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Géneros Radiales y Televisivos (página 3)



Partes: 1, 2, 3, 4

Héctor
Larrea

Luego de poner su voz inconfundible en
"Rapidísimo", con más de 30 años en el aire. La historia del conductor es curiosa, ya que a
pesar de que comenzó su carrera en 1962, recién en
1970, cuando su popularidad en TV estaba en alza, pudo comenzar
su propio ciclo. En Rivadavia estuvo 21 años, luego
pasó cuatro años en El Mundo y al fin volvió a
Rivadavia. "Empecé en un programa que se llamaba
"Norteamérica canta". Querían poner en el aire el ciclo
para amortizar derechos que se le vencían. Entre
otros, tenían programas con Lionel Hampton y
Louis Amstrong. Trabaje a partir de ahí ocho años
seguidos allí.-Su popularidad le sirvió para hacer
la radio que le
gustaba…-Claro, fue raíz de eso empecé a hacer
"Rapidísimo". Comencé a tener cierta popularidad en TV
en 1969. En esa época cualquier boludo se hacía
popular… y ahora también. Pero el cholulismo de los tipos
que manejan los medios me permitió darme
el gusto. La TV me dio un poder que no me daba la
radio. Sin embargo la tele no
requiere nada especial. La radio, en cambio, requiere una
preparación."

"Una radio con buen humor puede cambiarle el día
a la gente. Un buen programa puede ayudarle a la gente a vivir
mejor. A mí me gusta el guitarrista Tomatito y lo paso, pero
no me lo pide nadie. Por ahí se pianta alguno pero en lo
posible trato de pasar lo que me gusta. ¿Quién carajo
va a pedir hoy a Charlie Parker? Nadie. Pero yo lo paso
igual."

Larrea, ese gran director de orquesta…(LGN
entrevistas)

-¿Qué ha cambiado en "Rapidísimo"
desde sus inicios?

-La esencia sigue siendo la misma, pero ha sufrido las
mismas modificaciones que la sociedad en general, en
especial en el aspecto económico; ahora todo está
más acotado, más modesto, pero en lo personal yo siempre pongo la
misma energía, entusiasmo y humor que cuando comencé,
allá en 1969, en Radio El Mundo (Maipú 555), y mantengo
el viejo romanticismo que me llevó a
compartir con la gente circunstancias y sensaciones que a mí
me llamaban la atención, y casi
inmediatamente comprobé que la gran mayoría sentía
lo mismo. Esta semana, sin ir más lejos, con los días
nublados y lluviosos recogí tantas anécdotas preciosas
referentes a la sensación que este clima provoca y que sólo
puede registrar la radio. Si me piden una definición de
"Rapidísimo" digo que va al plexo solar, a las emociones válidas que, pese
a los cambios económicos y sociales, siguen siendo las
mismas. Quizás el ingrediente más importante, y lo
quiero destacar, sea la cuota de humor que siempre tuvo. Yo
entrevisté a historiadores para saber cómo se
sobrellevó la vida en Europa durante las guerras y la respuesta fue
siempre la misma: humor, entretenimiento y relax. No olvidemos
cómo viajaban al frente de batalla, actores, músicos y
cantantes para brindar alegría y esparcimiento a los
soldados. La radio debe dar servicio, si no le es
útil a la gente no sirve, y en estos tiempos de cólera hay que poner un
paréntesis a toda esa carga de información que expresa
dolor, incertidumbre, bronca, insatisfacción, del día a
día. Recuerdo que una de las épocas más
difíciles en la conducción fue durante la Guerra de las Malvinas. Algunos se quejaban:
¿cómo pueden hacer humor cuando los jóvenes se
mueren en las islas? Me mantuve firme y no me arrepiento. Pienso
que ayudé a hacer más digeribles esos momentos tan
dolorosos.

-Muchos humoristas trabajaron con usted a lo largo de
este ciclo.

-Para dar algunos nombres: el Soldado Chamamé, Luis
Landriscina (cinco años), Mario Sánchez, Jorge Porcel,
Osvaldo Miranda (realizó pasos de comedia), Raúl Rossi
puso en el aire libretos de Wimpi, Carlos Russo, Norman Erlich y,
por supuesto, Víctor Harriague con el Dr. Pueyrredón
Arenales, una creación de Horacio Scalise y Jorge Marchetti.
A decir verdad, siempre soñé con tener un equipo propio
de guionistas.

PEPE ELIASCHEV

El periodista Pepe Eliaschev comenzó con su
programa de radio Esto que pasa, en 1985, cuando tenía 40
años. El programa pasó por distintos horarios y tres
mudanzas de emisoras, hasta recalar, en el 2001, en Radio
Nacional, en "el horario de la vuelta", de 18 a 20, donde
continúa hasta hoy. Este mes cumple 20 años, o, como le
gusta decir al propio Eliaschev, 14.000 horas al aire.

"Soy un tipo que se enamora de las continuidades. Y creo
que es un rasgo que falta en este país. A mí me da
mucha emoción decir 14.000 horas en el aire, este es el
programa en el aire más longevo, al menos en la zona
metropolitana."

"Conducir un programa no era solamente ser una figura
bonita a la que le fue bien en la tele. Ahora, el sexo es la herramienta que se
utiliza para llenar vacíos a cualquier hora del día, el
doble sentido y el estado de chacota
permanente. Es lo más fácil. Me da pena escuchar a
conductores muy serios que aceptan la presencia permanente de un
imitador en el estudio. Pero, claro, la culpa no es del chancho
sino del que le da de comer."

MATÍAS MARTÍN

"Basta de todo"

"Me parece que el componente humorístico es
central del programa, si bien no es un programa humorístico,
todo pasa por tomárselo con humor, algunas partes cuando
hacemos una entrevista hay una
búsqueda que sea entretenida pero no humorística y
la lectura de las noticias, pero hasta cuando
escuchamos música o cualquier momento se busca
destrabar una sonrisa; o de hacerlo más liviano, de
divertirse, es algo natural sobre todo en
"Cabito".

 "El humor es un componente vital para todos los
programas, no sé si escucharía un programa de humor.
Como oyente está bueno reirme y un rato pensar, y un rato
escuchar algo interesante y siempre manteniendo una sonrisa
latente en mi cara. Ginzburg no hace un programa de humor, sin
embargo te reís permanentemente.

No me fascina la idea de escuchar un programa de
humor."

CAPÍTULO III : "LA
VENGANZA SERÁ TERRIBLE"

FICHA DEL PROGRAMA: "LA VENGANZA
SERÁ TERRIBLE"

Emisión: RADIO CONTINENTAL – Hotel Bauen

Días y horarios: Lunes a viernes 24.00
hs.

Conducción: Alejandro Dolina, Guillermo
Stronati y Gabriel Rolón.

Productores: Nicolás Tolcachier- Maika
Iglesias

HISTORIA DEL
PROGRAMA

El ciclo comenzó con otro nombre, Demasiado
tarde para lagrimas
, en 1985 y por Radio El Mundo y lo
acompañaba Adolfo Castelo. Cuatro años más tarde
pasó a Radio Rivadavia, con Guillermo Stronatti. En los
comienzos de la década del noventa hubo un intento de hacer
televisión, sin mucho
éxito. "Volví a la
radio, pero fue como arrancar de cero", su programa se
emitía por FM Viva y se llamaba El ombligo del mundo.
Al año pasó a FM Tango, pero ya con el nombre
La venganza será terrible, donde estuvo también
un año para instalarse, desde el 94, en la medianoche de
radio Continental. Tuvo un pequeño paso por radio Del Plata,
durante 2001, y regreso a Continental, que en su año de
ausencia en la emisora nunca dejó de emitir programas suyos
grabados.

HISTORIA DE RADIO
CONTINENTAL

En la
madrugada del 28 de septiembre de 1969, Radio Porteña
cedió paso a la apertura de Radio Continental, que a lo
largo de más de tres décadas continúa informando,
brindando compañía, transmitiendo música, goles,
humor y cultura.

Con mas de tres décadas de vida en el aire, se
pueden homenajear a muchos de los profesionales que trabajaron en
Radio Continental en el transcurso de su historia: Adolfo
Castelo, Alberto Hugo Cando, Alberto Olmedo, Alejandro Fabri, Ana
María Campoy, Andres Redondo, Anibal Vinelli, Antonio de
Turris, Ari Paluch, Arnaldo Raskovsky, Atilio Cadorin, Bernardo
Neustad, Betty Elizalde, Carlos Garaycochea, Carlos Juvenal,
Carlos Mazza, Carolina Perin, Catalina Dlugui, Cesar Isella,
Cesar Magrasi, Claudio España, Daniel
Fernández Canedo, Daniel Mendoza, Diego Bonadeo, Diego
Fucks, Dionisia Fontan, Edgardo Alfano, Edgardo Mesa, Eduardo
Aliverti, Eduardo Rudy, Eduardo Van Der Koy, Emilio Stevanovich,
Enrique Alejandro Manzini, Enrique Almada, Ernesto Frith, Ernesto
Schoo, Esteban Mellino, Esteban Mirol, Ezequiel Korenblit, Felix
Luna, Fernando Bravo, Franco Salomone, Gabriela Acher, Haydde
Padilla, Hector Grossi, Hector Larrea, Horacio De Dios, Hugo
Gambini, Hugo Guerrero Martineithz, Jorge Aliaga, Jorge Azcarate,
Jorge Basurto, Jorge Jacobson, Jorge Porcel, Jorge Rosi,
José Ignacio Lopez, Juan Alberto Badía, Juan Carlos
Calabro, Juan Carlos de Pablo, Juan Carlos Mesa, Juan Carlos
Perez Laoizeau, Juan de Biase, Juan Fazzini, Juan José Moro,
Julio Cesar Calvo, Julio Lagos, Leo Rivas, Leo Vanes, Leopoldo
Costa, Luis Gariboti, Luis Majul, Luis María Stanzione,
Luisa Delfino, Magdalena Ruiz Guiñazú, Maisabe, Manuel
Rey Millares, Marcelo Tinelli, María Elena Walsh, Mariano
Clos, Mariano Grondona, Mario Pergolini, Mauro Viale, Miguel
Ángel Merellano, Miguel Brasco, Mónica Cahen
Dánvers, Nora Perle, Norberto de Goas, Norberto Longo, Nucha
Amengual, Orlando Marconi, Oscar Gomez Castañón, Oscar
Raúl Cardoso, Osiris Troiani, Osvaldo Granados, Osvaldo
Principi, Otelo Borrón, Pepe Elischeff, Pinky, Quique Pesoa,
Quique Wolf, Raúl Becerra, Raúl Calviño, Raúl
Delgado, Raúl Portal, Raúl Utizberea, Rene Cospito,
Ricardo Arias, Ricardo Espalter, Ricardo Jurado, Ricardo
Kirshbaun, Roberto Eguía, Roberto Gonzalez Rivero, Roberto
Vacca, Rosario Lufrano, Sergio Villaruel, Silvio
Huberman.

ESTRUCTURA TÉCNICA DE LA
SEÑAL DE RADIO CONTINENTAL

Radio Continental cuenta con un
renovado sistema informático en
red que permite la puesta al aire
de acabadas producciones artísticas y musicales. Sus
complejos editores de audio digital para la grabación de
todo tipo de materiales la ponen a la
vanguardia de la innovación
tecnológica en su rubro. El equipamiento técnico
del que dispone utiliza la más avanzada tecnología de audio: minidisc, DAT y el
software necesario para al
mejoramiento del sonido puesto en el
aire.

En la actualidad, Radio Continental y 40
Principales
transmiten desde cinco estudios con sistema de
audio digital centralizado por server. Posee un enlace con la
planta transmisora de UHF y antenas parabólicas que
bajan directamente del satélite las señales de cadenas
mundiales de televisión para el
Servicio Informativo Continental. El sistema se centraliza en
consolas de dieciséis canales entrantes y seis
salientes.

Todo este equipamiento, al servicio de un equipo
periodístico de calidad y de la mejor
música, permite ofrecer al oyente excelentes opciones a la
hora de sintonizar el dial.

La venganza será terrible propone un espacio
de reflexión y humor. La voz pausada, el pensamiento, la broma
exigente, el cuento y la música
olvidada dan forma al encuentro de generaciones en un clima sin
prisas.

Si hay alguien que ha podido mantenerse fiel a su
estilo, sin la necesidad de renovar, ese es Alejandro
Dolina.

No necesita estar cambiando su staff, o sus opiniones, o
su humor, quizás porque las personas que lo escuchan o ven
en vivo, son soñadores de alma y creyentes de leyendas urbanas
¿irreales? a rajatabla.

Su enorme capacidad para narrar, y su humor tan
particular hacen del programa una delicia para aquellos que creen
en los amores fallidos, en las mujeres endiabladas, o los hombres
sensibles.

Excelente lector, opina lo que siente, sin preocuparse
demasiado si lo que dice es compartido por los demás o no.
Eso lo hace atractivo para los jóvenes (que siempre
sueñan) y especial para los adultos (que nunca hubieran
querido dejar de soñar).

Recorridos a través de la historia, pero no de la
historia aburrida, sino de los pormenores. Siempre "lo picante y
truculento" de la misma, está presente.

Su humor, mechado con la implacable capacidad de
acompañamiento de Stronatti y Rolón, llega
profundamente al corazón del que lo
escucha.

La conjunción de humor, música e historia,
hace de su programa una verdadera delicia.
Así comienza la historia de un programa único e
increíble… con ustedes damas y caballeros "LA VENGANZA
SERÁ TERRIBLE"…

SINTONÍA
NOCHERA

"Cuando se apaga la luz, la radio y los programas que
acompañan a los noctámbulos o desvelados de la noche se
vuelven imprescindibles".

Lourdes Lávaque

"…La radio está hecha para los solitarios, los
desplazados o los que viven en sitios alejados. A diferencia de
la televisión –que
te obliga con terquedad a mirar en una sola dirección, que exige la
presencia de todo tu maltrecho cuerpo-, la radio está en
todas partes. Las personas solas necesitan la radio porque
sólo ella puede llenar los enormes espacios vacíos que
albergan hasta los apartamentos más diminutos. No se enfada
cuando nos distraemos, sino que tiene el tacto de comenzar en el
momento en que la encendemos. Su sonido es nuestro ángel de
la guarda: omnipresente pero modesto y sencillo. Mientras hacemos
nuestras cosas, la radio nos sigue pacientemente. Su insistencia
calma nuestras soledades más imprevistas y punzantes,
suaviza las distancias entre nuestras almas y las siempre
inalcanzables paredes. En ese sentido la radio es comprensiva, y
las personas solitarias están necesitadas de
comprensión…"
.

Esto se lo escribió una oyente a Paul Auster, quien
por ese entonces tenía un programa de radio. Sólo falta
agregar, para darle sentido a esta cita, que la noche está
hecha para los solitarios. Y allí es donde aparecen las
voces nocturnas, los programas de fondo.

"RADIONAUTAS…HORA
CERO"

A la medianoche, la proliferación radial de
videntes, profetas de dos pesos y vendedores de elixir se ve
amenazada por la aparición, casi insolente, de un gran
ficcionador que se atreve a proponer un humor inteligente,
valiente, culto – aunque sin afectación – y por
si fuera poco pletórico de recursos geniales.

Así, al dar la medianoche, por Radio Continental
y El Espectador este descarado ficcionador y sus secuaces Gabriel
Rolón y Guillermo Stronati, calientan los motores leyendo los mensajes que
llegan por correo electrónico al
programa a modo de preámbulo de una siempre amena
reflexión de ecléctica temática y singular
abordaje, para luego comenzar el viaje alucinante por la
ficción de los antiguos amores de Alejandro
Dolina.

De esta manera, el conductor se convierte en
diferentes y siempre entrañables antihéroes que
inevitablemente terminarán perdiendo a la mujer amada; para luego
desahogar las penas en el boliche acodados en algún
estaño mientras el sordo Gancé desgrana varios tangos y
alguna milonga en el órgano.

Indudablemente un programa que trasciende no se basa
únicamente en el deseo de hacer reír y éste no es
la excepción; en él, Dolina hace gala de sus
habilidades musicales y capacidad de improvisar (secundado en
forma muy armónica por sus compañeros) logrando que en
la construcción de los
bloques tanto las historias como la música o los
diálogos surjan de manera fluida y elegante.

A través de las iteraciones cuidadosamente
dosificadas a las que nos referíamos y unas interrupciones
que el oyente aprende a esperar tanto como las historias del
pasado amoroso del gran antihéroe – Dolina incorpora, a la
manera de los apartes del teatro, reflexiones personales en
las que vierte sus opiniones o, por decirlo de una forma en la
que quizás él no se expresaría, su
filosofía.

Una característica notoria del programa es el
innegable orgullo del autor por un producto excelente, de
irreprochable calidad de forma y contenido, con alguna nube de
tormenta que atraviesa el firmamento cuando algún adulador
empalagoso u omnipotente crítico de dos pesos cruza la
frontera de lo que Dolina
está dispuesto a admitir.

Finalmente, el tramo culmina con la dedicatoria de la
charla, que sería, en sentido más estricto la
elección de un "ranking" entre los personajes citados
según los criterios de los conductores y su sensibilidad
personal y que constituye un momento en el que Dolina parece
encarnar, de una sola vez, a toda su grey literaria, los
"muchachos sensibles de Flores" mientras que Rolón hace lo
propio con sus opositores, los "refutadores de leyendas".
Así, el programa hace esta única concesión al
romántico maniqueísmo de Dolina.

Una vez terminada la charla, ésta se ilustra con
una melodía que ilustra el tema disertado.
Asignadas ya dedicatoria e ilustración, el conductor
decreta, por primera vez en la noche, "¡pausa!" Como
preámbulo a la melodía elegida.

El segundo bloque del programa es la otra
concesión al mundo de la interactividad. En él se leen
los mensajes que los oyentes les hacen llegar por diferentes
medios, siendo obvia la preferencia que tiene el conductor por
las cartas, entendiendo por tales las
escritas con un estilo cuidado en la comunicación, no en
ese código seudomorse de los
correos electrónicos, y no necesariamente las que han sido
traídas por el cartero.

Al comenzar el tercer tramo, se instala la
tónica surrealista del segmento del programa que se dedica
al ama de casa, ya que como nos hace saber el propio Dolina, le
llaman numerosas amas de casa indagando acerca de éste o
aquel tema que puede oscilar entre tópicos tan variados como
la mejor manera de agarrar un canario o cómo elegir un
melón.

A los efectos de ilustrar acerca los asuntos
requeridos, se recurre a la lectura de sesudas
monografías publicadas en las más variadas fuentes, las que van desde
artículos de revistas de farándula hasta las reglas de
uso de la piscina del hotel en el que se hospedaron los
integrantes del programa durante su estadía en Mar del
Plata.

Un muy amplio y original repertorio de recursos
permite que las invenciones sean tan hilarantes para un
neófito como para el iniciado, pero permitiendo a éste
último esbozar alguna sonrisa cómplice cada vez que los
citados perpetradores comentan la dimensión exacerbada de
los objetos australianos (ya que como todos saben, en Australia
las cosas se hacen más grandes) la sequedad de Polonia o el
momento en que entran en escena los doctores Barragán y
Giménez del Cerro.

De todas maneras, además de una gran variedad de
recursos, lo que hace al éxito como humorista de Dolina, es
el dominio de la esencia de todo
histrionismo de improvisación: un manejo absolutamente
perfecto de la variable tiempo. Es así como no
solamente su sentido de la oportunidad es exacto como un
metrónomo, sino que lleva un control excelente de todas las
puntas del ovillo en que se convierte la trama de la historia que
va entretejiendo, de manera tal que va cerrando absolutamente
todos los temas abiertos, y al detectar un punto
dramáticamente adecuado para el final, sentencia "pausa" y
termina el bloque, dejando prácticamente siempre al escucha
con la sensación de haber sido testigo de algo que
valió la pena escuchar.

En fin, al terminar el programa, Dolina hace gala de
una exquisita destreza en el órgano tocando los temas que
pide la audiencia del programa mostrando ser dueño de un
repertorio increíblemente extenso.

Al final, a la voz de "corran las sillas y echen a
las viejas", el sordo interpreta un tema alegre, para que el
arquitecto encabece al público en el trencito que se dirige
a la salida, obviamente, con paso de murga…

Texto por Bernardo
Borkenstain

"El Negro" dando sus primeros
pasos con LA VENGANZA…

Poco a poco, dejó de ser un secreto para
convertirse en un fenómeno que pasó a transmitir sus
programas desde teatros llenos, y se dio el lujo de sumergirse a
experimentar con nuevos formatos aunque siempre sin abandonar su
amor al saber, su fino humor,
su desgarrada y poco complaciente visión de la vida y, por
sobre todas las cosas, darse el lujo de decir lo que piensa y
siente sin necesidad de realizar apologías tribuneras o
explorar libretos "políticamente correctos".

Allá por 1972 se inició en radio en el ciclo
"Mañanitas nocturnas", con Mario Mactas y Carlos Ulanovsky,
donde hacía el inolvidable personaje de Gómez, un
periodista pícaro. Aquí también contaba con la
compañía de Carlos Trillo (su dupla en Humor,
Satiricón y Mengano).

En 1980, trabajando en radio  Rivadavia como
gerente de Promociones,
presentó un piloto. Su nombre era: "Demasiado tarde para
lágrimas", pero no resultó. Es recién en 1987
cuando se puede concretar el proyecto. Pero como el formato no
interesaba, les dieron un horario totalmente marginal, el de la
medianoche. Lo acompañaban, nada más y nada menos que
Adolfo Castello, Elizabeth Vernacci y Jorge Dorio. Al principio
sólo era escuchado por algunos estudiantes de arquitectura trasnochados, pero
terminó siendo pasión de multitudes. En el mismo
surgieron el maestro Gancé (alias "el sordo"), quien se
equivocaba siempre y lo echaban a patadas; el mago oriental
Washington Tacuarembó con sus sombras chinescas; y por
supuesto la filosofía universal ambientada en el barrio de
Flores. Con este programa, Dolina conoció otro estilo de
público. Descubrió que en la noche, la gente escucha
radio de una manera diferente, con más paciencia y sin tanto
apuro. Cosa que lo ayudó bastante, ya que la mayoría de
su audiencia son jóvenes, que no tienen problemas por acostarse tarde.
Fue también en este programa donde creció otro
fenómeno, que luego será una característica
fundamental de sus programas de radio: el de los oyentes en
vivo.

 "Esto fue absolutamente casual. Primero
llegó uno, después otro y así se fueron sumando
hasta que los directivos prohibieron su ingreso. Nosotros los
escondíamos en alguna oficina, hasta que por fin
pudimos institucionalizar esta situación y hoy siento que no
podría hacer un programa sin público. Porque es ese
público el que me fue dando permisos -nunca quise parecer
presuntuoso- para animarme a concretar innovaciones: el canto, el
piano…
"

También fue innovador el hecho de transmitir el
programa desde diferentes ámbitos. En el Sindicato del Seguro se ubicaban alrededor de
mil personas; luego estuvieron en una sala del Paseo La Plaza,
después en el teatro Alvear, en donde se reunían
alrededor de unas cien mil personas por año. Más tarde,
en La Bodega, y actualmente en el Hotel Bauen. Este fenómeno
se da en la misma forma en Córdoba, Uruguay, y
alrededores.

Luego de un tiempo Adolfo Castello abandonó el
programa porque empezó a hacer "La noticia rebelde" en
televisión. Allí se sumó Guillermo Stronatti, y lo
hizo por casualidad. Él era el locutor de turno de la radio
y cuando se fue Elizabeth Vernacci (que era la locutora del
programa), Stronatti quedó a cargo. Él le hacía
preguntas y Dolina lo animaba a seguir; poco a poco lo fue
incorporando cada vez más al programa. Además como
Stronatti también canta, fue un aporte importante para
Dolina y sus programas.

 "Yo era el locutor de turno, cubría el
turno de 01.00 a 07.00 de la madrugada. Yo miraba y escuchaba lo
que decían Dolina y Castelo. Y después, como Castelo no
cantaba, Dolina empezó con el "maestro Gancé" a tocar
el pianito y yo me "enganché" cantando algunas cumbias,
acompañando alguna canción que hacía Dolina,
alguna rancherita. Y ahí empecé a tener un poco
más de participación. Después, Castelo se va a
hacer "La noticia rebelde", en ATC, en el año 1986 o en el
1987, y ya me quedo con Alejandro.  Todo se fue dando al
aire. Así como es el programa hoy, espontáneo,
improvisado, así fue. El negro m iba integrando. Dolina me
miraba fuerte y yo tenía que decir algo. Entonces, ahí
yo estaba más concentrado, porque Castelo no estaba, y yo
tenía que tirar algunos bocadillos al aire y dar algunos
pies para que Dolina se explayara.

Y sucedió así. Luego seguí junto a
él. Hicimos teatro; televisión en 1988, en Canal 11; el
ciclo de 1990, también, con "La barra de Dolina"…
Después hubo una separación de dos años, en 1991 y
1992. Yo volví a hacer algo que me encantaba, que era
relatar fútbol, en 1991. Yo ya lo había hecho en mi
pueblo, en 25 de Mayo, cuando tenía 16 o 17 años, y
volví siguiendo la campaña de los equipos de la ciudad
de La Plata, Estudiantes y Gimnasia. Relataba fútbol
los domingos y hacía un programa de lunes a viernes en la
radio de la provincia de Buenos Aires.

Después, en 1992, hice un ciclo en Radio
Rivadavia, y en 1993 ya volvimos a juntarnos con Alejandro en la
trasnoche de FM Tango. Y en 1994, en Radio Continental, hasta el
presente
."

 Es ahí, en 1994, cuando
nace el fenómeno llamado "La venganza será terrible".
Como lo describió el mismo Dolina, éste programa es una
continuación del anterior ("Demasiado tarde para
lágrimas"). Pero en el mismo lo acompañan Guillermo
Stronatti, y se le suma Gabriel Rolón. Quién
también se suma al elenco casi por casualidad. Según lo
cuentan sus propias palabras:

 "Yo conocía a Alejandro desde hacía
años porque yo era guitarrista de tango. En aquel momento me
pagaba los estudios como guitarrista de tango. Y Alejandro
necesitaba unos guitarristas para grabar algunas cositas que
quería, y entonces "caí" yo. Un cantante amigo me dijo:
"Yo te llevo mis violeros", y empecé a acompañarlos. Y
así, después de los ensayos nos quedamos mateando.
Y surgió una afinidad de temáticas, de intereses. Nos
empezamos a ver por fuera de eso. 

Y estuve como músico en alguno de los programas
que Guillermo y Alejandro tenían por televisión,
participando en colaboración en guiones en otros programas
de Alejandro. Y después, yo ya daba ese sueño de la
radio como un sueño en el cajón de los archivos. Ya había pasado,
ya me había recibido, ya trabajaba en lo mío. Y un
día me encuentro un mensaje de Stronati. Ellos estaban en
Mar del Plata. Y me dijo: "Rolón, llamáme porque quiero
que te vengas a Mar del Plata".

Yo lo llamé. El tenía que ir a Buenos Aires
por sus cuestiones comerciales. Y me pidió si yo podía
hacerle la suplencia esos 15 días, sobre todo para
acompañar a Alejandro en la parte musical.

Y ahí fui a hacerle la suplencia y… no me
pudieron echar más."

Así, al dar la medianoche, por Radio Continental
este descarado ficcionador y sus secuaces, calientan los motores
leyendo los mensajes que llegan por correo electrónico al
programa a modo de preámbulo de una siempre amena
reflexión, para luego comenzar el viaje alucinante por la
ficción de los antiguos amores.

Indudablemente un programa que trasciende no se basa
únicamente en el deseo de hacer reír y éste no es
la excepción; en él, Dolina hace gala de sus
habilidades musicales y capacidad de improvisar (secundado en
forma muy armónica por sus compañeros) logrando que en
la construcción de los bloques tanto las historias como la
música o los diálogos surjan de manera fluida y
elegante.

A través de las interacciones y unas interrupciones
que el oyente aprende a esperar tanto como las historias del
pasado amoroso del gran antihéroe – Dolina incorpora,
reflexiones personales en las que vierte sus opiniones o, su
filosofía.

Una característica notoria del programa es el
innegable orgullo del autor por un producto excelente, de
irreprochable calidad de forma y contenido, con alguna nube de
tormenta que atraviesa el firmamento cuando algún adulador
empalagoso u omnipotente cruza la frontera de lo que Dolina
está dispuesto a admitir.

Es así como no solamente su sentido de la
oportunidad es exacto, sino que lleva un control excelente de
todas las puntas del ovillo en que se convierte la trama de la
historia que va entretejiendo, de manera tal que va cerrando
absolutamente todos los temas abiertos, y al detectar un punto
dramáticamente adecuado para el final, sentencia "pausa" y
termina el bloque, dejando prácticamente siempre al escucha
con la sensación de haber sido testigo de algo que
valió la pena escuchar.

Cuando Dolina saluda, cuenta con una platea fervorosa de
300 personas, que asiste a la puesta en el aire del programa, en
una actitud casi de ritual, donde
se divierten, emocionan, cantan y, esencialmente, reflexionan
junto al conductor.

Dolina asegura que no tiene una fórmula y cuando se
le pregunta porqué eligió hacer este tipo de programa
el asegura que todo se basa en su preparación,
fundamentalmente literaria, en donde él trata de poner el
práctica ciertas habilidades musicales, narrativas y ejercer
de paso un poco el surrealismo. Él asegura
que su vocación es la de los libros, lo suyo se nutre
más en la actuación y desemboca en la radio donde todo
lo anterior es venturoso, pero no previsto. Con más de 20
años en la labor radial, Alejandro Dolina ha impuesto en la radiofonía
Argentina, una manera distinta de hacer radio.

"Padezco de insomnio desde los 15 años, y más que una razón filosófica, eso es lo que me llevó a preferir lo nocturno. Dice mi amigo Jorge Dorio (con quien compartí durante años un programa de tevé) que soy un narrador que de noche en lugar de escribir "cuenta por radio". Me importa mucho darle un acento coloquial a mi prosa porque disfruto de los movimientos precisos. La claridad es una virtud literaria, lo que no supone ausencia de metáforas ni figuras retóricas. Soy un artista aficionado que suele expresarse por distintas vías con idéntica insolvencia. Hacer radio es algo que me sucedió por casualidad; me inicié llamando de modo fraudulento desde el teléfono de la esquina dando informaciones del circo de Moscú como si estuviera en Moscú, con ese recurso tan de radio donde utilizamos un lenguaje académico para describir una situación cotidiana y palabras simples para describir una situación compleja. Diría que soy un hombre que escribe al que le hubiera gustado ser cantor de tango."
Dolina aclara que se siente mejor compositor que intérprete pero, por modestia, no señala que en esos años el ciclo para los jóvenes era de culto, grababan los programas en cassettes y se los pasaban, unos a otros con total fanatismo.
En el 2001, Alejandro Dolina pasó por una rara situación. Después de varios años de éxito, decidió cambiarse de emisora, y pasó de "Continental" a "Radio Del Plata". Pero mientras el hacía su programa en Del Plata, Continental repetía sus programas en el mismo horario.
"No fue nada fácil. Para comenzar debo indicar que, en 2001, trabajaba en Del Plata (hacía el programa en vivo) y Continental pasaba las grabaciones, es decir competía conmigo. Estaba primero y segundo en las mediciones. Lo digo con sarcasmo, pero en ese momento fue patético. Durante todo 2002, cuando regresé a Continental, el programa lo pagué yo, con sacrificios y tratando de no dar de baja a nadie. Y en cuanto al contexto del país, debo decir que no fue sencillo. Hacíamos el programa en el mismo horario de los cacerolazos, a veces el Tortoni no abría sus puertas por temor…"

Pero quizás, la mejor manera de comprender el universo de Dolina sea
recordar las palabras de su apertura:

"Atención: este programa
utiliza lenguaje metafórico y melindres quevedianos. Por los
tanto, se ruega a los froilanes relinchar en otros potreros. "La
venganza será terrible": un ciclo admirado por los
insensatos, despreciado por los mercaderes y premiado por los que
nunca lo escucharon. Plagios fieles, sabiduría diminuta,
ripios serviciales, sobresaltos proféticos y lustrabotismo
progresista"

CAPÍTULO IV :
"PERSONAJES DE LA VENGANZA …"

Biografía de Alejandro
Dolina

"La radio es algo que me ha sucedido. Soy
escritor, antes que ninguna otra cosa. Y si bien se mira, estas
cosas que aparecen en el programa son más propias de un
hombre que ha tenido trato con los libros que de un hombre que ha
tenido trato con el mundo del
espectáculo".

Alejandro Dolina nació en
Baigorrita el 20 de mayo de 1949 y se crió en Caseros. Sus
confusos estudios lo pasearon por el Derecho, la música, las
letras y la Historia.

Ha publicado cuentos y notas en diferentes
revistas. Desde 1985 ha conducido programas de radio y
televisión. Ha compuesto numerosas canciones y ha integrado
distintos grupos musicales como director y
arreglador.

En 1988 publicó su primer libro, "Crónicas del
Ángel Gris". Una edición corregida y
aumentada de esta misma obra apareció en 1996.

Es autor también de las comedias musicales "El
barrio del Ángel Gris", que obtuvo el premio Argentores en
1990; y "Teatro de Medianoche", que protagonizó él
mismo como actor y cantante.

En 1998 publicó la opereta "Lo que me costó el
amor de Laura", que fue llevada al teatro en el año 2000 y
obtuvo el premio Argentores en 2001.

En 1999 editó "El libro del fantasma". Y en 2002,
una recopilación de historias musicales escritas para la
radio bajo el título de "Radiocine".

En mayo de este año volvió a la
televisión con "Bar del infierno", todas las noches por
canal 7.

Su programa de radio "La venganza será terrible" se
mantiene desde hace veinte años al frente de las mediciones
de audiencia de la medianoche. Además, el público
concurre a las audiciones, que se realizan desde el auditorio del
Hotel Bauen, de modo que éste se ha convertido en un paseo
clásico de las noches de Buenos Aires.

Pero enfoquemos un pueblo de la pampa húmeda. Un
pueblo llamado Morse. Allí, en la provincia de Buenos Aires,
a pocos kilómetros de Baigorrita, es donde comienza esta
historia, con una mujer embarazada llamada Delfa
llegando al pueblo en busca de partera. Pocas casas, calles de
tierra. Un parto a las once y media de la
mañana, con el sol a todo galope por el
cielo. Aquel día, en ese pueblo, nació el hombre que esta noche se
sienta en el auditorio del Hotel Bauen lejos de todo sopor
pueblerino, a contar -con algun pudor y con amable cautela-
algunas cosas de su vida.

"Mi bisabuelo fue fundador de Baigorrita.
Querían que yo naciera allí, de modo que mi madre se
trasladó a Baigorrita. Con tan mala suerte que la partera
estaba en el pueblo vecino, Morse. De modo que la verdad
histórica es que yo he nacido en Morse. Pero yo no he vivido
nunca en Morse ni en Baigorrita. Mi familia vivió siempre en
Caseros".

Entonces, Baigorrita fue para Dolina el campo en el
verano, las vacaciones dulces de una infancia feliz en la pachorra
de la siesta, las bicicletas y los cardos y el olor interminable
de la pampa. Caseros no. Caseros era otra cosa. Era el sitio
donde aprendía a leer a los tres años de la mano de la
tía Elma. La casa gigante donde vivía, hijo único,
con padres, abuelos, tías solteras y la visita alborotada de
los parientes del campo. Y Caseros era, sobre todo, el sitio
donde había una biblioteca.

"Mi casa era una casa de personas librescas. Se
leía mucho, había muchos libros, y yo primero jugaba
con ellos y después me dio por leerlos. Era un chico rodeado
de grandes, al que todos le enseñaban cosas. Era una especie
de bufón de la corte pero no desdeñaba los juegos. Incluso en el colegio
he sido buen alumno, pero también un chico bastante
revoltoso, y más amigo de los atorrantes que de los
aplicados. En la intimidad de mi casa trataba con libros, pero no
bien salía debía dedicarme a otras actividades, porque
Caseros era una localidad más generosa en atorrantes que en
bibliotecas. Me he criado en un
barrio muy difícil, donde la cobardía era la peor de
las calamidades, la peor de las acusaciones. Un hombre cobarde ya
no tenía lugar allí ".

Desde chico tuvo el gusto enredado en la música.
Estudió bandoneón, piano, guitarra y hoy es capaz de
componer cosas que él mismo no puede tocar, por
complicadas.

Fue allí, en Caseros, donde comenzó todo. La
mutación del chico de barrio en un hombre exasperantemente
lúcido. La metamorfosis anunciada de
un muchacho más o menos reo en un hombre seriamente
desvelado por la tragedia de la vida y de la muerte y del amor. Porque
Dolina abriga una intención tremenda. La más noble y la
peor, por imposible. Este hombre nacido en Morse, anotado en
Baigorrita y criado en Caseros, este escritor y músico,
tiene la intención de no morirse nunca. De ser total y
definitivamente inmortal.

Dolina dice siempre la palabra exacta, nunca otra, en
ese tono florido que mezcla ciertos anacronismos con ciertas
exageraciones y ciertas exactitudes, y termina por provocar un
regocijo casi estético. Dice que siempre habló
así. Que, de adolescente, con sus compañeros del
Nicolás Avellaneda, apostaban a cuántas veces
serían capaces de intercalar en la lección el giro
rayano en… Dolina, entonces, transitando por una adolescencia más o menos
común. Algunas infelicidades, un manojo de complejos. Un
adolescente torturado y feliz, como tantos.

"Yo lamento no haber tenido una niñez
desgraciada ni una adolescencia llena de problemas, porque esto
suele generar buena literatura, pero he sido feliz. Mi papá
era un ejecutivo de Plavinil Argentina, un señor de
números. Nos llevábamos muy bien, nos queríamos
tanto… Me amaba tanto ese hombre… Y además cantaba
tangos. Mama era más parecida a mí, me comprendía
más. Pero yo no estoy muy seguro de haberla querido más
a ella ".

Los amores empezaron por la adolescencia, pero más
bien tarde. Y es que, entre muchachos grandes y barbados, él
era un adolescente pequeño, enjuto. Un pequeño hombre
que creció tarde.

"Me di cuenta de que les gustaba a las mujeres
más allá de mis merecimientos sólo cuando fui
grande. Antes, pensaba que los muchachos morochos, desgarbados y
flacos no les gustaban a las chicas. Tenía la idea de que se
morían por los señores rubios, peinados para atrás
y muy elegantes en su vestir. Un d'a alguien me dijo que no era
así, y mi vida cambió. Me sorprendo de mi suerte. Mis
compañeras han sido muchachas muy hermosas y muy
inteligentes que aparentemente estarían lejos de mis
merecimientos".

Terminó el secundario en el Nicolás Avellaneda
y, por seguir a sus compañeros, hizo algunos años de
Derecho. Trabajó en el correo clasificando cartas, en la
compañía telefónica, hasta que en una fiesta un
hombre le escuchó un par de retruques ingeniosos y le
propuso trabajar en una agencia de publicidad cautiva de Canal 13.
Después vinieron los artículos en Satiricón,
Mengano, Humor y los programas de radio: Mañanitas
nocturnas, con Mario Mactas y Carlos Ulanovsky, y, en 1986, el
comienzo de Demasiado tarde para lágrimas, con Adolfo
Castelo, un programa que escuchaban estudiantes de arquitectura
trasnochados y que terminó siendo pasión de multitudes.
Allí surgieron el Maestro Gancé, las sombras chinescas
por radio, la filosofía universal ambientada en el barrio de
Flores.

Leila Guerriero

Las otras voces de
Dolina

Guillermo Stronati

Lleva casi 20 años como alter ego de Dolina.
Locutor y productor comercial, Guillermo Stronati es el
compañero ideal del "negro Dolina".

Locutor nacional desde 1982. Hace 15 años que
comparte el micrófono con Alejandro.

Empezó a escuchar radio sólo a los 15
años. Antes andaba cazando sapos y metido en las zanjas.
Pero la imagen que tiene es estar
escuchando por Radio Rivadavia -como casi todos en el interior- a
Larrea, mientras que su abuelo leía el suplemento deportivo
del diario La Razón.

Gabriel Rolón

El licenciado Gabriel Rolón nació en Buenos
Aires en el año 1961. Realizó sus estudios en la
Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos
Aires.

Se graduó e hizo su especialización en
Psicoanálisis.

Desde entonces su actividad se circunscribe a la
Psicología Clínica, siendo su campo el tratamiento de
las Neurosis, las Perversiones y las
Psicosis.

También ha participado y participa en algunos
programas de radio y televisión, en los que intenta
canalizar las dudas de la gente y en los casos que sea necesario
derivar a las personas para que puedan iniciar un tratamiento que
los ayude en la solución de sus dificultades. En esta
función profesional ha
sido columnista de Tarde Negra, Va X Vos, Siempre Listos aunque
la gente comenzara a conocerlo públicamente por su labor en
Todos al Diván junto a Roberto Pettinatto y Karina
Mazzocco.

Trabajó en "A vos quien te ama?" Por América 2 que
finalizó en Diciembre de 2004. Por su veta como músico,
ha realizado trabajos radiales y teatrales junto a grandes
artistas, entre los que destaca su actividad junto a Alejandro
Dolina.

En la actualidad se lo puede escuchar por Radio Rock and Pop junto a
Elízabeth Vernaci los días jueves de 17 a 19 hs.,
diariamente 13.00 a 14.00 hs. y de 00.00 a 02.00 hs junto a
Alejandro Dolina en Radio Continental. Su último trabajo televisivo fue
"Mediodía, mucho más que noticias" junto a Guillermo
Andino que fue transmitido por América TV de Lunes a Viernes
de 11.30 hs. a 13. hs.

CAPÍTULO V :
"ENTREVISTAS TERRIBLES"

Entrevista a Marka Iglesias, productora de "La
Venganza será Terrible"

La tarde del martes 28 de noviembre teníamos
cita en un bar del barrio de Belgrano, para charlar con Maika
Iglesias, productora de "La venganza será terrible". La idea
era charlar con ella acerca del programa y su realización, y
luego, dirigirnos a la casa de Alejandro Dolina para
entrevistarlo, a pocos metros del punto de
encuentro.

Maika llegó alrededor de las cuatro y media, con
Alejandro, pero desafortunadamente este último no podía
quedarse ya que tenía otras obligaciones que le
impedían charlar con nosotros. De cualquier modo, la nota
con Alejandro quedó pactada para esa noche, en el hotel
Bauen, un cuarto de hora antes de la medianoche y salida al aire
del programa.

Maika es una chica joven y con una bonita sonrisa.
Nos sentamos en una mesa del bar y comenzamos a charlar acerca de
su función en el programa y algunas otras cosas. Esto es lo
que nos contó:

-¿Cómo llegaste a trabajar en el
programa?

-Yo tenía un trabajo gris; trabajaba con un
escribano y "El Negro" era cliente de este escribano. Yo
empecé a hablar con el productor y, obviamente, cuando vi
que el negro aparecía en la escribanía… Y yo
estaba estudiando comunicación en la
UBA… Para mi verlo a Dolina fue increíble, y me dije
"tengo que aprovechar esta oportunidad". Entablé una buena
relación con el productor de ese momento y lo llamé,
insistí, le mandé el currículum, hablé con
Alejandro y empecé a trabajar.

-En ese momento eran tareas leves
¿No
?

-Si, al principio apenas me registraban (risas).
Después me fui involucrando y bueno, aca estoy. Es un
trabajo que a mi me encanta y Alejandro es una persona que yo admiro
mucho.

-¿Cual es tu trabajo como productora? ¿De
qué te encargás
?

-En realidad yo no estoy mucho en el programa; yo estoy
mucho en el día a día del negro, desde que el se
levanta hasta que se va al programa. Yo no voy mucho al programa
porque tengo un bebé muy chiquito y no puedo estar todo el
día afuera, aparte el programa está muy armado; hace
muchos años que está y lo único que se prepara,
que se encarga "El Negro", es la reflexión del comienzo.
Después es pura improvisación.

-El programa está compuesto por la reflexión,
después el bloque de humor en el cual utilizamos
artículos de revistas como disparadores para luego con
Rolón iniciar una historia.

-¿De donde los sacan?

Son de revistas como "Mía", revistas viejas. Los
artículos que se encuentran se seleccionan y "El Negro" los
elige en el momento. Utiliza los títulos como
disparadores.

Después hay un bloque de mensajes; ahí el tema
principal son los oyentes, el público que está en el
Bauen… En realidad todo está muy aceitado y "El Negro"
lo maneja de taquito, no hace falta un trabajo de producción muy
importante. Yo me ocupo de lo que pasa cuando hacemos el programa
fuera del Bauen, como, por ejemplo, mañana que lo hacemos
desde el Teatro Argentino de La Plata. Esto requiere cuestiones
técnicas, controlar que
esté todo, ir a ver el lugar, exigirles como debe ser el
ingreso de la gente, contarles un poco como es el programa. En
estas situaciones siempre preparamos algo más especial;
invitamos cantantes, músicos, y esto requiere toda una
preparación a la cual yo me dedico.

-¿Quién se encarga de los contenidos
generales del programa?

-El contenido del programa, esencialmente, lo hace "El
Negro".

-Vos que sos tan cercana a el ¿Cómo lo
describirías?

-Yo podría decir muchas cosas de Alejandro…
Nunca me gustó hablar mucho de el porque se que no le gusta
que nosotros hablemos de el. Es por una cuestión de humildad
y yo lo respeto. A esta altura yo lo
quiero mucho, aparte de admirarlo como artista. Para mi es un
referente… Yo no voy a decirles a ustedes quien es
Alejandro Dolina porque ya lo saben. Lo que si puedo decirles es
que lo quiero mucho, ya que hace ocho años que estoy con el
viviendo el día a día, y se que puedo contar con el
más allá del laburo. Puedo agregar que es una persona
muy sensible y que aun hoy me sorprende su calidad de
artista.

-¿Por qué crees que el programa tiene tanta
vigencia, e incluso jóvenes con otros códigos, otros
tiempos y gustos musicales se abocan al programa?

-Creo que funciona porque hace algo distinto a lo que
hay, básicamente por eso y porque hace un programa
inteligente, y no hoy no abundan. El habla de cosas
difíciles pero de una manera que la gente lo puede entender;
lo que pasa es que tiene mucho público universitario, y a su
vez mantiene un público que lo sigue hace mucho. Creo que la
juventud necesita un referente
y el es un buen referente.

Creo que el éxito se debe a que es un programa
inteligente y artístico, con otros tiempos y que convoca a
la gente, lo que hace que el programa no sea solo un
espectáculo, sino un lugar de encuentro.

-¿Crees qué se podría hacer en
estudio?

-No, perdería mucha magia. Aparte "El Negro"
disfruta mucho del vivo.

-También hay que tener en cuenta que el programa
tiene ciertos discursos
teatrales.

-Si, seguro, y el disfruta mucho el ida y vuelta con la
gente.

-¿El programa baja línea o marca posiciones políticas?

-No, lo bueno del programa es que no hay una
posición política, se trata de combatir lo malo
con el arte. Lo mejor que puede suceder
contra los males de estos tiempos es, justamente, un programa
inteligente.

-¿Podés hablarnos de una evolución del programa a
través de los años? ¿Hubo cambios?

-En realidad el programa es siempre distinto. No hubo
grandes cambios a través del tiempo… El programa es
este y así funciona bien. Sin embargo siempre es una
historia distinta, las canciones que se tocan son distintas, el
humor es distinto. Si bien los personajes que hacen Rolón y
"El Negro" se repiten, las situaciones siempre
cambian.

-Nuestro gran interés era saber la
realización detrás del micrófono. ¿Cómo
manejan las improvisaciones?

-La reflexión jamás es improvisada… Una
vez "El Negro" la improvisó y la armó en el
momento… Bueno, el lo puede hacer tranquilamente. Pero en
realidad el investiga, las prepara por su cuenta y esto le quita
mucho trabajo a la producción; la producción lo que
hace es atender el teléfono, manejar la agenda… Lo que
pasa es que"El Negro" es muy completo, el ahora terminó de
escribir una obra que tenemos que producir para el año que
viene, organizar los ensayos, etc. El laburo de producción,
en cuanto a organización, es grande,
pero de lo artístico se encarga el.

-Eso quiere decir que el programa lo hace todo
Alejandro
.

-El programa es Alejandro. Rolón y Astronati llegan
cinco minutos antes del programa, ellos ni saben lo que va a
suceder. La artística del programa es de
Alejandro.

-¿Cómo está la relación de
Alejandro con la televisión?

-La televisión de hoy en día no se interesa de
las cosas que hace Alejandro. Igual tenemos un ofrecimiento de
Canal 7 y estamos viendo que va pasar con eso.

La entrevista con Maika llegó
a su fin.

Entrevista a Alejandro Dolina, conductor de la
"Venganza será Terrible"

Esa misma noche fuimos al Bauen. Faltando casi diez
minutos para las doce, Alejandro llegó al hotel. Estaba
vestido con traje oscuro y tenía muy buen humor. Se
sacó algunas fotos con sus fans y luego se
dirigió a nosotros para llevar a cabo la entrevista. Nos sentamos en
unos confortables sillones en el hall del hotel y esto es lo que
nos dijo:

-Estamos analizando "la venganza será terrible"
como formato artístico único en el medio. ¿A
qué crees que se debe la vigencia a través de los
años?

-A que el programa no es el mismo, ni yo soy el mismo ni
el público es el mismo. Es como si hubiéramos empezado
varios programas, entonces se crea una ilusión de
vigencia… Es la única forma de permanecer en el
tiempo; hay una continua sustitución de nosotros mismos, que
se verifica en todos menos en los locos. A veces esa
sustitución puede ser descendente, yo no digo que nosotros
hayamos crecido, a veces hay una cierta decadencia. En cualquier
caso me parece que, tanto el público como nosotros, nos
hemos ido reacomodando. Lo que pasa es que tiene el mismo nombre,
el mismo formato, y hasta los mismos lugares… Pero el
programa es distinto.

-¿En qué es distinto?

-Es distinto al programa que empezó; es menos
inocente, menos gracioso, pero posiblemente más complejo
porque el público tiene, a lo largo de tanto ejercicio, unas
exigencias superiores. En todos los géneros pasa eso.
Imaginemos el género policial; las
primeras novelas policiales seguían
este sistema: proponían una serie de sospechosos y siempre
era el menos aparente, pero después la gente empezó a
darse cuenta de todo estoy hubo otra exigencia; entonces se
empezó a hacer que era el más sospechoso y después
eso tampoco funcionó y hubo que agregarle un poco de
psicología a los personajes… Y con esto pasó
igual. Al principio bastaba con exponer el código y
después hubo que rellenarlo con alguna complejidad, y cuando
más complejo se hace un programa, necesariamente se torna un
poco menos… No solo menos gracioso, sino también menos
festivo.

-¿Vos tenés en cuenta eso a la hora de
hacer el programa? ¿Te lo planteas como un objetivo?

-No, no lo me lo planteo así, tan seriamente como
un objetivo… Como si uno digiera "bueno, ahora vamos a ser
más complejo, ahora más crítico"… Sale
así porque uno se va modificando así.

-La otra cosa que a mi me gustaría decir
señala un gesto de decadencia y es este lugar. Este lugar es
absolutamente inconveniente para nosotros porque es feo…
Unas butacas anaranjadas son lo menos conveniente para la
participación del público.

-¿Por el color?

-Por el color, por el tono amarillento de las luces, por
la arquitectura de pizzería… Es un lugar
verdaderamente espantoso, lo que no quiere decir que no sea
funcional; está bien ubicado, la gente está
moda pero yo preferiría
estar en otra parte. En general, cuando hacemos el programa los
viernes desde otros lugares, por ejemplo teatros o incluso
algunos clubes que son bastante menos funcionales que esto, son
lugares que convidan a una mayor participación y una mayor
concentración de la gente. La butaca te aleja.

-Es importante la participación de la
gente.

-Es importante. No es una participación desmedida;
participar no quiere decir subirse a la butaca o estrangular a
Rolón (Risas)… Estar concentrado en el
programa, eso quiere decir participar y la butaca no convida a la
concentración.

-¿A esta altura creen que ya no volverían a
hacer el programa desde un estudio de radio?

-Es que nunca lo hicimos. El primer año, cuando
verdaderamente lo hacíamos en un estudio de radio,
tenía una función de tal porque era grande y había
gente, siempre hubo gente. Hoy en día hacerlo en un estudio
de radio, con el tamaño que tienen, es hacerlo sin
gente… Habría que ver si yo tengo ganas de hacer otro
programa, porque otra cosa que yo creo es que esto no es un
programa de radio.

-Además, en el lenguaje que ustedes usan
se nota que hay mucho discurso
teatral.

-Hay mucho discurso teatral, hay mucha energía
teatral porque está la gente presente, hay una leve y torpe
actuación en la medida que a veces pasamos por distintos
personajes, personajes inconstantes diría yo que tienen
más de ese discurso, de ese código que de el de la
radio. La radio, principalmente la de estos tiempos, está
muy relacionada con la actualidad, con la noticia, con lo
historial, con el minuto, con el tiempo, con el frío, con lo
que está ocurriendo en ese momento y este programa es todo
lo contrario.

-¿Crees que el horario te ayuda a que pueda
tener otro ritmo?

-Seguro, si este programa estuviera a las diez de la
mañana me echarían al día siguiente.

-En un momento probaron hacerlo al
mediodía.

-No, lo que hicieron se hace mucho en las radios del
interior o en La Republica Oriental; hacer una edición del
programa y pasarla en otros horarios. A mi no me gustó eso.
Tenía mucha audición; la gente lo escuchaba e incluso
era posible que algunos tipos que por razones de trabajo no
pueden formar parte de la audiencia se acercaran. Pero, aquí
entre nosotros, la radio, estoy hablando de Continental, tiene un
andar a esa hora….Como decirlo…Muy ingenuo… Y
contrasta la ingenuidad de los locutores que creen lo que
están diciendo con nuestro cinismo. Entonces vos tenés
al locutor que está en vivo y dice (cambiando la voz) "Bueno
vamos a tener ahora un programa muy simpático con Alejandro
Dolina y Guillermo Astronati, j aja… Y es todo lo contrario
a lo que hacemos nosotros. Nosotros tenemos una mirada
cínica hasta de lo que hacemos nosotros, sobre el mismo
fenómeno que estamos realizando y entonces contrasta eso con
los tipos que creen. Hacen bien en creer, yo si tuviera un
programa periodístico debería creer en lo que estoy
diciendo… Al lado de ese creer, esa fe de los locutores,
aparece la ninguna fe que tenemos nosotros y hay un contraste que
es fatal.

-¿Cómo es la realización del programa?
¿Se manejan con improvisaciones?

-El programa es improvisado, salvo la charla inicial que
la sacamos, desde luego, de los libros. No es que yo escriba un
cuento cada día sino sería el escritor más
prolífico de la época… Sacamos de otros libros,
algo le agregamos y después si hacemos improvisación.
Las otras conexiones son pretextos para la improvisación. La
lectura de mensajes no es otra cosa que esperar un disparador
para ver si se mueve algo. Por eso un poco molesta "Juan saluda a
Pedro que cumple años", ese no es un buen mensaje. Pero
"estoy parado aquí arriba de la terraza y veo la
constelación de Orión…" eso es otra
cosa.

-¿Por qué pensás que la gente se
identifica con vos?

-No creo que se identifique con migo. Creo que hay un
grupo de gente, que no es muy
masivo tampoco, que está interesada en las mismas cosas que
yo, que no es lo mismo que identificarse… Eso pasa más
bien con los héroes o con los personajes del cine, acá tenemos
intereses comunes… Me parece… Quizá tenemos
éxito porque Rolón está siempre bien peinado
(risas), pero creo que además de esos intereses comunes
tenemos una velocidad común, la
velocidad del colegio, de las casas de estudio, la velocidad de
los grupos de amigos que tiene sus códigos de cinismo, de
humorismo, que a mi me parecen que son más interesantes que
el humorismo profesional que siempre está tendiendo trampas,
preparando chistes, buscando polisemias
inútiles

-Vos siempre seguís estudiando.

Si, porque no tengo más remedio. Para
preparar esta charla me puedo encontrar con algo que no alcanzo a
comprender bien y tengo que prepararme siquiera para robar bien.
Por ejemplo, para robarle a Rolan Barthes me tuve que aprender el
estructuralismo que para mi
era chino básico.

La entrevista llegó a su fin
porque Alejandro debía comenzar el programa. Le agradecimos
su tiempo y disposición y se fue al aire.

Entrevista a Gabriel Rolón, colaborador de la
"Venganza será Terrible"

-¿Cuál crees que es la razón por la
cual tienen éxito? ¿Por qué crees que sigue
perdurando "La venganza será terrible"?

-Hace 20 años que esta el programa, casi 21
años, por ahí la razón es porque no estorbamos a
nadie en este horario, como que ya esta instaurada "La venganza
será terrible". Más allá de eso, me sorprende que
chicos que venían cuando tenían 10 u 11 años ahora
ya vienen siendo muchachones de 30 años y siguen siendo
oyentes. Antes era Agustín de 11 años cuando llamaba,
ahora ya son Agustín marido y padre de 30 años, y le
sigue entreteniendo. Tal vez es que encuentran una forma de
aprendizaje en la media hora
inicial con Dolina, cuando les hablo de historia universal, de metafísica, de mitos griegos; encuentran un
humor sano, en la segunda media hora cuando deliramos un poco con
las revistas y por ahí les gusta la parte musical, pero
realmente yo no hubiese sido oyente por tantos años de este
programa, ya hubiese abandonado.

-Pero igual se siguen sumando nuevos
oyentes.

-Si, se va renovando, hay como un público targuet,
de acuerdo a las mediciones, entre 20 y 55 años, ese es el
público mayoritario. Ya mas grande no, y mas chiquitos
tampoco, porque escuchan FM. A los pibes sacarlos de la FM es muy
difícil. Yo creo que si este programa saliera a la noche
simultáneamente en FM y en AM tendría un poco más
de encendido, pero esto es algo a lo que se resisten las empresas porque divide la
audiencia, y a ellos les sirve la medición de una sola
frecuencia, por cuestiones publicitarias, de targuet. Esas son
cuestiones que manejan los marketineros; de todos modos seguimos
luchando, yo creo que ya estamos en los arrabales de un nuevo
ciclo porque se esta hablando de renovar para el año que
viene, ha habido algunas ofertas de otras radios también.
Siempre ocurre, amagan, nos quedamos en continental durante dos
años cuando llegamos hasta ultimo momento del año
pasado negociando con Rock & Pop pero no se dio porque
perdíamos el interior. Asomaron ahora otras posibilidades,
incluso Radio 10 se vió interesado, que es un público
totalmente diferente, un público más grande, y se
vió interesado en este producto también, porque es en
el único horario que pierden aparentemente en cuanto a la
medición. No se cómo lo tomaran los chicos, los oyentes
nuestros, ¿cómo lo tomarías vos?

-En Radio 10 me daría como un prejuicio.

-Ese es el tema, la gran disyuntiva que tenemos
todos.

-¿Pensas que perderían
público?

-No se, el publico que nos escucha a nosotros por
ahí nos sigue ahí también, nos siguió de FM
Tango, pero era una frecuencia modulada musical, ya la otra tiene
alto contenido político también.

-El tema es que sean vivos y que la audiencia venga,
se acerque, escuche, esté ahí, los vea a ustedes, vea
la Trastienda, esté cerca de ustedes ¿crees que
contribuye esto?

-Sí, ayuda, es un estímulo que nosotros
necesitamos día a día, porque cuando no tenemos la
posibilidad de hacerlo en ningún lado, porque el Bauen
está ocupado o porque no hay ningún salón
disponible preferimos mandar un programa grabado. Porque sentados
en la mesa de la radio, con los micrófonos de radio
mirándole la cara al operador no se produce en nosotros lo
que se produce cuando hay un público presente. Esto es un
programa que se transmite por radio, se hace desde un marco con
público, en un teatro o en un salón. A veces tenemos
que aclarar algunas cosas cuando "El Negro" gesticula o me hace
señas de algo y yo le digo que es radio, que se arrime mas
al micrófono y que lo explique porque por ahí priorizas
mas el espectáculo arriba del escenario, la puesta en escena
que lo que estas tratando de mostrar, entonces el público
presente lo entiende y el que está en la casa no.

-Yo pienso que el tema de no cambiar, se improvisa
mucho, pero la estructura sigue siendo la
misma y no se notan esas nuevas velocidades que hay, de los
nuevos ritmos. Esa creo que puede ser una de las razones del
éxito.

-Por ahí se tolera porque es AM, la FM tiene otro
vértigo, incluso en la tanda publicitaria, los avisos son
leídos de otro modo. Si, aparte la paciencia que tiene la
gente de escuchar a esta hora, porque en otro horario no
podría ir este programa, se ha intentado algo al
mediodía pero la gente a esa hora tiene otras urgencias,
prioriza escuchar información de lo que acontece en la
calle, si hay piquetes, sobre el tema de la inseguridad, está mas
pendiente de lo que dice el noticiero. Nosotros necesitamos armar
una situación, un clima, y si cada 15 minutos entra un tipo
y nos tira un flash de lo que está pasando
en Avenida de Mayo y Piedras, y que hay un piquete en Plaza de
Mayo es como que nos saca un poco de clima. Por eso en el horario
de la noche hay tanta paciencia y por eso se maneja en este
ritmo.

Entrevista a Guillermo Stronati, colaborador de "La
Venganza será Terrible"

-Estamos tratando de investigar porqué prende
tanto en la gente "La venganza será terrible", que sigue a
través de los años. ¿Vos tenés alguna
teoría o alguna idea
sobre eso?

-La verdad que no, a mi me da la impresión de que
es un programa que tiene una estética y una ética de mucha coherencia,
me encanta Alejandro y me parece que a lo mejor en medio de
cierta cultura que tenemos de ir y venir, de pasarnos de un bando
al otro con estas cosas una cierta permanencia, como te digo la
ética y la estética, y la coherencia artística, a
lo mejor a la gente le interesa y hablo exclusivamente de la
radio, de la cuenta de Alejandro. Es bastante claro, vos sabes lo
que podes esperar acá y qué cosas no vas a encontrar,
sabes que no va a haber determinado tipo de chiste, si va a haber
otros, te hace llevar por delante la mitología griega. Me
parece que genera, bueno la cultura de los medios, aunque parezca
raro, es casi una trasgresión. A los jóvenes les parece
transgresor que uno pueda estar hablando de Isabel la
católica o de los mitos griegos en un medio
argentino.

-¿Soles preparar tu segmento antes de venir
acá?

-No, hace 7 minutos y medio que tendríamos que
haber empezado (risas). No, me subo y lo hacemos.

-¿Eso crees que le puede servir al programa, a
la idea general?

-Sí, yo creo que le sirve. El que tiene que hacer
el trabajo es Alejandro, que es el que arma la charla inicial,
hay que buscar material y hay que sentarse y escribir un poco.
Nosotros vamos aportando y tratando de ser los más frescos
posibles con las cosas que se nos ocurren,
improvisando.

-En la parte de psicología, que jugas al doctor,
¿eso lo hablas en serio?

-No, no para nada, es más suelo decir conceptos
erróneos a propósito para dar pie a algún chiste,
ponerme en una postura más límite de la que desde un
lugar psicológico convendría.

-Se suele tomar en serio, a veces la gente lo
cree.

-Sí a veces sí. Es raro, muchas veces
Alejandro recibió correos de si le parece maltratar así
a un compañero de trabajo, y nosotros nos estamos
divirtiendo, pero bueno, es así.

Partes: 1, 2, 3, 4
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