De los trastornos de la tiroides, artificiosos: El caso de Roselia (página 2)
Nada mejoró. Pero con el comienzo de su pubertad,
Roselia se tornó más agresiva, desobediente y
aún aventurada.
Su impulsividad resultó en plétora de
problemas que
les causó a todos en la familia. El
resultado final: viajes al
extranjero en búsqueda de soluciones —
peregrinaciones fútiles porque las soluciones buscadas,
nunca llegaban.
La historia médica de la
familia
consistía en la presencia de parientes directos a quienes
se les reconocían ser "de temperamentos y carácter raros".
La mamá era depresiva, el papá se
violentaba por nada, una tía pasó muchos
años en aislamiento en casa de una hermana porque
decía "cosas sin sentido". Otros consumían alcohol,
café y
cigarrillos "en cantidades industriales" y aún hubo un
primo cuya muerte se
sospechara la causó el suicidio.
Este dato se ocultaba, entre otras cosas, por que no
querían que se le negara el sepelio en el camposanto
local… la pobre Roselia lamentándose en la oficina: "y ello
que mi primo en nada ni en nadie creía… como tantos, que
merecen ser más santos, que los muchos que creen, que
ellos son los santos".
Hecho curioso fue el que en la historia médica
así obtenida no hubo indicación ninguna de que
enfermedades de
la tiroides existieran en esa familia.
Pero, un año y medio pasó durante el cual
esta pobre madre, profesional y señora; no pudo trabajar,
"ni aún dejar la cama" por la depresión
tan grande que le afligiera.
Así fue como decidió venir a
consultar.
Primero, la señora a quien presentamos hoy,
tenía conocimiento
de que por muchos años sus análisis de la tiroides eran
("extrañamente") normales. Por esa razón
pruebas
específicas se le ordenaron para determinar sus respuestas
al "stress" y
ésas sí que fueron diagnósticas…
específicamente la prueba del Cortisol tras la
Supresión con la Dexametasona…
Tratamiento específico para un trastorno afectivo
se inició con una remisión total del cuadro
clínico sintomático. Roselia suspiró cuando
dijo; "y a mí que casi me sacaron la tiroides, yo si me
alegro que no dejé que me lo hicieran"…
Discusión
Ciertos trastornos afectivos-temperamentales se
caracterizan por hiperactividad, locuacidad, falta de juicio en
el uso del dinero y, aun
por la grandiosidad.
Estos cuadros clínicos, pueden simular las
tormentas glandulares de una tiroides enferma, responsable por la
producción de hormonas en
exceso. Pero, casi siempre no son debidos al mal-función
tiroideo; sino que son debidos a actividades
endocrino-metabólicas en otras áreas del cerebro que son
las responsables por los trastornos afectivos.
Por la misma razón el tratamiento dirigido al
problema inexistente de la tiroides, siempre falla.
Bibliografía
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Dr. Félix E. F. Larocca
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