El consumo de hortalizas y su influencia en la nutrición escolar. Papel del maestro
- Resumen
- Contenido del
Trabajo - El consumo de hortalizas en
Cuba. Recuento histórico - ¿Por
qué es necesario el consumo de hortalizas en la
nutrición humana? - ¿Cómo
influye el consumo de hortalizas en la nutrición
escolar? - ¿Qué
papel le corresponde jugar al maestro en la educación de
los escolares hacia el consumo de
hortalizas?
Resumen:
En el artículo se aborda la historia del consumo de
hortalizas en Cuba,
así como la importancia e influencia de éstas en la
nutrición
humana. También se exponen algunas ideas fundamentales
referidas al papel del maestro en la educación de los
escolares hacia el consumo de estos alimentos. De
esta manera pretendemos concienciar a los educadores de la
importancia que tiene la promoción de hábitos alimentarios
correctos en sus alumnos que se traduzcan en un buen estado
nutricional.
Palabras claves: cultura
alimentaria, hábitos alimentarios, hortalizas,
nutrición escolar, maestro.
ABSTRACT:
The article is about the history of the consumption of
vegetables in Cuba, as well as the importance and influence of
these in the human nutrition. Some fundamental ideas are also
exposed referred to the teacher's role in the education of the
students toward the consumption of these foods. In this way, the
author purpose is make aware the educators about the importance
of the promotion of correct alimentary habits in their students
that are translated in a good nutritional state.
Key words: alimentary culture, alimentary habits,
vegetables, school nutrition, teacher.
Contenido del Trabajo
El hecho de vivir en Cuba, un país tropical con
excelentes condiciones climáticas y suelos en
abundancia, resulta una garantía para cultivar hortalizas
todo el año. No obstante, los mayores rendimientos en la
Isla se obtienen en los meses menos lluviosos, ya que en esta
época del año las temperaturas son mucho más
propicias para el crecimiento y desarrollo de
estos vegetales. Además, la incidencia de plagas y
enfermedades es
mucho menor. Sin embargo, el consumo de estos vegetales y su
presencia en el menú habitual de la mayoría de las
personas todavía es insuficiente.
El consumo de hortalizas en Cuba. Recuento
histórico
La inclusión de los vegetales en la dieta humana
ha estado presente desde las primeras etapas de su evolución. Nuestros antepasados,
además de practicar la caza, la pesca y la
cerámica, aprovechaban las excelentes
condiciones climáticas para el desarrollo de una
incipiente agricultura en
la Isla. Su alimentación se basaba en la fauna abundante
de moluscos, crustáceos, peces,
reptiles, aves y
mamíferos, además de vegetales como
la yuca, el maíz, el
boniato, frijoles, guayaba, piña, entre otras
especies.
A la llegada del colonizador español
hacia finales del siglo XV, la población aborigen disminuyó
considerablemente debido a matanzas, abusos y enfermedades
desconocidas hasta el momento por estos. "Fue entonces la
influencia española la más importante en la
creación de una cultura alimentaria, aportando unas
cuarenta hortalizas y vegetales", siendo los cultivos más
extendidos el plátano y la caña de azúcar.
Al eliminarse la población aborigen se
perdió parte del conocimiento
que durante siglos acumularon acerca del uso de las plantas
silvestres alimenticias. Este hecho provocó la introducción de esclavos africanos al
país, y con ellos el cultivo y consumo de plantas
alimenticias ya usadas por esclavos y españoles durante la
travesía. Ejemplo de ello lo constituyen el
quimbombó, el melón de agua y algunos
tipos de malangas, entre otras.
Con el paso del tiempo la
cultura alimentaria hacia el consumo de hortalizas y vegetales se
fue afianzando en el país. La misma alcanza su
máximo esplendor en la época a partir de la segunda
mitad del siglo XIX con el arribo a la Isla de más de 130
000 chinos contratados para realizar trabajos agrícolas,
pero que realmente fueron tratados como
esclavos. Los inmigrantes asiáticos aportaron el intenso
uso de hortalizas y condimentos en la confección de platos
basados en vegetales, así como los deliciosos helados de
frutas y los dulces como el de calabaza china.
Durante el dominio
neocolonial, a pesar de las excelentes condiciones
climáticas de nuestro país, la producción de hortalizas y vegetales fue
abandonada en contra de la economía nacional y
el pueblo cubano. La mayoría de las tierras cultivadas
estaban destinadas a cultivos tales como la caña de
azúcar, el tabaco, los
cítricos, entre otros. Solo en algunas regiones del
país se desarrollaba particularmente el cultivo del
tomate y casi
toda la producción se exportaba hacia Estados Unidos y
Canadá.
Con el triunfo de la Revolución
Cubana el gobierno
revolucionario y el Partido Comunista de Cuba tomaron medidas
urgentes para ampliar la producción de hortalizas en el
país y de esta forma elevar el consumo per cápita
en nuestra población.
Durante muchos años la producción de
hortalizas para el consumo fresco en Cuba se desarrolló
bajo la dirección de grandes empresas
estatales, basada en los principios de la
"Revolución Verde" (altos insumos para altos
rendimientos) y producían grandes volúmenes de
diferentes cultivos hortícolas en áreas
compactadas. La propia naturaleza de
esos vegetales hacía que solo llegara a los hogares
alrededor del 50% de las producciones y en la mayoría de
los casos, con muy mala calidad, por lo
que la presencia de hortalizas para el consumo fresco en las
mesas cubanas todavía era insuficiente.
A partir de la Cumbre de Río de Janeiro efectuada
en el año 1992, donde se denunció la naturaleza
contaminante de las producciones agrícolas con altos
insumos, se hizo un llamado para desarrollar una agricultura
sostenible. Con la presencia de nuestro comandante en jefe Fidel
Castro Ruz, Cuba se pronunció a favor de los acuerdos de
la cumbre y a partir de 1994 comienza a desarrollarse a gran
escala la
producción de hortalizas en zonas urbanas y periurbanas.
Esta forma de producción se conoce como Agricultura
Urbana, la que se define como: "La producción de
alimentos dentro del perímetro urbano y periurbano
aplicando métodos
intensivos, teniendo en cuenta la relación hombre–
cultivo- animal- medio ambiente y las
facilidades de la infraestructura urbanística que
propician la estabilidad de la fuerza de
trabajo y la
producción diversificada de cultivos y animales durante
todo el año, basándose en prácticas
sostenibles que permiten el reciclaje de
desechos".
La producción de hortalizas a partir del movimiento de
Agricultura Urbana evidencia un sostenido crecimiento en la
última década, reportándose hasta el 2006
más de 4 Millones de toneladas, lo que ha hecho posible
elevar el consumo diario de estas durante todo el año. No
obstante, la presencia de este importante alimento en la dieta
habitual de la mayoría de las personas todavía es
insuficiente debido a que su consumo es poco variado, incluyendo
solamente un número reducido de hortalizas, así
como de preparaciones culinarias.
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