Efecto que tienen los principales contaminantes ambientales sobre el planeta tierra y sus medidas preventivas
- El problema
- Marco
teórico - Marco
metodológico - Análisis
de la investigación - Conclusión
- Bibliografía
- Anexos
INTRODUCCIÓN
La contaminación no es más que la
alteración en la composición, de la atmósfera, todos
aquellos materiales
extraños y por algunos no extraños que, por las
excesivas emisiones que comienzan a detectarse o a aumentar su
concentración produciendo daño al
medio ambiente
y por ello son considerados como contaminantes.
La contaminación es un problema tan grande que
está afectando a todo el medio ambiente que
nos rodea, abarcando problemas de
contaminación del agua, el aire
y los suelos.
CAPÍTULO I
EL
PROBLEMA
1.- PLANTEAMIENTO DEL
PROBLEMA.
Como planeta dinámico que es, la Tierra
está expuesta a la acción
-generalmente paulatina e imperceptible- de factores que
modifican sus características físicas. La erosión de
los suelos es resultado de esos procesos y
sólo el paso del tiempo revela
los estragos que causa. Las aguas, los vientos, las
precipitaciones, las heladas, la misma gravitación
terrestre son agentes naturales que producen erosión.
El hombre, sin
embargo, contribuye al daño, quizás con peores
resultados por causa de sus irreflexivas acciones.
Según un informe reciente,
9 millones de Ha de la tierras del mundo se encuentran tan
dañadas que han perdido casi toda su función
biológica y probablemente jamás recuperen su
productividad.
Aunque el problema no es exclusivo de ningún país o
grupo de
países, cerca del 65% de las tierras seriamente
erosionadas están en África y Asia. Se afectan
los suelos, por ejemplo, cuando el exceso de población obliga a ocupar el área
que antes ocupaba la capa vegetal, cuando las olas del mar
erosionan las costas al no tener barreras naturales (como los
manglares, arrecifes coralinos, etc.), cuando las tierras que se
someten a un extenuante ritmo de cultivos pierden su firmeza y
terminan sufriendo desgaste.
Las tierras húmedas (pantanos, manglares) se
encuentran entre los ecosistemas
que más vida generan. De ahí su enorme importancia
ecológica y el peligro que supone su desaparición.
Contribuyen a esto últimos la evaporación del
agua y el
relleno de dichas tierras para emplearlas en proyectos de
desarrollo
urbano o industrial, o con fines agrícolas. El agua de
esas zonas y la de los lagos y lagunas puede llegar a agotarse
cuando es extraída en forma sistemática para el
consumo animal
o humano, para la agricultura o
la construcción. Un ejemplo es el Mar de Aral,
que a pesar de ser el cuarto lago del mundo en tamaño,
perdió el 40% de su área entre 1960 y 1987, debido
a uso continuo de sus aguas para riego.
La primera evaluación
global efectuada revela que más de 1,200 millones de Ha de
tierras (equivale a la superficie combinada de China y la
India) han
sufrido una seria degradación en los últimos
cuarenta y cinco años, según datos del World
Resources Institute. En el estudio se afirma que, durante la
última década, la producción per cápita de alimentos ha
declinado en unos ochenta países en vías de
desarrollo. La degradación de los suelos han contribuido a
esta situación y puede todavía seguir
agravándose, con el consiguiente perjuicio para una
creciente población mundial que, según estimados,
se duplicará para mediados del próximo siglo.
Desafortunadamente, aunque el aumento en el uso de fertilizantes
químicos puede mitigar la productividad perdida, no
detiene ni mejora la degradación; por el contrario, el
exceso suele causar más daños
ecológicos.
A menudo, una parte de estos fertilizantes alcanza el
subsuelo, las aguas subterráneas y, por último, los
ríos, lagos y costas. Lo mismo sucede con las sustancias
empleadas para combatir las plagas agrícolas. Tales
productos
llegan a afectar más a los animales,
plantas y
hombres que a las mismas plagas, que muchas veces crean sistemas de
defensa contra los plaguicidas.
Todo recurso parece tener validez durante la guerra. Se
arrasan parques nacionales y reservaciones silvestres, el fuego
destruye el suelo y la
vegetación, el impacto de las bombas abre
enormes cráteres en la tierra.
Agentes defoliantes, gases
tóxicos, derrames intencionales de petróleo sobre las costas y la combustión incontrolada de pozos son
algunos de los medios que el
hombre ha
utilizado para su propia destrucción y la de la naturaleza.
Los movimientos de tropas y equipos pesados,
especialmente a través de zonas desérticas o
semiáridas, causan un daño duradero a esto
frágiles terrenos, como quedó demostrado durante la
II Guerra Mundial en
el norte de África. Las recientes hostilidades en la zona
del Golfo Pérsico hacen temer por algo semejante. A pesar
del fin de la Guerra
Fría, los experimentos con
el arma atómica, las más terrible y destructora de
todas, continúan.
1.2.- FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
El problema de la
contaminación es el primero que nos suele venir a la
mente cuando en la situación del mundo, puesto que la
contaminación ambiental hoy no conoce
fronteras y afecta a todo el planeta.
La mayoría de los ciudadanos percibimos ese
carácter global del problema de la
contaminación; por eso nos referimos a ella como uno de
los principales problemas del planeta. Pero conviene hacer un
esfuerzo por concretar y abordar de una forma más precisa
las distintas formas de contaminación y sus consecuencias.
No basta, en efecto, con referirse genéricamente a la
contaminación del aire (debida a procesos
industriales que no depuran las emisiones, a los sistemas de
calefacción y al transporte,
etc.), de los suelos (por almacenamiento de
sustancias sólidas peligrosas: radiactivas, metales pesados,
plásticos
no biodegradables?) y de las aguas superficiales y
subterráneas (por los vertidos sin depurar de
líquidos contaminantes, de origen industrial, urbano y
agrícola).
Es por ello que mediante esta tesis
trataremos el problema del efecto que tienen los principales
contaminantes ambientales sobre el planeta tierra y sus medidas
preventivas.
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