Muchos recordarán Fantasia, la celebrada
obra del forjador de sueños infantiles, Walt Disney. En
una escena inolvidable, nos encontramos con Mickey Mouse en la
circunstancia de aventurarse a usar de modo atrevido y
subrepticio la varita y el sombrero mágico de su mentor el
Mago.
El guión para esta historia
cinematográfica proviene de un poema clásico del
taumaturgo romántico y literato teutón,
Goethe.
El aprendiz de
brujo
La historia es una que ilustra el efecto del poder sobre la
razón, como en la gordura se ilumina el triunfo de un
instinto sobre la razón. (Léase, La
Opción de Hobson…)
El segmento abre en una caverna, con la aparición
del Brujo (llamado Yen Sid, por Disney articulado hacia
atrás) quien demuestra el artilugio de su magia,
transformando el vaporoso espíritu de un murciélago
en una mariposa llamativa. Mientras Mickey lo observa,
apareciendo como un joven indolente y travieso, aprendiz de mago,
asignado a la tarea aburridora de llenar un tanque de agua inmenso
que existe en la cueva, con cubos que acarrea de una fuente
cercana.
Cansado de su labor, el ratón se seca la frente y
suspira.
Aprovechando que el brujo se retira para descansar,
Mickey se apodera del sombrero alto y puntiagudo que el mago
utiliza en sus sortilegios. Es este el mismo sombrero,
resplandeciente y vibrante, que está decorado con
estrellas blancas y una luna creciente.
El ratón se ajusta el sombrero y pretende ser el
mismo nigromante. Fingiendo encantamientos, extiende sus manos
hacia una escoba apoyada contra la pared. Sin saber cómo,
el ratón le da vida a la escoba y la hace plantarse
erguida. Entonces, la ordena a moverse, a bailar y a que le
salgan brazos. Brotados los brazos, las pajas de la escoba se
vuelven pies y con sus miembros improvisados la escoba comienza a
acarrear el agua de la
fuente al tanque inmenso de que antes habláramos. Mickey
despliega una actitud,
arrogante y prepotente, complacido ampliamente con su éxito
asombroso, como los hijos de ricos -una victoria edípica.
Sentado en la silla del Mago, el nuevo hechicero, dirige
desde ahí los movimientos de la barredora, mientras la
observa cargar los cubos de agua. Pero, pronto cae dormido,
mientras la escoba trabaja. Mickey duerme soñando que las
estrellas, los planetas y aun
los mares terminarán por él gobernados.
Es una victoria del débil sobre el fuerte. Lo que
Freud
decidiera fue su mayor contribución al entendimiento de
nuestra especie. Es la Situación psicoanalítica de
Edipo -la situación triangular: El Mago, La Escoba y
Mickey Mouse.
Prosigamos…
Repentinamente el mago-ratón es despertado de su
sueño por olas de agua que
chocan contra sus pies. Su sillón flota en el torrente que
rebalsa la caverna. La incansable escoba ha llenado la gruta con
miles de galones de agua, causando una inundación
gigantesca. Ahora, Mickey no puede lograr que la escoba ni pare
ni le obedezca. En desesperación, el ratón se
apodera de una hachuela y golpeándola, parte la escoba en
astillas. Por un instante todo queda en silencio, hasta que los
fragmentos de escoba proliferan generando más
escobas. Cada nueva escoba transporta dos cubos cada una,
acarreando más agua de la fuente a la caverna.
Desesperado, Mickey intenta reducir el acreciento de agua con un
simple cubo, mientras que el ejército de escobas
continúa su misión de
inundación.
En desesperación, Mickey consulta un libro de
encantos mágicos que encuentra en la cueva, pero sin
ningún resultado, mientras que las escobillas en su
misión fuera de control, amenazan
sumergirlo todo.
Al final, el Mago hace una aparición
dramática, calmando las aguas, recuperando su sombrero,
ordenando a su aprendiz a retornar a su labor de cargar los cubos
de agua como de un neófito se espera y terminándolo
todo como un buen padre, en gesto humorístico.
Aplicaciones de
ser taumaturgos
En el aprendizaje
acerca del ser humano, pocos científicos se interesan en
un aspecto esencial de nuestra naturaleza,
siendo que somos seres inteligentes y por propensión
curiosos.
Por ejemplo, ¿cuántos de quienes leen
estos escritos reparan en ciertas cosas?:
Miren hacia detrás y notarán algo que
pocas veces hago, subrayar palabras, y que "somos" (igualmente a
que ‘yo soy’) se lee como un
palíndromo.
¿Pero, por qué es importante que seamos
curiosos? Lo es porque en nuestro estado
original y prístino, nuestra supervivencia de ello mismo
dependiera. Cosa simple.
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