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Más de filosofía (página 7)



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Pitágoras había adoptado la moral de la
purificación derivada del Buda, mientras
Sócrates se apro-ximaba a la doctrina de Zoroastro
o pérsica, identificando la sabiduría de la
virtud; pero entregando a la a la razón el
fallo de la moralidad de
nuestras acciones.

En el idealismos de Platón
es donde aparece con mayor número de soluciones el
problema moral: los
deseos o necesidades del cuerpo, deben ser combatidos para llegar
a la vida divina o para alcanzar la verdad; la prudencia y no el
interés, debe ser la fuente de las
virtudes, pues el hombre, no
sólo debe vivir en armonía consigo mismo sino
también con sus semejantes. (Todo esto ya estaba contenido
en el Decálogo).

Para Aritóteles, la moralidad consiste en
querer, realmente, guardar un justo medio en todas
las cosas; y las virtudes reputadas fundamentales por este
filósofo, son dos de naturaleza
social: la justicia y la amistad.

"La moral del Evangelio, éste no es más
que una mixtificación de la doctrina "sánscrita y
vedanta" que significa "verdad" allí; pero que el
evangelio conocido hoy, es la mentira absurda irracionalmente
impuesta por la fe ciega y el fanatismo de la
ignorancia.

Recúrrase al Egipto del
tiempo de
Moisés y se encontrará la raíz de la palabra
evangelio. Descúbrase la fundación de los
Brigantinos y se probará el nacimiento de un "dios cristo"
por Aitekes, que dio al tal dios la doctrina vedanta de
Moisés, "Porque es verdad". Evangelio.

Los Sentimientos Morales: El sentido
moral,
no es como algunos filósofos lo han defi-nido, una aptitud
simple e intelectual, innata y perceptiva, que enseña a
distinguir lo bueno de la malo. El sentido moral es el
resultado de una revolución
Psicológica y cuyos factores son intelectuales.
La conducta,
está constituida por acciones, y son éstas las que
llegan a señalar la tendencia de la morali-dad. Esta
podrá ser inherente a la naturaleza, humana y acorde con
su destino, pero su verdadero rumbo marcado en el sentido
moral
sólo puede ser conocido por la
experiencia.

De lo expuesto se deduce, continuar el análisis de las acciones humanas, cuyos
caracteres físicos, biológicos, Psicológicos
examinados en el párrafo
anterior, pero a condición de que de ser buenos analistas
y no ocupar más tiempo en el análisis que lo que
duran los fenómenos.

En las pasiones momentáneas se expuso que todo
acto humano, es el resultado de un proceso
Psico-lógico, en el que intervienen impulsos,
instintos, sentimientos y pasiones,
más o menos
subordinados al discernimiento.

Los instintos y las pasiones, revisten
caracteres que impiden su concurso directo en la formación
del sentido moral; el impulso instintivo de la naturaleza
inconsciente, no puede confundirse en el razona-miento
intelectual, para regir la conducta humana.
La pasión que por su energía y persistencia
necesita a menudo ser reprimida, tampoco podría entrar
como regulador del sentido moral.

Quedan los sentimientos entre los cuales se deben
elegir por orden: los más permanentes, los que por su
formación, más se asemejan al sentido moral,
los que se explican únicamente en la vida social del
individuo;
para cuya elección se valdrá de los conocimientos
de la Psicología. Estos sentimientos son los
enumerados con el nombre de sociales subdivididos en
ego-altruistas, altruistas y morales.

Estas tres clases de sentimientos sociales, son formados
por la evolución de los instintos, junto con
los egoístas, queda explicado el tránsito
indicado por Spencer, de la moral egoísta, a la
ego-altruista y de ésta a la altruista social.

Finalmente, el sentimiento de justicia,
desarrollado históricamente, comprobaba su carácter de tendencia inherente a la
moralidad humana, salvando los límites de
las fronteras y haciéndose universal. Esta es la
única cosa que hasta hoy es ley universal
verdad plebiscitaria; de aquí su fuerza.

En el foro Romano,
hay una estupefacción de los tribunos, cuando ha llegado a
aquellos tribunales un proceso por parricidio, cosa no legislada
porque "no cabía en la cabeza de los legisladores
tamaño delito" pero
después, en las persecuciones Romanas, hubo muchos hijos
que denunciaron a sus padres y no hubo un solo padre que
denunciara un hijo.

En el vergonzoso siglo de las hogueras de la
inquisición en España,
hay algunas acusaciones de padres e hijos y de esposos a esposas,
pero hay muchísimas de hijos a padres y de hermanos a
hermanos; mas no se puede juzgar a los acusadores como culpables,
aunque sí como responsables que admite la atenuante de una
influencia extraña, que ponía a todos los
individuos bajo un estado
Psicológico lamentable por el terror y el fanatismo
religioso impuesto a costa
de millones de crímenes.

En muchos otros países y en tierras aun salvajes,
se aplica la pena del Talión matando al matador y
robando al ladrón; lo que es injusto, por cuanto no es
posible hacer las cosas repetidas o reconstruidas, como fueron
ejecutadas por el delincuente.

En Grecia, se
despreciaba a los que querían llamar bárbaros, no
reconociéndoles el derecho de justicia. Y Roma consideraba
a los extranjeros como sus enemigos.

Se han asentado estos casos universales, para que
ejercer la inteligencia y
hacer juicios sobre la historia de la justicia que
aun no ha sido juzgada porque hasta ahora el pueblo no ha
ejercido y menos posesionándose de su usurpada soberanía; es verdad que tampoco ha tenido
la cantidad de moral necesaria, pero no es menos verdad que
sólo vio en los educadores ejemplos de inmoralidad, tanta
que la baja moral del pueblo, es muy superior a la
de sus mandatarios y educadores y se prueba con sólo dos
hechos grandes: Que el pueblo tiene seis hijos por
uno de los plutócratas; que en las revoluciones, el
pueblo respeta más que lo que él fue respetado, aun
con su baja moral.

La Responsabilidad Moral Individual: Del elemento
impulsivo al elemento reflexivo de los actos humanos. Al estudiar
la voluntad, fue dicho que las acciones de las cuales el hombre puede
ser considerado como causa son aquellas que han
coexistido los factores discernimiento y voluntad. Y como
fue visto en párrafo anterior que el pueblo,
despreciativamente bajo pueblo ,no ha tenido educa-dores
ni ejemplos de moral, ni se ha educado, no ha tenido
discernimiento ni libertad;
lo que, filosó-ficamente juzgado, exime al pueblo de
responsabilidad moral: luego no es causa de la
sublevación, ni culpable de los hechos forzosos que
le impone su agonía secular.

El discernimiento es la plenitud y
normalidad
del ejercicio de las facultades intelectuales,
conocidas como: percepción, concepción,
reflexión, imaginación y razón; las que aun
cuando se puedan poseer innatas, si no se las cultiva con
la educación,
permanecen adormecidas por falta de ejecución. Como el
pueblo no entró en la universidad ni
pudo cultivar esos elementos que crean la responsabilidad, el
pueblo no es responsable.

La libertad, es la plenitud y normalidad del
poder de
resorberse en virtud de una determinación nacida de
los elementos anteriores. Y como el pueblo no adquirió
aquellos discernimientos, no tiene tampoco
Libertad. Luego el pueblo no educado en la moral, no es
responsable de la falta de moral. 660

Cuando una acción
ha coexistido con el discernimiento y la libertad del agente, se
le atribuye a éste exclusivamente; en esta inducción consiste la imputabilidad.
Y este concepto es
relativo de otro. Si el acto imputado es repugnante al sentido
moral, se juzga que el agente ha obrado mal; pero si el
acto está de acuerdo con el sentido moral, se juzga que el
agente ha obrado bien; he aquí la
calificación del mérito o desmerecimiento de
las acciones humanas.

El rumbo indicado por el sentido moral y que debe seguir
la conducta humana, tiene que ser una relación
constante
entre aquella y nuestra finalidad; es por
consiguiente un principio y como éste rige los
actos del hombre, adquiere el carácter de
ley.

Existe, pues, una ley moral que se impone por
sí misma como motivo suficiente, "como imperativo
categórico",
según Kant. Y esta ley
es compleja, porque puede descomponerse en reglas de
conducta, cada una es un deber.

El ejercicio habitual de los deberes relativos a
determinado género de
acciones, constituye una virtud; la infracción
frecuente de estos deberes, caracterizando al sentido moral,
constituye un vicio.

Es muy difícil sintetizar todos los deberes de
orden individual y social en una o más leyes
abstra-ctas. Los Imperativos de Kant, se refieren
únicamente a la moral social. Mas sus conceptos abarcan
los principios del
derecho
romano.

Vida honesta: regla de la conducta individual.
Quiere para todos lo que para ti: virtud social de la
justicia. Eleva a los humildes: virtud social de la
benevolencia. Y éste del decálogo, que los
completa: Ama a tu prójimo como a ti mismo: virtud social
de la piedad.

Pero estos otros dos, encierran todos los principios:
Conócete a ti mismo: resumen de sabiduría.
Ama a tu hermano: resumen del amor
universal, al que no es posible llegar sin conocerse a si mismo,
en sus tres entidades de cuerpo, alma y
espíritu, lo que explica sólo la doctrina
espírita o del espiritismo Luz y Verdad,
que todo abarca.

La Responsabilidad de la Inmoralidad: Si la
moralidad no se practica, la inmorali-dad ha sido enseñada
por alguien, y ese alguien es responsable.

Cuando el hombre viola los deberes morales, experimenta
una emoción proporcional al desarrollo de
su sentido moral: es el remordimiento. Además, la mala
conducta en el orden individual puede per-judicar física,
biológica o Psicológicamente.

Pero tales sanciones o garantías del cumplimiento
de la ley moral no bastan para la sociedad que
ha establecido castigos o sufrimientos futuros y capaces de obrar
como motivos poderosos en la delibera-ción individual,
para estorbar las determinaciones contrarias al sentido
moral.

Cuando a un hombre le es imputado un acto
calificado de contrario a la conducta que debe obser-varse en el
seno de la sociedad, el actor es posible de pena; y es esta
consecuencia social de la falta, consiste la
responsabilidad; la que supone, como se ve, la
coexistencia del acto malo, con el discerni-miento y la libertad
del agente. Pero hay aquí un punto que los deterministas
han eludido, y es la culpa-bilidad de la inmoralidad.

Aquí tratamos de la moral y de la
inmoralidad. La moral existe como ley imperativa,
perdurable en cada individuo e innata. Si el ambiente
ahoga, o si la educación tuerce
ese sentido moral la culpa será de aquel o aquellos, que
son causa del ambiente que ahoga y de la educación que
tuerce la moral innata de los individuos. Esto es riguroso por la
vida presente y existencias anteriores, que no quisieron ver
porque les asustó a los deterministas.

En prédicas, libros, bulas
pastorales, encíclicas papales, reglas y reglamentos
monásticos, artículos de fe, catecismos y dogmas y
órdenes, de una y todas las religiones, se lee y se oye
poco más o menos igual: "Nosotros fuimos encargados por
Dios, de la moral de las almas y su salvación".

Entonces, ¿es moral el celibato religioso,
opuesto al "Creced y multiplicaos", causa de la
perturba-ción de la especie humana?

¿Es moral la enclaustración por voluntad,
por engaño o por fuerza, donde se exige renegar de
la familia y
declarar al mundo enemigo del alma, lo que a todas luces es una
declaración de odio y de guerra?

¿Es moral la existencia de tantas
jerarquías dignatarias en su seno, cuando la ley
máxima hizo nacer a todos del mismo modo y mueren
igualmente? ¿Es moral el confesionario, donde se entran en
la conciencia de sus
engañados, en la cual el Creador sólo una vez en
toda la eternidad penetra en cada uno de sus hijos?

¿Es que hagan escándalos y se maten unos a
otros por prebendas, mujeres y dinero, siendo
así que ellos sólo debieron ser, según su
confesión, directores de las almas?

¿Fueron actos de moral, el asesinato cometido por
el primer emperador católico-cristiano Constan-tino, la
destrucción del pueblo de Israel, las ocho
guerras
cruzadas, el insólito atropello y traición a
Enrique IV de Alemania y su
guerra religiosa de 30 años, ocho guerras religiosas
sólo en Francia y la
inquisición de España, para premiarla por descubrir
un mundo nuevo al progreso? ¿Son actos de moral los
contenidos en los grandes volúmenes de sentencias contra
delitos de
sacerdotes.

¿Son actos de moral los incendios de
bibliotecas, los
autos de fe de
millones de libros del librepen-samiento, las terribles
excomuniones y las prácticas insultantes de cultos e
imposiciones provocativas hasta en política?

La fría filosofía dice que Todo eso es
inmoral y la causa de toda inmoralidad.
Luego es la religión de todos los
matices, la culpable de la inmoralidad. Pero no
excluye de responsabilidad al actor de la inmoralidad;
porque aun en los tiempos del más grande terror religioso,
hubo misioneros moralistas a quien imitar.

La culpabilidad
no tiene atenuante: he ahí la diferencia. La culpabilidad
es, pues, de la religión; la responsabilidad, de los
actores, ciegos, religiosos.

Es duro este juicio, pero es verdad
filosófica
que sólo podrá destruirla
otra verdad mayor. ¿Existe? Propónganla los que la
conozcan y esta nuestra Escuela
será con ellos.

Moral Personal
Conservación Psicológica
: La persona es
algo más que el indivi-duo, porque está constituida
por todas las aptitudes biológicas, psicológicas y
sociales de cada hombre. La personalidad expresa, por
consiguiente, el conjunto de actividades latentes en el cuerpo,
alma y espíritu, de cada individuo.

Y si la existencia cuerpo humano
es indispensable para la vida de la especie y de su forma
superior que es la sociedad, debe inferirse que, la
conducta personal, debe llenar los fines de
conservación y de protección de la
vida orgánica y superorgánica del
hombre.

Las reglas de dicha conducta, o leyes de la
moral personal, forman grupos: deberes
tendientes a la conservación y protección de la
vida orgánica: y deberes concurrentes al desarrollo de las
facultades Psicológicas. Las primeras conducen a la
salud, los
segundos a la cultura.

También los deberes tendientes a la salud del
cuerpo, son de dos clases: 1) Deberes de las integra-ciones
del organismo:
positivos y negativos. a)
Positivos: alimentarse de acuerdo con las necesidades
indicadas y graduadas por las sensaciones funcionales de la
nutrición.
Generalmente el placer persiste mientras dura la necesidad; y el
dolor suele denunciar al exceso de alimento; pero los adelantos
de la gastronomía hacen intervenir la
emoción estética del gusto en los comestibles y
bebidas, prolongando artificialmente el placer, aun
después de haber cesado la necesidad. A lo que Gautier
afirmó: "El hombre es el único animal capaz de
comer sin hambre y de beber sin sed".

El hábito y la herencia
(contagio) convierten el abuso en esa práctica en los
vicios de la gula y la incontinencia. Y ese gasto
innecesario y excesivo de fuerzas orgánicas tan
indispensables como las del aparato nutritivo, imponen un deber
restrictivo, cuyo ejercicio habitual constituye la virtud:
Templanza.

En filosofía es: Come para vivir y no vivas
para comer.
b): Negativos: si debemos reponer la materia de
nuestro cuerpo, claro está que igual necesidad se tiene de
evitar las desintegraciones parcia-les que pueden comprometer la
vida misma.

Eliminar toda causa de alteración
patológica, conservando la integridad del organismo,
evitando su contacto con substancias perniciosas y
absteniéndose de todo acto contrario a nuestra vida: he
ahí los deberes morales condensados en las reglas
restrictivas de la higiene.

Demás parece ser que, las mutilaciones
voluntarias y el suicidio, como el
celibato católico que equivale a lo mismo, quedan
moralmente condenados de acuerdo con la razón
expuesta.

2): Deberes correspondientes a las
desintegraciones del organismo y que también se
subdividen en positivos y negativos. Estos consisten en:
desplegar la actividad latente en las energías de nuestro
orga- nismo que es biológicamente necesario: dicho
ejercicio puede ser dedicado al cumplimiento de los deberes
personales y sociales quedando un sobrante activo cuyo empleo cae
también bajo el imperio de la ley moral.

En efecto: la aplicación de nuestras fuerzas a
los fines de la vida individual y colectiva, llega a constituir
mediante el hábito, la virtud del Trabajo; pero si
se emplea la actividad sobrante en violar las reglas de la
conducta moral, no se habrá hecho sino destruir los frutos
de la actividad desplegada últi-mamente: por esto el
parasitismo que emplea esa moral, destruye
todos los frutos de toda las sociedad.

Para evitar esa tela de Penélope (mujer de Ulisis),
o hacer y deshacer, es necesarios el sentimiento compensador del
juego y debe ser aplicado a divisiones más o menos
conexas con las reglas morales de la conducta personal o social,
o que acaparen el desarrollo de nuestras fuerzas físicas,
como los paseos, la gimnasia y el
baile: o que afirmen nuestros sentimientos y gusto
estético, como la pintura, la
música y
el teatro; o a
enriquecer nuestras inteligencia, como los viajes, el
trato social y los centros de cultura, de conocimiento
integral. Etc. 667

El Suicidio: Uno de los problemas
más difíciles de la moral personal, es el
suicidio que suele adquirir caracteres de epidemia en
algunas sociedades:
como actualmente en Japón.

Schopenhauer
comprendió que, en el suicida, no hay un pesimismo
absoluto; dijo: "Todo el que se mata, quiere la vida; sólo
se queja de las condiciones en que la vida se le presenta.
Precisamente cesa de vivir, porque no puede dejar de querer; y
suprimiendo el fenómeno de la vida, es como afirma su
voluntad de querer".

En todas las formas el suicidio es, en todos los casos,
un acto anormal desde que anula el instinto necesario a la
vida y al de conservación individual. Este instinto no
puede predominar únicamente, cuando ocurre un conflicto
entre deberes morales, siendo alguno de los beligerantes,
superior al de protección y defensa individual: como
cuando se sobreponen los deberes de la familia.

Pero cuando el conflicto ocurre entre deberes del mismo
género, debe resolverse el caso por la fuerza como
en la legítima defensa y en la guerra. Pero
en el suicidio, el conflicto es puramente
Psicológico.

Los pensadores creen haber encontrado la causa del
suicidio en: La miseria, la lucha entre el capital
y el trabajo, la civilización, las
pasiones, la publicidad, la educación,
etc.
Pero no son ninguno de estos puntos causa de los
suicidios, sino arma de ellos. Definitivamente, es ignorancia
de ser lo que se es.

La Cultura Psicológica –
Psicología, Magnetismo-Espiritual
: Emociones,
ideaciones y voliciones:
Estás son las tres clases de
manifestaciones del ser Psicológico y cada una de las
cuales llega a constituir una modalidad permanente del alma
humana. Las emociones se
consolidan en el carácter. Esto enseña la
Universidad; pero, es un error del profesorado; porque, "El alma
humana" no puede servir de cuerpo a ninguna modalidad del hombre,
ya que, el alma humana no tiene ley, porque no es un
ser individual,
sino formada de tantos instintos cuantos
seres animales existen
en la creación, lo que hace ser sensible al dolor y al
placer como a toda otra emoción porque repercute por la
fuerza del instinto ocasional de la emoción, que
está en el alma y es herido por otro instinto de su misma
esencia, familia y especie, que vive en el cuerpo, pero
que es un grado más bajo, más burdo, que
sólo puede sentir las emociones contundentes al igual que
los irracionales mientras que el instinto igual en especie, pero
más puro y por esto más sensible porque ya
formó parte del alma animal, se encuentra en el alma
humana y en la que está encerrado y sirviendo de cuerpo al
espíritu, que es el que remueve y ordena aquella terrible
jaula simbolizada en "En el arca de
Noé".

Las modalidades son efectos. El alma humana es efecto de
todas las modalidades animales; luego no puede ser causa de
modalidades que es lo que han pretendido y sostenido, ciencias,
filosofías y religiones.

¿Qué permanecen en el alma humana, todas
las modalidades del ser hombre y de todos los reinos del hombre
abajo y del hombre arriba? Así es en verdad de
verdad;
pero el cofre no es causa del
efecto, Alhaja que guarda. Y esto es el alma humana: un
cofre: el Alca de Noé en una palabra.

La cultura física universitaria, dice: Es
evidente que tales modos de ser del alma humana deben propender
al régimen moral de la conducta, cuya dirección les corresponde.

¿Y no teniendo el alma humana ley, cómo
puede corresponderle ninguna dirección? Y
sigue:

Hay, por consiguiente, tres clases de deberes cuyo
cumplimiento da por resultado la cultura personal:

Primero, Deberes relativos a la inteligencia: el
ejercicio de las facultades intelectuales convierte en habitual
el raciocinio, tornando en excepcionales los actos instintivos y
espontáneos que pueden hacernos desviar de la línea
de nuestra conducta.

Segundo – La impetuosidad frecuente es un vicio;
las insubordinación constante de nuestros impul-sos a las
facultades reflexivas constituye la virtud de la
prudencia.

No hay conocimientos teóricos o prácticos
que sean superfluos, siempre que no nos distraigan de los
indispensable a nuestra profesión. Los motivos de nuestra
deliberaciones nacen de la experiencia y de la ciencia

En atención a este punto último,
expuesto al parecer sin meditación retrógrada, pero
que envuelve un océano de peligros terribles y aun
consagra la rutina.

Hay hoy más conocimientos superfluos que de
provecho a causa de las mixtificaciones de la historia de la
verdadera moral. Todas las profesiones hoy se encuentran
asalariadas, cuyos salarios son un
férreo grillete al profesor, que
ha de someterse a condiciones reglamentadas con toda la mayor
inmora-lidad que puede producir un estado de cosas
mistificadas.

Todo conocimiento religioso es superfluo y denigrante,
cuando el dogma ata al pensamiento
del religioso, con hábito y con levita, siendo estos
últimos la guerra que destruye el corazón de
la sociedad, con su sórdida labor, civil al parecer; pero
religiosa, pagada por el estado civil, feudo del estado
religioso. (menos ahora en Venezuela)

De modo que al declara que "No hay conocimientos
teóricos o prácticos que sean superfluos, siempre
que nos distraigan de los indispensables a nuestra
profesión". Se confiesa que nuestra profe-sión es
primero que los conocimientos que forzosamente le han de asaltar
al profesor, y que, no siendo esos conocimiento los que el
profesor tiene por su experiencia y ciencia, son
superfluos: lo cual no es sólo un error, es una blasfemia
contra las ideas, que avanzan a pesar de la ciencia
retrógrada y de las experiencias basadas en principios
mixtificados de la historia, de la filosofía y de la
Ética.

Un profesor religioso carece en absoluto de autoridad ante
la conciencia libre y ante toda ley natural y de progreso: y al
imponer un principio falso por un sueldo, el profesor es un
esclavo de las ideas retrógradas e inmorales y un deudor
de los conocimientos del progreso y de la verdadera moral: aunque
tiene la atenuante de la necesidad de vivir, lo que lo exime de
culpabilidad, pero no de responsabilidad.

La Ética en este caso, ha desaparecido bajo el
oropel de la etiqueta: esto es en verdad, lo que encierra ese
párrafo que se enseña a los estudiantes de …
letras…bajo el sagrado nombre de filosofía, pospuesto
por la literatura religiosa,
peligroso roedor del progreso moral y del desarrollo
intelectual.

. *****

Los expositores, sea suyo ese sentir o hayan hecho el
papel de simples actores, se han confesado esclavos de la
religión. Acaso ignoran que religión significa
relegación de derechos.

Nunca se había visto más errores capitales
en tan corta exposición, en todos los innumerables
volúmenes Teológicos y
Dogmáticos.

Llaman moral el sentimiento religioso que se gloria en
los ayes de las mazmorras inquisitoriales. A las persecuciones
llevadas a todos los hombres con sentencia de muerte,
premiadas con bendiciones y premio del cielo, por asesinar a los
incrédulos de la religión y… llaman moral
religiosa a todas nuestras interrogaciones anteriores.
¿Bajo qué forma racional y con qué
principios humanos y naturales, ni con qué juicio
filosófico puede sentar nadie que la religión sea
el sentido moral humano? Pero hay una última frase que
confiesa que la religión todo lo retrograda y mistifica.
"La religión convierte en instinto el sentido
moral".

"Instinto". Estímulo o impulso natural,
que precede a la razón!". La moral se manifiesta
únicamente en la conducta del hombre, cuya conducta
será por fuerza el producto del
raciocinio. Luego, la moral es el fruto de todas las evoluciones
de los instintos y, aun del espíritu. ¿Cómo,
pues, puede la religión retrotraer el sentido moral al
remotísimo tiempo evolutivo que representa el instinto?…
¡Ah!… ¡Ya se ve la incógnita!, convirtiendo
al hombre en bestia

El ejercicio regular y constante de la voluntad hace
adquirir ciertas calidades activas que fortifican el
carácter y destierran los sentimientos depresivos y
capaces de torcer el rumbo de la conducta moral.

El cumplimiento inflexible de la ley moral hace que se
sobrelleve la vida sin fatiga, sin debilidades y sin temores,
enriqueciendo nuestra alma (archivo eterno
del espíritu), con tres grandes e invalorables virtudes.
Perseverancia, firmeza y valor moral
que se sobrepone a todo obstáculo y quimeras
irracionales.

Con esto ya se ve que el hombre no es solamente una
fuerza, sino que encierra en sí mismo uno de los fines de
la moralidad: debe emplear sus acciones en la elevación y
equilibrio
moral de su propia personalidad.

Cuando en conciencia ejerce estos deberes, nacen y
adquiere otras tres virtudes, que demuestran al hombre moral a la
que resulta del ejercicio de la voluntad.

Como la perfección no existe, el hombre se
perfeccionará eternamente, fortificándose en
el amor a su
hermano; para lo cual se debe imponer estos preceptos:
"Conócete a ti mismo", "Sé señor de ti mismo
y esclavo de tu deber".

Esto se facilita por un examen de conciencia, antes de
juzgar los hechos de los demás, porque casi siempre sucede
que la falta que achacamos a otro es porque está en
nosotros y juzgamos por nosotros a los demás.

La Familia: Distinción de la Familia: La
familia deriva de un principio natural y necesario: la
conservación de la especie. A lo que se opone el celibato
y todo tipo de preservativos; a lo que, la Ley de
compensación impone sufrimientos y enfermedades a los
faltante.

El hombre nace infante, impotente; ni sus
músculos tienen la potencia
necesaria para procurarse el alimento, ni conoce lo bueno ni lo
malo a su existencia, porque su sistema nervioso
no está desarro-llado, ni su cerebro en
condiciones de permitir las funciones
regulares de la inteligencia del espíritu.

También el individuo tiene necesidades que
satisfacer. ¿Cómo podría entonces, conservar
su vida, sino existiera la familia indicada naturalmente, para
subvenir a las necesidades del infante? Luego la familia es
necesaria; es una institución natural, indicada en un
grupo de
instintos relacionado del senti-miento, afinidad y
conservación de la especie (lo mismo que sucede entre las
especies irracionales y en algunos vegetales)

La familia moderada está constituida por la
unión voluntaria de un hombre y una mujer y por el fruto
de esa unión: los hijos, único sello de la ley de
afinidad o de justicia, de una unión debida. Hoy la
familia reposa ya en la ley civil la que establece su existencia
sobre las leyes morales del matrimonio,
obligando a la educación de los hijos, subviniendo a sus
necesidades para preparar al hombre de provecho, lo que no pudo
ser, reposando la familia sobre leyes religiosas que
exigían primero hombres inconscientes e
ignorantes.

Es que la ley civil, es producto del progreso general de
la sociedad: y el dogma religioso es producto de pasiones, puesto
que la religión es formulada por pasiones de los hombres,
que reunidos, forman la insaciable
concupiscencia.

¿Tiene el salvaje familia? Considerado en la ley
natural, sí; pero que no conoce los decretos y los deberes
del hombre civilizado: sin embargo, de esa familia natural,
salvaje, hemos ascendido a la familia legal, de derecho y deberes
civiles y aun hay mucho que aprender y recoger de esa familia
natural salvaje.

Desde luego, hemos pasado por muchas y largas
evoluciones y por muchas formas de la familia, que ninguna es
despreciable ni sin un fin siempre humano: Después de las
familias de las cavernas y tribus, el primer grupo social en el
que ya se inicia la familia moderna, es el patriarcado que,
históricamente, empieza en Abraham y toma forma en su
nieto Jacob.

El patriarcado es una consecuencia lógica,
moral y necesaria de la poligamia, porque en esa forma, todos los
hijos se reunían bajo la autoridad del padre, como
único jefe en todos individuos nacidos de varias madres y
es el secreto que encierra la institución de las
monarquías y ahora lo ejerce el Juez. .

La familia en Grecia como en Roma, estuvo compuesta por
un hombre y una mujer; pero las costumbres dispensaban la
poligamia. El matrimonio, no era voluntario por parte de la mujer, y a
veces ni por parte del hombre; el poder del padre era limitado,
tanto sobre la mujer como sobre los hijos, lo que fue causa
principal de la corrupción
romana, que llegó a catalogar 36 clases de
prostitutas.

Sin embargo, mucho antes de la existencia de Roma, en
Moisés se establece la monogamia y con leyes severas para
reprimir el adulterio y la
poligamia; y nuestra familia actual no es más que el
redondeamiento de aquellas leyes, elevadas a un grado más
perfecto debido a las evoluciones siempre ascendentes del
progreso. Y si no hemos ascendido más, es por causa de que
las religiones siempre se apropiaron de los principios de los
hombres libres y civiles y los retenían rutinariamente,
demostrando que "todo dios religioso es retrógrado", como
lo confirma Isaías, condenado a todos esos "Dioses de
palo, piedra, metales y de
carne".

En síntesis,
Matrimonio es derivado de Matriz,
órgano procreatriz de la mujer, donde se encierra el
feto para su
gestación. Matrimonio, significa Unión del
varón y la mujer para la procreación de los hijos,
importando ese vínculo el amor nuestro físico y
moral: así como la aceptación mutua y común
de sus destinos

E Matrimonio Jurídico: "El
matrimonio es un vínculo moral y jurídico
(antes canónico) que tiende al desarrollo de la célula
primordial de la sociedad. Y siendo más adecuado hoy a
nuestra finalidad el matrimonio monogámico, lo aceptamos.
Pero éste implica en los esposos el deber: De conservar el
amor originario y de guardarse fidelidad mutua en
tocante a la exclusividad de las manifestaciones sexuales, y de
respeto mutuo para conservar la unidad y estabilidad del
hogar, o sea el asiento de la familia"

"Estos deberes tienden a constituir una virtud personal
del carácter doméstico: la castidad, que
bien puede ser incluida entre los concurrentes a la salud del
cuerpo y a la cultura del alma. Siendo bien
conocidos los efectos desastrosos para el organismo y corruptores
del espíritu, que acarrea el vicio seductor de la
lujuria."

Hemos subrayado cuerpo, alma y espíritu
con júbilo por ser la primera vez que encontramos la
entidad hombre descrita en sus tres componentes y es por
quienes se han confesado religiosos, por cuya descripción dejan de serlo entrando en el
campo del espiritismo; acaso a su pesar, pero los obligan
sus mismo espíritus.

Por el "irrespeto mutuo" ¡Qué
horribles situaciones; tener que representar papeles de amistad
ante las visitas, odiándose a muerte! ¡Agarrase del
brazo cuando con satisfacción se arrancan el
corazón! ¡Ver entre aquellas damas la mujer, a la
querida de su odiado esposo, y entre aquellos caballeros
el esposo, al amante de su esposa! Pero la religión les
dio las suficientes lecciones de hipocresía y con-suela a
los dos, absorbiéndolos de su forzadas traiciones, porque
hay… dinero y se conforman a aquel infierno, precursor
de otro que no saben las religiones, el del odio de
aquellos espíritus. ¿No haría mejor la ley
si fuera moral, con romper esas cadenas y libertar a esos…
desgraciados… siquiera por piedad?

¿Hay estabilidad del hogar? ¿Tiene asiento
la familia? No. Los hijos, si los hay, se dividen en dos bandos:
unos aman a uno y odian al otro de los padres; y al final heredan
lo que maman. ¿Pueden ser morales? Hay ricas excepciones
de hijos mártires, pero en general son los hijos lo que
fueron sus padres. Esto es el matrimonio jurídico.
¿Cuál sería el canónico. Que el poder
civil lo consideró nulo?

A ese respecto un caso historiado, de un matrimonio
campestre, allá en España, por los años
1870, en que ya se establecía el registro civil,
pero que aún no había podido abrirse en todas la
poblaciones. Llega ese matrimonio al cura y le pide que los
Descase; el muy bueno… del cura, atento al juicio de
Salomón, los hace arrodillar y por orden empieza un palo a
uno, un palo a otro y sigue hasta que le pregunta el marido:
"?Hasta cuándo pegará usted?". "Hasta que muera uno
de los dos", contestó el… el sabio y divino ministro. La
esposa: "Para ese remedio, lo tenemos nosotros, con matarnos
nosotros mismos, no sufriremos tanto como viviendo en lucha
continua". El cura: "Mátense y me ahorraran el trabajo".
¡Qué filosofía!… ¿Es mejor la del
jurídico? Discurrid como queráis, pero cuando el
amor no casa, la ley no los casa, ni la ley los descasa.
Es
que el amor es el único sacerdote y la única
ley.

El Hogar Jurídico: "El es el asiento
más o menos estable de cada familia cuyos miembros
están sometidos a deberes emanados de las consiguientes
relaciones conyugales: Deberes de cariño, fidelidad, ayuda
mutua y suerte común. Deberes Paternales, respecto
a los hijos, y hasta su completo desarrollo, igual a los que
dichos hijos tendrán una vez hombres; y respecto a
sí mismos, con arreglo a la moral personal.

La mujer, por sólo serlo, es mayor que el hombre,
porque absorbe el carácter de "la naturaleza" y ello es la
llave de la armonía, la fuente del consuelo, el
fiel de la economía, el
depósito del amor sagra-do y el arca de la
vida, de la cual el varón tiene la llave. ¿No
demuestra o ejerce todo eso la mujer?

En su sexo
está por ley divina: Si no lo ejerce y manifiesta, de
alguien es la culpa; y ese alguien es el hombre egoísta,
brutal, supremático, religioso, que ha hecho leyes civiles
y religiosas que esclavizan a la mujer y la inhumanamente, hasta
declararla inmunda, impura, por el… triste hecho de
parir al hombre, su hijo verdugo… ¡Oh, religiones,
religiones! ¡Bestias terribles de la humanidad toda!
¡Morir de vergüenza ante vuestro incalificable crimen
y desaparecer de la tierra, sin
que podáis entrar en mundo alguno! Por vuestra maldad
existe aún la esclavitud (en
algunas partes aun). Las mujeres todas acusan causa de
toda la inmoralidad. Cuando no existan religiones se
creará solo el código
moral. 695

La Concepción de los Seres: La
técnica de la concepción del hombre, en los
tratados de
ginecología y obstetricia, está bien estudiada en
cuanto es fisiología y mecánica, y no difiere de la
concepción del animal: "La ley es una y la substancia
una".

Cada ser irracional en los tres reinos conocidos del
hombre abajo, no es más que un número infinite-
simal e integrante de la creación; y el hombre encierra en
sí, y es en verdad suprema, el conjunto de cuanto existe y
domina un ser constante e inteligente llamado
espíritu, denominado humano y el cual procede del
Creador universal, siendo por lo tanto su hijo consubstancial y
Ab y Coeterno en su padre y, demostrador de la vida en formas y
de su padre, en el progreso infinito e indefinido.

Ya se dijo que, "Que todo es obra del
espíritu"
y se ha expuesto en la creación
del alma humana
lo bastante para establecer un axioma
definido en estos términos, que nadie puede rebatir ni
siquiera dudar, cuanto menos negar: En el hombre vive un
espíritu que es parte integrante del Creador su padre y
asume en su cuerpo y alma todos los seres de la naturaleza; es
por tanto el hombre el complemento y el todo de la
creación. Por esta razón y sin singularizarse la
ley, sino elevándose ésta a su máximo valor,
hay una diferencia entre la concepción del hombre y la de
los irracionales.

La mecánica y funciones
físico-fisiológico-psíquicas que se operan
para la encarnación y reencar-nación
en un espíritu.
Y para la completa inteligencia se
dividen en: "Juicio y destino que antecede a la
concepción". "El acto que antecede a la concepción"
y "El acto terrible de la encarnación del
espíritu"

El error más grave que ha sufrido la ciencia, y
por lo tanto la humanidad, es lo contenido en que "Dios con todo
su poder hace todo cuanto quiere". No; el Padre Creador hace
todo cuanto debe .

En la aparición espontánea de la
familia humana; la naturaleza, por medio del espíritu
maestro que rige, estregó el germen del hombre al hombre,
y ya la naturaleza no puede engendrar otra vez al hombre, que ha
de perpetuarse de sí propio porque recibió el
germen y el mandato.697

Se sabe cuanto se afana el materialismo en
querer crear el hombre por la química; hace muy
bien y lo felicitamos hasta que prosiga hasta desmentir nuestro
axioma y lo esperamos por todo un siglo de Brama
311.O40.000.000.000, o sea trescientos once billones y cuarenta
mil millones de años humanos. Entonces se
encontrarían donde hoy. Pero se suplica, a los
materialistas, que no creáis
y que sigáis
estudiando hasta que podáis desmentir esto; pues cumplida
esa fecha, nos encontraremos igualmente hombres como ahora y
hasta poder decirles en que mundo, que ya está en
formación para nosotros, en la constelación de
Orión
y aquél ya es ahora una maravilla, pero
no tiene hombres, porque somos nosotros terrestres que lo hemos
de habitar, para llevarlos como éste a su máxima
belleza; pero aun tardaremos un poquito.

Ante ese prólogo eterno y el mandato de llegar a
nuestro padre, siendo maestros de la creación, capaces de
hacer regir un mondo, el espíritu ve la necesidad
cada vez mayor de ser hombre continua-mente, para hacer parte de
la obra que le toca en el mundo, antes que la ley le obligue en
juicio a declararse en quiebra
fraudulenta y lo saque a otro mundo de tierras más duras y
de vida sin ley.

Así es hermanos, queráis que no; y estad
seguro que no
te libraréis si no saldáis a tiempo vuestras deudas
a la creación. Y tantas son,. Que es necesario encarnar y
reencarnar millones de veces para pagar todos los vidrios rotos
y, además, hacerse maestro de la creación.
699

Son muchísimos los inconvenientes y
obstáculos que se han de vencer hasta el acto de la
concep-ción, porque pueden estar los padres el uno en la
China y el
otro en América; o por la diferencia de
posición, o porque un enemigo se pone por medio y acaso se
apoderará de la madre o del padre u otros mil y mil
inconvenientes, pero él está autorizado y hace
muchas veces que en ese caso de suplantación se encuentren
los suplantados casados con quien no eran afines, o el uno casado
y la otras soltera o viceversa, lo cual no importa a la ley del
espíritu y… hablan los sexos y se unen los
cuerpos.

El acto divino de la concepción es
presenciado por una asamblea de espíritus (asamblea dice
diez): espíritu del padre y guía y protector, 3;
espíritu de la madre y guía y protector; 6;
espíritu a encarnar y guía y protector; 9, y un
espíritu secretario del consejo del Padre Creador, que
anota aquella vida en el libro de la
vida, 10.

Estos son de ley obligados; pero hay siempre muchos
afines y también muchos enemigos que se oponen y
aún triunfan muchas veces,
momentáneamente.

Esto es un acto de la concepción tan infamado por
la religión católica, por lo mismo que es un acto
realmente divino, pero de ley natural, y aunque el Creador
pudiera querer, no podría hacerlo de otra forma y manera
sin dejar de ser Creador, Dios, según lo habéis
entendido.

¿Y los caso duples, triples y aún
cuádruples que se registran? Dos las son causas
principales: el mucho amor y el mucho odio; y puede haber una
tercera de justicia, pero nunca jamás sucederá sin
conoci-miento y autorización del maestro superior y sus
consejos. El primer caso es de abnegación por afines que
no quieren dejar solo a su afin y quieren compartir con él
la prueba. En el segundo, es por el libre albedrío y es
para llevarle la lucha al enemigo y aún tratar de cortar
la existencia; un tercer caso, puede ser ordenado por la
justicia, para probar reconciliarse o afinizar a dos o más
enemigos terribles y es el más grande del actos de amor y
medios de la
ley, para que se cumpla el mandato y sentencia: "Si odias
tendrás que amar".

Ya está concebido el hombre; se han fundido tres
almas en una con un lazo que ya nadie puede cortarlo; aquella
vida fue asentada en el libro de la vida y no puede faltar; el
que la corte la tendrá que volver a dar.¿Y ahora
qué tiene que hacer el espíritu? Su cuerpo con todo
su organismo y su estructura
adecuada al sexo y misión que
trae y trabaja con la delicadeza de una maestra Abeja.

El Acto Terrible de la Encarnación del
Espíritu:
Si tremendo es el acto de la
con-acepción, el de la encarnación del
espíritu es terrible. Cuando obra la concepción el
espíritu está con-ciente y despejado: desde ese
momento ya queda un tanto agobiado y obscurecido por el hecho
mismo de tocar materia y porque empieza a sentir las luchas de su
destino.

Desde ese momento sublime y tremendo de la
concepción empieza a dar sentimiento a la madre, para que
cuide los más posible de su vida; toma de ella todo su
ser, pero reclamando materiales de
su padre hasta el quinto mes, en que debe hacerse el sexo y no
antes, por si las circunstancias le obligaran a la permuta del
sexo, cuya autorización reciben del consejo supremo. Desde
este mes, ya no puede ser más que el sexo que formó
conforme le fue autorizado.

Deberes Paternales y Patria
Potestad:
La ley del matrimonio dice: "El papel tuitivo
de la familia presupone una armonía que se denomina
orden doméstico y éste requiere para ser
conser-vado, la existencia de un poder regulador y encargado de
velar por el cumplimiento de los deberes morales.

Este poder es: Patria Potestad y es ejercido por
el marido y padre. Subsidiariamente, ese poder pasa a la madre y
tutores indicados por las leyes; hay países, como Inglaterra, que
son permitidos los derechos paternos al primogénito, que
proviene de la monarquía, la que a la vez nació del
Patriarcado.

El miembro de la familia que ejerce la Patria
Potestad
es el órgano directriz del papel funcional de
la familia: debe reemplazar satisfaciendo sus instintos de
conservación y corrigiendo sus hábitos en sentido
moral social.

Los deberes de alimentación y
educación
son inherentes a la Patria Potestad,
mientras los niños
carecen de medios suficientes de protección y de
defensa.

Hasta aquí la técnica legal de la Patria
Potestad. Pero, se observa en la ley civil y de la
personería del individuo grandes diferencias entre unas y
otras naciones, mientras en las naciones más nuevas como
aquí en Venezuela, que la mayoría de edad a los 18
años al varón y la mujer; y en Argentina, la mujer
es a los 22, lo que es un grave error y debiera cambiarse la
oración y darle la mayoría a la mujer a los 18, ya
que la naturaleza, por lo general, declara mueres a los 14; y se
observa (también en general) que a los 22 años los
varones aún son mayores sólo en pasiones y no en
discernimiento.

Deberes Filiales. El amor filial cesa en la
mayoría de edad. Existe siempre el deber, y aun
cuando se haya emancipado formando hogar, está el hijo
obligado a sacrificar hasta la vida por sus padres, pues es igual
el deber filial que el Patria Potestad.
707

Moral Social—Las Virtudes Sociales: La
naturaleza social del hombre
nace de la impo-tencia para
sostenerse aisladamente en primer término; segundo por
el lenguaje
articulado que induce, dulce, pero necesariamente a la
sociabilidad de los individuos, y en tercer término, pero
esencial, de los impulsos de sentimiento que sólo se
explican y desarrollan en la vida social, dándole a la
sociedad humana sus caracteres progresivos en la evolución superorgánica. Y, no
pudiendo bastarse a sí mismo el hombre individualmente, el
único régimen de progreso y de justicia equitativa
es la comuna.

En todas las formas que se estudie, la sociedad es una
institución natural constituida en forma de organismo,
cuyos elementos individuales se agrupan en sus
hogares.

La familia es, el embrión de la sociedad: y
ésta resulta de la aplicación de la primera; es
decir, que la vida social como la doméstica implica: 1) La
coexistencia de todas las voluntades constitutivas de una sola
voluntad, de lo que resulta el orden social; 2) El arraigo
de la agrupación para coexistir con otros análogos
sin estorbarse en sus beneficios, pero cumpliendo todos la
constitución establecida: Patria,
alimentándola como si fuera la casa u hogar individual, y
3) El poder de mantener el orden social, cambiar el
régimen y la defensa de la patria o nación
como si fuese la casa individual, por lo cual la
soberanía
reside en el grupo mayor de cohesión
de un querer y sentir.

Ya se ha demostrado por ese solo argumento que esas
nociones de orden social, patria, soberanía,
equivalen a las de orden doméstico, hogar y Patria
Potestad,
su raíz y sostén.

Por cuanto se diga y discurra sobre las causas de la
existencia de la sociedad, sólo se encontrará que,
siendo el hombre el progreso de la naturaleza, necesita de todos
los recursos de la
naturaleza. Y no pudiendo cada hombre recoger todos esos recurso,
sino que cada hombre recoge uno, se ve obligado el hombre al
hombre, por mutua necesidad. Luego eso es una ley
dominadora
y, por lo tanto, el hombre en la sociedad ejerce y
desempeña un mandato; el que es mandado, no es libre; el
hombre no es libre, como pensaba Condillac,. Pero tiene un
derecho
natural y otro individuo no puede tener un mayor ni menor
derecho, ni dos derechos; y como esto lo quieren sostener algunos
estados exóticos, como las religiones creando dignidades y
diferencias, el hombre de conciencia pura o menos pura ve su
derecho natural de oponerse a lo absurdo: y aquí se
rompe la unidad de la sociedad y por tanto la lucha entre los que
aportan un recurso de la naturaleza y los que no
aportándolo acaparan con engaño de un
derecho mayor y aun de dos derechos, uno natural y el
otros divino: lo cual es el destrozo de la naturaleza del
organismo social, como hoy se ve en toda la tierra; y sin
embargo, la sociedad existe y coexiste por vínculos
irrompibles y comunizados en los espíritus de todos lo que
toman por su trabajo un
recargo a la naturaleza.

Pero que ya no quieren tolerar a los supercheros de
mayor derecho y dos derechos y empieza por su voluntad el
soberano pueblo social a depositar los recursos en
un solo montón común: para los que tienen
igualmente un solo derecho, el de la vida.

La Caridad: Hemos llegado al calvario de los
hombres: "Los deberes de caridad tienen su
fundamento en la misma naturaleza humana donde existe un
sentimiento; en la benevolencia que nos impulsa a internarnos, a
compartir sus penas y a aliviarlo de ellas por los medios de que
se disponga" (esto es humanismo).

"Haz a los demás lo que quisieras que hiciesen
contigo" (esto es justicia mandada). San Pablo escribe: "La
caridad no tiene envidia, ni obra precipitada ni
temerariamente."

"No se ensoberbece: no es ambiciosa; no se irrita; no
piensa mal; no se huelga de la
injusticia; complácese sí en la verdad; "a todo se
acomoda" (Lo que quiere decir que es acomodaticia).

Espinoza dice, considerando lo que llaman justicia y
caridad,
"No es la fuerza de las almas la que subyuga los
corazones, sino el amor y la generosidad" (éste tiene
mucha más filosofía moral que San Pablo y no es San
Espinosa).

Veamos si el autor de la palabra Charitas (caridad),
Cicerón, dice algo más fundamental. "La
bene-volencia – dice–, es una de las virtudes más
propias de la naturaleza human; pero exige muchas
precauciones. Hay que tener presente: 1) –
que al querer hacer un bien a alguno, no hagamos mal a él
o a otros; 2) – que nuestra beneficencia no exceda los
límites de nuestras facultades, y 3) – que cada cual
reciba según sus méritos, pues tal es el fundamento
de la justicia y jamás debe olvidarse" (de la caridad,
nada; de la benevolencia, con fundamento en la justicia, todo).
¿Y Charitas? Esta es otra cosa.

La Caridad no es Virtud: Caridad entendida
limosna, hace temblar a dos; al que la da si tiene conciencia que
rebaja a su semejante y al que recibe cuando sabe que se
envilece.

Es, en general, el que tiene para dar, el que nada ha
producido: ¿Por qué medio lo adquirió que no
pudiera retener el que lo produjo? ¿Cómo se debe
denominar al que almacena lo que otro ha producido
haciéndole falta para sus menesteres perentorios y para su
bienestar?

Mas pase cundo el dador lo hace por deber, pero que
aún no puede ser virtud, desde que señala una
diferencia social porque en la sociedad, no puede haber
ningún necesitado de medios de vida; y son los
supremáticos, los "holgazanes" los que invocan la caridad
y los que la ejercen.

Pero cuando esa bandera denigrante es dogmatizada y
vapuleada por la religión vergüenza de la humanidad,
el efecto es semejante a la causa.

Todo cuanto le han adherido a la máscara caridad,
de tolerancias, benevolencia, piedad, etc., etc., es el disfraz
del "holgazan", del parásito, del supremático, que
bajo la caridad, busca el comercio
infame de los seres humanos adyectos por la ignorancia y el
fanatismo religioso. Todo el que ve virtud en la caridad es
porque no tiene virtud.

La Caridad es Baldón: ¿Ha pensado
alguien el oprobio y la injuria que se le hace al hombre al
decirle, te dispenso o te ayudo por caridad? Todo el que
haya meditado un tanto, habrá protestado de la caridad.
Tanto baldón es la caridad, que lleva a otro hombre,
víctima de las leyes irracionales e injustas, hechas
siempre por lo que no saben lo duro del trabajo, ni el
frío de la miseria; y al pie del reo (que podría
ser juez de sus jueces y acusarlos de crimen de lesa humanidad),
al pie del reo llegan hombres que se titulan hermanos de
caridad,
a exhortarlo para que reciba como castigo la muerte del
cuerpo, que solo fue el instrumento de otro, al que no pueden
ajusticiar, a su espíritu; que, viéndose
imposibilitado para cumplir su destino por la opresión de
las leyes, o por la venganza o acaso para probar ante la ley
divina, lo imposible de soportar a una "raza de víboras"
como llamó a ciertos hombre el fuerte Juan. La caridad,
pues, es un baldón del pueblo.

La Caridad Cristiana ha Mixtificado el Amor:
Hasta en las plataformas electorales de algunos partidos que en
esta hora, bajan al pueblo para engañarlo otra vez
más, condenada la caridad y se habla de amor; lo que
manifiesta muy a las claras que, la caridad suplantó al
amor,
mistificándolo. Amor es la ley.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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