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Religiones y sectas en Puerto Rico (página 2)




Enviado por margarita Lozano



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Hinduismo

Dentro de la complejidad cultural del hinduismo, que se
puede considerar panenteísta, existen una serie de
darshana o puntos de vista también legítimos, que
el individuo
puede adoptar. Los más notables son el vedanta, basado en
las doctrinas de los Upanisad, un conjunto de escritos
poéticos; y el yoga, una forma de meditación que se
considera nativa de la India. Tanto
el vedanta como el yoga se ocupan de la liberación del
mundo, considerado como una ilusión de
realidad.

Lo más frecuente es que no se estudie el vedanta
o el yoga hasta que el individuo ha llegado a la mitad de su
vida, se ha establecido en su casta, que puede ser considerada su
rol o vocación, y está preparado para transmitir
sus obligaciones
sociales a los hijos. Por eso el vedanta y el yoga no suelen
enseñarse a los niños,
como se hace con las Escrituras y las creencias de una religión como el
cristianismo,
sino sólo a los adultos ya disciplinados en los caminos de
la sociedad.
Estos caminos implican renunciar en concreto a la
propia identidad,
abandonar la tarea de mantener las obligaciones sociales y
prepararse para morir, y esto se explica porque la muerte,
cuando le llega a una persona que
todavía cree que es un individuo aislado, se considera una
calamidad.

Según el vedanta, la idea de que el mundo es una
pluralidad de cosas distintas es considerada maya o una
ilusión, producto de la
forma convencional de pensamiento.
Puesto que maya tiene la significación original de
'medir', el mundo se considera medido o señalizado por
estas divisiones y clasificaciones de la experiencia humana, que
hacen posible las palabras y las ideas. Para describir una curva
complicada hay que medirla como si constituyera una serie de
puntos distintos. De la misma forma, para describir y pensar
sobre la naturaleza hay
que desglosarla en unidades o términos manejables; es
decir, cosas y acontecimientos. Este procedimiento,
útil en todo caso, sugiere que los acontecimientos son
separables entre sí, que uno podría suceder sin el
otro, y que el placer podría existir sin dolor o la vida
sin la muerte. Una
impresión parecida predomina respecto a la separabilidad
de las cosas.

El vedanta sostiene que todas las distinciones son
relativas entre sí y que contrarios como el conocedor y lo
conocido, o el sujeto y el objeto, son distinciones tan
indisolubles como las dos caras de una moneda. En otras palabras,
el mundo sólo se puede separar en cosas independientes
mediante el pensamiento. En la realidad concreta el mundo es una
unidad inseparable o, de forma más precisa, una no
dualidad, ya que la unidad es también un pensamiento o
idea que sólo existe en relación con la idea de
diversidad. El verdadero estado del
mundo no es unidad o multiplicidad. El verdadero estado del mundo
es más bien inmensurable, indescriptible e
indefinible.

Un hombre, por lo
tanto, puede reconocer que en su más profunda conciencia
(atmán, en
hinduismo) no es ese individuo separado sino un brahmán o
la indefinible totalidad. Sin embargo ha sido inducido a
considerarse como un ser separado por el necesario carácter divisivo del pensamiento. No se
puede decir qué es el brahmán, ya que la realidad
básica del mundo no pertenece a clase alguna a
la que se pueda aplicar una palabra. Aunque un brahmán no
pueda ser captado en palabras o ideas, puede sin embargo ser
experimentado, y la realización de esta experiencia es la
función
del yoga. Esta realización consiste en la llamada
unificación de conciencia; es decir, en la renuncia
transitoria de todo pensamiento divisivo y en el abandono de
todas las ideas y conceptos sobre la vida. El mundo podrá
ser experimentado entonces en su estado original, real e
inseparable.

Este tipo de experiencia no significa, como
podría suponerse, dejar la mente en blanco, lo mismo que
la realidad concreta de la naturaleza no es la colección
de cosas separadas que concibe el pensamiento, ni un mero espacio
vacío. Si el estudioso de las religiones comparadas fuera
a preguntar a un cristiano y a un ve dantista por sus ideas de lo
que es real con carácter definitivo, el ve dantista
quedaría en silencio o diría lo que no es, mientras
que el cristiano describiría los atributos positivos de
Dios, es decir, su amor,
sabiduría e inteligencia.
El estudioso podría asumir por lo tanto que este
último reconoce un Dios que existe de un modo demostrable,
y el primero un dios que es casi nada en absoluto.

Se utilizan dos diferentes modos de hablar para
caracterizar experiencias espirituales. La expresión
religiosa se parece a intentar describir el color a una
persona ciega diciendo con qué color podrían
compararse, por ejemplo, las variaciones de temperatura.
La vía de liberación intenta al parecer describir a
la persona ciega lo que no es color. Ambas formas de hablar
serían válidas. Una religión expresa la
realidad última en términos específicos
tales como los del pensamiento y la imaginación, y de este
modo su concepto de Dios
queda determinado y definido. Una vía de liberación
dejaría el pensamiento al margen, en favor de la
experiencia directa y del sentimiento, y por esta causa su
concepto sería indeterminado e indefinido.

Budismo

El budismo, la
doctrina de Gautama Buda, surge como un movimiento de
clarificación y reforma del hinduismo.

En muchos aspectos, los objetivos del
budismo son los mismos que los del bedanito y el yoga. Gautama
Buda, sin embargo, evitó dar nombre, incluso el más
simple, a aquello que se considera básicamente real, ya en
su aspecto universal en cuanto brahmán como en su aspecto
humano, el yo más profundo o atmán. Creía
que tales términos eran transformados en ideas y formas de
pensamiento con tanta facilidad que restarían valor a la
experiencia directa. Su doctrina era que las personas sufren a
causa de la avidya, o ignorancia, de la total relatividad del
mundo de las cosas y los hechos.

El pensamiento es avidya ya que es un proceso de
ignorancia, es decir, no puede concentrase en ningún
aspecto de la experiencia sin ignorar todos lo demás. Es
una forma de contemplar la vida faceta por faceta y no como
totalidad, y conduce a su vez al apresamiento (trishna, en el
budismo) o intento de arrebatar las partes deseables de
experiencia del conjunto; sin embargo, puesto que el bien se
halla siempre asociado al mal, esta separación
jamás puede realizarse. Del mismo modo, no se puede
experimentar un sólido sin un espacio circundante, estando
espacio y sólido relacionados entre sí. Abandonar
la codicia conduce al ideal budista de nirvana, que Gautama Buda
se negó a definir excepto en términos negativos,
como el ve dantista define la liberación.

La doctrina de Gautama Buda conduce a un malentendido al
que vedanta es propenso también: que se puede buscar la
liberación como un escape del sufrimiento o como un
permanente estado de beatitud. Líderes religiosos budistas
posteriores, en especial los de la escuela Mahayana,
corrigieron este malentendido señalando que la
búsqueda del nirvana como un escape seguía siendo
codicia. Por eso su ideal del individuo sabio iba más
allá del más antiguo concepto hindú de
abandono del mundo, es decir, del mundo social, como
preparación para la muerte. Incluía el regreso a la
actividad plena de la sociedad una vez liberado, hasta el punto
en que, libre del miedo, uno pudiera dedicarse a practicar actos
de compasión con quienes siguen en la esclavitud de
maya.

Sin embargo la doctrina budista propugna moralidad y
piedad, no como un mandamiento sino como una acción
voluntaria, a la que la persona libre se compromete sin esperanza
de recompensa ni temor a recibir un castigo. En el budismo no
aparece ningún pensamiento donde se presente la conducta moral como
obediencia a un modelo divino,
ya que considera las normas morales
como reglas de gramática, es decir, convenciones humanas
necesarias para la existencia social, aunque sin ninguna autoridad
absoluta.

Aunque Buda no dio nombre a lo que consideraba realidad
absoluta, los maestros budistas posteriores hablaron del
verdadero estado del mundo como sunyata, o 'vacío',
significando más en concreto 'vacío de cualquier
característica definible' o 'inclasificable'. Esta
actitud
filosófica no equivale en sentido alguno al ateísmo
o nihilismo
occidentales, ya que lo que está vacío no es la
propia realidad sino cada una de las ideas en que la mente humana
intenta apresarla.


Taoísmo

Atribuido a los filósofos chinos Lao-tsé y Zuang-zi,
el taoísmo es la forma específica china de un
camino de liberación. En ciertos aspectos se parece al
budismo y esa es la razón de que se utilizaran
términos taoístas en la traducción de textos budistas del
sánscrito al chino. Sin embargo, se aparta más
aún que el budismo de los conceptos occidentales de una
religión; debe su origen a filósofos adscritos a
una corriente surgida del fácil de seguir escepticismo
filosófico chino, que estudia la utilidad de la
discriminación intelectual y lingüística, y tiene poco que ver con
los dioses, los espíritus o los cultos. Como el vedanta y
el yoga, el taoísmo fue adoptado en general por personas
mayores que habían desempeñado su papel en sociedad
según los esquemas básicos de convención
proporcionados por el confucianismo en China.

En común con el budismo Mahayana, el
taoísmo permite el regreso del sabio liberado a los
asuntos materiales. Su
texto
principal, el Tao Tê –King o Daodejing, atribuido a
Lao-tsé, fue escrito como un manual de
consejos para los gobernantes.

El verdadero taoísmo, tal como aparece en las
doctrinas de Lao-tsé y Zuang-zi, debe distinguirse con el
máximo cuidado del culto taoísta de
adivinación, alquimia y magia, que solo tiene de
taoísta el nombre; es más bien una supervivencia de
la religión china nativa. El taoísmo puro nunca
llegó a organizarse y ha seguido siendo la obra de
investigadores y filósofos independientes, tanto en China
como en Japón,
durante más de 2.000 años. Considera el universo
natural como la operación del tao, que elude toda
comprensión verbal e intelectual. La experiencia del tao
debe realizarse a través de guan ('contemplación
silenciosa de la naturaleza') y de wu-wei ('la ausencia de
tensión mental y física'), que
representan el equivalente a la actitud budista del no
apresamiento. El taoísmo subraya con insistencia la
unión del individuo y la naturaleza, sugiriendo que el
control del
entorno puede lograrse no luchando sino cooperando con él,
como un marinero que cambia el rumbo de su embarcación
cuando el viento se pone en contra.

El taoísmo es la filosofía subyacente en
el jujitsu, la llamada forma cortés de defenderse basada
en el empleo de la
propia fuerza del
adversario para derrotarlo. De la misma forma, enseña que
uno debe controlarse confiando, más que
oponiéndose, en los sentimientos e instintos naturales
propios, canalizándolos en la dirección que uno quiera que tomen en lugar
de resistirse a ellos.

Religión comparada

El estudio de las tradiciones religiosas del mundo
coincide con la expansión política y
económica de Europa
occidental.

5.1 Primeros investigadores occidentales

Los misioneros jesuitas del
siglo XVII incluían con especial relevancia a los
italianos Matteo Ricci en China y Roberto de Nobili en India, y
el español
san Francisco Javier en Japón. En el siglo XVIII se
despertó un gran interés
entre los investigadores y los filósofos por las
traducciones latinas de textos confucionistas y taoístas
realizadas por los jesuitas. Durante cierto tiempo se
idealizó la cultura china,
especialmente por los deístas, que encontraron en ella
pruebas para
su tesis de que
la moralidad podía crecer sin religión
dogmática. Entre los pioneros en este campo están
los filósofos alemanes Johann Gottfried von Herder y
George Friedrich Wilhelm Hegel, y el
filólogo británico Friedrich Müller. Su
trabajo lo
continuaron el filósofo británico Edward Caird en
The Evolution of Religion (1894) y el teólogo
holandés Cornelius Petrus Tiele en Elements Of. The
Science Of. Religion (1897-1899). Pero debe destacarse la obra
del filósofo y psicólogo estadounidense William
James en Las variedades de la experiencia religiosa (1902),
primer estudio serio de psicología de la
religión.

Siglos XIX y XX

En los siglos XIX y XX hubo notables aportaciones
especializadas al estudio de la religión comparada en los
trabajos chinos realizados por el investigador francés
Noël Julien, llamado Stanislas Julien, y por el misionero
jesuita Leon Wieger; en los estudios budistas del indianista y
filólogo holandés Jan Hendrik Kern y del
orientalista británico Thomas William Rhys Davis; en el
estudio del vedanta del filósofo e investigador de
sánscrito alemán Paul Deussen; los estudios sobre
taoísmo y confucianismo del misionero y sinólogo
británico James Legge, y en los estudios relativos a la
India del investigador sánscrito sir Monier
Monier-Williams.

Gran parte de la obra sobre religiones
comparadas la emprendieron misioneros que buscaban puntos en
común entre las creencias ajenas y el cristianismo,
así como algunas pruebas de la superioridad espiritual del
cristianismo. Los filólogos realizaron otro trabajo, cuyo
interés residía en la forma lingüística
más que en el contenido de los escritos sagrados de otras
culturas. Sin embargo, el conflicto
progresivo entre religión y ciencia en el
mundo occidental a finales del siglo XIX y principios del XX
tuvo como resultado un general descontento de las variantes
fundamentalistas de la creencia cristiana. Este descontento
llevó a su vez a una actitud más comprensiva hacia
el resto de las religiones. En este siglo, el estudio de las
formas de liberación, en particular, ha realizado
importantes avances, ayudado sobre todo por la obra de eminentes
investigadores asiáticos como los indios Surendra Nath
Dasgupta y sir Sarvepalli Radhakrisnan, los japoneses Daisetzu
Teitaro Susuki y Junjiro Takakusu, el chino Fung Yu-lan y el
cingalés Ananda Coomaraswamy.

En las tres décadas anteriores a su muerte, el
nombre del historiador de las religiones norteamericano, de
origen rumano, Mircea Eliade se convirtió en
sinónimo de los estudios comparativos. Investigó lo
sagrado en creencias, ritos y experiencias religiosas de todos
los pueblos y de todas las culturas.

Las principales iglesias cristianas son la
católica romana, las ortodoxas y las protestantes o
evangélicas (CATÓLICA APOSTÓLICA Y ROMANA,
IGLESIA;
ORTODOXA, IGLESIA; PROTESTANTES, IGLESIAS), pero existen otras
iglesias, grupos, sectas y
movimientos que aceptan a Jesucristo como Hijo de Dios,
Mesías o Salvador. Según estos creyentes,
Jesucristo es el fundador del cristianismo. Otros consideran a
Pablo como creador de esta religión.

El cristianismo es la mayor de todas las religiones
mundiales y tal vez la única que está establecida
en casi todos los países del mundo. Para su estudio es
imprescindible analizar cada una de sus iglesias principales
(Religión," Enciclopedia Microsoft®
Encarta® online 2004).

Taínos

Los indios creían en un ser supremo y en un gran
número de deidades o poderes sobrenaturales. Sus mitos y
creencias cosmogónicas ofrecen explicaciones variadas y
lógicas a preguntas básicas de la existencia
humana, como son los orígenes del ser humano, la
naturaleza de la tierra, el
mar, el sol y las
estrellas y muchas otras.

Los primeros cronistas de las Antillas, Pané, Las
Casas y Oviedo observaron que los taínos adoraban a un ser
supremo. Lo llamaban por diversos nombres, siendo los más
comunes: Yúcahu Bagua Maórocoti y
Yucahuaguamá. Según el estudioso José
Juan Arrom, los distintos nombres del dios principal de los
taínos se pueden traducir libremente como
"Espíritu de la Yuca y el Mar", "Ser sin
Antecesor Masculino" y "Señor Yucador". El tema de la yuca
es importante en la adoración del dios taíno.
Yucahuaguamá es quien asegura la cosecha del sustento
principal de los amerindios puertorriqueños. En su honor,
los artesanos taínos tallaban bellísimos
trigonolitos, cemíes de tres puntas hechos de piedra. Se
cree que los amerindios enterraban esos trigonolitos en sus
conucos para fertilizar con ellos los campos de yuca.
Yucahuaguamá, es por lo tanto, un dios proveedor y
bondadoso. El doctor Arrom lo considera como una
proyección de las cualidades benéficas del medio ambiente
insular, con el cual los amerindios vivían en
armonía.

Los taínos veneraban otros dioses, además
de Yucahuaguamá, donde casi todos se relacionan con
fenómenos o situaciones de la naturaleza. Boinayel
es el señor de la lluvia; Su gemelo Márohu
es el señor del Buen Tiempo y Mahuatiatihuel, el
Señor de la Alborada o la Región del Amanecer.
Guabancex es la Señora del Viento, a quien
acompañan otras dos deidades, Guata uva y
Coatrisque.

En Guabancex vemos a la diosa que, enfurecida provoca
con la ayuda de sus acompañantes las terribles tempestades
que los amerindios llaman huracanes. Como todas las culturas, la
taína tiene una explicación sobrenatural para la
muerte. El mito comunica
que, al morir, las personas se dirigen a un lugar llamado
Coaybay, "casa y habitación de los muertos". Allí
señorea el dios Maquetaurie Guayaba. De día los
habitantes de Coaybay, llamados opías (espíritus de
los muertos), permanecen recluidos. Más llegada la noche,
salen a pasear y festejar, comen guayaba y visitan a sus
parientes (Scarano, 2000).

Españoles,
Africanos, Europeos

En América, el fervor religioso dio un
carácter de cruzada cristiana a las empresas de
conquista y colonización. La poderosa iglesia
española, reformada y renovada por los Reyes
Católicos se estableció con bríos
evangelizadores en los territorios recién colonizados. Los
conquistadores creían que el derecho de sus monarcas a
gobernar en los territorios indígenas emanaba de
Dios.

Las creencias religiosas africanas eran
politeístas, pues se creía en varios dioses,
así como en otras fuerzas, como el destino. La
religión de nuestros antepasados africanos era inmediata,
específica e íntima; los dioses y los demás
espíritus tenían relevancia para las cosas del
diario vivir. Para que un poder
sobrenatural se mereciera la devoción de los piadosos
tenía que satisfacer regularmente las súplicas y
peticiones que éstos le hacían. Si no las
cumplía aunque no era degradado inmediatamente,
podía ser relegado a un lugar secundario y reemplazado por
dioses más poderosos y efectivos. En este sistema de
creencias religiosas apunta Herskovits, no ocurrían los
extremos del bien y el mal, el pecado y la gracia, que con
frecuencia figuran en las creencias religiosas de otros pueblos.
Para los africanos, los conceptos del bien y el mal no eran
absolutos, sino relativos. Para ellos una acción buena
podía tener resultados malos; lo mismo que una deidad
benéfica en un momento de ira podía causar daño y
viceversa.

El cristianismo reforzó el proceso de
expansión, justificándolo y dándole
carácter de cruzada divina. Todos los pueblos que
participaron en la aventura expansionista, compartían la
creencia de que el cristianismo era la única y verdadera
religión. A los paganos había que mostrarles el
camino de la salvación eterna, aunque en el principio
ellos se rehusaran a andar por este sendero.

Algunos como los españoles eran fanáticos
en cuanto a la doctrina; otros como los protestantes de Europa
central y occidental no lo eran tanto, aunque siempre
aludían a la religión para justificar su empresa
colonizadora. A diferencia de otras religiones, el cristianismo
proponía la necesidad de incorporar por medio de la
conversión al mayor número posible de no creyentes.
Era una religión expansiva y adaptada a la conquista de
pueblos enteros, donde clamaba por conversos. La religión
de los europeos sirvió de acicate a las empresas de
exploración y conquista (Scarano, 2000).

Adventista Del
Séptimo Día, Iglesia

Denominación cristiana fundada por seguidores de
William Miller y otros cristianos. Esperaban la inminente Segunda
Venida de Cristo. Empezó a formarse en 1844, pero debido a
las predicciones incumplidas de Miller, se organizó
oficial y definitivamente en 1863. Su nombre revela el
énfasis tanto en la Segunda Venida como en la observancia
del sábado o séptimo día, práctica
que tomaron de los «BAUTISTAS DEL SÉPTIMO
DÍA» y otros creyentes. Entre sus fundadores
estuvieron Joseph Bates y Elena Harmon White. A esta dama, de
origen metodista, se le atribuye una inspiración especial
como autora de libros
fundamentales para la denominación, entre ellos se
encuentran El camino a Cristo, El Deseado de todas las
gentes
, y muchos otros.

Según los adventistas, la inmortalidad solo se
otorga a los justos en ocasión del regreso de Cristo.
Afirman que los muertos están en inconsciencia total.
También insisten en la purificación del santuario
celestial, debido a que se inició una obra de juicio en
l844 que durará hasta concluir el tiempo de la gracia. La
mayoría de las otras doctrinas son parecidas a las de los
cristianos evangélicos, bautizan por inmersión y
solamente a creyentes con suficiente edad. Practican un estilo de vida
conservador, rechazan las bebidas alcohólicas, el tabaco, el baile,
el café y
las comidas que pueden dañar la salud, enfatizan mucho el
cuidado corporal y favorecen una dieta vegetariana.

Cada iglesia local elige a ciertos dirigentes (ancianos,
diáconos, etc.) y juntas que forman parte de conferencias
regionales gobernadas por una directiva. Estas conferencias crean
uniones. Estas, a su vez, forman las numerosas divisiones que
integran la Asociación General, de carácter
mundial. Los pastores están sujetos no solo a la iglesia
local sino a la denominación. Los adventistas promueven
la
educación, la salud, así como la distribución de Biblias y literatura. Su revista
más conocida es El Centinela y El Heraldo de la
Salud
. Esta iglesia se extiende por todo el mundo.

Los adventistas basan sus creencias en veintisiete
doctrinas fundamentadas en las sagradas escrituras que
son:

* Las sagradas escrituras que abarcan en el Antiguo y el
Nuevo Testamento, constituyen la Palabra de Dios escrita,
transmitida por inspiración divina mediante santos hombres
de Dios que hablaron y escribieron siendo impulsados por el
Espíritu
Santo. Por medio de esta palabra, Dios ha comunicado a los
seres humanos el
conocimiento necesario para alcanzar la salvación. Las
Sagradas Escrituras son la infalible revelación de la
voluntad divina. Son la norma del carácter, el criterio
para evaluar la experiencia, la revelación autorizada de
las doctrinas, y un registro
fidedigno de los actos de Dios realizados en el curso de la
historia.

* Hay un solo Dios, que es una unidad de tres personas
coeternas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este Dios uno y
trino es inmortal, todopoderoso, omnisapiente, superior a todos y
omnipresente. Es infinito y escapa a la comprensión
humana, no obstante lo cual se lo puede conocer mediante su
propia revelación que ha efectuado de sí mismo. Es
eternamente digno de reverencia, adoración y servicio por
parte de toda la creación.

*Dios el Padre Eterno, es el Creador, Origen,
Sustentador y Soberano de toda la creación. Es justo,
santo, misericordioso y clemente, tardo para la ira y abundante
en amor y fidelidad. Las cualidades y las facultades del padre se
manifiestan también en el hijo y el Espíritu
Santo.

*Dios el Hijo Eterno es uno con el Padre. Por medio de
él fueron creadas todas las cosas; él revela el
carácter de Dios, lleva a cabo la salvación de la
humanidad y juzga al mundo. Aunque es verdaderamente Dios,
sempiterno, también llegó a ser verdaderamente
hombre, Jesús el Cristo. Fue concebido por el
Espíritu Santo y nació de la virgen
María. Vivió y experimentó tentaciones
como ser humano pero ejemplificó perfectamente la justicia y
el amor de
Dios. Mediante sus milagros manifestó el poder de Dios y
éstos dieron testimonio de que era el prometido
Mesías de Dios. Sufrió y murió
voluntariamente en la cruz por nuestros pecados y en nuestro
lugar, resucitó de entre los muertos y ascendió al
Padre para ministrar en el santuario celestial en nuestro favor.
Volverá otra vez, con poder y gloria para liberar
definitivamente a su pueblo y restaurar todas las
cosas.

* Dios el Espíritu Santo estuvo activo con el
Padre y el Hijo en ocasión de la creación, la
encarnación y la redención. Inspiró a los
autores de las Escrituras. Infundió poder a la vida de
Cristo. Atrae y convence a los seres humanos; y a los que
responden, renueva y transforma a imagen de Dios.
Enviado por el Padre y el Hijo está siempre con sus hijos,
distribuye dones a la iglesia, la capacita para dar testimonio en
favor de Cristo, y en armonía con las Escrituras conduce a
toda verdad.

* Dios es el creador de todas las cosas, y ha revelado
por medio de las Escrituras in informe
auténtico de su actividad creadora. El señor hizo
en seis días los cielos y la tierra y todo
ser viviente que la puebla, y reposó el séptimo
día de la primera semana. De ese modo determinó que
el sábado fuera un monumento perpetuo de la
finalización de su obra creadora. El primer hombre y la
primera mujer fueron
hechos a imagen de Dios como corona de la creación; se les
dio dominio sobre el
mundo y la responsabilidad de tenerlo bajo su cuidado. Cuando
el mundo quedó terminado era bueno en gran manera, porque
declaraba la gloria de Dios.

*El hombre y
la mujer fuero
hechos a imagen de Dios, con individualidad propia y con la
facultad y la libertad de
pensar y obrar por su cuenta. Aunque fueron creados como seres
libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y
alma que
depende de Dios para la vida, el aliento y todo lo demás.
Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su
dependencia de él y cayeron de la elevada posición
que ocupaban bajo Dios. La imagen de Dios se desfiguró en
ellos y quedaron sujetos a la muerte. Sus descendientes
participan de esta naturaleza degradada y de sus consecuencias.
Nacen con debilidades y tendencias hacia el mal. Pero Dios [en
Cristo] reconcilió al mundo consigo mismo, y por medio de
su Espíritu restaura en los mortales penitentes la imagen
de su Hacedor. Creados para la gloria de Dios, se los invita a
amar al Señor y a amarse mutuamente, y a cuidar el
ambiente que
los rodea.

* La humanidad entera se encuentra envuelta en un
conflicto de proporciones extraordinarias entre Cristo y
Satanás en torno al
carácter de Dios, a su ley y a su
soberanía sobre el universo. Este
conflicto se originó en el cielo cuando un ser creado,
dotado de libre albedrío, se exaltó a sí
mismo y se convirtió en Satanás, el adversario de
Dios, e instigó a rebelarse a una porción de los
ángeles. Introdujo el espíritu de rebelión
en este mundo cuando indujo a pecar a Adán y a Eva. El
pecado de los seres humanos produjo como resultado la
desfiguración de la imagen de Dios en la humanidad, el
trastorno del mundo creado y posteriormente su completa
devastación en ocasión del diluvio universal.
Observado por toda la creación, este mundo se
convirtió en el campo de batalla del conflicto universal,
a cuyo término el Dios de amor quedará finalmente
vindificado. Para ayudar a su pueblo en este conflicto, Cristo
envía al Espíritu Santo y a los Ángeles
para que lo guíen, lo protejan y lo sustenten en el camino
de la salvación.

* Mediante la vida de Cristo, de perfecta obediencia a
la voluntad de Dios, y sus sufrimientos, su muerte y su
resurrección, Dios proveyó el único medio
válido para expiar el pecado de la humanidad, de manera
que los que por fe acepten esta expiación puedan tener
acceso a la vida eterna y toda la creación pueda
comprender mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta
expiación perfecta vindica la justicia de la ley de Dios y
la benignidad de su carácter, porque condena nuestro
pecado y al mismo tiempo hace provisión para nuestro
perdón. La muerte de Cristo es vicaria y expiatoria,
reconciliadora y transformadora. La resurrección de Cristo
proclama el triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal y a los que
aceptan la expiación les asegura la victoria final sobre
el pecado y la muerte. Declara el señorío de
Jesucristo, ante quien se doblará toda rodilla en el cielo
y en la tierra.

* Con amor y misericordia infinitos Dios hizo que
Cristo, que no conoció pecado, fuera hecho pecado por
nosotros, para que nosotros pudiésemos ser hechos justicia
de Dios en él. Guiados por el Espíritu Santo
experimentamos nuestra necesidad, reconocemos nuestra
pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresiones, y
ejercemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como
sustituto y ejemplo. Esta fe que recibe salvación nos
llega por medio del poder divino de la palabra y es un don de la
gracia de Dios. Mediante Cristo somos justificados, adoptados
como hijos e hijas de Dios y librados del señorío
del pecado. Por medio del Espíritu renueva nuestra mente,
graba la ley de amor de Dios en nuestros corazones y nos da poder
para vivir una vida santa. Al permanecer en él somos
participantes de la naturaleza divina y tenemos la seguridad de la
salvación ahora y en ocasión del juicio.

* La iglesia es la comunidad de
creyentes que confiesa que Jesucristo es Señor y Salvador.
Como continuadores del pueblo de Dios del Antiguo Testamento, se
invita a salir del mundo; y a reunirse para adorar y estar en
comunión unos con otros, para recibir instrucción
en la palabra, celebrar la cena del Señor, para servir a
toda la humanidad y proclamar el Evangelio en todo el mundo. La
iglesia deriva su autoridad de Cristo, que es el Verbo encarnado,
y de las Escrituras que son la palabra escrita. La iglesia es
la familia de
Dios; somos adoptados por él como hijos y vivimos
sobre

La base del nuevo pacto. La iglesia es el cuerpo de
Cristo, una comunidad de fe de la cual Cristo mismo es la cabeza.
La iglesia es la esposa por la cual Cristo murió para
poder santificarla y purificarla. Cuando regrese en triunfo, se
la presentará como una iglesia gloriosa, es a saber, los
fieles de todas las edades, adquiridos por su sangre, sin
mancha ni arruga, santos e inmaculados.

* La iglesia universal está compuesta por todos
los que creen verdaderamente en Cristo, pero en los
últimos días, una época de apostasía
generalizada, se ha llamado a un remanente para que guarde los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Este remanente
anuncia la hora del juicio, proclama salvación por medio
de Cristo y anuncia la proximidad de su segunda venida. Esta
proclamación está simbolizada por los tres
ángeles de Apocalipsis 14; coincide con la hora del juicio
en el cielo y da como resultado una obra de arrepentimiento y
reforma en la tierra. Todo creyente recibe la invitación
de participar personalmente en este testimonio
mundial.

* La iglesia es un cuerpo constituido por muchos
miembros que proceden de toda nación,
raza, lengua y
pueblo. En Cristo somos una nueva creación; las
diferencias de raza, cultura, educación y nacionalidad,
entre encumbrados y humildes, ricos y pobres, hombres y mujeres,
no deben causar divisiones entre nosotros. Todos somos

Iguales en Cristo, quien por un mismo Espíritu
nos ha unido en comunión con él y los unos con los
otros. Debemos servir y ser servidos sin parcialidad ni reservas.
Por medio de la revelación de Jesucristo en las Escrituras
participamos de la misma fe y la misma esperanza, y salimos para
dar a todos el mismo testimonio. Esta unidad tiene sus
orígenes en la unicidad del Dios trino, que nos ha
adoptado como hijos.

  • Por medio del bautismo confesamos nuestra fe en la
    muerte y resurrección de Jesucristo, y damos testimonio
    de nuestra muerte al pecado y de nuestro propósito de
    andar en novedad de vida. De este se reconoce a Cristo como
    nuestro señor y Salvador y se llega a ser su pueblo y
    son recibidos como miembros de su iglesia. E bautismo es un
    símbolo de la unión con Cristo, del perdón
    de nuestros pecados y de nuestra recepción del
    Espíritu Santo. Se realiza por inmersión en
    agua, y
    está íntimamente vinculado con una
    afirmación de fe en Jesús y con evidencias
    de arrepentimiento del pecado. Sigue a la instrucción en
    las sagradas Escrituras y a la aceptación de sus
    enseñanzas. La Cena del Señor es una
    participación en los emblemas del cuerpo y la sangre de
    Jesús como expresión de fe en él, nuestro
    Señor y Salvador.

Esta experiencia de comunión Cristo está
presente para encontrarse con su pueblo y fortalecerlo. Al
participar en ella, proclamamos gozosamente la muerte del
Señor hasta que venga. La preparación para la Cena
incluye un examen de conciencia, arrepentimiento y
confesión. El Maestro ordenó el rito de humildad
(lavamiento de los pies) para manifestar una renovada
purificación, expresar disposición a servirnos
mutuamente y con humildad cristiana, y unir nuestros corazones en
amor. Todos los creyentes cristianos pueden participar del
servicio de comunión.

* Dios concede a todos los miembros de su iglesia en
todas las edades dones espirituales para que cada miembro los
emplee en amante ministerio por el bien común de la
iglesia y la humanidad. Concedidos mediante la operación
del Espíritu Santo, quien los distribuye entre cada
miembro según su voluntad, los dones proveen todos los
ministerios y
habilidades necesarios para que la iglesia cumpla su
función divinamente ordenada. De acuerdo con las
Escrituras estos dones incluyen ministerios tales como fe,
sanidad, profecía, predicación, enseñanza, administración, reconciliación,
compasión y servicio abnegado y caridad para ayudar y
animar a nuestros semejantes. Algunos miembros son llamados por
Dios y dotados por el Espíritu para cumplir funciones
reconocidas por la iglesia en los ministerios pastoral, de
evangelización, apostólico y de enseñanza,
particularmente necesarios a fin de

Equipar a los miembros para el servicio, edificar a la
iglesia de modo que alcance madurez espiritual y promover la
unidad de la fe y el conocimiento
de Dios. Cuando los miembros emplean estos dones espirituales
como fieles mayordomos de las numerosas gracias de Dios, la
iglesia es protegida de la influencia destructora de las falsas
doctrinas, crece gracias a un desarrollo que
procede de Dios, y es edificada en la fe y el amor.

* Unos de los dones del Espíritu Santo es el de
profecía. Este don es una de las características de
la iglesia remanente y se manifestó en el ministerio de
Elena G. de White. Como mensajera del Señor, sus escritos
son una permanente y autorizada fuente de verdad, y proveen
consuelo, dirección, instrucción y
corrección a la iglesia. También establecen con
claridad que la Biblia es la norma por la cual deben ser
evaluadas todas las enseñanzas y toda
experiencia.

  • Los grandes principios de la ley de Dios están
    incorporados en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la
    vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y el
    propósito de Dios con respecto a la conducta y a las
    relaciones
    humanas, y están en vigencia para todos los seres
    humanos de todas las épocas. Estos preceptos constituyen
    la base del pacto de Dios con su pueblo y la norma del juicio
    divino.

Por medio de la obra del Espíritu Santo
señalan el pecado y avivan la necesidad de un Salvador.
La salvación es sólo por gracia y no por obras,
pero su fruto es la obediencia a los mandamientos. Esta
obediencia desarrolla el carácter cristiano y da como
resultado una sensación de bienestar. Es una evidencia
de nuestro amor al señor y preocupación por
nuestros semejantes. La obediencia por fe demuestra el poder de
Cristo para transformar vidas y por lo tanto fortalecer el
testimonio cristiano.

* El benéfico Creador descansó el
séptimo día después de los seis días
de la Creación, e instituyó el sábado para
todos los hombres como un monumento de la Creación. El
cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la
observancia del séptimo día de reposo, culto y
ministerio, en armonía con las enseñanzas y la
práctica de Jesús, el Señor del
sábado. El sábado es un día de deliciosa
comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un
símbolo de nuestra redención en Cristo, una
señal de santificación, una demostración de
nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro
eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal
perpetua de Dios del pacto eterno entre él y su pueblo. La
gozosa observancia de este tiempo sagrado de tarde a tarde, de
puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y
redentora de Dios.

* Somos mayordomos de Dios, a quienes él ha
confiado tiempo y oportunidades,

Capacidades y posesiones, y las bendiciones de la tierra
y sus recursos. Somos
responsables ante él por su empleo adecuado. Reconocemos
que Dios es dueño de todo mediante nuestro fiel servicio a
él y a nuestros semejantes, y al devolver los diezmos y al
dar ofrendas para
la proclamación de su Evangelio y para él
sostén y desarrollo de su iglesia. La mayordomía es
un privilegio que Dios nos ha conseguido para que crezcamos en
amor y para que logremos la victoria sobre el egoísmo y la
codicia. El mayordomo fiel se regocija por las bendiciones que
reciben los demás como fruto de su fidelidad.

* Se nos invita a ser gente piadosa que piensa, siente y
obra en armonía con los principios del cielo. Para que el
Espíritu vuelva a crear en nosotros el carácter de
nuestro Señor, participamos solamente de lo que produce
pureza, salud y gozo cristianos en nuestra vida. Esto significa
que nuestras recreaciones y entretenimientos estarán en
armonía con las más elevadas normas de gusto y
belleza cristianos. Si conocemos diferencias culturales, nuestra
vestimenta debiera ser sencilla, modesta y pulcra como
corresponde a aquellos cuya verdadera belleza no consiste en el
adorno
exterior, sino en le inmarcesible ornamento de un espíritu
apacible y tranquilo. Significa también que puesto que
nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo, debemos
cuidarlos inteligentemente. Junto con practicar ejercicios
adecuados, y descansar, debemos adoptar un régimen
alimentario impuros identificados como tales en las Escrituras.
Puesto que las bebidas alcohólicas, el tabaco y el empleo
irresponsable de drogas y
narcóticos son dañinos para nuestros cuerpos,
también nos abstendremos de ellos. En cambio, nos
dedicaremos a todo lo que ponga nuestros pensamientos y cuerpos
en armonía con la disciplina de
Cristo, quien quiere que gocemos de salud, de alegría y de
todo lo bueno.

* El matrimonio fue
establecido por Dios en el Edén y confirmado por
Jesús, para que fuera una unión por toda la vida
entre un hombre y una mujer en amante compañerismo. Para
el cristiano el matrimonio es un compromiso a la vez con Dios y
con su cónyuge, y este paso debieran darlo sólo
personas que participan de la misma fe. El amor mutuo, el honor,
el respeto y la
responsabilidad, son la trama y la urdimbre de esta
relación, que debiera reflejar el amor, la santidad, la
intimidad y la perdurabilidad de la relación que existe
entre Cristo y su iglesia. Con respecto al divorcio,
Jesús enseñó que la persona que se divorcia,
a menos que sea por causa de fornicación, y se casa con
otra, comete adulterio.
Aunque algunas relaciones familiares están lejos de ser
ideales, los socios en la relación matrimonial que se
consagran plenamente el uno al otro en Cristo pueden lograr una
amorosa unidad gracias a la dirección del Espíritu
y al amante cuidado de la iglesia. Dios bendice a la familia y es su
propósito que sus miembros se ayuden mutuamente hasta
alcanzar la plena madurez. Los padres deben criar a sus hijos
para que amen y obedezcan al Señor. Mediante el precepto y
el ejemplo debieran enseñarles que Cristo disciplina
amorosamente, que siempre es tierno y que se preocupa por
criaturas, que quiere que quiera que lleguen a ser miembros de su
cuerpo, la familia de Dios. Un creciente acercamiento familiar es
uno de los rasgos característicos del último
mensaje evangélico.

* Hay un santuario en el cielo, el verdadero
tabernáculo que el Señor erigió y no el
hombre. En él Cristo ministra en nuestro favor, para poner
a disposición de los creyentes los beneficios de un
sacrificio expiatorio ofrecido una vez y para siempre en la cruz.
Llegó a ser nuestro gran Sumo Sacerdote y comenzó
su ministerio intercesor en ocasión de su
ascensión. En 1844, al concluir el período
profético de los 2,300 días entró en el
segundo y último aspecto de su ministerio expiatorio. Esta
obra es un juicio investigador que forma parte de la
eliminación definitiva del pecado, representada por la
purificación del antiguo santuario judío en el
día de la expiación. En el servicio
simbólico el santuario se purificaba mediante la sangre de
los sacrificios de animales, pero
las cosas celestiales se purificaban mediante el perfecto
sacrificio de la sangre de Jesús. El juicio investigador
pone de manifiesto frente a las inteligencias quiénes de
entre los muertos duermen en Cristo y por lo tanto se les
considerará dignos, en él, de participar de la
primera resurrección. También aclara quiénes
están morando en Cristo entre los que viven, guardando los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y por lo tanto
estarán listos en él para ser trasladados a su
reino eterno. Este juicio vindica la justicia de Dios al salvar a
los que creen en Jesús. Declara que los que permanecieron
leales a Dios recibirán el reino. La conclusión de
este ministerio de Cristo señalará el fin del
tiempo de prueba otorgado a los seres humanos antes de su segunda
venida.

* La segunda venida de Cristo es la bienaventurada
esperanza de la iglesia, la gran culminación del
Evangelio. La venida del Salvador será literal, personal, visible
y de alcance mundial. Cuando regrese, los justos muertos
resucitarán y junto con los justos vivos serán
glorificados y llevados al cielo, pero los impíos
morirán. El hecho de que la mayor parte de las
profecías esté alcanzando su pleno cumplimiento,
unido a las presentes condiciones del mundo, nos indica que la
venida de Cristo es inminente. El momento cuando ocurrirá
este acontecimiento no ha sido revelado, y por lo tanto se nos
exhorta a estar preparados en todo tiempo.

* La paga del pecado es muerte; pero Dios, el
único que es inmortal, otorgará vida eterna a sus
redimidos. Hasta ese día, la muerte constituye un estado
de inconsciencia para todos los que hayan fallecido. Cuando
Cristo, nuestra vida, aparezca, los justos resucitados y los
justos vivos serán glorificados y arrebatados para salir
al encuentro de su señor. La segunda resurrección,
la resurrección de los impíos, ocurrirá mil
años más tarde.

* El milenio es el reino de mil años de Cristo
con sus santos en el cielo que se extiende entre la primera
resurrección y la segunda. Durante ese tiempo serán
juzgados los impíos. La tierra estará completamente
desolada, sin habitantes humanos, pero si ocupada por
Satanás y sus ángeles. Al terminar ese
período, Cristo y sus santos, junto con la Santa Ciudad,
descenderá cielo a la tierra. Los impíos muertos
resucitarán entonces, y junto con Satanás y sus
ángeles rodearán la ciudad; pero el fuego de Dios
los consumirá y purificará la tierra. De ese modo
el universo será librado del pecado y de los pecadores
para siempre.

* En la tierra nueva, donde morarán los justos,
Dios proporcionará un hogar eterno para los redimidos y un
ambiente perfecto para la vida, el amor y el gozo sin fin, y para
aprender junto a su presencia. Porque allí Dios mismo
morará con su pueblo, y el sufrimiento y la muerte
terminarán para siempre. El gran conflicto habrá
terminado y el pecado no existirá más. Todas las
cosas animadas e inanimadas, declararán que Dios es amor,
él reinará para siempre jamás
(Asociación Ministerial de la Asociación General de
los Adventistas del Séptimo Día, 1988).

Alianza Cristiana
y Misionera, Iglesia

Denominación evangélica. Los
orígenes de este movimiento misionero se remontan a las
actividades de A.B. Simpson (1845–1919), ministro
presbiteriano de Nueva York. Aunque empezó en 1882, fue en
1887 que se organizó formalmente como la Alianza
Cristiana, para realizar actividades misioneras en el
país, y como la Alianza Misionera Evangélica para
laborar en el extranjero. Ambos grupos se fusionaron en 1897 para
dar lugar a la Alianza Cristiana y Misionera.

Enfatizan la santidad y la sanidad divina, pero es
difícil clasificarles estrictamente como Iglesia de
Santidad (SANTIDAD, IGLESIA DE) y mucho menos como pentecostales
(PENTECOSTALES, IGLESIA), ya que su teología se aproxima a
los grupos evangélicos conservadores tradicionales. Su
lema es «Cristo nuestro Salvador, Santificador, Sanador y
Rey que viene». Se han extendido por muchos países y
mantienen varias instituciones
educativas. Nunca ha sido una denominación muy numerosa en
Estados
Unidos, pero tiene gran éxito
en los campos misioneros del extranjero.

Anglicana,
Iglesia

(También se les conoce como
«episcopales» o
«episcopalianos».)

Iglesias de la Comunión Anglicana. Su iglesia
madre, la Iglesia de Inglaterra, se
separó de la jurisdicción romana en el siglo XVI
durante el reinado de Enrique VIII, que años atrás
había sido declarado «Defensor de la Fe» por
el Papa.

El cristianismo inglés
tiene sus orígenes en el primer siglo y alcanzó
cierta importancia en el período de la llamada
«iglesia celta» en la antigüedad y en la primera
parte de la Edad Media.
Los ingleses aceptaron la jurisdicción papal en 597 bajo
el liderazgo del
misionero italiano Agustín (no debe confundirse con el
obispo de Hipona, del mismo nombre), fundador de la sede primada
de Canterbury en Inglaterra. La separación de Roma
ocurrió durante el parlamento de l532–1536 bajo
presiones del rey Enrique VIII y sus consejeros.

Enrique VIII no realizó una reforma profunda,
como la que inició su hijo y sucesor inmediato Eduardo VI
(1547–1553). Este la convirtió en una iglesia
reformada o protestante bajo la dirección del reformador
Tomás Crammer, arzobispo de Canterbury. Isabel I
(1558–1603), otra hija de Enrique VIII, condujo a la
iglesia a una «vía media», combinando
elementos de catolicismo y protestantismo, pero siempre fuera de
la jurisdicción papal.

La teología oficial de la iglesia está
contenida en los Treinta y nueve artículos de
religión
y la liturgia en el Libro de
Oración Común
. La iglesia la gobiernan los
obispos de las diferentes diócesis esparcidas por todo el
mundo. Su jerarquía eclesiástica consiste en tres
órdenes: obispos, presbíteros y diáconos. El
arzobispo de Canterbury preside simbólicamente la
Comunión Anglicana, compuesta por iglesias anglicanas y
episcopales. Algunos de ellos llevan el nombre del país,
como en el caso de la Iglesia de Irlanda y la Iglesia de
Inglaterra. La iglesia es inclusiva y acoge en su seno a personas
con algunas diferencias teológicas y litúrgicas.
Esas alas o sectores son conocidos como «iglesia
baja» (compuesta por cristianos de tendencia marcadamente
protestante e incluso por evangélicos conservadores),
«iglesia alta» (dentro de la misma están los
llamados «anglo católicos»), e «iglesia
amplia» (sectores liberales). La «iglesia alta»
y los «anglo católicos» consideran sacerdotes
a los presbíteros y se refieren a ellos utilizando la
palabra «padre.

Esta es una de las más numerosas e influyentes
denominaciones cristianas, posee rango de iglesia oficial de
Inglaterra y es considerada como la iglesia favorita de las altas
clases
sociales en EE. UU. (Donde se le conoce como Iglesia
Episcopal). Hay poderosas provincias y diócesis anglicanas
en los antiguos países del Imperio Británico y se
experimenta un crecimiento apreciable en África. Los
episcopales están organizados en toda la América
Latina.

Dentro del anglicanismo pueden encontrarse desde
teólogos y pensadores liberales, como el obispo James
Pike, hasta figuras importantes y eruditos bíblicos de
interpretación conservadora o
evangélica como John Stott, así como algunos
miembros del movimiento carismático. En algunas provincias
eclesiásticas se promueve el monasticismo y las
órdenes religiosas, mientras que otras casi no pueden
diferenciarse del estilo protestante más tradicional. La
liturgia es igualmente variada aunque se mantienen ciertas normas
básicas del Libro de Oración
Común
.

Los inmigrantes alemanes que tomaban la decisión
de domiciliarse en la Isla de Puerto Rico
además de dejar su patria, en muchas ocasiones,
tenían que cambiar su religión. El 60% del pueblo
germánico es luterano o reformista. Sin embargo, todo el
que quería establecerse en Puerto Rico bajo la
Cédula de Gracia de 1815 debía profesar la
religión católica. Por esa razón se
exigían testigos que aseguraran que el extranjero era
católico. En los instructivos trabajos La
Proyección Aguadillana de Agustín Stahl, del
profesor
Herman Reichard Esteves existe un dato interesante sobre los
rebautizos o bautizos "subcondicione". En la iglesia de Aguadilla
Juan José Scröder, luterano es bautizado a la edad de
38 años para poder contraer nupcias con María
Eugenia Fernández. En esa misma parroquia el niño
Antón
Adolf August, hijo de Johann Heinrich Christian Stahl y
María Helene Stamm, nacido el 21 de enero de 1842 en la
isla de Curazao, fue bautizado "sub-condicione", en la parroquia
de San Carlos Borromeo tres años más tarde. La
familia Stahl se convirtió del protestantismo al
catolicismo y el niño se le dio el nombre de
Agustín. Siendo su padrino y su mentor Karl Wilhem
Reichard. Años más tarde aquel jovencito
sería conocido como el científico Dr.
Agustín Stahl quien además de practicar su
profesión de médico, ejerció la
Cátedra de Ciencias
Naturales en el Instituto Civil de Segunda Enseñanza
de Puerto Rico dedicándose al estudio de las ciencias
naturales, la historia y la antropología, publicando diversos libros y
artículos que le ganó ser premiado por las
Academias de Artes y Ciencias de Barcelona en 1873 y de Ciencias
Médica de Cataluña, 1877.La libertad de culto para
extranjeros se concede en 1870, bajo la ley de las Cortes
Constituyentes Españolas. Esto hizo la inmigración más atractiva para
extranjeros que no pertenecían a la iglesia
católica. Examinados 29 documentos de
alemanes que se domiciliaron en la ciudad de Aguadilla de 1870
hasta 1939, encontramos que ninguno era católico. Estos
pertenecen a denominaciones protestantes, luteranas y
reformistas. En 1872 se establece la primera iglesia anglicana en
Puerto Rico en la ciudad de Ponce. Llevó el nombre de la
Santísima Trinidad.

Asambleas de Dios

Denominación evangélica. Las Asambleas de
Dios se organizaron en 1914 en Hot Springs, Arkansas (EE. UU.) Y
sus fundadores fueron pastores evangélicos, mayormente
bautistas (BAUTISTAS, IGLESIAS) y metodistas (METODISTA, IGLESIA)
con una teología pentecostal y fundamentalista.

Las Asambleas son arminianas y creen además en el
bautismo en el Espíritu Santo, el don de lenguas, la
separación del mundo, la sanidad divina, el regreso
premilenial de Cristo y las doctrinas básicas del sector
evangélico del protestantismo. Su gobierno combina
elementos de presbiterianismo y congregacionalismo. Las iglesias
locales son independientes administrativamente, pero pertenecen a
distritos cuyos funcionarios ejercen cierta autoridad
jurisdiccional limitada a las iglesias y su ministerio pastoral.
Un Concilio General rige a los distritos en Estados
Unidos.

Las Asambleas están presentes en casi todo el
mundo y constituyen una de las principales denominaciones
pentecostales en Norteamérica, Ibero América y los
demás continentes. Además de agencias misioneras,
mantienen numerosos colegios e institutos bíblicos,
así como algunos seminarios teológicos y
universidades, y predican por radio, televisión
y prensa. Su
principal órgano es la revista El Evangelio
Pentecostal
. Su sede radica en Springfield, Missouri (EE.
UU.).

Particulares y adoptaron una teología intermedia
entre arminianismo y calvinismo. Sus ideas sobreviven sobre todo
en los BAUTISTAS DEL LIBRE ALBEDRÍO.

El trabajo hispano de las Asambleas de Dios en la ciudad
de Nueva York era desbordante. De diversos puntos de la ciudad
llegaban peticiones para abrir nuevos campos. Para entonces los
fondos financieros pudieran suplir las necesidades de las
iglesias hispanas de las Asambleas de Dios, por lo que se
tomó la decisión de comprar una sinagoga
judía localizada en la calle 109 entre las avenidas Park y
Madison, en Manhattan.

Como para 1935 el hermano Edmundo Jordán miembro
laico de la Sinagoga pidió autorización del pastor
Juan L. Lugo para establecer una escuela preparatoria para
maestros de Escuela Dominical, siendo este hecho el primer evento
de capacitación bíblica de lo que
vendría a ser con el tiempo, el Instituto Bíblico
Hispano del Este de las Asambleas de Dios, que fue anterior al
establecimiento del Instituto Mizpa en Puerto Rico, el año
siguiente.

Por razones del ministerio el hermano Lugo se
trasladó a Puerto Rico, siendo nombrado como pastor de la
Sinagoga Frank Finkenbinder quien para entonces era
superintendente de la Iglesia de Dios Pentecostal, que como
quedó claro era el nombre legal de la obra de las
Asambleas de Dios en la isla.

El hermano Finkenbinder conocía bien el ambiente
evangélico de Nueva York ya que había vivido buen
tiempo en este estado, de tal manera que como pastor de la
Sinagoga empezó a confraternizarse con los ministros
angloamericanos del Distrito del Este de las Asambleas de Dios,
siendo acompañados por los hermanos Manuel T.
Sánchez y Feliciano Colón, que para entonces eran
laicos a quienes el Señor los estaba preparando para que
en su momento cumplieran un rol muy importante en la
Obra

Reconstrucción de la Obra en Puerto
Rico

Una nueva página en el libro de la
historia de las Asambleas de Dios estaben a por
abrirse.

El remanente que había quedado en Puerto Rico
compuesto por hombres y mujeres detodas las edades pedía
la ayuda de los hermanos de Nueva York para empezar nuevamente
el trabajo de
las Asambleas de Dios en Puerto Rico.

Entre los hermanos que mantenían su
comunión con la fraternidad figuraban los esposos
Crescencio y Aurora Santiago quienes ya para comienzos de 1957
habían llegado desde Nueva York. Ellos encontraron un
templo cerrado en la localidad de San José de Toa Baja que
pertenecía a un concilio local con el que estaba
trabajando el hermano Aniano Rivera Seda, a quien le hablaron
sobre los planes de las Asambleas de Dios por establecer iglesias
con nombre propio. Rivera Seda sintió desde el primer
momento apoyar esta noble causa y días después, en
compañía de Herminio Isern pastor de una
congregación en Higuillar de Dorado, le manifestaron al
hermano Santiago que en su viaje a Nueva York les hiciera saber a
los ejecutivos del Distrito que podían contar con ellos en
la empresa
misionera por llevar adelante.

A su llegada a Nueva York, Santiago informó de
estas nuevas al superintendente del Distrito Hispano del Este,
quien reconoció en Aniano Rivera como el hombre de Dios
que el Distrito necesitaba para comenzar la obra nuevamente en el
territorio insular de Puerto Rico.

Pocas semanas después los líderes y
pastores del Distrito se reunieron con el hermano Aniano Rivera
en las instalaciones de la iglesia que pastoreaba el hermano
Manuel A. Cordero, la Primera Iglesia Cristiana del Valle, que
junto con la Iglesia Pentecostal de Washington Hights son unas de
las congregaciones pentecostales más antiguas del condado
de Manhattan establecidas en los años 1934 y 1935
respectivamente, como parte del bendecido ministerio que
proyectó a su paso por la ciudad de Nueva York Francisco
Olazábal, uno de los grandes pioneros de la obra hispana
en los Estados Unidos. Estas iglesias se afiliaron a las
Asambleas de Dios en los años cincuenta.

Como resultado de esta reunión el hermano Aniano
Rivera fue aceptado como obrero de las Asambleas de Dios,
quedando autorizado para representarla en los trabajos de
reconstrucción en Puerto Rico. En el otoño de 1957
el Distrito envió al hermano Cordero a Puerto Rico para
coordinar el trabajo inicial de la obra, en donde juntamente con
el hermano Rivera establecieron las primeras iglesias con el
nombre propio de las Asambleas de Dios, siendo una de ellas la
Iglesia del Valle de Aguadilla, cuyo pastor Manuel Pérez
era misionero sostenido por la Primera Iglesia Cristiana del
Valle de la ciudad de Nueva York.

En 1958 el Distrito del Este comisionó a los
hermanos José Cruz y José Caraballo para viajar a
la isla a fin de hacer una convocatoria por los medios de
comunicación, a pastores e iglesias independientes que
desearan trabajar con las Asambleas de Dios, recepcionando
oficialmente a seis iglesias: dos que estaban a cargo de
Fabriciano Picón y cuatro que estaban bajo responsabilidad
de los hermanos Herminio Isern, Manuel Pérez, Aniano
Rivera y Crescencio Santiago, quienes juntamente con los hermanos
Pablo Clemente, Tony Fonseca, Martín Padilla, é
Ibrahim Rivera se reunieron el 27 de octubre de 1958 en la
Iglesia Cristiana Nazareth, de San José de Río
Piedras. En esa reunión se eligió la primera
directiva de la Conferencia de
Puerto Rico conformada por Fabriciano Picón como
presidente, Aniano Rivera como secretario-tesorero y
Martín Padilla como vocal.

A raíz de la publicación que hicieron los
hermanos en el
periódico "El Mundo" invitando a las iglesias
independientes a unirse a la flamante Conferencia, la Iglesia de
Dios Pentecostal desató una campaña en contra de
los líderes recientemente designados, muy especialmente al
hermano Aniano Rivera quien era el verdadero motor que
impulsaba este nuevo movimiento, que entre otras congregaciones,
atrajo a cuarenta iglesias del Concilio de la Iglesia Pentecostal
de Jesucristo.

Por su parte el Distrito Hispano del Este logró a
tiempo que el concilio general con sede en Springfield, no
aceptara el pedido de la Iglesia de Dios Pentecostal de comprar
las instalaciones del Instituto Bíblico Mizpa en
Bayamón, reservando estos edificios como sede de las
Asambleas de Dios hasta el día de hoy.

Para julio de 1959 el hermano Manuel A. Cordero por
acuerdo del Concilio del Este renunció al pastorado de la
Iglesia del Valle así como de su posición ejecutiva
distrital, para trasladarse con su familia a Puerto Rico, en
donde se encargó de organizar el Instituto Bíblico
de las Asambleas de Dios, contando con el especial apoyo de
César Román quien a la edad de diecisiete
años fue nombrado pastor en 1958 de una de las
congregaciones del Concilio de la Iglesia Pentecostal de
Jesucristo, en el Barrio Manocillo de Río Piedras, cercano
a la ciudad de San Juan. En una carrera contra el tiempo se
hicieron urgentes arreglos a las instalaciones que habían
sido entregadas en deplorable estado por los dirigentes de la
Iglesia de Dios Pentecostal y para el 20 de agosto de 1959 se dio
comienzo a las clases para el primer y segundo años con
una participación de treinta y cinco estudiantes, en su
mayoría procedentes de la ciudad de Nueva York.

A comienzos de la década del sesenta fue
necesario hacer algunos reajustes en el trabajo práctico
de la obra, tuviendo que prescindirse de la participación
de los hermanos de la Iglesia Pentecostal de Jesucristo que se
separaron de las Asambleas de Dios. Sin embargo tres de las
congregaciones de aquel movimiento decidieron quedarse en la
fraternidad cuyos pastores Crucita Vásquez, Herminio Isern
y César Román siguieron proclamando con toda
autoridad y denuedo el mensaje del evangelio completo a
través de las Asambleas de Dios. El Distrito del Este en
todo momento siguió de cerca el trabajo en Puerto Rico,
recurriendo aún ante la corte de justicia cuando se
pretendió coaccionar sus derechos, resolviendo el
tribunal en favor de la Conferencia.

Posteriormente, Ralph Williams que por ese entonces
cumplía las funciones de superintendente del Distrito
Hispano del Este viajó a la isla para ayudar a reorganizar
el trabajo de la Conferencia de Puerto Rico, y más
adelante Rubén Nieves y Tony Fonseca formaron parte de un
comité transitorio encargado de preparar el borrador de
constitución y reglamento,
convocándose a una asamblea constituyente en enero de 1965
en San José de Río Piedras, siendo elegidos los
nuevos directivos de la Conferencia: Aniano Rivera Seda,
presidente; Bartolo Oliver, vicepresidente; César
Román, secretario; y, Alfredo Granado,
tesorero.

La Creación del Distrito de Puerto Rico a la vez
que avanzaba la obra en el territorio este de los Estados Unidos
el trabajo de la Conferencia de Puerto Rico del Distrito Hispano
del Este seguía adelante, manteniéndose una
estrecha comunión a todo nivel del ministerio en la isla.
Varios líderes del Distrito decidieron trasladarse a
Puerto Rico para sostener aún más el rápido
crecimiento de las Asambleas de Dios.

El hermano Carrión personalmente mantuvo una
estrecha supervisión sobre la Conferencia y a
comienzos de 1974 entendió que la
organización local ya estaba madura y era capaz de
auto sostenerse, por lo que decidió promover la
creación del Distrito de las Asambleas de Dios en Puerto
Rico, contando con el decidido apoyo del hermano Rubén
Nieves que para entonces era el superintendente de la
Conferencia, quien presentó el plan a los
pastores y obreros de las iglesias a lo largo y ancho del
territorio insular de Puerto Rico.

Es dentro de este marco de entusiasmo y ganas de seguir
avanzando que en la reunión anual de la Conferencia
celebrada el 26 de abril de 1974 en la Iglesia Pueblo de Dios
Pentecostal, en San José de Río Piedras se
aprobó por mayoría solicitar la creación
distrital ante el Distrito Hispano del Este, el mismo que en la
convención anual realizada del 9 al 12 de julio del
año en curso en las instalaciones de la Iglesia Hispana
Asambleas de Dios en Lancaster, Pennsylvania, acordó la
creación del nuevo Distrito, que fue finalmente aprobada
en la reunión del concilio general de las Asambleas de
Dios, celebrada en Denver, Colorado el 17 de agosto de 1975, con
el nombre oficial de Concilio Asambleas de Dios del Distrito de
Puerto Rico.

Luego de celebrarse la asamblea constituyente que
aprobó la constitución y reglamento, realizada en
la iglesia Tabernáculo Asambleas de Dios en Sierra Linda,
de Bayamón, que pastoreaba el distinguido hermano Manuel
A. Cordero, se procedió a elegir la primera junta
ejecutiva quedando compuesto por: Rubén Nieves,
superintendente; Teodoro Carrillo, asistente al superintendente;
Manuel A. Cordero, secretario ejecutivo; Wilfredo Díaz,
tesorero general; César Román, director de
Educación y, Ramón
Sánchez, director de Misiones.

De esta manera el hermano Adolfo Carrión
podía contemplar satisfecho, que el trabajo que se hace
para el Señor nunca es en vano y que en esta segunda hora
en la historia auténtica y permanente de las Asambleas de
Dios en Puerto Rico, dejaba un nuevo Distrito con 113 iglesias
establecidas y 206 obreros en pleno ejercicio de lealtad y
trabajo en la Viña del Señor.

De otro lado, a comienzos de la década del
sesenta el panorama político del mundo occidental se
alteró fuertemente por la revolución
de Fidel Castro
que después de derrocar al presidente Batista
convirtió a Cuba al
comunismo. Ante
esta situación y en plena época de la guerra
fría entre la ex-Unión Soviética y los
Estados Unidos, este país permitió la llegada de
decenas de miles de cubanos quienes se establecieron
mayoritariamente en el sur de la Florida así como en el
área metropolitana de Nueva York, principalmente en los
condados de Bergen, Hudson y Unión del vecino estado de
Nueva Jersey.

Este hecho motivó al Distrito Hispano del Este a
fijar un especial mecanismo dentro de su organización que permitiese sobrellevar el
trabajo entre los latinos del Caribe, centro y Suramérica
con los hispanos provenientes de la tierra de José
Martí,
para cuyo propósito varios líderes del Distrito
partieron del noreste para apoyar el trabajo en el sur, como es
el caso de Pedro Ríos que fue a Tampa en donde junto con
Andrés Román que había llegado de Cuba
abrieron varias iglesias que dieron lugar a la Sección de
la Florida siendo Román su primer
presbítero.

En julio de 1974 el Distrito dio otro paso importante
enviando a Epifanio Montes que había sido
presbítero de la Sección de Brooklyn, quien a las
pocas semanas asumió el presbiterio de la Sección
de la Florida, que tuvo que hacer frente a un trabajo intenso y
sacrificado para poder atender las necesidades espirituales y
materiales que las circunstancias exigían, por un lado la
incontenible ola migratoria procedente de Cuba y por otro, la
migración doméstica principalmente
de los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, cuya
gente escogió las áreas de Tampa. Orlando y el
condado de Dade que tiene su base en la ciudad de Miami, por su
excelente clima y
oportunidades para un mejor vivir, especialmente para las cabezas
de familias que habían ya cumplido su ciclo laboral en el
noreste del país.

El rápido crecimiento de la Sección debido
al abnegado trabajo de Montes como de pastores y obreros tanto de
los que envió el Distrito como los esposos Francisco y
Elsie Ramos, Mike Hernández, así como los que se
levantaron localmente, motivó la conversión de la
Sección en Conferencia de la Florida, existiendo muchas
congregaciones pioneras como la iglesia "La Luz del Mundo" en
Tampa del condado de Hillsborought establecida en 1973 y que
actualmente pastorea Francisco Castro. Para fines de la
década del setenta la Florida ocupaba el segundo lugar en
crecimiento demográfico a nivel nacional con más de
millón y medio de habitantes que hablaban el
español, cifra que años después
habría de incrementarse con el éxodo masivo de
cubanos del puerto de Mariel

Esta excepcional situación fue comprendida muy
bien por los directivos del Distrito Hispano del Este, teniendo
en cuenta además la distancia de mil cuatrocientas millas
entre la ciudad de Nueva York y el estado de
la Florida, que hacía difícil la
comunicación personal para el trabajo, además
de ser imperativo el establecimiento de un instituto
bíblico interno para preparar a los líderes locales
en las variantes ministeriales de la obra.

Dentro de este clima de comprensión y apoyo se
efectuaron continuas conversaciones entre los líderes de
la Conferencia con el superintendente distrital Adolfo
Carrión y con el superintendente general Thomas F.
Zimmerman, haciendo propicio el momento para que en la
convención anual de la Conferencia de la Florida llevada a
cabo en Ft. Myers, FL. en febrero de 1980, se acordara pedir al
Distrito del Este la creación como Distrito Hispano. Meses
después en la convención anual del mes de julio
realizado en el campo Mahanaim de la aldea de Swan Lake, Nueva
York, el Distrito Hispano del Este aprobó esta
petición, la misma que fue confirmada por el Presbiterio
General de las Asambleas de Dios en su reunión de agosto
de 1980.

El Distrito del Este en coordinación con los líderes de la
Florida procedió a fijar el nuevo territorio distrital
correspondiéndole los estados de Florida, Alabama,
Georgia, Mississippi, Carolina del Sur, Carolina del Norte y
Tennessee. Inmediatamente después se aprobó la
constitución y reglamentos como concilio del Distrito
Hispano del Sureste, en texto casi idéntico al Distrito
del Este. Finalmente, en enero de 1981 en la Iglesia Calvary
Temple Assembly se llevó a cabo la reunión de
ministros y delegados en la que se eligió la primera junta
ejecutiva conformada por: Gustavo Jiménez,
superintendente, Israel
Suárez, asistente al superintendente, Saúl Flores,
secretario, José Espinosa, tesorero y el incansable
Ricardo Tañón, director de Misiones. El flamante
Distrito empezó con cincuenticuatro
congregaciones.

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