- La
prosodia - Sustancia de la
prosodia - Forma de la
prosodia - La
fonología - La
fonética - La
entonación - La
pausa - El
acento - El
ritmo - Prosodia
y transcripción - Conclusiones
- Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Tomando en consideración la correcta interpretación en los argumentos
jurídicos, nosotros los alumnos hemos tenido la
oportunidad de poder hacer
algunas investigaciones
sobre la prosodia para fines de poder interpretar correctamente
nuestro lenguaje como
futuros hombres derecho, egresados de la casa de estudios como es
la Universidad
Tecnológica presento ante su digno despacho el presente
trabajo que
contiene temas referentes A LA PROSODIA DENTRO DE LA
GRAMÁTICA.
De modo que desde el inicio de la existencia del
hombre ,ha
sentido la necesidad de comunicarse, de expresar sus
sentimientos, de cultivar su imaginación y lo ha hecho por
medio de un don que lo diferencia del resto de los seres vivos:
LA PALABRA. Pero la palabra puede utilizarse de distintas
maneras como
la escritura para
lo cual existen reglas y parámetros
gramaticales
I. LA PROSODIA.-
Hablamos de Gramática como el estudio de los elementos
de la lengua y sus
combinaciones. Entendemos por gramática de la oralidad, el
estudio del sonido que
pretende ser lingüístico: la
organización del hilo fónico a través de
un conjunto de mecanismos de naturaleza
prosódica o suprasegmental. Sin estos mecanismos
sería muy difícil hacer de ese continuo
fónico algo inteligible. Cuando se hacen análisis gramaticales se parte,
generalmente, de la escritura y de todo aquello que podemos ver,
dejándose de lado la manera como se organiza el sonido,
para que sea perceptible la estructura
profunda de la lengua. Debido a esta razón creo necesario
dedicarle algún espacio a este conjunto de elementos
prosódicos básicos, que pudiéramos
considerar como los principios
elementales de la organización de la lengua
hablada.
Estos elementos supra-segméntales, los que
están más allá del segmento, lejos de
constituir un adorno, son
precisamente los que organizan el hilo de sonido que percibimos
Si el sonido no estuviera agrupado de manera significativa, no
habría comunicación lingüística; se oirían gritos o
murmullos, a lo sumo. El oyente recibe, cuando se comunica
lingüísticamente, segmentos sonoros relativos a las
unidades de información que le envía el
hablante. Con el sonido, va una serie de informaciones de
naturaleza prosódica, no solamente con información
referencial sino también con información dialectal,
sociolingüística e inclusive, emotiva.
Si bien hay consenso sobre el hecho de que la prosodia
está más allá de las unidades
segméntales, no lo hay en cuanto a cuáles de los
mecanismos forman parte de ella. En realidad, parece más
un problema de nomenclatura que
de otra índole.
Al percibir el habla, tenemos una melodía
conformada por las variaciones de frecuencia del fundamental pero
al mismo tiempo
sentimos ritmo, pausas, intensidad y otros elementos
fónicos. Para algunos autores, la prosodia o
entonación se compone de todos estos elementos (Quilis,
1993; Obediente, 1998). Para otros, la entonación
está conformada por todos esos elementos que "suenan" con
el fundamental y es sólo uno de los elementos de la
prosodia.
II. SUSTANCIA DE LA PROSODIA
Los parámetros físicos que conforman la
prosodia constituyen a su vez, su sustancia. En la
terminología de Hjelmslev, la sustancia es la materia o el
sentido, moldeados luego por la forma con miras a la
significación. Ahora bien, ¿cuál el alcance
de la prosodia y cuál su sustancia?
Quilis (1981) considera que la reducción
de la prosodia a la entonación, o sea a la curva
melódica del habla, implica también su
reducción a la sustancia de la expresión; mientras
que su extensión al conjunto de elementos
prosódicos implica la consideración de la forma de
la entonación y por consiguiente, también su
definición como un signo lingüístico.
Según este autor, hay una cara de la prosodia que es
solamente expresiva, con la que podemos manifestar enojo,
alegría, etc. Pero hay otra cara que implica un nivel de
señalización más abstracto y eleva la
prosodia a la categoría de signo lingüístico,
como veremos más adelante en este capítulo (cf.
también Obediente 1998; 208-209). Aún aquellos
fenómenos de índole emotiva dejan de ser
instintivos y se integran en la lengua de forma esquematizada
Así dice este autor: "La forma, o estructura de la
entonación, viene dada por la descripción lingüística, que
debe establecer el número de elementos que integran ese
nivel y examinar sus relaciones y sus funciones. La
sustancia es un continuo en el que hay que delimitar las unidades
de entonación para obtener elementos discretos y
establecer así sus patrones melódicos y la
naturaleza de sus elementos"
Ahora bien, ¿cuál sería la
sustancia de la prosodia? Aquellos parámetros
físicos que la conforman: la frecuencia fundamental, o
entonación, la duración y la intensidad. Todos
ellos contribuyen a la percepción
de la prosodia de modo que aún cuando el fundamental
descienda levemente, una elevación en la intensidad se
percibe como un tono levemente ascendente .Pertenecientes a la
sustancia de la prosodia serían también otros
elementos derivados de la vibración de las pulsiones
laríngeas: la pausa, el acento y la sílaba. La
sílaba es la unidad rítmica pulsional alrededor de
un núcleo silábico. El acento es la prominencia
acústica de una sílaba
Las pausas, por su parte, son las interrupciones o
detenciones de la información que hacemos cuando hablamos
o leemos en voz alta. Delimitan los grupos
fónicos, o sea aquellas porciones del discurso
comprendidas entre dos pausas. Los grupos fónicos no
coinciden necesariamente con los grupos prosódicos, que,
además de estar delimitados por pausas, pueden estarlo por
las inflexiones del fundamental. Estos grupos prosódicos
se denominan también unidades entonativas o unidades de
entonación.
La prosodia constituye, entonces, la infraestructura
rítmica de la lengua hablada, su organización en el
tiempo, y contribuye a facilitarle al hablante la
retención de ciertos segmentos en la memoria.
Podemos ver, que la prosodia está formada por una serie de
parámetros que el hablante no percibe discriminadamente,
sino como un todo. Ese todo le confiere también una
totalidad de significados, que se perciben como un conjunto, pero
que podemos discriminar en el análisis.
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