Génesis y evolución de la música campesina en Cuba, influencia internacional en este género
- La música campesina a
escala internacional - La música campesina
en Cuba. Génesis - Desarrollo de la música
campesina en Cuba - El
desarrollo del punto cubano, género representativo de la
música campesina - La
música campesina en la provincia de Pinar del
Río - Conclusiones
- Referencias
bibliográficas. Bibliografía
Introducción
La música ocupa un lugar
de gran importancia para el conocimiento
de la cultura
popular tradicional, pues se encuentra presente en todas las
etapas del ciclo de la vida del hombre.
Inicialmente la música del pueblo en general, no se
escribía sino que se transmitía de padres a hijos
por tradición oral.
La música campesina, expresión a
través de la cual se expresaba la población rural desde hace varios siglos,
no solo se puede hallar en Cuba,
así mismo se plantea que la décima espinela: "se
extendió por toda la América
hispanohablante lo cual conllevó a que se publicaran
poemas
épicos, como el Espejo de Paciencia, (1608) del
canario radicado en Cuba Silvestre de Balboa, y el Llanto de
Panamá,
publicado en Madrid en
1642, y reeditado con un estudio crítico por Antonio
Serrano de Haro en 1984, en el que aparecen loas en
décimas y otras estrofas. En este texto el autor
señala que la décima, como estrofa poética
culta, fue enseñada y recomendada en las escuelas
eclesiásticas, principalmente de jesuitas,
desde los años veinte del siglo XVI, y así se
propagó la costumbre de hacer décimas a lo
divino"(1).
Los estudios realizados sobre la música campesina
en Cuba son múltiples, pues no han faltado desde siglos
anteriores, quienes se hayan interesado en este tópico,
por la influencia que tiene la misma para el patrimonio
cultural intangible.
Desarrollo
1.1- La música campesina a escala
internacional.
Se tienen referencias de que en varios países
latinoamericanos existen bailes que descienden del zapateado
español,
expresión bailable en Cuba de la música campesina,
los cuales se combinan con "elementos eróticos de grupos negros
como los bailes de makuta y yuka en Cuba," (2)
ellos son: la zamacueca en Chile, el gato en
Argentina, el jarabe o el son huasteco en México, la
jarana en Panamá.
Se conoce que el punto cubano, como género de
canto del campesino en
las zonas rurales de Cuba, llegó a Islas Canarias "portado
por emigrantes de las Islas a su regreso, por los soldados
repatriados luego del fin de la guerra en
l898, y por los primeros discos grabados en las primicias del
siglo XX" (3).
Son varios los países en los cuales se han
realizado durante las últimas dos décadas acciones para
conservar y difundir la música campesina, en especial la
poesía
oral improvisada, manifestación poético musical de
la música campesina. En Hispanoamérica se practica
en: Portugal (incluidas las Islas Madeiras), y en España
(Galicia, La Alpujarra, Córdoba, Málaga, Granada,
Los Vélez de Almería, e Islas Canarias), existen
las escuelas de bertosolarismo, en el País
Vasco.
En América: los talleres esporádicos que,
con distintas metodología se han hecho en Venezuela,
México, Paraguay, Chile,
Islas Canarias, La Escuela de Trovo.
México, Argentina, Colombia,
Uruguay,
Brasil,
Ecuador,
Perú, Nicaragua, Cuba. Estos son antecedentes de la
Cátedra de Repentismo Infantil, surgida en el año
2000, en el Instituto Superior de Arte" (4).
También hay poesía oral improvisada en otras
lenguas en: Italia, India,
Egipto,
Grecia,
Turquía, Córcega, Japón y
otros pueblos.
1.2- La música campesina en Cuba.
Génesis.
Se puede decir que el primer poblamiento de
españoles que llegó a Cuba en el siglo XVI
provenía de Andalucía, Extremadura, las Dos
Castillas y León, integrados por grupos de desheredados
segundones, labriegos y gente rústica que buscaba mejoras
económicas. Según María Teresa Linares, "los
emigrantes, en su mayoría hombres, se mezclaron con
aborígenes, con africanas y con la escasa inmigración femenina española.
Además de aquellos grupos, la llegada de isleños de
las Islas Canarias, que eran la escala principal en el trayecto
desde España hacia América, en los que
venían técnicos, profesionales, herramientas,
animales,
agua, bebidas,
mercancías en general, produjeron una entrada masiva
mediante grupos familiares, lo que permitió que se
habitaran tierras de cultivo intensivo y diverso alrededor de las
poblaciones, en tierras mercedadas. El cultivo de mayor
importancia fue el tabaco, del que
los canarios o isleños hicieron su especialidad. Mas
adelante los latifundistas ganaderos hicieron presión
para despojar a los vegueros de los terrenos próximos a
las poblaciones y los obligaron a internarse en zonas alejadas de
los núcleos urbanos". (5). Estos emigrantes
españoles traerían, además de los elementos
planteados, costumbres pertenecientes a su cultura dentro de
ellas estaría presente su música la cual
sería asimilada y adaptada por los cubanos al ambiente en
que se desenvolvían.
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII, "- dice Le
Riverend – se formó una clase de
grandes y pequeños propietarios, firmemente arraigados al
suelo donde
habían nacido", se operó un proceso de
ruralización de elementos hispánicos que primero
habían tenido su asiento en medios
urbanos: la décima, la guitarra, la bandurria, el punteado
de éstos instrumentos en oposición al rasgueado, y
algunos zapateados que ya se practicaban en España" (6).
Se desarrollaría un proceso de transculturación a partir de la
música que se cantaba en España a fines del siglo
XV y XVI, la cual se definiría en el siglo XVIII como
propiamente cubana.
En esta etapa se originaron cantos que se
acompañaban por instrumentos de cuerda pulsada,
antecedente quizás del tiple cubano en festividades
de los hacendados criollos y europeos de más baja
categoría, los capataces y peones de las haciendas, los
aparceros (chacareros) etcétera, "por lo que la
participación tenía un carácter más popular, y a estas
fiestas le llamaban guateque, es en estas festividades donde nace
una de las manifestaciones de nuestro patrimonio cultural
intangible: la música campesina guajira" y por supuesto,
el punto cubano, genero cantable,
que aunque muy arraigado a sus raíces españolas,
fue inevitable su cubanización, debido a la influencia de
los negros africanos.
El formato de conjunto guajiro en sus inicios esta
compuesto por instrumentos armónicos introducidos por
España con sus derivaciones e instrumentos de
percusión derivados de África" (7).
Aquellas características más raigales;
mediante este proceso de transculturación, han llegado a
considerarse, en su actual presencia, como un hecho
folklórico de la música cubana, que se nutre de la
tradición y se enriquece con el aporte de jóvenes y
niños
que utilizan hoy el Punto como expresión de comunicación, de mensaje
cantado.
Hay que resaltar la acción
del pueblo cubano quien "realizó un proceso de avenencia a
los elementos culturales hispánicos, de tal modo que las
décimas han permanecido, como parte de nuestra identidad
nacional." (8).
1.3-
Desarrollo de
la música campesina en Cuba.
A partir del siglo XVIII se consolida la adopción y
uso de la décima, pues el pueblo y los poetas cultos la
usaron durante la toma de La Habana por los ingleses para
expresar su protesta. Sin embargo, las recopilaciones de textos
usados en distintos estudios sobre el punto cubano, sobre la
estrofa, que se conocen se remontan a mediados del siglo XIX, la
más antigua evidencia aparece en el Álbum Regio, de
Vicente Díaz, publicado en 1855 en La Habana.
Un acucioso investigador del tema fue Cristóbal
Díaz Ayala, quien editó la discografía de la
música cubana de 1928 a 1925 donde se conservan muchos
materiales de
los artistas que practicaban esta manifestación musical.
En su estudio encontró poetas registrados en los archivos de las
empresas
discográficas.
Samuel Feijóo en sus investigaciones
recopiló por tradición oral y por consulta
bibliográfica un gran número de décimas
tradicionales desde 1902 hasta 1960, año de la edición
de su libro, incluye
dos famosas controversias.
Algunas colecciones reproducidas publicaron
décimas, como anónimos o con seudónimos, en
cancioneros, en cuadernos publicados por sus autores y en hojas
sueltas que se vendían en forma de pliegos de
cordel.
Otros estudios como el hecho por Jesús Orta Ruiz
en Décima y folklore,
recogen décimas antiguas atribuidas a veteranos y poetas,
por las cuales se puede hacer referencia a trovadores populares
que fueron participantes del movimiento
iniciado en el siglo XIX que culminó a partir de 1940, en
una Edad de Oro del punto
cubano, en una etapa de cristalización del género
en la que fueron reconocidos grandes poetas y músicos
instrumentistas.
"A principios del
siglo XX apareció la industria del
disco y fueron reconocidos los nombres de Martín Silveira,
Juan Pagés, Miguel Puertas Salgado, Antonio
Morejón, Horacio Martínez y otros. Más
adelante grabaron Pedro Valencia, María La matancera, Nena
Cruz (la Calandria) y El Clavelito, quienes son los más
conocidos por sus giras nacionales y por los primeros programas de
radio. Sin
grabar discos se quedó una gran cantidad de meritorios
poetas que participaron en canturías. Desde 1935 se
escuchaba a cantadores como Carvajal, quien popularizó las
tonadas en menor" (9).
Al incorporarse la música campesina a la radio
surgieron oportunidades para los cantores de punto y de otros
géneros de darse a conocer, muchos de los que
vivían en el campo aspiraron a mudarse a la ciudad, se
incrementó además el virtuosismo instrumental y la
peripecia de los improvisadores, tomando fuerza
inusitada las competencias de
los improvisadores y de controversia. Comenzaron a fundarse
pequeñas emisoras provinciales a donde acudían a
cantar poetas, estos espacios eran costeados por anuncios
comerciales.
Desde provincias cantaron Chanito Isidrón y
José Manuel Cordero, en la emisora local de Cienfuegos;
Rigoberto Lastra, Armando Fernández, Pedro Guerra,
José Marichal y otros del interior de la provincia Habana
y Matanzas venían a la capital a
cantar en emisoras locales que tenían programas
campesinos. Hubo programas donde se presentaron muchos a competir
por el título de Príncipe del Punto Cubano y
laudistas, por el de Príncipe del Laúd, lo que
demuestra un incremento de este movimiento. Estas competencias se
presentaron entre 1940 y 1950.
Página siguiente |