1.
Introducción
2. Modernidad y
posmodernidad
3. La posmodernidad y la cultura de los
medios
4. La ética del
discurso
5. Ética y
responsabilidad
6. Ética y derechos
humanos
7. Problemas De La Ética
Aplicada
8. Conclusión
Final
9. Bibliografía de
consulta
Objetivo temático: La ética es la
especialización filosófica acerca de la cual
más se ha escrito y se escribe en este fin de milenio.
Desde su mirada se abarca una gran cantidad de temas cruciales.
La fundamentación de nuestras acciones, los
replanteos acerca del significado de la libertad y de
la justicia en el
contexto del mundo como mercado, los
temas derivados de los avances de las ciencias y de
la tecnología, los debates entre aquellos que
intentan dar una fundamentación universal de las normas y los que
las relativizan en función de las diferencias de cada
comunidad; los
problemas de
biótica, el desafío ético que nos plantea la
ecología,
etcétera.
Todo esto nos permite pensar que las cuestiones
fundamentales de la filosofía se concentran actualmente de
una manera especial en las reflexiones éticas. De este
modo el panorama es sumamente vasto.
2. Modernidad y
posmodernidad
La ética no puede ser comprendida genuinamente
sino a través de su historia. Esta
afirmación se vuelve relevante para nosotros, los
habitantes de este mundo es este fin de milenio, no tanto porque
cambien en el año 2000 en adelante, cuatro números
en el calendario, sino porque esto coincide con un cambio de
época.
Muchos intelectuales y filósofos llaman a este cambio de
época el pasaje de la modernidad a la posmodernidad.
¿Cómo entender este cambio? Gran parte de la
bibliografía de estos últimos veinte años ha
sido dedicada a ello.
Bastaría con preguntarnos si creemos que el
progreso de la ciencia, de
la economía,
del arte, le
permitirán a la humanidad vivir en un mundo mejor. Sin
duda esta pregunta es muy difícil de responder, pero nos
puede servir como un test para
entender una primera gran diferencia entre la modernidad y la
posmodernidad.
El prototipo de hombre moderno
es aquel que confía en que el curso de la historia debe
estar orientado por el progreso, vive y proyecta su vida para
ello. Para él, el progreso garantiza que el día de
mañana será mejor que el de hoy. En cambio, la
posmodernidad surge del descreimiento, de la desconfianza y hasta
el escepticismo. Ya no se cree que el progreso constituye
necesariamente un bien para la humanidad. "El progreso se ha
vuelto rutina", dice el filósofo italiano Gianni Vattimo
en su libro El fin
de la modernidad.
En la posmodernidad se desvalorizan todos los ideales y
expectativas. La falta de confianza en el futuro, junto con la
desaparición de los grandes proyectos comunes
(ideologías de la emancipación, utopías),
dejan un vacío que a menudo es llenado por el pesimismo o
el desinterés, que conducen al hombre actual hacia un
proceso de
creciente aislamiento.
Jean Francois Lyotard, otro filósofo que se ha
ocupado de pensar la posmodernidad, sostiene que ella resulta del
desarrollo de
la modernidad. Dice que "la posmodernidad es cosa moderna", y
describe "la condición posmoderna" como la instancia en la
que el hombre se
ve cada vez más lejos de poder incidir
con sus acciones en el curso de la historia. Experimenta la
sensación de que los acontecimientos se han vuelto
independientes respecto de sus actos, y que lo que cada hombre
puede hacer es demasiado poco.
Defender el proyecto moderno
es defender la necesidad de fundamentar racionalmente nuestras
acciones, mantener la autonomía del arte, la ciencia y
la moral. En
definitiva, seguir sosteniendo que la racionalidad es la
condición de posibilidad de un mundo donde todos y cada
uno de los hombres puedan llegar a ser libres.
La transformación consiste en pasar de la
filosofía del sujeto a una filosofía de la
acción ínter subjetiva. Todo el trabajo de
Habermas se orienta hacia este fin: pasar del paradigma
físico-matemático, que ha dominado en la
modernidad, al paradigma de las ciencias
sociales, y desarrollar una teoría
de la
comunicación entre sujetos, a diferencia del sujeto
cartesiano.
3. La posmodernidad y
la cultura de los
medios
Muchos intelectuales y filósofos sostienen que la
posmodernidad es una época producida y dominada por la
cultura de los medios de
comunicación (especialmente la
televisión).
Los medios de
comunicación permitieron el acceso a la
opinión pública de minorías de todo tipo. Se
trata de un proceso pluralización que hace imposible un
punto de vista único acerca de la realidad. Muchos
pensaron que la simultaneidad de la televisión
y la circulación de la información darían como resultado
una sociedad
más transparente donde los obstáculos de la
comunicación serían eliminados. Sin embargo a
ocurrido lo contrario. Al multiplicarse los centros desde donde
surge la información se multiplicaron también los
sujetos y las narraciones, lo que dio lugar a una
fragmentación de la imagen del
mundo.
El predominio de los medios de comunicación en la
sociedad actual ha ido generando una cultura del
espectáculo donde la finalidad pareciera ser, tal como la
indica Alain Finkielkraut, "llenar bien los ojos para vaciar la
cabeza". Basta en recordar los numerosos programas
periodísticos en los cuales la información se
convertiría en Show.
En este sentido, Jean Baudrillard, sostiene que con el
televisor el mundo se mete en nuestra casa. El límite
entre lo público y lo privado ha sido disuelto por la
invasión de los medios. Su poder simulador procede una
realidad más poderosa y, por ello, más real que la
conformada por sujetos y objetos.
Si pensamos en el poder de los medios en lo que se
refiere a la formación de la conciencia
pública, notaremos que vivimos en un mundo más
complejo, plagado de informaciones, y donde la realidad se
fabrica día a día. Es un desafío para todos
aprender a habitar este mundo interrogado por la
tecnología y la comunicación.
Varias son las alternativas que se han planteado en
torno de la
prolongación de las ideas modernas. Jurgen Habermas es
quien más se ha dedicado a la tarea de una
reconstrucción crítica de la racionalidad como base
de la sociedad democrática y como cumplimiento del ideal
emancipa torio de la modernidad.
Habermas desarrolla su teoría de la acción
comunicativa, la cual constituye una ética del discurso. A
diferencia de los filósofos modernos, él parte de
un concepto de
racionalidad ínter subjetiva que se expresa mediante los
actos de habla o de comunicación. De este modo sustituye
la problemática moderna que se centra en la conciencia
subjetiva, por una reflexión crítica acerca del
lenguaje.
La teoría de la acción comunicativa
contiene una crítica trascendental del lenguaje, o
más específicamente de los actos de habla. Su
intención principal es la de desarrollar una
pragmática universal de los actos del habla.
Cuando uno de nosotros habla, es ese mismo acto, se
encuentran estructuras
universales que sólo pueden ser puestas de manifiesto
críticamente. Así como para hablar un idioma no
necesitamos conocer explícitamente su gramática, tampoco necesitamos conocer los
elementos universales que se encuentran en el acto mismo de
hablar. Éstos sólo pueden ser reconocidos mediante
una reflexión posterior.
La idea de Habermas se centra en que, del mismo modo que
existen estructuras sintácticas y gramaticales,
también existe una pragmática contenida en el habla
cotidiana. Por lo tanto, al igual que la sintaxis y la
gramática expresan los rasgos universales presentes en
el lenguaje,
es posible establecer una pragmática universal de los
actos de habla mediante una crítica trascendental del
lenguaje.
Por ejemplo, cada vez que alguien me dice algo, lo
escucho suponiendo que lo que me dice es verdad, más
allá de que lo dice sea verdad o no. La
comunicación sólo se hace posible partiendo de la
confianza en tal intención. De este modo nos encontramos
con un principio supuesto en la intencionalidad de toda
acción comunitaria.
Pensemos cuántas veces nos vemos ante la
necesidad de tomar una decisión conjunta, la cual depende
del grado y de la legitimidad de nuestra comunicación, es
decir, de nuestra capacidad de expresar nuestra posición y
de comprender la de los otros.
Lo que Habermas propone es que esta teoría de la
acción comunicativa nos permita elaborar el concepto de
una comunidad ideal de habla. Sabemos que este ideal de
comunicación nunca podrá ser alcanzado, pero su
función es la de corregir nuestros modos de
comunicación. Una decisión justa es una
decisión fundada en el consenso alcanzado mediante la
argumentación racional de las posiciones de todos los
involucrados.
Pensemos en un grupo que
reclama a uno de sus integrantes por su mal comportamiento: esa demanda se
podría expresar en una serie de juicios que podría
resultar así:
- No colaborar con el grupo durante el campamento es
malo. - S no colaboró
- S se comportó mal
Como los juicios éticos contienen siempre una
valoración, por ejemplo "S es un mal compañero", no
son verificables en el sentido en que lo son los juicios
científicos, por ejemplo "todos los metales se dilatan por el
calor". Los
primeros dependerán de la fundamentación de los
argumentos que sean aportados a la discusión para validar
el juicio emitido.
Habermas afirma que la validez del juicio ético
se obtiene a través del consenso construido mediante la
comunicación producida por argumentos racionales. De este
modo descarta la posibilidad de aceptar como legítimos
aquellos consensos limitados a lo que opina la mayoría. La
cantidad no da certeza, la mayoría puede equivocarse. Y
propone lo que él llama consenso
dialógico-argumentativo, que tiene características especiales que deben ser
respetadas para asegurar la validez del acuerdo
alcanzado:
- En la discusión cada uno de los participantes
deberá exponer sus argumentos, responder a las
críticas, argumentar en función de los intereses
propios de su grupo. - Cada participante, por el solo hecho de entrar en la
discusión, reconoce a los otros hablantes competentes
como sujeto a derecho. - Los participantes en la discusión
deberán renunciar al uso de la fuerza, la
amenaza, la manipulación ideológica, el
engaño, etcétera, para defender racionalmente sus
argumentos. - Un consenso será legítimo y
fundamentará una norma moral
legítima, cuando se respetan todas las normas de
procedimiento.
Habermas reformula el imperativo categórico
Kantiano. La razón es dialógica, esto significa que
no puede haber excluidos en la discusión, y que todos los
argumentos deberán ser atendidos. La ética del
discurso, como Habermas llama a esta propuesta que comparte en
sus puntos fundamentales con Karl Otto-Apel, no aspira a delinear
el contenido de las normas morales o los ideales de vida buena,
sino a ejercer una función crítica y legitimar o no
los acuerdos políticos, económicos sociales
alcanzados dentro de cada comunidad histórica o entre las
naciones. En este sentido se puede decir que es una ética
procedimental o formal.
La ética del discurso da pautas para que los
sujetos y los pueblos en su variedad cultural puedan determinar
lo que es bueno para todos sus ciudadanos mediante un debate
abierto.
El pensar se desarrolla en el diálogo. Aprender a
pensar es aprender a argumentar y a confrontar con los argumentos
de los otros.
Lo más importante es poder llegar a fundamentar
las normas básicas de convivencia desde esta racionalidad
comunicativa, lo cual puede se entendido como los fundamentos
éticos de una teoría de la
comunicación.
A Causa del gran avance
científico-tecnológico, la ética ha
adquirido en nuestra época nuevas dimensiones de responsabilidad .
Esta problemática es analizada por Hans Jonas en
su obra El Principio de responsabilidades. Este autor sostiene
que la ética hasta ahora se aplicaba a la evaluación
de la acción con un alcance inmediato. Tenía que
ver con el aquí y el ahora, son situaciones concretas de
los hombres tanto en la esfera pública como en la privada.
La acción u omisión tenía que ver con
aquellas personas que rodeaban al autor de un hecho y que se
vieron afectadas por su acción. Pero no había
responsabilidad por efectos posteriores no previstos.
Hoy el hombre ha ampliado la esfera de su acción,
ya que mucho de lo que hace traerá consecuencias para la
vida futura de los seres humanos. Estamos hablando del impacto de
la ciencia y la tecnología, tanto en el plano de la vida
humana como en el de la naturaleza en
general. La propuesta consiste en pensar un modelo
ético que parta del impacto de la tecnología en la
naturaleza, de modo tal que se pueda regular el costo futuro de
las acciones.
Porque, como sabemos, la tecnología está
impulsada por el progreso constante, se supera a sí misma
día a día, y su finalidad es lograr un mayor
dominio sobre
las cosas. Es un inmenso poder el que se está desplegando.
Por esto, Jonas señala que si la esfera de la producción invadió el ámbito
de la acción, la moral tendrá que penetrar el
ámbito de la producción y concretarse en política
públicas. Pensando fundamentalmente que no existen hoy
día políticas
públicas que legislen con miras al futuro, que tengan como
sujeto de la ley a las
generaciones futuras.
Este modelo ético para del imperativo
categórico Kantiano reformulado de la siguiente manera:
"Obra de tal manera que tú quieras que lo que hagas
permita seguir manteniendo la vida del planeta". La
obligatoriedad estará puesta en que la acción que
se realizará debe garantizar la continuidad de la
existencia humana. Es importante poner el acento en los efectos
que se desprenden de las decisiones que se toman. Esto significa
que "no hay derecho a arriesgar la vida de las generaciones
futuras a causa del progreso de la actual".
A la ética le interesan el futuro previsible y el
futuro remoto, del que también somos responsables. Las
políticas públicas debieran estar orientadas a
responder también por los intereses de los no nacidos
aún y, en este sentido, de los que tienen
poder.
Entonces la ampliación de la esfera de la
responsabilidad está dada porque la ética hoy nos
exige:
- responder por un acto del cual se es causa, o por su
omisión; - responder ante los otros, es decir, por el poder que
tenemos sobre los demás; - responder por el futuro, por los efectos de nuestras
acciones a largo plazo, en las generaciones por
venir.
Así, este imperativo, a diferencia del Kantiano,
abre un horizonte temporal, exige pensar en "un futuro real
previsible como dimensión abierta de nuestra
responsabilidad".
6. Ética y
derechos
humanos
En la ética contemporánea, los derechos humanos
ocupan un lugar de importancia. Ellos son un conjunto de valores
considerados universales y propios de todo ser humano. La
Declaración Universal de los Derechos Humanos data del 10
de diciembre de 1948. La misma fue formulada por la Asamblea de
las Naciones Unidas y
está compuesta por treinta artículos en los que se
reconocen internacionalmente un conjunto de valores universales
expresados como derechos inalienables de todo hombre. El derecho
a la vida, a la educación, al
trabajo, a la propiedad
individual, a la libertad de pensamiento,
de conciencia y de profesar su religión y,
además, a no ser torturado ni detenido arbitrariamente,
son algunos de los más importantes de ellos.
Si bien la conciencia de los derechos humanos ha crecido
desde entonces, lamentablemente también han aumentado las
formas de violación de los derechos humanos cercano a
todos nosotros. Pero, como ejemplo contrario, debemos
señalar la lucha por el reconocimiento y el respeto de estos
derechos, realizada por la Asamblea Permanente de Derechos
Humanos (A.P.D.H.). Los resultados de esa investigación fueron publicados en un libro
titulado "Nunca más".
7. Problemas de ética
aplicada
El campo de la ética aplicada es sumamente vasto.
Abarca problemáticas tales como ética y
economía, ética y política, ética y
educación, ética y medio
ambiente, bioética.
Esta último es el campo que más difusión ha
tenido debido a los temas que trata.
La bioética es un saber interdisciplinario que
reflexiona en torno de problemas referidos a la vida humana. En
ella intervienen la filosofía, la biología, la medicina, el
derecho, la religión, la economía, la
política y la sociología.
Esta nueva rama de la ética surge por los avances
científico-tecnológicos en biología y
medicina, y los nuevos interrogantes que éstos generaron.
Los trasplantes de órganos, los progresos técnicos
en la práctica de reanimación y del diagnóstico prenatal.
También han iniciado los cambios en la
práctica de la medicina generados por la creciente
tecnificación de sus instrumentos. Unido a esto cabe
señalar el surgimiento de un nuevo concepto de salud orientado a la
prevención, el cual exige nuevas tareas, tales como
planificación familiar,
planificación del medio ambiente,
nutrición.
Así como también una concepción diferente
del vínculo médico-paciente, basados en el respeto
por la libertad y los derechos del enfermo, tales como el derecho
de acceder a su historia clínica, a rechazar un
tratamiento o a pedir compensación por una mala
práctica. Este creciente progreso
científico-tecnológico a contribuido a extender la
esperanza de vida del hombre, así como ha mejorar su
calidad de
vida. Pero también ha generado problemas morales y de
derecho ante lo que se considera un abuso de su
aplicación, como por ejemplo el comercio de
órgano, el alquiler de útero, la eutanasia, la
eugenesia y la clonación, entre otros. La pregunta que se
plantea es que si todo lo que puede ser hecho, debe hacerse
(concepción liberal, en contra de la Moral Cristiana). La
bioética trata de encontrar criterios racionales
válidos para todo hombre, desde los cuales discernir que
debe hacerse y que debe evitarse atendiendo a la dignidad de la
vida humana y al respeto que esta nos merece.
.Recordando a algunos autores mencionados en este
trabajo.
- Gianni Vattimo, es profesor de Filosofía en la
Universidad
Italiana de Turín. Es uno de los principales exponentes
del pensamiento posmoderno, o del "pensamiento débil",
como le gusta llamarlo. Ha escrito varias obras como, El fin de
la modernidad, Las aventuras de la diferencia y Creer que se
cree, entre otras. Visita nuestro país con frecuencia y
ofrece varias conferencias. - Jean Francois Lyotard, es un filósofo
francés contemporáneo, fallecido en 1998. Ha
escrito: La condición posmoderna. Esta obra ha
introducido, junto con algunas otras, el tema de la
posmodernidad en la década del 80. Otras de sus obras
son La posmodernidad explicada a los niños y Por
qué filosofar. - Jurgen Habermas, nació en Dusseldorf en 1929.
Fue un representante de la Escuela de
Franckfurt. Sus obras más importantes son: Conocimiento
e interés,
Teoría de la acción comunicativa, Lógica de las ciencias sociales y El
discurso filosófico de la modernidad. - Hans Jonas (1903-1993), nació en
Monchengladbach (Alemania).
Fue doctor en Filosofía. Se opuso al nacional-socialismo y
emigró a Londres. Participó en la segunda
guerra mundial, en la brigada judía del
ejército inglés. En 1987 recibió el premio
de la Paz de los Libreros alemanes. Murió en Estados Unidos.
Una de sus obras más importantes es El principio de
responsabilidad.
8. Conclusión
personal-final
Para encarar una verdadera formación integral se
impone como conocimiento previo, el
conocimiento de sí mismo, tanto en lo temperamental
que es heredado, como de la utilización que el alma con
sus tres potencias: inteligencia,
conciencia y voluntad racional, realiza para encausar dicho
temperamento nocional, en un continuo perfeccionamiento que solo
termina con la muerte.
Todo esto para potencia al
máximo la Formación integral, que debe abarcar lo
intelectual, los tres planos del conocimiento humano: ciencia,
razón y revelación.
Esta visión coordinada del conocimiento, logradas
con las técnicas del SABER, donde predomina la
concentración, debe volcarse en un SABER-HACER, en el cual
predomina la ejercitación, hacia el SABER HACER-HACER,
donde predomina el ejercicio del carácter para llegar al
SABER SER: sentido ético moral de la vida, por el cual
viéndonos tal cual somos, luchemos por ser mejores cada
día, buscando gnoseológicamente el bien de la
humanidad, el cual está sumergida en dificultades
adversar, y que por lo expuesto anteriormente debemos aunar las
fuerzas para ir construyendo una Patria Libre y Soberna, con
valores fundados en la Familia y
en la Sociedad toda.
Todos somos responsables de este emprendimiento en el
inicio del nuevo Milenio.
Agradezco profundamente a todos los que me ayudaron a
expresar estos conceptos, para el bien de la
Humanidad.
06/10/00 9:20
Área de Publicación:
Educación/Filosofía
*"Los Fundamentos de la Moral", Domingo M. Basso, O.P.;
Centro de Investigación en Ética, 1990, Buenos Aires,
Argentina.
*"Diccionario de
Moral Cristiana", Karl Hormann, Biblioteca
Herdel, Barcelona 1985.
*"El Valor de la
Libertad", Antonio Millán-Puelles, Ed. Rialp, 1995,
Madrid.
*"Filosofía Cristiana", José M. De Torre,
Ed. Palabra, 1982, Madrid.
*"La Formación Integral", Prof. Mario Pedro
Seijo, Ed. Ciencia, Razón y Fe, 1996, Buenos
Aires.
*"Apuntes personales"
Palabras Claves: ética, modernidad,
posmodernidad, filosofía, cultura, medios, discurso,
responsabilidad, , derechos humanos,
Autor:
Prof. José Luis Dell’Ordine
Banfield, Pcia de Buenos Aires
Argentina.