- La Dictadura
- La
Tiranía - Diferencias notables entre
ellas - Los
Gobiernos de facto - Los
latinillos - El
Perro Rabioso - El
latín, los curas y el pueblo - Breve
incursión en el Derecho - Bancarrota de la
doctr. De facto - La
opinión de Maquiavelo - Ampliación
de citas
PRIMERA PARTE
UN DIBUJO DE
EL HOMBRE
LIBRE (26/3/1947)
LA REPÚBLICA ATROPELLADA POR LAS
DICTADURAS, TIRANÍAS O GOBIERNOS DE FACTO
En estos días, en La Argentina, a raíz de
diversos acontecimientos relacionados con el gobierno militar
llamado Proceso
(1976), caracterizado por sus violaciones a los derechos humanos,
han aparecido muchos artículos periodísticos en los
cuales se identifica a ese gobierno como una dictadura. Es
por ello que me siento obligado a efectuar algunos comentarios,
que también se pueden aplicar a todos los gobiernos de ese
tipo, tan comunes en todas las regiones del mundo.
Ante todo debo aclarar que no quiero hacer de este
trabajo un
estudio más de derecho.
No quiero que pierda el carácter periodístico.
Debo señalar también, que ya es hora de
definir cuales son Dictaduras y cuales
Tiranías.
LA
DICTADURA
Dictadura es una palabra que deriva de dictador:
magistrado supremo nombrado en Roma en tiempos
peligrosos, jefe supremo que ejerce un poder absoluto aunque
temporario.
Se refiere a un sistema de
gobierno donde las normas se
"dictan". Las nuevas obligaciones
se establecen en forma escrita y los derechos suspendidos
también.
Tienen un tiempo de
duración (generalmente de seis meses a dos años).
El gobierno se ejerce como poder
absoluto, pero en forma temporaria y a veces se origina en
una situación de emergencia. Algunos creen que las
dictaduras se denominan duras porque son fuertes o
rígidas.
Si así fuera, tendremos entonces muchas
Dictablandas.
LA
TIRANÍA
Creer que el término Tiranía se debe
utilizar sólo referida a dictaduras
personalizadas , o sea cuando existe la figura de
un tirano, es un error que nace de la costumbre de
nombrarlo como único culpable de un gobierno
despótico. Cosa corriente en Roma antigua, pero
imposible en la realidad de los gobiernos actuales, donde aunque
aparezca un solo tirano, se gobierna en equipo representando y
hasta obedeciendo a grupos de poder
muy amplios y hasta diferentes. Lo mismo se podría objetar
con el vocablo dictadura que nació también en Roma
definiendo dictador a un "magistrado supremo". Hoy se llama
dictadura también, aun cuando en un gobierno dictatorial,
son varios los dictadores (Ej.: una junta militar). Del mismo
modo, la tiranía existe, aun donde los tiranos son
varios.
DIFERENCIAS NOTABLES
ENTRE DICTADURAS Y TIRANÍAS
La característica principal de la tiranía
es ser sinónimo de despotismo. Mencionamos antes a
las Dictablandas, ironía muy común empleada para
con los gobiernos que sólo son autoritarios. En cambio no
existen ironías para las tiranías. Nunca se
ironizó con el término Tirablanda. Las
tiranías han sido siempre de terror. Entre las dos
guerras
mundiales (una sola tragedia dividida en dos actos) surgió
en Europa un rosario
de dictaduras, más parecidas a simples gobiernos
autoritarios.
Así ocurrió con: Hungría (1920),
España
(1923), Portugal (1926), Polonia (1926), Lituania (1926),
Yugoslavia (1929), Letonia (1934), Estonia (1934), Bulgaria
(1935), Grecia (1936)
y Rumania (1938).
Pero en Rusia (1917),
Italia (1922),
Alemania
(1933) y España (1939), nació el totalitarismo. Con
ideologías diferentes y un similar despotismo. En ellas
aparece, además, la figura del tirano: Stalin, Mosolini,
Hitler y
Franco.
Ellas dan nacimiento a las modernas tiranías. Tan
es así, que en 1936 Elie Halévy (francés)
pronosticó que el mundo había entrado
irremisiblemente en la "era de las
tiranías".
Samuel Hogtington divide a las dictaduras en
institucionales o personalizadas, Estas
últimas se comportan – dice — de manera distinta,
"por lo general no realizan transiciones ordenadas,
aferrándose al poder hasta el final, es decir hasta que el
tirano muere, es asesinado o derrocado".
Considera, entonces que las dictaduras
personalizadas terminan en
tiranías.
Las dictaduras generalmente se fijan sus propios
límites
en el momento de asumir, al establecer sus
"postulados", reconociendo que "en la vida todo
tiene un límite", conocedores sus jefes de lo fácil
que es extralimitarse cuando se tiene el poder absoluto. Las
tiranías, por el contrario, jamás respetan
límites, precisamente porque ni siquiera respetan la
vida.
Pero veamos la opinión de un actor principal de
uno de los gobiernos militares argentinos, el general Roberto M.
Levingston, presidente en el período 18/6/70 –
23/3/71, al juzgar su gobierno y a sí mismo:
Reportaje del diario La Nación
del 14/8/2005 a este Gral. de 85 años. Periodista: —
¿Qué le produce a Ud. que se mencione a los
presidentes militares como dictadores?.
Gral.: — Nada. Un gobierno militar es,
en realidad, una dictadura. Pero una dictadura no es una
tiranía.
Periodista: — ¿Acepta, entonces,
que le digan que fue un dictador?
Gral.: — Normalmente digo que he
presidido un gobierno militar, porque cuando se emplea la palabra
dictadura se la emplea con sentido peyorativo. Los gobiernos
militares (en la Arg.), salvo el último, el PROCESO, han
sido siempre respetuosos de los ciudadanos. ¿O Ud. tiene
otra información.
Fuente: Nestor Gorojovsky –
Reconquista Popular.
Como vemos, este presidente militar, acepta ser
considerado dictador, pero jamás un tirano.
Es que, como él mismo lo dice: una dictadura
no es una tiranía. Además, no permite que se
compare a su gobierno con el llamado Proceso.
Un rasgo de las dictaduras es el plazo de
duración.
La tiranía, en cambio, se define a sí
misma casi eterna. Los Nazis hablaban de mil años (porque
iban a ser el nuevo Imperio
Romano).
El diccionario la
define como gobierno despótico, injusto y cruel, con abuso
excesivo de autoridad.
Esos gobiernos, que son siempre usurpados e ilegales, se
caracterizan por su injusticia y arbitrariedad. Nosotros, a la
última que pasamos en la Argentina, le agregaríamos
"sangrienta" y así tendríamos la
definición exacta.
Llamar dictadura a una tiranía como ésa es
una injusticia, al mejor estilo de las leyes del
perdón que se otorgaron después.
Si bien ambas son como enfermedades indeseables de
los sistemas de
gobiernos, son muy distintas por su gravedad. Así como las
enfermedades: unas son muy molestas y nos quitan las ganas de
vivir, pero otras son peores porque nos quitan la vida
directamente
Igualmente, las dictaduras quitan las ganas de vivir,
por eso muchos emigran y se exilian. Pero las tiranías
persiguen y ejecutan a los opositores sin darles tiempo para
huir.
Si existió en nuestra historia nacional un largo
período dictatorial al que llamamos la Tiranía de
Rosas (1835-52),
aunque el acceso al gobierno fue votado por la Legislatura,
— característica de una dictadura — ¡cuánto
más debiéramos llamar tiranía al Proceso de
1976, siendo que usurpó el poder!.
Si existiera la necesidad, académica, de
personalizar el término tiranía con un
nombre propio tendríamos entonces la dupla exacta: La
Tiranía del Proceso.
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