A las madres, que en el de cursar
de la vida diaria contribuyen, de manera consciente o
inconsciente, a desarrollar algunas de las formas de maltrato
infantil.
INTRODUCCIÓN:
El maltrato infantil es tan viejo como la humanidad
misma. La Biblia recoge muchos ejemplos, y tal vez el más
conocido sea la Matanza de los Incocentes, ordenada por
Herodes, temiendo el nacimiento de Jesús, Rey de los
Judíos.
El termino maltrato infantil es un
fenómeno complejo de la sociedad que
se conoce desde la antigüedad, engloba a cualquier grupo
socioeconómico, resultando mas vulnerable la población en edades extremas.
El infanticidio
es uno de los actos más violentos practicados sobre los
niños y
aceptado en tiempos remotos por motivos religiosos o
disciplinarios. Las tribus tamalas de Madagascar, sacrificaban al
hijo nacido en día nefasto para proteger a la familia;
los egipcios ofrendaban una niña al río Nilo para
que fertilizara mejor la cosecha anual; en Grecia y
Roma los
niños enfermos y malformados eran eliminados; mientras que
en China, arrojar
el cuarto hijo a las fieras constituía un método de
control de la
natalidad.
Con el cristianismo
hay un cambio
conceptual al concebirse los hijos como enviados de Dios,
invirtiéndose los principios
morales de la familia, y la
paternidad pasó a otorgar más deberes que derechos, hasta que San
Agustín, con su imagen
distorsionada del niño como un ser imperfecto y
malévolo, influye notablemente en la educación del
siglo xvii, pasando el castigo corporal a ser indispensable en el
trato del niño. No es hasta el siglo xviii que nuevamente
se revaloriza al niño como persona a partir
de su importancia económica como fuerza de
trabajo en la
Revolución
Industrial, obviando el aspecto humanitario de la
cuestión.
Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando aparecen por
vez primera publicaciones en relación con este tema. En
1860, Ambrosio Tardieu, médico francés,
publicó un artículo describiendo lesiones
particulares halladas en los niños, pero no es hasta casi
un siglo después, en 1946, cuando el radiólogo
John Caffev enuncia los primeros conceptos formales al
respecto, al publicar hallazgos de fracturas múltiples y
hematomas subdurales en niños cuyos padres no ofrecen una
explicación coherente. Años después, en
1966, Kempe y Silverman, agregan a este enunciado la
internacionalidad del adulto en la lesión.
En la actualidad se mantiene vigente el problema.
Millones de niños viven sometidos a trabajos forzados,
prostitución, hambre, frío,
mendicidad, careciendo de educación y atención médica por
irresponsabilidad social y familiar, y se agrava constantemente
la situación por el empeoramiento de las condiciones de
vida, incremento de la pobreza,
drogadicción, alcoholismo y
delincuencia,
sometiéndosele cada vez más a violentas formas de
castigo corporal físico, o a las más sutiles
torturas sicológicas, negligencias y negación de
sus más elementales derechos.
En relación con el niño pueden darse
situaciones diversas pues suele ser un hijo no deseado, con
peculiaridades que no satisfacen las expectativas de los padres:
sexo no
deseado, irritable, desobediente, con presencia de
discapacidades, difícil de educar, demandante, enfermizo,
con alto nivel de actividad motora e hiperquinesia. Con mayor
frecuencia son varones y menores de 5 años los más
susceptibles al maltrato físico, mientras que son las
hembras en edad escolar las que más sufren el abuso
sexual.
El síndrome del maltrato infantil (SMI) es un
importante problema de salud de carácter universal, que resulta de una
compleja interacción de los factores de riesgo del
individuo, la
familia y la sociedad. Su identificación es un verdadero
reto para el médico, pues la historia clínica
recogida es muchas veces inexacta, engañosa, los hallazgos
al examen físico son en muchas ocasiones
inespecíficos y los médicos, la mayoría, no
lo incluyen en su diagnóstico diferencial. Por todo lo
señalado los médicos deben afrontar la disyuntiva
de diferenciar entre lesiones intencionales y no intencionales
(también llamado por algunos "accidentes") y
tomar una decisión operativa en beneficio de la salud del
niño.
Jordán J. R. en numerosos análisis realizados en Cuba sobre
accidentes en el niño, consideró el concepto de
accidente como un vocablo impreciso. Señaló a los
accidentes como un problema de salud que depende de la conciencia que se
haga del problema. Dijo: "Los accidentes ni son tan inevitables,
ni son tan accidentales."
Por la gran cantidad de definiciones del SMI que
dificultan notablemente establecer comparaciones entre diversos
estados o países, la OMS en su reunión de consulta
sobre la prevención del maltrato infantil redacto la
siguiente definición en el año 1999.
"El maltrato o vejación de menores abarca todas
las formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual,
descuido o negligencia, explotación comercial o de otro
tipo, que originen un daño
real o potencial para la salud del niño, su supervivencia,
desarrollo o
dignidad en el
contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder."
Una primera clasificación del SMI es la que se
basa en la intencionalidad del daño clasificándolo
en:
- Maltrato intencional
- Maltrato no intencional
(negligencia-"accidente") - Maltrato indeterminado. (cuando no es posible
determinar intencionalidad)
El SMI también puede ser clasificado en 6
categorías:
- Abuso físico.
- Abuso sexual
- Abuso psicológico
- Negligencias
- Abuso prenatal
Como hemos visto es posible separar las
múltiples formas de síndrome de maltrato o
abuso infantil, de acuerdo con la diversidad de criterios
elaborados en ese sentido y la atención que deben
recibir las famillas desposeídos en las distintas
regiones. Permite tener una visión más exacta
de las dimensiones del síndrome en sus distintas
facetas y el comportamiento en las diferentes regiones;
así como el nivel de prioridad en la solución
de los problemas.
También es una vía para conocer y evaluar mejor
la detección y alcanzar una prevención adecuada
que evite abusos y maltratos. De esta forma podemos reconocer
dos grandes grupos de
maltrato infantil:- Maltrato general
- Maltrato particular
- Síndrome de Munchausen por poder.
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