinculados: los impactos de grandes meteoritos que habría
penetrado de 20 a 40 km. en la tierra, podrían haber
perturbado de tal forma a la delgada corteza terrestre como para
desencadenar erupciones volcánicas. Al dejar al descubierto
el magma, formado por las rocas fundidas del interior de la
Tierra, lo habrían hecho surgir hacia la superficie en forma
de lava, por lo tanto es posible que las erupciones de la India
se produjeran a consecuencia de la caída del meteoro. D. Alt
y colaboradores propusieron en 1988 que la lava basáltica
del Decán pudo formarse como los mares de la Luna: el
impacto de un meteorito forma un cráter profundo que es
llenado desde abajo por lava hirviente. Al sur de las islas
Seychelles y a unos 480 km. al nordeste de Madagascar, en la
cuenca del Almirante, se localiza lo que aparenta ser un
cráter de 320 km. de ancho. El impacto de un enorme
meteorito en esa zona podría haber activado los grandes
cursos de lava que formaron la meseta Decán y las Islas
Seychelles.

Quizás cayeron simultáneamente dos grandes
meteoritos, uno en Yucatán y otro en la cuenca del
Almirante, y algunos creen que este último desató las
erupciones de Dacán, que sumaron sus efectos a los de los
meteoritos. Considerando las características de espinelas
encontradas en distintas partes del mundo en sedimentos del
límite C/T, se piensa en la caída de varios cuerpos del
espacio, como lo que sucedió al cometa Shoemaker-Levy, que
se fragmentó en más de veinte trozos que cayeron sobre
Júpiter.

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Palabras claves: Dinosaurios, Extinciones,
Paleontología,

Trabajo enviado y realizado por:
Manuel Tamayo H.

Universidad Católica del Maule, Talca,
Chile.

Partes: 1, 2, 3
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