Pablo Escobar, el "patrón", inventor de la palabra "sicario" en Colombia (página 2)
Lo curioso de esto, es que Pablo jamás tuvo que
mancharse con la sangre de las
personas a las que fue sindicado de asesinar, no, ya que todo lo
que tenía que hacer era darle una simple orden a lo que su
principal lugarteniente, Jhon Jairo Velásquez alias
"Popeye", llamaba "El área militar" del Cartel de
Medellín, que no era otra cosa más que un grupo
conformado por jefes de bandas, matones, bandidos, y
especialmente sicarios, que con la mera orden del
jefe ejecutaban a las personas que éste requiriera,
convirtiendo al capo en el dueño de la vida de cada
persona en el
país, por ende convirtiendo a los sicarios en "Los
dueños de la
muerte".
Como lo dice su hermano, Pablo era un político
innato, por lo cual desde muy pequeño tuvo una gran
afinidad por las masas, las cuales logró conquistar por
medio de obras benéficas en los barrios más pobres
de Medellín, donde regalaba cuadras enteras de casas y
construía canchas de fútbol y básquetbol, por lo cual sus aspiraciones
políticas se hicieron serias y ganó
el apoyo de la clase baja de
la mencionada ciudad, convirtiéndose en el "Robin Hood"
colombiano, hasta llegar a ser representante suplente a la
cámara.
Lo mencionado anteriormente es lo bueno, sin embargo,
esto no trajo únicamente cosas buenas, ya que así
fuera un ejemplo como benefactor, también era el ejemplo
para los pobres de lo que yo llamo la "plata fácil", de
que la mejor forma para salir de la miseria era la criminalidad y
la ilegalidad, imagen que el
capo difundió conscientemente, como lo dice
alias Andrés, miembro de la temida banda de
sicarios "Los Priscos", corrompiendo a la sociedad, y
cambiando los valores,
hasta el punto en que todos querían "ser traquetos o
putas" .
Estaba probado por medio de la imagen de Escobar, que el
crimen sí pagaba, y pagaba muy bien de hecho, ya que como
ejemplo estaban los 500 millones de pesos que había (valga
la redundancia) pagado el capo para el asesinato del en
ese entonces Ministro de Justicia
Rodrigo Lara Bonilla, opositor acérrimo a sus
postulaciones políticas.
Lo más irónico del asunto, es que "el
benefactor", en la misma cancha que construyó a modo de
caridad en el municipio de La Estrella (Antioquia) negoció
el mencionado asesinato.
Por lo anterior resulta fácil inferir que esa
imagen de "ejemplo" que había creado entre los pobres le
ayudó a consolidarse como la persona que les daría
trabajo para
salir de la pobreza,
aprovechándose de esa misma condición de necesidad,
manteniendo contacto directo con ellos por vía de las
obras sociales que realizaba, ya que como lo dice un interesante
artículo biográfico, "gracias a las canchas de
fútbol que él mismo construyó en los barrios
marginados de Medellín y Envigado fichó a las
principales figuras de este género
delictivo." El género delictivo al que se refiere, pues no
es otro que el sicariato, ya que una persona muy poco
común como Escobar de seguro no
daría trabajos muy comunes, pero ciertamente sí muy
bien remunerados.
Por medio de los sicarios, es que Pablo logró
obtener el poderío
que tuvo, ya que por intermedio de éstos "empleados"
cualquier persona que le resultara nociva en cuanto a lo
político, económico, lo social, etc., era eliminada
y entregada en un cajón, como bien lo narra "Popeye" con
los asesinatos del Ministro Lara Bonilla, del Magistrado de la
Corte Suprema Baquero Borda y del director de El Espectador
Guillermo Cano, entre otros, ordenados por el capo,
según su conveniencia, hasta sembrar el miedo entre todas
las ramas del poder público, y entre el ciudadano del
común, todo esto, por medio de la muerte, y de
sus dueños los sicarios, ejércitos personales del
narcotraficante más poderoso del mundo, con los cuales
hacía valer su palabra, cobrándola con
sangre.
Para concluir, basado en lo que dijo la Revista Semana
al momento de su fallecimiento, debo decir que fue Pablo Escobar
el primero que descubrió el verdadero poder del miedo y de
la muerte, modificando toda la estructura del
Estado
colombiano, dándole significado a la palabra sicario, al
crear unas redes organizadas de esta
actividad delictiva en Antioquia que habrían sido
impensables de no haber existido Escobar, y por supuesto su
dinero, con
más de 5.000 muertes por homicidios y
atentados, que fueron perpetrados por más de 85 bandas de
asesinos, financiados por sus "dineros calientes", con más
de 250 sicarios con crímenes comprobados, que al morir
el capo, entraron en la anarquía, y quedaron
desempleados, sin el dinero que
"San Pablo Escobar", el Robin Hood colombiano les pagaba por
sembrar ese terror que tanto poder le brindó en vida, para
darle un giro de 360 grados a la estructura del Estado y a los
valores de la
sociedad colombiana.
Me permito finalizar citando a la mencionada Revista
periodística, por la pertinencia que creo que tiene en
esta conclusión: "Antes de Pablo Escobar Medellín
era considerada un paraíso. Antes de Pablo Escobar, el
mundo conocía a Colombia como
la Tierra del
Café.
Y antes de Pablo Escobar, nadie pensaba que en Colombia
pudiera explotar una bomba en un supermercado o en un
avión en vuelo. Por cuenta de Pablo Escobar hay carros
blindados en Colombia y las necesidades de seguridad
modificaron la arquitectura. Por
cuenta de él se cambió el sistema judicial,
se replanteó la política
penitenciaria y hasta el diseño
de las prisiones, y se transformaron las Fuerzas
Armadas."
BIBLIOGRAFÍA:
- ColombiaLink.com – Pablo Escobar Gaviria –
Biografia – Biography. URL:
http://www.colombialink.com/npf_pabloescobar.html.
Recuperado el 7 de Marzo de 2006 - LEGARDA, Astrid. El verdadero Pablo: sangre,
traición y muerte. Ediciones Dipon. Ediciones Gato
Azul. Bogotá D.C. 2005. - ESCOBAR, Roberto. Mi Hermano Pablo. Quintero
Editores. Ciudad no mencionada. 2000 - Archivos de Pablo Escobar Gaviria – ANIVERSARIO 10
AÑOS SIN EL "GRAN NARCO". URL:
http://decolombia.net/pabloescobar/content/view/17/2/.
Recuperado el 7 de Marzo de 2006 - El Desempleo del
Sicariato. Revista Semana. Edición No. 405 del 03/05/1990.
Versión en internet en
URL:
http://www.semana.com/wf_InfoArticuloArchivado.aspx?IdArt=27758.
Christian Eduardo Pérez Rueda
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