- Algunas nociones previas para
aclarar el campo - Resumen
- Nuevo milenio. Nuevas
culturas - Efectos
psíquicos de la aceleración y la
simultaneidad - Ideas,
interrogantes y perspectivas - Bibliografía
La cultura de la
aceleración
-Sus efectos psíquicos-
Algunas nociones previas para aclarar el
campo
El problema de la
cantidad.
El aumento de la cantidad pulsional y/o de
estímulos exteriores no tramitados por carencia del
asistente original, impide discriminar matices y calidad, el ritmo
vertiginoso es intoxicante para el psiquismo. La cantidad termina
por arrasar la posibilidad de comunicación verdaderas, y
consolidación de vínculos debido a la urgente
necesidad de descarga de cada quién. Con la cantidad, las
personas pierden individualidad, y sólo son
números.
Resumen.
El autor justifica metapsicológicamente algunos
de los males sociales de nuestra época. El vacío
interior, la desconsideración en las relaciones
humanas, la aceleración del diario vivir, la
drogadicción, entre otros. Desarrolla la
relación entre los vínculos familiares
simbióticos, la ausencia materna y la falta de la función
paterna en la
organización psíquica del infante, estimulada
por las nuevas formas de trabajo que
privilegian el eficientismo y devienen en acumulación
pulsional, falta de matiz afectivo e indiscriminación en
la constitución de la sensorialidad. Aborda el
problema de la identificación primaria y la
vinculación entre la falencia de la misma con los
vínculos de tener por sobre los de ser; el problema de la
cantidad pulsional no tramitada, la aceleración y la
indiscriminación en la constitución del tiempo.
Postula que las situaciones de cambio se
acompañan de violencia como
expresión de la sofocación pulsional necesaria,
para acceder a nuevas complejidades y la necesidad de aceptar la
fecundación por los nuevos
pensamientos.
Palabras clave.
Vacío interior-matiz afectivo-éstasis
pulsional-tiempo-aceleración.
Abstract.
The author justifies from the psychoanalytic point of
view some of the evil aspects of society of our time, such as the
internal vacuum, the lack of care for human relations, the
speeding up of the daily living and drug-addiction, among others.
He develops the relation between the absence of the mother figure
and the lack of the paternal function in the psychic organisation
of the children. The accumulation of drive influences the lack of
affection and the lack of discrimination in the constitution of
the sensorialibility.
The author also approaches the problem of the primary
identification, and the link between its fallibility and the
links of the having above those of being. He also approaches the
problem of the quantity of driving that has not been able to be
processed, the speeding up in the constitution of time and the
lack of discrimination on it. He states that the situations of
change are accompanied with violence as an expression of the
necessary drive drowning so as to reach new complexities and the
need of accepting the stimulation made by the new
thoughts.
Nuevo
milenio. Nuevas culturas
La revolución
avasalladora de la información, ha provocado una
práctica abolición de las distancias y del tiempo.
Bajo su impacto la aldea global es una realidad. Como todas las
invenciones destinadas a promover el bienestar general, tiene su
lado débil, Freud, (1930a).
Hace 2200 años, el cartaginés Terencio decía
que "Soy hombre y por
lo tanto, ninguna cosa humana me es ajena", hoy podríamos
decir que es el profeta de la
globalización. El fenómeno genera una
simultaneidad de causas y consecuencias a escala
planetaria. El sueño de la aldea global deriva en
insomnio, o tal vez en pesadilla para la mayoría de la
humanidad, cuyos integrantes nos encontramos absortos y las
más de las veces incapaces de entender o de explicar
porque un cimbronazo en Rusia afecta a
un vecino de un minúsculo pueblo de cualquier
país.
Nicholas Brady, ex secretario del Tesoro de Estados Unidos,
hablaba de los interruptores, que instituídos en
1987, podían contener futuros colapsos bursátiles,
(citado por el Diario El Cronista Comercial, 11-19-1997, Bs. As.
Argentina.)). El fundamento de tales interruptores, es el de
dar a la mente humana la oportunidad de emparejarse a
la velocidad con
que la revolución informática y tecnológica mueve los
mercados. Se los llama interruptores porque inhiben
gradualmente las operaciones
durante las bajas bursátiles; limitan las transacciones
computadorizadas y, luego, toda la actividad de los mercados de
capital. Las
operaciones se detienen en cualquier valor donde
exista un desequilibrio incapaz de ser asimilado ordenadamente.
Este concepto
podría asimilarse al Freudiano de "coraza
antiestímulo", (1920g).
La superabundancia de información se corresponde
con una escasez creciente
de atención, muchos oyen pocos escuchan, todo
el mundo ve pocos miran, predomina la cantidad por sobre la
cualidad y los matices, muchos repiten y pocos saben. La
instantaneidad gobierna a nuestra sociedad
hambrienta de estímulos que está abierta las 24
horas. Las radios, los canales de TV, los bares, las
fruterías, los taxis, los colectivos, todo funciona en
continuado.
Un mismo fenómeno puede ser observado a la vez en
Hong Kong y en Nueva York.
No sabemos aún si como están las cosas, no
se avecina una generación de insomnes y si el enloquecido
ritmo de vida es el causante de los dislates de nuestros ritmos
ciracadianos.
La aceleración rige casi todo. James
Gleick escribió en The New York Times Magazine, que la
cadena televisiva NBC creó una nueva unidad, llamada NBC
2000 encargada de detectar los imperceptibles instantes en los
que la imagen de una
programa va
negro, antes de que aparezca la publicidad. En
una noche esto puede significar entre 15 y 20 segundos de
ahorro para el
canal. El tema de preocupación para los directivos es que
la gente está tan apurada que si debe esperar unos
segundos sin imágenes
comienza inmediatamente a exprimir el control remoto
para cambiar la señal, (citado por el diario La Nación,
p.3. Sec.6, A.128, N 45.072, Bs. As, Argentina.).
He aquí otra adicción de fin de
milenio.
El culto de la velocidad llegó a tales
extremos que en la era del video clip, muchas de las
imágenes que recibimos están incluso por debajo del
nivel de la percepción
y son sólo destellos para el ojo de la mente.
Hace tiempo nuestros abuelos nos legaron la conciencia de que
el mundo era ancho y ajeno. Cada quién podía ser el
arquitecto de su propio destino. La vida se ceñía
al barrio y con abordar un tranvía nos convertíamos
en argonautas de la globalización.
En aquellas épocas de precariedad
tecnológica, Hitler y Nagasaki
eran estertores de una lejana intolerancia.
Está visto que la simultaneidad, la
instantaneiad, la globalización generaliza la vieja
neurastenia. Nos ubica a todos en las fronteras de cualquier
desatino, de manera que los estornudos de cualquier punto del
planeta resultan de una contagiosidad inmediata. La actualidad es
tan vertiginosa y cambiante que no nos permite reunirnos en un
café
para charlar de cualquier cosa, o jugarnos una partida de
truco.
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