El león no es capaz de aproximar esa rapidez, pero con
la chita, también carnívoro que se nutre de
gacelas, la situación se equilibra, ya que este animal
puede alcanzar velocidades idénticas a las de la gacela en
espacio de pocos segundos. Lo que no puede hacer es mantener esta
velocidad por mucho tiempo. Los
leones sólo corren detrás de las gacelas inmaduras
o de las enfermas. Los leopardos cazan y comen las más
ágiles.
La gacela fanfarrona le comunica al león hambriento que
si desea comer de su carne tendrá que correr muy — pero,
muy rápido, para poder
alcanzarla.
Como se puede colegir observando las fotos más
arribas, ambos animales favorecen un diseño
anatómico que les permite ser muy veloces.
Nuestra
especie
Nosotros, cuando vivíamos en la selva primordial, no
éramos capaces de competir ni en presteza ni en esfuerzo
muscular con las cazas raudas ni con los predadores grandes. Todo
lo que teníamos era nuestro cerebro enorme y
nuestro sistema de
símbolos que nos permitían lograr, actuando en
conjunto, como grupos, lo que
como individuos nos evadiera.
Teníamos la semántica — "doblen allí —
agáchense — ataquemos…"
Teníamos el don del habla. No de la repetición
de vocablos pronunciados sin concordancia como hacen los loros, o
los gritos escandalosos del Chimpancé Pigmeo; sino que
poseíamos una capacidad de coordinar nuestra actividades
de grupo por
medio de lo que nos comunicábamos por gestos y palabras
para perseguir nuestra presa hasta que ésta se desplomara
al suelo,
exhausta e incapaz de seguir evadiéndonos. Entonces la
matábamos, para comerla, usando nuestras armas
primitivas.
Para mejorar nuestra eficiencia de
cazadores, la Naturaleza
inventaría la zurdera. Para que "algunas piedras" lanzadas
a nuestras presas procedieran de una dirección inesperada, cogiéndolas de
sorpresa, ya que asumían que la mano derecha en el ser
humano se usaba para lanzar.
Otros animales hacen lo mismo, pero sin nuestra eficacia.
Comparemos una escuadrilla de aviones en una batalla aérea
y una manada de hienas cazando una cebra. La comunicación entre los aviadores y las
hienas son muy diferentes.
Las palabras
Las palabras son irresistibles, intoxican, incitan, transmiten
estímulo emocional, engañan, seducen, alivian, y
envenenan.
Las palabras son portavoces de la baja y de la alta autoestima,
como ya sabemos. "Tú eres el mejor" — "Tú, la
más bella" o "A mí nada me importas…"
El verbo es
omnipotente
Con la elocución: "Yo soy el Verbo", Cristo
inició una doctrina religiosa que ha sobrepasado los
lindes de toda cultura y
sociedad,
constituyéndose en un eje misterioso, místico y
fundamental en el Destino de nuestra humanidad.
Lo hizo usando cuatro modalidades: el gesto, la palabra
directa, la parábola y el uso de la metáfora.
De modo anverso, Hitler y
Mussolini aplicaron el verbo y la gesticulación
dramática para enviar a su destrucción final, los
ciudadanos de sus hechizadas naciones. Lo que tuvieron en
común los tres profetas descritos, fue el uso efectivo e
irresistible de los símbolos del lenguaje.
Stalin asimismo, usó la metáfora de luchar,
no contra un enemigo, sino que instó a luchar,
en defensa de la Madre Rusia para
derrotar los ejércitos nazis, como antes fueran derrotados
los de Napoleón en 1812. Ni Stalin ni el Zar antes
que él, eran queridos por su pueblo — pero, Madre Rusia
— como madre, sí que lo era.
La alusión más poderosa está contenida en
la palabra "madre".
Así es todo, con el uso de la palabra, la
semántica y de la metáfora.
Consideremos los Diez
Mandamientos
Están contenidos específicamente como "diez
mandamientos" en el Decálogo, también conocido como
las Tablas de la Ley. Pero no
ignoremos que fueron designados "mandamientos" y no simplemente
como las diez "sugerencias", ya que el Señor
imponía que fueran obedecidos sin desvíos.
Ahora bien, si uno se detiene a meditar en el significado
básico que poseen esos diez mandatos uno, asimismo se
asombra, cuando cae en la cuenta de que aún quienes se
dedican a predicarlos, difundirlos y a salvaguardarlos pocas
veces los obedecen.
¿Por qué no se cumplen o se acatan? Con certeza,
no sabemos. Pero, no es meramente por el hecho de "que somos
humanos y falibles". Ni tampoco porque deseamos incitar la furia
de un Dios cuyos poderes, la Naturaleza, con frecuencia nos
recuerda, están infinitamente fuera del alcance de nuestra
imaginación.
Los siete pecados
capitales
Siete en total, y acerca de los que nos advierte Santo
Tomás, que el término "capital" no se
refiere a la magnitud del pecado sino
porque que dan origen a muchos otros pecados. El venerado santo
nos explica: "Un vicio capital es aquel que tiene un fin
excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete
muchos pecados, todos los cuales se dice son originados en aquel
vicio como su fuente principal". Añadiendo que "lo que se
desea o se rechaza en los pecados capitales puede ser material o
espiritual, real o imaginario".
Esencialmente, lo que el santo desea decirnos es que no
ignoremos que la actividad de nuestros símbolos internos,
en la forma de nuestros deseos y pensamientos silentes,
también son registrados y entendidos por el ojo de la
conciencia como
acción
realizada.
En 1487 el pintor Jerónimo Bosch, "El Bosco", nos
encomendó su lienzo "La Mesa de los Siete Pecados
Capitales" que aquí reproducimos, ya que éste nos
permite apreciar otra forma de la semántica, la
semántica simbólica o representativa.
¿Por qué
aprender la semántica y el lenguaje de
los símbolos?
Todos quienes han tenido un interés en
la psicoterapia y
en lo que es terapéutico, desde el curandero, el rey, el
mago, el adivinador y el psicoanalista — todos entendemos que
cualquier mecanismo que nos descifre nuestros conflictos
reprimidos, y que nos revele las necesidades íntimas de
otros, es el instrumento más poderoso que esgrimimos
contra el sufrimiento de los demás y de los propios.
Nuestros pacientes, principalmente, aquellos que han sufrido
problemas de
origen psicosomático, como son todas las disorexias
(anorexia
nervosa, obesidad, la
bulimia y el
dietar) y las secuelas del estrés,
han adaptado sin saberlo, la interpretación, por ellas dadas, a los
mensajes subliminales provenientes del hipotálamo, de su
subconsciente y de sus propios contactos concientes con su
entorno.
Por conscientes, no nos referimos aquí al acto de la
conciencia misma, sino a lo que se conoce en inglés
como "sentient", o siendo capaz de sentimientos y
percepciones. Este tipo de actividad, aplicada a los animales,
especialmente domésticos, ha culminado en el nacimiento de
otra nueva ciencia, la
antrozoología.
Hoy día, con los avances que se hacen constantemente en
las neurociencias, es posible asignar a áreas
específicas en el cerebro, la localización de
nuestras emociones y los
trayectos que las mismas, acompañadas de los
neurotransmisores correspondientes, atraviesan.
Esas funciones son
susceptibles a su modificación por medio de la palabra
hablada, escrita o sentida. En ello se basa la cura por el
habla. (Véase mi artículo relacionado)
Aplicación
práctica
Hasta hace muy poco nuestra educación sexual de
los jóvenes consistía en nada más que
charlas informales dictadas por maestros o por los adultos
significantes en la vida de los novicios, con más
impresiones de cautela y temor siendo inculcados, que
conocimientos siendo ofrecidos.
Hoy lo que deseamos hacer es preparar nuestros hijos para que
sepan entender y descifrar las actitudes y
mensajes de los compañeros con quienes pueden querer
formar relaciones románticas con sus efectos posibles en
su propia autoestima.
Queremos ayudarlos a que entiendan el lenguaje de los gestos y
palabras de sus parejas posibles.
Si la mujer o
el hombre
joven saben como medir el impacto de los "relajos" entre amigos,
entonces podrán vislumbrar el mensaje latente de la
palabra o del gesto expresado.
Terapia
Para evitar el desarrollo del
impasse destructivo en el proceso de la
psicoterapia, o en la duración de las amistades que son
terapéuticas, hay que seguir procedimientos y
reglas que son específicas en sus aplicaciones. Reglas que
los discípulos del psicoanálisis han concebido como normas de
técnica. Estas son pautas de carácter preciso y de aplicación
meticulosa para evitar la recaída siempre
posible.
La metáfora de la
Reina Roja
Es la otra de las alusiones semánticas que aquí
haremos al genio de Lewis
Carroll.
Alicia y la Reina Roja…
Ésta consiste en una adaptación de la escena en
que Alicia está corriendo muy rápidamente y en la
que no puede avanzar, porque el paisaje se mueve al
unísono con ella, lo que la hace observar: "en este
lugar es necesario correr muy rápido para permanecer en el
mismo sitio". (Para entender la importancia crucial del
concepto de la
Reina Roja, el libro que leer
es: The Red Queen: Sex and the Evolution of Human
Nature por M. Ridley).
Lo mismo, a veces sucede, con las incursiones que la entropía hace en nuestras vidas y con los
atascos que en la terapia emergen.
No podemos permanecer estancados, porque las líneas de
retroceso hacia los procesos
patológicos permanecen abiertas hasta que el proceso
terapéutico finalmente las borra. Lo que nos dará
bases para exposiciones posteriores destinadas a educar cada
paciente en su desarrollo personal y
alcanzar la felicidad esperada.
En resumen
En nuestra adaptación del modelo de la
salud mental
comunal, basados en las "tres prevenciones", nuestro éxito
particular en el tratamiento de nuestros pacientes ha dependido
esencialmente en las aplicaciones de la semántica y en la
enseñanza de ellos a descifrar los mensajes
que les inciden.
Nuestros pacientes, los que toman el conocimiento
de la semántica y sus aplicaciones seriamente, son los que
siempre llegarán más lejos.
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
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