- Abstract
- Objeto de la
antropología - El
Método - El
método de la ciencia natural de la
sociedad - Taxonomía
(clasificación de las sociedades) - Análisis de
sistemas - Los
determinantes de la cultura - Contenido y
forma - El
determinismo en la ciencia natural de la
sociedad - Causa
- Lo
determinante y lo experimental - Conclusiones
- Referencias
Abstract
El autor pone en contexto tres de las principales
teorías
de los fenómenos socio-culturales: el funcionalismo, la
teoría
de los sistemas sociales
y el marxismo.
Analiza y compara especialmente, sus métodos y
el tratamiento del objeto de estudio, destacando como un
fenómeno poco común en el ámbito de las
ciencias
sociales, la propuesta dialéctica de Radcliff-Brown,
que contrasta fuertemente con la metafísica
de Malinowski.
Palabras clave: Métodos antropológicos,
objeto de estudio, sistemas sociales,
epistemología.
Introducción
Acostumbrados a la mistificación de la realidad,
duro es aceptar, que la ciencia es
lacónica en sus juicios y en la definición de sus
conceptos. Por ello, no tiene nada de raro, que después de
muchos años de universidad,
todavía para la mayoría de estudiantes de antropología y para no pocos
antropólogos, sea difícil referirse a la cultura de
forma escueta, y contextualizando el concepto dentro
de una teoría antropológica específica, para
evitar ambigüedades. La claridad no es una cualidad que se
valore en esta época de idiolectos postmodernos. Sin
embargo insisto en ella.
Es común la divagación alrededor de este
concepto y las acepciones pueden ser incontables, desde la
definición de diccionario,
pasando por confundir a un grupo de
personas con el objeto de estudio, hasta lo más aceptable
y aproximado: la cultura como objeto de estudio de la
antropología. Sin embargo, con ese objeto ningún
etnógrafo podrá describir fenómeno cultural
alguno. Sólo si alude a la conducta humana,
podrá comenzar a trabajar en la etnografía del caso. En esto están
de acuerdo al menos las escuelas empiristas; con excepción
del materialismo
cultural, cuyo concepto tiene connotación etologista; o
sea, que la conducta es
innata.
¿A qué tipo de conducta nos
referimos?
El funcionalismo (Malinowski) y la teoría de los
sistemas sociales (Radcliff-Brown), son muy concisos: la cultura
es la conducta tipificada; pero ¿qué es la
conducta? La conducta de un organismo, es su respuesta para la
satisfacción de sus necesidades. La satisfacción es
el fin, y la cultura (conducta) son los medios
materiales,
cognitivos y sociales para alcanzarlo. La respuesta materializada
en esos medios, es una respuesta cultural.
El concepto de necesidad es fundamental para la
teoría de la cultura de Malinowski, en virtud de que las
necesidades, son determinantes de la conducta, y por ende, de la
cultura. Lo más importante aquí, es la premisa de
Malinowski: "La ciencia de la
conducta humana, comienza cuando esta se organiza". Este análisis de la conducta organizada, parte
de un principio metodológico fundamental: el
discernimiento entre lo real(razón práctica) y lo
ideal(razón pura). Pues es imprescindible distinguir entre
el cuerpo de normas como
objetivo y
orientación de un grupo, y la función
como resultado integral de las actividades; o sea, diferenciar la
idea que los miembros de una institución tienen de
ésta, del papel que la misma juega dentro del esquema
total de la cultura. Al respecto dice Malinowski:
"El examen de este ideal con referencia a la realidad
presente, es una de las tareas más importantes del
antropólogo o del sociólogo dedicado al trabajo
científico de campo. Por eso hemos distinguido siempre
en nuestro análisis, clara y explícitamente, las
reglas o normas, de las actividades (Malinowski,
1.948)".
Ejemplo:
La diferencia entre lo que la gente dice y hace con
respecto al tabú del incesto.
La conducta organizada le da vida a la
institución, como unidad de análisis:
"El rasgo esencial de la cultura tal como la vivimos y
experimentamos, como la podemos observar
científicamente, es la organización de los seres humanos en
grupos
permanentes. Tales hechos están relacionados por cierto
acuerdo, por leyes o
costumbres tradicionales, por algo que corresponde al contrato
social de Rousseau
(Malinowski, 1.948)".
Sin organización, los hombres no pueden alcanzar
sus fines, así que se organizan mediante estructuras
definidas que poseen rasgos universales, puesto que se reconocen
en todos los grupos humanos organizados. A tales unidades,
Malinowski propone darles el nombre de instituciones,
concepto que de suyo implica un acuerdo tácito o
explícito, acerca de un sistema
axiológico tradicional, principio axial en el que cooptan
los seres humanos.
Malinowski propone definir un espacio concreto de la
realidad:
"Por el momento deseo principalmente insistir en que,
a menos que el antropólogo y su colega el humanista se
pongan de acuerdo en aislar algo definido en la concreta
realidad cultural, nunca existirá una ciencia de la
civilización. Por lo tanto, si conseguimos tal acuerdo,
si podemos desarrollar algunos principios de
acción institucional, universalmente
válidos, habremos echado una vez más, los
cimientos científicos para nuestras indagaciones
empíricas y teóricas (Malinowski,
1.948)".
Sin embargo aclara, que no pretende que todas las
culturas sean iguales, y que sólo haya que ocuparse de
las semejanzas en detrimento de las diferencias; pero sí
que éstas, pueden ser comprendidas con base en una
medida común de comparación. Desde los
evolucionistas hasta Radcliff-Brown, el método
comparativo fue de primordial importancia, y Malinowski no
constituyó la excepción:
"Pero seanos permitido recordar, que el método
comparativo debe seguir siendo la base de cualquier
generalización, principio teórico o ley universal
aplicables a nuestro asunto (Malinowski, )".
Malinowski siempre estuvo en contra de los
antropólogos que atribuían las diferencias entre
los grupos humanos, a la existencia de un genio nacional o
tribal característico. Tales diferencias tienen sentido,
porque son la razón de ser de algunas instituciones
organizadas con base en principios axiológicos muy
especializados. Advertía contra el peligro de la
ideología nazi en la antropología,
mediante conceptos como el de genio de la cultura. Boas y
Morgan coquetearon con algunas de esas ideas, en el caso de
Morgan mucho más chovinistas. Malinowski se refiere a
ese riesgo, en los
siguientes términos:
"Estamos peligrosamente cerca de la concepción
del volgeist o la volkseele, el inmaculado genio tribal del
pueblo germano, o a la abuela judaica que gobierna
estrictamente. Así que, esta es la preservación
de la pureza de la raza y de su geniom cultural, sobre el cual,
los modernos profetas del tercer Reich están
construyendo una cultura pura (Malinowski, Myth Sex and
culture)
Sin embargo, Malinowski aclara que la postura
ideológica de Boas es tan hitleriana como la suya, y
atribuye este error a un lapsus metodológico, pues
según Malinowski, Boas olvidó que la única
salvación de la ciencia social está en alejarse
de hipostasías como las de "penetrar en el
espíritu de las culturas", o en los "genios tribales",
para centrarse en la legítima tarea del
antropólogo: la búsqueda de leyes generales. Para
Malinowski, aún lo más sui generis, es
susceptible de reducirse a una ley general:
"Pero debe quedar claro, para alguien con trayectoria
en la ciencia natural o en una perspectiva científica en
asuntos culturales, que el fenómeno más trivial,
lo más concreto y complejo, los factores que entren en
esta compostura, lo mínimo, será la oportunidad
de su conversión en leyes generales, el resultado de
principios universalmente válidos. La ciencia comienza y
termina con el establecimiento de principios generales
válidos para todos los fenómenos, los cuales caen
dentro de esta condición. La ciencia de la conducta
humana, o sea, de la cultura, no es una excepción a esta
regla (Malinowski, 1.948)".
La gente se organiza para llevar a cabo unas
actividades que satisfacen sus necesidades, estas son acciones en
las que el hombre
entra en relación con la naturaleza,
lo que implica la existencia de un equipo material de trabajo.
Aquí radica la diferencia entre el concepto
malinowskiano de actividad y el marxista. De la pluma de
Malinowski leemos:
"Los vemos siempre cooperando entro de un determinado
ámbito material: un sector de un ambiente
geográfico reservado para su uso, un equipo de herramientas
y artefactos, una porción de riqueza que les pertenece
por Derecho (Malinowski, 1.948 )".
Los hombres, al entrar en relación con la
naturaleza, se relacionan entre sí, dando origen a
relaciones sociales de producción, que se distinguen de las
relaciones técnicas
y jurídicas. Estas últimas, expresión
superestructural de las relaciones materiales de los hombres,
de acuerdo con cada modo de producción
específico.
Lo crítico es que Malinowski, como otros
antropólogos soslayan adrede las relaciones de
producción; arguyen que éstas son sólo
relaciones jurídicas. El Derecho según Malinowski
es muy claro en este tópico: los hombres para satisfacer
sus necesidades actúan sobre la naturaleza, y en este
proceso
entablan relaciones jurídicas. De ahí que muchos
antropólogos insistan en el estudio de las instituciones
jurídico-políticas; en este contexto tiene
importancia la obra "Crimen y costumbre en la sociedad
salvaje", donde pone todo su interés
en el Derecho civil
primitivo, como también al punitivo. La costumbre
(conducta estandarizada), tiene para Malinowski, el mayor peso
en la cooperación institucional. Asimismo, separa la
producción como ámbito del conocimiento, de las prácticas
mágico-religiosas, como ámbito de la
organización social, incluyendo en éste,
la moral.
Reduce así, las relaciones de producción a
relaciones cognitivas:
"En esa cooperación, ellos siguen tanto las
reglas técnicas de su status o profesión, las
normas sociales de etiqueta y consideraciones consuetudinarias,
como las costumbres religiosas, jurídicas y morales que
informa su conducta (Malinowski, pág.56)".
Hay algo muy importante para la antropología y
la psicología
social: la objetivación del individuo en
la cultura, su relación concreta con la sociedad; lo
único que lo hace culto. La preocupación de
Malinowski por la relación entre el sistema individual y
el social, lo lleva a considerar en primera instancia,
cuáles son las condiciones que permiten que la
iniciativa privada, se convierta en un hecho cultural. Para que
las invenciones, inspiraciones, obsesiones, revelaciones,
iluminaciones y movimientos estéticos se traduzcan en
hechos culturales, deben convertirse, en objetos de un sistema
organizado de actividades cooperativas.
Malinowski define el cuerpo de normas que constituyen
una institución como el sistema de valores
(fin), para el cual las personas se organizan o entran en
organismos sociales. Según él, el elemento humano
de la institución es el grupo humano que se regula
mediante principios de autoridad,
división de funciones,
distribución de privilegios y
deberes.
Las reglas de una institución son las destrezas
técnicas, los hábitos, los preceptos legales o
mandamientos éticos, que los miembros aceptan o le son
impuestos.
Estos tres elementos que componen la institución
están en una interpenetración de mutua
dependencia, en donde la constitución normativa subordina al
conjunto humano y a las reglas. Toda institución
necesita de una base material conformada por una riqueza, unos
instrumentos y una parte de los beneficios que crece a
consecuencia de las actividades conjuntas:
"Organizado sobre la base de un cuerpo de normas,
actuando de acuerdo con la cooperación social, siguiendo
las reglas de su ocupación específica, usando y
disponiendo de un equipo material, el grupo se empeña en
el cumplimiento de sus actividades(Malinowski, 1.948
)".
Para Malinowski, como principio de método, la
distinción entre actividades y reglas es esencial. Las
actividades están en dependencia directa de la pericia,
el poder, la
honestidad;
y de las buenas intenciones de los miembros. Mientras que las
reglas son lo ideal, que se expresa en preceptos, textos y
regulaciones.
Sabemos ya qué es lo que observa el
antropólogo; pero no sabemos cómo lo observa.
Para esto se necesita un método.
Página siguiente |