Las habilidades en la comunicación y la competencia comunicativa (página 2)
Las habilidades recomendadas son:
1. Habilidad para la expresión: por las
posibilidades del hombre para
expresar y transmitir mensajes de naturaleza
verbal o extraverbal.
Los elementos que intervienen esencialmente en esta
habilidad son:
- Claridad en el lenguaje:
Por la posibilidad de presentar un mensaje en forma asequible,
teniendo en cuenta el nivel de comprensión del
receptor. - Fluidez verbal, lo que implica no hacer
interrupciones o repeticiones innecesarias en el discurso. - Originalidad en el lenguaje
verbal, uso de expresiones no estereotipadas y vocabulario
suficientemente amplio. - Ejemplificación en diferentes situaciones,
especialmente aquellas vinculadas a la experiencia del
otro. - Argumentación, dada por la posibilidad de
ofrecer la misma información de diferentes maneras y
analizarla desde diferentes ángulos. - Síntesis para poder
expresar las ideas centrales de un asunto y poder resumir en
breves palabras. - Elaboración de preguntas de diferentes tipos
según el propósito del intercambio comunicativo;
para evaluar comprensión, explorar juicios personales y
cambiar el curso de una conversación no deseada, entre
otras.
– Contacto visual con el interlocutor mientras se
habla.
- Expresión de sentimientos coherentes con
aquello de lo que se expresa en el mensaje a partir de la
palabra y/o gesto. - Uso de recursos
gestuales de apoyo a lo que se expresa verbalmente o en su
sustitución, dado por movimientos de manos, posturas y
mímica facial, entre otras.
2. Habilidad para la observación: dada por la posibilidad de
orientarse en la situación de comunicación a través de cualquier
indicador conductual del interlocutor, actuando como
receptor.
Los elementos esenciales son:
- Escucha atenta, que implica una percepción lo más exacta posible
de lo que el otro dice o hace durante la situación de
comunicación y asumirlo como mensaje. - Percepción de los estados de ánimo y
sentimientos del otro, pudiendo ser capaz de captar su
disposición o no a la
comunicación, actitudes
favorables o rechazantes, estados emocionales, índices
de cansancio, aburrimiento, interés,
entre otras. A partir de signos no
verbales fundamentalmente.
3. Habilidad para la relación empática:
dada por la posibilidad de lograr un verdadero acercamiento
humano al otro.
Los elementos esenciales serían en este caso
son:
- Personalización en la relación; lo que
se evidencia en el nivel de conocimiento
que se tiene del otro, la información que se utiliza
durante la comunicación y el tipo de reglas que se
emplean durante el intercambio.
– Participación del otro, para ofrecer
estimulación y retroalimentación adecuada,mantener un
comportamiento
democrático y no impositivo, aceptación de ideas,
no interrupción del discurso del otro y promover la
creatividad,
entre otras.
- Acercamiento afectivo que puede manifestarse en la
expresión de una actitud de
aceptación, de apoyo y dar posibilidad de
expresión de vivencias al otro.
Las habilidades de observación y
expresión, por su naturaleza informativa, son más
fáciles de operacionalizar. No sucede lo mismo con aquella
que se refiere a la relación empática, donde
interviene en gran medida lo emocional y el lenguaje extraverbal.
Consideramos este es uno de los elementos más carenciales
y más complejos en las relaciones
humanas.
Aunque actualmente no existe una respuesta definitiva en
cuanto al desarrollo de
las habilidades empáticas en las personas, hay autores que
la definen como el proceso
mediante el cual se llega a las expectativas y a las
anticipaciones de los estados psicológicos del
interlocutor. Esto implica habilidades especiales y complejas que
muestran como la comunicación es algo más que un
accionar y reaccionar. Al igual que en un juego, no
esperamos en ocasiones la reacción del otro, sino que nos
comportamos en la situación de comunicación de
acuerdo a cómo esperamos que el otro actúe o
piense.
Por supuesto, para lograr una competencia
comunicativa se necesita también de la
sensibilización emocional respecto a la relación
interpersonal, el desarrollo de actitudes favorables, la
formación de cualidades morales y la estimulación
de un pensamiento
flexible de la creatividad, entre otras.
En la situación de comunicación, el hombre
interviene como personalidad y
la eficiencia en su
actuación está dada por elementos ejecutores,
instrumentales, motivacionales, caracterológicos y
personológicos en general. Muchos factores intervienen en
este caso.
Cualquier experiencia que enriquezca la
personalidad potencialmente favorece sus posibilidades para
la comunicación. Sin embargo, deben delimitarse aquellos
elementos que al nivel de la acción
pueden ser entrenados en algunas esferas como es la del
magisterio y contribuir así a un mayor grado de
profesionalismo, sin descartar otras influencias
educativas.
Existen en el tema de la eficiencia o competencia
comunicativa dos términos muy utilizados que son la
asertividad y
la facilitación.
El desarrollo de la competencia
comunicativa.
El hecho de que el maestro logre una actuación
competente como comunicador implica, en primera instancia,
desarrollar una serie de conocimientos, sistema de
acciones y
operaciones
que pueden sistematizarse en habilidades y hábitos, que
van conformando toda una cultura de la
comunicación, necesaria para quien tiene como centro de su
trabajo al
hombre.
Es necesario el desarrollo de elementos metacognitivos
en esta esfera, como pueden ser el
conocimiento de sus propias posibilidades de éxito
en la relación interpersonal, sus limitaciones,
dificultades o sus mecanismos de control y
compensatorios que le permiten superar barreras
comunicativas.
Es útil trabajar por el desarrollo de
determinadas cualidades de los procesos
cognitivo que tributan a esta competencia, como puede ser la
flexibilidad del pensamiento, tan necesaria para un
comportamiento aceptante y democrático en el educador; la
distribución de la atención, para poder captar todo tipo de
señal que sirva como información en la
situación comunicativa y el desarrollo de la
observación como fenómeno perceptivo.
Sin embargo, de poco vale todo este "instrumental" para
la ejecución de un comportamiento efectivo en la
relación comunicativa si no existen necesidades,
motivaciones y actitudes favorables a la relación humana;
si no se cree y confía en el hombre, si no existe un
propósito de mejoramiento humano en el trabajo del
maestro. Por todo ello es importante generar una sensibilidad
especial ante estos problemas del
entendimiento mutuo, propiciando el desarrollo de sentimientos
con una alta carga de humanismo y
educando cualidades como la honestidad o la
solidaridad,
entre otras; que favorecen el establecimiento de buenas
relaciones y propician el acercamiento humano.
Se trata de una competencia comunicativa ante la
presencia de una orientación psicológica favorable
a la relación humana y el dominio de un
saber científico, de habilidades, procedimientos y
técnicas que facilitan la eficiencia en el
proceso de comunicación interpersonal.
A su vez, entendemos esta eficiencia como un claro
intercambio de mensajes y la aceptación de una influencia
recíproca con un mínimo empleo de
tiempo y
esfuerzo cognitivo, bajo condiciones vivenciales positivas y con
un carácter estable en el tiempo.
El desarrollo de esta competencia, que logre establecer
lo que pudiera llamarse una verdadera comunicación
desarrolladora, que implica un contacto personalizado que
contribuya significativamente al mejoramiento humano y a la
expresión y desarrollo en el hombre de todas sus
posibilidades, no es posible sólo a partir de una labor de
instrucción. Las vías de acceso, en el caso de los
componentes de carácter más operativo o ejecutor
pueden ser la enseñanza y el entrenamiento de
destrezas, pero esto siempre acompañado de una
acción educativa más indirecta a largo
plazo.
Para ello se puede recurrir al aprendizaje
vivencial, a ejercicios de sensibilización en Talleres y
Grupos de
Reflexión, que en alguna medida constituyen la forma en
que más se puede operacionalizar hasta el momento esta
acción educativa y no dejar la educación de
elementos tales como los sentimientos y actitudes sólo a
lo que pueda ir construyendo cada persona
espontáneamente a partir de la experiencia que le ha
tocado vivir.
Para desarrollar la competencia comunicativa que
necesita el docente para emprender una acción
pedagógica que parta de un modelo
personalizado y dialógico, se trata entonces no de
"enseñarle" a comunicarse, sino de educarlo en una
Pedagogía de y para la
comunicación.
En ella no se trata de repetir lo irrepetible que logra
cada ser humano en sus relaciones
interpersonales, sino por el contrario sistematizar lo que se
repite siempre que hay competencia, es decir, desarrollar las
bases del sistema de conocimientos y habilidades comunicativas y
por otra parte estimular el despliegue de la individualidad en
esta esfera de la construcción creativa del propio modo de
hacer la relación humana en cada maestro.
La competencia comunicativa es, a nuestro juicio, un
fenómeno que va más allá de la eficacia de
nuestros conocimientos, hábitos y habilidades que
intervienen en la actuación personal en
situaciones de comunicación. Resulta imprescindible
encarar el problema a partir de un enfoque
personológico.
Por tanto, trabajar por la competencia comunicativa
significa abordar elementos de las dos áreas
básicas de la personalidad, que en ninguna medida se
encuentran disociadas en la actuación y en la vida
psíquica del hombre. (Esquema I)
Por todo ello es importante también generar una
sensibilidad especial ante estos problemas del entendimiento
mutuo, propiciando el desarrollo de sentimientos con una alta
carga de humanismo y educando cualidades como la honestidad o la
solidaridad, entre otras, que favorecen el establecimiento de
buenas relaciones y propician el acercamiento humano.
El desarrollo de esta competencia, que logre establecer
lo que pudiera llamarse una verdadera comunicación
desarrolladora, que implica un contacto personalizado que
contribuya significativamente al mejoramiento humano y a la
expresión y desarrollo en el hombre de todas sus
posibilidades, no es posible sólo a partir de una labor de
instrucción. Las vías de acceso, en el caso de los
componentes de carácter más operativo o ejecutor
puede ser la enseñanza y el entrenamiento de destrezas,
pero esto siempre acompañado de una acción
educativa más indirecta a largo plazo.
ESQUEMA I
– Necesidades – conocimientos
– Motivaciones – habilidades
– Propósitos y expectativas competencia
comunicativa – hábitos
– Vivencias afectivas – procedimientos
– Rasgos caracterológicos – elementos
metacognitivos
– cualidades de los procesos cognitivos
La competencia comunicativa es, a nuestro juicio, un
fenómeno que va más allá de la eficacia de
nuestros conocimientos, hábitos y habilidades que
intervienen en la actuación personal en situaciones de
comunicación. Resulta imprescindible encarar el problema a
partir de un enfoque personológico. El hombre interviene y
se expresa en la relación interpersonal como personalidad
y por tanto, en su actuación en contextos comunicativos,
intervienen tanto los elementos que permiten una ejecución
pertinente desde el punto de vista cognitivo-instrumental (sus
conocimientos y habilidades entre otras), como aquellos que se
refieren a la esfera motivacional-afectiva, tales como sus
necesidades y motivos, sus propósitos, expectativas y sus
vivencias.
La disposición para la comunicación es un
componente importante para el desarrollo de la competencia
comunicativa. Está asociada predominantemente con la
esfera afectiva motivacional y refleja una orientación
afectiva positiva hacia las situaciones comunicativas, hacia la
relación con los otros; se vincula con necesidades,
motivos, vivencias y expectativas que disponen favorablemente a
las personas para establecer comunicación con los
demás.
A continuación se presenta un instrumento que
permite explorar este componente. Responde con franqueza para
iniciar de este modo un autoanálisis que permite valorar
debilidades y fortalezas como comunicador. Considera las
orientaciones que se ofrecen para la calificación e
interpretación (ver anexo 1).
La habilidad para la expresión se relaciona con
todos los recursos expresivos del lenguaje verbal y no verbal que
intervienen en el intercambio de mensajes y condiciona la
competencia comunicativa. Para el docente es de especial
importancia, pues su eficiencia profesional depende en buena
parte del desarrollo de esta habilidad.
Lenguaje verbal | Lenguaje extra |
|
|
Recomendaciones
comunicación verbal.
Analice sus ideas antes de comunicarlas y trate de
organizarlas lógicamente valorando el propósito de
su mensaje (¿Que pretende usted de los demás?). Si
le parece necesario, consulte con otras personas para aclararse
usted mismo sus ideas.
Utilice un lenguaje sencillo y directo, con la
precisión necesaria para ser comprendido, teniendo en
cuenta el nivel de su interlocutor. Sea sensible al mundo del
receptor. Observe a su interlocutor y este atento a explicar o
repetir de forma diferente en caso de no ser entendido. Si se
extiende demasiado los otros pueden perder
interés.
Aprenda a ser paciente para escuchar a los demás.
Al dejar hablar a los otros se verifica si fuimos entendidos y se
debe estar "abierto" a criterios diferentes.
Demuestre que han comprendido la información,
reafirmando algunas ideas esenciales y pregunte si alguna idea no
quedó clara.
Proteja su voz, por constituir instrumento esencial para
la comunicación oral. No someta su voz a
esfuerzos innecesarios que puedan producir daños en las
cuerdas vocales. El volumen muy alto
de la voz condiciona cierto rechazo por parte del interlocutor.
Aprenda a dominar la técnica de la respiración correcta.
Cuide su dicción. Escoja un ritmo para hablar, ni
muy rápido ni lento; que permita pronunciar correctamente
las palabras.
Recomendaciones comunicación extra
verbal.
Algunas recomendaciones generales acerca de la
gestualidad corporal
- Los movimientos corporales deben realizarse en
armonía con la naturaleza del mensaje verbal, cuando se
habla y teniendo en cuenta el contexto social en el que tiene
lugar el intercambio comunicativo. Deben evitarse los
movimientos sin sentido de brazos, manos o piernas que no
aportan o no se corresponden con la intención
comunicativa. - Los movimientos en general, conviene más que
sean pausados, de cierta forma rítmicos con la palabra y
variados. Son desagradables los movimientos muy rápidos,
la gesticulación exagerada, así como aquellos que
se repiten incansablemente. Los movimientos angulosos con los
brazos de "armonía geométrica resultan
chocantes. - Cuidar particularmente el uso de las manos y sus
movimientos al acompañar la palabra. Sus movimientos
deben reforzar las palabras cadenciosamente o cumplir una
función oportuna a partir de una adecuada
sincronía entre el gesto y la palabra. No hacer el gesto
después de haber enunciado las palabras a que se
refiere; éste es un método
para provocar risa, esto es utilizado por los actores
cómicos. El gesto debe preceder imperceptiblemente entre
uno y dos segundos a la palabra. - Evitar los tics más o menos inconscientes que
no resultan elegantes, tales como comerse las uñas,
rascarse la cabeza, jugar con un mechón de cabellos,
movimientos oscilatorios de los pies, ajustarse el
pantalón, tocarse la cara, la nariz o la oreja. Tener
cuidado de que los gestos no cubran el rostro. - Tener en cuenta que debe existir momentos de reposo.
No debe gesticularse todo el tiempo, pues se pierde un buen
efecto expresivo. Se puede dejar caer los brazos y hacer
movimientos suaves de manos. El movimiento
espacial en las situaciones en que corresponde debe ser
moderado.
El uso de
las manos.
Por el efecto importante que provocan en el
intercambio comunicativo, es válido hacer algunas
consideraciones acerca del uso de las manos.
Sucede a veces que las personas no saben qué
hacer con las manos cuando tienen que presentarse a un
auditorio, como conferencista o ante un grupo
desconocido o poco conocido para dirigir una
reunión.
En estos casos se recomienda buscarle ocupación
a las manos de algún modo; ya sea sosteniendo algunas
hojas o tarjetas,
tomando un lápiz, pluma o puntero si es que se va a
señalar algo en algún momento y "olvidarse" de
ellas, ya que naturalmente como en cualquier situación
informal, ellas asumirán el ritmo o la cadencia de lo
que se habla. Si se siente por momentos que "sobran" se puede
por ratos cruzar los brazos o apoyarlas de vez en cuando encima
de la mesa. No deben "esconderse", colocándolas en
bolsillos o en la espalda pues no resulta agradable.
Se tendrá en cuenta que ellas son reveladoras
de estados emocionales que en situaciones públicas de
carácter oficial, se deben aprender a
controlar.
Algunos mensajes que se envían con las
manos.
- El dedo índice hacia delante de forma
reiterativa, expresa agresividad, autoritarismo. - El puño cerrado indica lucha,
determinación. - Cruzar las manos en la región pélvica
expresa una actitud timorata, de evasión y
protección. - Contar con los dedos, indica
enumeración. - Ademán de balanza, se refiere a los "pro y
contra" o "por una parte y por la otra". - Movimiento en el aire como si se
palmoteara suavemente la espalda a alguien, indica
precaución. - Juntar las manos, manteniéndolas unidas un
instante expresa unión o encuentro. - Movimiento oscilante de las manos con las palmas
hacia fuera, rechazo, desaprobación. - Los brazos cruzados durante un tiempo significativo,
expresa una actitud pasiva, a modo de barrera. - Manos en la espalda, apretando una la muñeca
de la otra, representa una cierta actitud amenazante, de porte
militar. - Brazo flexionado, flexionando el codo y con el dedo
índice a la altura de los ojos que se mueve
rápidamente de adelante hacia atrás expresa
desafío, amenaza.
La
postura.
La postura se refiere a la posición general del
cuerpo que se mantiene durante un periodo más o menos
largo de tiempo y constituye también un recurso
importante de comunicación.
En la comunicación interpersonal el intercambio
de posturas entre los participantes indica el nivel de
aceptación, afinidad, congruencia o rechazo, desacuerdo
o desinterés entre ellos.
Existen múltiples posturas
anatómicamente posibles y entre ellas cada persona
utiliza un repertorio limitado, de acuerdo también a
los valores
culturales. Es interesante tener en cuenta como el repertorio
de posturas de una cultura condiciona su mobiliario y
viceversa. Son muy diferentes en este sentido los mobiliarios
típicos de la cultura occidental y oriental.
Cuando dos personas se comunican, se entregan, sin
estar consciente de ello, a una danza de
movimientos; que pueden ser sincronizados, haciéndose
hacia atrás y delante por ratos e imitando mutuamente
sus movimientos. Se plantea que estas posturas congruentes
indican acuerdo o afinidad entre ellas, mientras que las
posturas incongruentes son reveladoras de "una distancia
psicológica" entre los interlocutores.
Si alguien se sienta frente a otro con el cuerpo muy
derecho, cuadrando los hombros, con la cabeza en alto o
reclinada en ángulo, con los miembros extendidos hacia
fuera y algunas veces mirando al otro desde arriba y en otras
ocasiones mirando a lo lejos ¿cómo se siente el
interlocutor?. La actitud de dominancia se revela claramente a
través de estos recursos, donde la postura resulta de
los elementos más significativos. Una postura muy
cuidada en la que se mantienen juntos los pies, las rodillas,
las manos, ofrece la impresión de timidez.
El psicólogo norteamericano William James
señaló la importancia de la postura en la
comunicación de las actitudes. (Argyle M. y Trower P.,
15) Este investigador tomó 30 fotografías de
diferentes personas cuyas cabezas, troncos, pies y manos
adoptaban sistemáticamente diferentes posiciones y
pidió a voluntarios que dijeran qué actitud
expresaban. De este estudio el autor señala cuatro
posturas principales:
- De aproximación. Una postura de
interés, expresada por inclinación del cuerpo
hacia delante. - De alejamiento. Postura negativa expresada por
la acción de retroceder el cuerpo o de desviar la mirada
hacia otro lado. - De expansión. Postura de orgullo,
presunción, arrogancia que se expresa por un pecho en
expansión, o tronco echado hacia detrás, cabeza
erguida y hombros levantados. - De contratación. Postura de depresión, abatimiento, expresada por un
tronco encorvado hacia delante, la cabeza inclinada, hombros
caídos y pecho hundido.
El
empleo del espacio.
En el proceso de comunicación interpersonal,
las personas al comunicarse y otorgarle movimiento a su cuerpo,
lo hacen haciendo uso del espacio inmediato. El empleo del
espacio no es propiamente un elemento del lenguaje corporal,
aunque es considerado un recurso no verbal que ofrece
información significativa acerca de las relaciones entre
los comunicantes.
Todos los sujetos poseen un espacio personal que lo
rodea; el acceso a otros y la distancia espacial que se
establece con los demás indican el nivel de intimidad y
cercanía de las relaciones. Una distancia de 45 cm
sólo se le permite a personas allegadas, con las que se
tienen relaciones familiares o íntimas; a esta distancia
los comunicantes pueden tocarse entre sí, percibir sus
olores, la respiración. Los amigos suelen situarse entre
unos 46 cm y 1,20 m de distancia, lo cual constituye aún
un espacio personal. La distancia de 1,20 m a 3 m se considera
ya un espacio social propio de los intercambios oficiales.
Distancias mayores son públicas y completamente
impersonales. Por supuesto que se producen situaciones en la
vida cotidiana que obligan a romper estas distancias deseadas;
como en el transporte
público donde las personas se mantienen a veces en una
proximidad incómoda, que
cuando es inevitable se compensa mirando a otro lado si una
persona está muy cerca como indicador de
distanciamiento.
Conclusiones.
- El perfeccionamiento de la comunicación
resulta una tarea de primer orden dentro del proceso
pedagógico a nivel de toda la sociedad.
Es imprescindible la búsqueda de formas interactivas
entre los educadores y los educandos para lograr dicho
perfeccionamiento. - Toda comunicación que contribuya a conocer
al hombre tiene toda la fuerza
para seguir investigandose sobre el tema, para darle
solución a los diferentes problemas humanos dentro de
las relaciones interpersonales. - El estilo de comunicación para el maestro
deberá mejorarse de forma permanente, buscar variantes
que resulten eficaces en la interrelación de los
conocimientos y de la forma de hacer llegar los
mensajes. - Existe falta de conocimientos previos para poder
cumplir los objetivos
trazados para comunicarse bien y que se llegue con el mensaje
de lo que se quiere expresar. - Se adquiere mayor cultura comunicativa en todos
los sentidos
para el buen funcionamiento del proceso docente educativo
aplicando técnicas y métodos para la
comunicación. - En la comunicación interpersonal el
intercambio de posturas entre los participantes indica el
nivel de aceptación, afinidad, congruencia, rechazo,
desacuerdo o desinterés entre ellos. - La habilidad para la expresión se relaciona
con todos los recursos expresivos del lenguaje verbal y no
verbal que intervienen en el intercambio de mensajes y
condiciona la competencia comunicativa. - La habilidad para la relación
empática constituye un aspecto dentro de la
formación psicológica ejecutora-instrumental de
la personalidad, importante para desarrollar la competencia
comunicativa.
Bibliografía.
- Andreieva, G. M.:Psicología
Social. Moscú, 1984. - Anzola, R.: Temario para una muestra.
Asociación de escritores de Venezuela.
Fondo Editorial Orlando Araújo. - Casaña, A.: Colectivo Laboral y
Comunicación. Ed. Ciencias
Sociales, Habana, 1988. - Colectivo de autores: Fernández
González Ana Ma. Comunicación educativa.
Formato digital. - Daniel Goleman. Inteligencia
Emocional 76ª edición, Editorial Objetiva - LTDA., Brasil, 1999,
pág.112. - D’Angelo Hernández. Descubrir,
proyectar tu propia vida, l989, pág. 66. - Fernández, Ana M. Taller de Psicología de la
Comunicación al servicio
de los escolares. ISPEJV. Cuba,
1994. - Gloria Fariñas. Maestro una estrategia
para la enseñanza. Editorial Academia. La
Habana, 1997, pág.29.
ANEXO
1
Autor:
Ingeniero Orlando Albellán
Fuentes
Dra. Irene. E Delgado Pérez
Biografía de los autores.
Orlando Albellán Fuentes.
Ingeniero Industrial. Estudiante de Maestría en Ciencias de la
Educación. Universidad
Carlos Rafael Rodríguez. Provincia Cienfuegos.
Cuba.
Dra. Irene. E Delgado Pérez. Médico
especialista de segundo grado en Microbiologia. Estudiante de
Maestría en Educación
Médica Superior. Escuela Nacional
de Salud
Pública. La Habana. Cuba.
Dirección. Aguada de Pasajeros. Cienfuegos.
Cuba.
Fecha: 25 de marzo 2007.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |