El proceso formativo del Historiador: una mirada desde lo Regional
- Principales
etapas de la Licenciatura en Historia después del
Triunfo de la Revolución - Situación
actual del proceso de formación socio ? identitaria del
estudiante de la Licenciatura en Historia en la Universidad de
Camagüey - El
Proceso Formativo - El
proceso formativo y lo regional - Análisis
sistémico estructural de la concepción
teórica que se propone - Modelación
del sistema de formación socio-identitaria desde los
conocimientos históricos regionales - Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
Uno de los pronunciamientos esenciales de la Conferencia
General de la UNESCO en torno a la
formación ética y
la responsabilidad del personal
docente y los estudiantes universitarios en la Educación
Superior hoy, está anclado en la necesidad de
"utilizar su capacidad intelectual y prestigio moral para
defender y difundir activamente valores
universalmente aceptados, y en particular la paz, la justicia, la
libertad, la
igualdad y
la solidaridad".
El Estado
Cubano, por su parte, ha ubicado en el centro de sus
atenciones, desde el mismo triunfo revolucionario de 1959, la
definición de una universidad
caracterizada por su pertinencia, para lo cual toma en cuenta
como elementos esenciales de su misión,
el preservar, desarrollar y promover a través de sus
procesos
sustantivos y en estrecho vínculo con la sociedad, la
cultura de
la humanidad.
Los propósitos arriba citados constituyen
regularidades a tomar en cuenta en la formación de
cualquier estudiante universitario, sin embargo, un rastreo por
el Plan de Estudio
del Licenciado en Historia, y en particular,
su modelo del
profesional, permite corroborar, cómo desde estos documentos
normativos, las intencionalidades de tales propósitos
deben adquirir matices especiales. Nótese, que en dichos
documentos oficiales se subraya cómo el estudio de los
hechos y procesos históricos permite el descubrimiento de
las leyes del
desarrollo
social y la forma en que estas actúan, de tal manera,
que a través del conocimiento
del pasado, puede lograrse la comprensión del presente y
valorar las tendencias posibles del futuro desarrollo
social, lo cual explica el peso ideológico y
político de la Ciencia
Histórica, la complejidad de las esferas de
actuación de este futuro egresado y el compromiso social
que asume una vez graduado, como ente transformador de la
sociedad en que vive, todo lo cual precisa de modos de
actuación que le permitan emprender de manera consciente
tales transformaciones.
Desde esta lógica,
resulta claro entender que uno de los problemas
básicos que debe resolver el profesional de la Historia
está direccionado hacia la creación de una conciencia
histórica, como vía para el desarrollo
ideológico de las masas, el rescate, preservación y
divulgación de la tradición histórica
nacional como parte del patrimonio
cultural de la nación,
así como la orientación del trabajo de
indagación histórica, en correspondencia con los
intereses y necesidades de la nación.
Los propósitos arriba apuntados son exigencias
que la sociedad impone hoy a la Universidad, quien está
responsabilizada directamente con dicho encargo social, el cual
debe conseguirse a través de la implementación de
diferentes recursos
pedagógicos que incidan en la formación del futuro
profesional, sin embargo, en el caso del Licenciado en Historia
parece tener un peso esencial, en dicha formación, la
incidencia del propio "arreglo didáctico" de la Ciencia
Histórica. Sobre este particular, en las Tesis
Centrales de la Unión Nacional de Historiadores de
Cuba (UNHIC)
se declara que la historia es la maestra insustituible de los
pueblos, razón por la cual a ella han de acudir estos
cuando quieren conocer las raíces de su destino, la clave
de su identidad, el
rumbo de su desarrollo futuro.
En relación con lo antes expresado se abrazan las
ideas de H. Fuentes cuando
al considerar a la universidad como la gestora de los nuevos
profesionales subraya que ella es la "institución social
destinada a preservar, desarrollar y difundir la cultura,
convirtiéndola en un lugar de búsqueda y
transmisión de la verdad, lo que redunda en la
elevación de la pertinencia e impacto de la universidad,
al ofrecer ésta a la sociedad los hombres que
necesita.».
Emprender una investigación pedagógica en la que
se pretenda contribuir a la formación de sujetos capaces
de transformarse y a su vez transformar su entorno, de manera
revolucionaria, auténtica y comprometida con su
nación, exige tomar en cuenta las condiciones socio
históricas en que se asume este reto. En tal sentido,
conviene apuntar cómo en la década de los ochenta
del pasado siglo ocurrieron grandes transformaciones en las
políticas económicas y sociales,
dadas fundamentalmente por la
globalización neoliberal protagonizada por el capitalismo
internacional contemporáneo. Estos cambios han constituido
un reto sin precedentes para las actuales generaciones, pues con
ellos se ha internalizado un régimen social que desconoce
la
personalidad histórica y a las autonomías
culturales de los pueblos, la cual ha pretendido establecer un
nuevo orden invalidante en los procesos autónomos de los
regímenes.
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