- Inicio del
camino - Tiempos
- Sentimientos
- Última
crisis - Preguntas
- Internet
- Pedido de
Auxilio - Búsqueda
- Lo que
entendí y aprendí - Decisión
- Viaje
- Curación,
regreso y más - Testimonios
- Mensaje
final - Epílogo
Mi testimonio…
Las Palmas de Gran Canaria,
España
PRÓLOGO
Con la historia de mi enfermedad en
mis manos, termina un largo camino en busca de la verdad de
tantos años de sufrimiento. Fueron dieciocho años
en los cuales aceptaba todo lo que me decían los
médicos con tal de sentirme bien, sana, sin miedos, ni
dolor. Años de no hacerme entender, pues la
incomprensión me llevó a pensar que podía
padecer una dolencia que solamente yo sentía, y no era
visible ante ningún estudio específico, lo que
desencadenó a través de tantos años en un
diagnóstico psíquiatrico Trauma del
pánico
(Panic Desorder). Mi mente cansada de querer explicar lo
inentendible por los médicos, podía llamarlo de una
sola manera ¡LOCURA!
DCM (Disfunción Cráneo-mandibular), es el
nombre científico de lo que padecía, por eso la
importancia de esa sigla, de esas palabras, de esa ciudad borrosa
a la cual llegué mal, y donde terminó mi camino de
lucha, y donde encontré la verdad. Para muchos
médicos, como también para mí, una
enfermedad tal vez desconocida, no destacada, pero el tiempo me
demostraría, lo valioso que es buscar e indagar hasta en
lo más sencillo e irrelevante de cualquier enfermedad,
para no padecer años y años de incomprensión
y de dudas.
Busco con mi historia una toma de conciencia, por
parte de los pacientes y médicos. Estos últimos no
pueden quedarse en el tiempo, deben seguir buscando, estudiando,
no tienen la verdad absoluta, y para los pacientes, que
entiendan, que preguntar más allá, no significa
faltar el respeto, o creer
que sabemos más, porque finalmente la relación
médico-paciente es un intercambio donde tanto uno como el
otro deben lograr sentirse satisfechos de la tarea cumplida, pero
todos tenemos el derecho de DUDAR, CREER, PREGUNTAR, y llegar a
la verdad.
Tomar conciencia que si una enfermedad no es visible, no
puede ser tomada solamente desde la perspectiva de la
psiquiátría. Quizás aún no se halla
descubierto otro medio para diagnosticar rápidamente esto,
pero al encontrarlo yo tan fácilmente después de
dieciocho años, la pregunta que me queda es:¿
porque ellos que han estudiado para curar no dieron con la
solución…?
Tal vez, y este es un juicio personal, muy
personal. ¿Por qué los encargados de curarnos a
nosotros los enfermos no quieren, o no tienen tiempo? Más
rápido es diagnosticar algo psiquiátrico, ¿a
lo mejor se quedaron estancados en la historia de sus
aprendizajes, sin continuar avanzando en ellos?, sin pensar que
los que vamos a la consulta somos enfermos reales, con
sentimientos y dolores, y nos colocamos en sus manos, pues
también psicológicamente estamos preparados y
enseñados a creer en ellos.
En mi libro no
quiero hacer hincapié en ningún medico en especial
de los tantos que visité en aquellos dieciocho
años, muchos me ayudaron, otros no me escucharon y no me
comprendieron, no faltaron los que me miraron con cara ¡de
pobrecita está LOCA! Fueron muchos, de todo tipo y
especialidad. A ellos y a las personas que aún sufren sin
tener respuesta a su padecimiento, quiero decirles, que si saben
escuchar y piden ser escuchados, no será tanto el tiempo
para encontrar la VERDAD, YO estoy curada , sin ningún
síntoma y no tomo medicamentos, puedo DISFRUTAR DE UNA
VIDA SANA, EN PAZ, FÍSICA Y PSICOLOGICAMENTE.
Finalmente la Disfunción Cráneo-mandibular
que padecí, no era INVENTADA, ni LOCURA, era sólo
una enfermedad que producía en mi grandes desequilibrios
en el sistema nervioso,
y por consiguente en todo mi cuerpo.
Hoy descubro y entiendo que a partir de mi lucha y mi
constancia por encontrar la VERDAD de mis llantos, dolores, e
incomprensiones, aquella Claudia que no hallaba el camino,
logró encontrarlo Después de Caminar Mucho,
deambulando de médico en médico, encontré el
camino y me dio ganas de VIVIR, DISFRUTAR, REIR Y de AYUDAR en
especial a LOS QUE SUFREN, SIN SABER POR QUE.
A través de Internet se me abrieron las
puertas de MI VERDADERA ENFERMEDAD ( DCM- Compromiso Articular),
Internet, me llevó a conocer al Dr. José Larena
Avellaneda Mesa (http://www.step.es/~jlarena/),
me llevó a conocer a un MÉDICO con todo el valor que esa
palabra conlleva, un hombre que ama
lo que hace, que sabe escuchar, que se dedica a CURAR y AYUDAR a
los que sufren, de quien aprendí mucho, y a quien le
dedico este libro con todo mi agradecimiento por el honor de
haberlo conocido.
No puedo olvidarme y sería injusta de mi parte,
si no se lo dedicara también a mis hijos, Leandro,
Sebastián e Ignacio, a quienes amo profundamente, a Luis,
ellos que a pesar de todo estuvieron conmigo, tal vez sin
entender, sufrieron junto a mi en esos años de lucha, a mi
familia,
amigos, y médicos que también pensaban como
poder
ayudarme.
GRACIAS
Página siguiente |