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Aspectos culturales y religiosos de la muerte a lo largo de la historia




Enviado por Gonzalez, Erica



Partes: 1, 2

    1. Interpretaciones de la
      muerte
    2. Organización social de
      la muerte
    3. El morir como
      hecho social
    4. Un ejemplo de "
      morir como hecho social"
    5. Los problemas
      psicológicos y socioculturales relacionados con la
      muerte
    6. Durante la
      agonía
    7. Etapas de la
      agonía
    8. Infecciones
      intrahospitalaria como causales de muerte
    9. Asistencia de
      pacientes moribundos
    10. Necesidades
      físicas del enfermo en la fase
      terminal
    11. Cuando la muerte
      es inminente
    12. Después
      del fallecimiento
    13. Problemas de la
      familia
    14. Duelo
    15. Accionar de
      enfermería
    16. Duelo no
      resuelto
    17. Eutanasia

    A lo largo de su historia, la humanidad ha
    manifestado una constante y universal preocupación con
    respecto a la muerte. Los
    ritos y costumbres funerarios son algo exclusivo de nuestra
    especie; estas practicas están estrechamente vinculadas
    con las creencias religiosas sobre la naturaleza de
    la muerte y la
    existencia de una vida posterior, cumplen una función
    social importante y están revestidas de simbolismo, el
    estudio del tratamiento que cada pueblo le da a sus muertos nos
    permite comprender mejor su forma de vivir, sus valores y su
    pensamiento.

    Las primeras practicas funerarias de las que se tienen
    evidencias
    provienen del grupo de homo
    sapiens. El hombre e
    Neardental pintaba a sus muertos con ocre rojo y los adornaba con
    objetos religiosos o amuletos, a veces al fallecido se le ataban
    los pies.

    La creencia de la religión egipcia era
    la idea de una vida posterior a la muerte, consistía en la
    separación de los elementos materiales y
    espirituales del cuerpo, pero simultáneamente
    suponían que el alma
    necesitaba de la conservación del cadáver para
    sobrevivir. Suntuosos y complicados ritos aseguraban la vida de
    ultratumba, relacionada con la leyenda de Osiris. En el imperio
    antiguo, el complicado ceremonial fúnebre estaba reservado
    en un principio al faraón, incluía la
    momificación del cadáver y se depositaban en tumbas
    monumentales, luego este privilegio se extendió a otras
    personas. Las tumbas jugaban un papel de primer orden en el
    antiguo Egipto.

    Entre los Mayas se
    diferenciaba el enterramiento según la clase social
    del muerto: la gente ordina- ria se enterraba bajo el piso de la
    casa, a los nobles se los incineraba y sobre sus tumbas se
    construían templos funerarios. Los Aztecas
    creían en la existencia del paraíso y del infierno,
    y preparaban a sus muertos para luchar a lo largo de un camino
    lleno de obstáculos al final del cual los esperaba el
    señor de los muertos, que decidía sus destinos;
    para ellos eran creados simulacros de guerras
    llamadas guerras floridas.

    Por otra parte en el norte de Europa, los
    antiguos hombres de esas tierras tenían una creencia
    profunda en la inmortalidad del alma, creían que
    había una recompensa más allá de la
    tumba.

    La vida del difunto estaba considerada como una
    continuación de nuestra existencia terrestre; esto lo
    prueba la costumbre d proporcionar a los muertos la mejor parte e
    su propiedad y
    los objetos de primera necesidad. Se colocaba una moneda bajo la
    lengua del
    muerto con el fin de que pudiera asumir sus primeros gastos durante su
    viaje a la última morada; naturalmente, el muerto
    acudía a Odin o a Hel. Se dice que los que morían
    en el campo de batalla iban a Odin, mientras los que
    morían de enfermedad o vejez iban a
    Hel.

    Los fervientes partidarios de la fe de los Asios
    llegaron a considerar a la muerte por las armas como de
    buena suerte debido a que era invitado por el dios supremo a
    sostener la última batalla.

    Algunos antropólogos han observado que, a pesar
    de la gran variación de las practicas funerarias, hay
    elementos simbólicos que son constantes. Uno de estos
    simbolismos es el color: si bien la
    asociación del color negro con la muerte no es universal,
    el uso de ropa negra esta muy difundido. Otro elemento es el pelo
    de los familiares: en algunos casos rapados, en otros
    desordenados es señal de tristeza. Un tercer elemento es
    el ruido: golpes
    de tambor, tañido de campanas, cañonazos;
    también esta la realización de practicas rituales
    fijas durante la procesión con el
    cadáver.

    Algunos de los ritos realizados con el cadáver
    tienen frecuentemente por objeto individualizar la causa de la
    muerte. Así, por ejemplo en el sudeste de Australia se ha
    observado que, en el fallecimiento de una persona, el
    cuerpo del difunto era sometido por dos hombres mientras un
    tercero le golpeaba suavemente con unas ramas verdes pronunciando
    distintos nombres.

    En realidad se esperaba que al pronunciar al del
    causante de la muerte, quizás por la violencia o
    mediante ritos mágicos, el cadáver y sus portadores
    experimenten una sacudida por lo que podría ser castigado
    el culpable. Pero si los causantes son los espíritus
    malignos, nada se podrá hacer.

    En la India poseen
    diversas costumbres, también, en otros pueblos distantes:
    sacar al difunto por un orificio de la pared y no por la puerta
    de la casa, borrando después toda huella de la salida;
    hacer el camino de vuelta desde el cementerio por distinto lugar
    o en distinto orden del que se uso durante la procesión de
    ida. Las explicaciones de estos ritos son variadas: por una parte
    pueden manifestar el deseo de que el difunto no pueda regresar a
    su antigua morada; o quizá intenten engañar a los
    demonios o espíritus malignos, los cuales se piensa
    están listos a la puerta para arrojarse sobre el difunto
    en cuanto salga de los umbrales de la casa; o simplemente, se
    trata de evitar que se escape con el cadáver la felicidad
    de la casa.

    En ciertas islas de Melanesia los parientes duermen
    pegados al difunto o personas que son contratadas para llorar,
    también lo abrazan y lo besan continuamente.

    Cuando en un grupo humano se hace presente la muerte,
    este reacciona según los hábitos ancestrales, en
    general, fijados de antemano.

    La muerte, por mucho que se espere, es siempre una
    sorpresa, por lo que en todas las culturas y todas las
    épocas se han desarrollado tipos de actuación
    frente a esta eventualidad: son los usos funerarios y el
    duelo.

    Todas las actuaciones son de difícil interpretación, y responden, en general,
    tanto a determinadas creencias como a la necesidad vital de
    manifestar el afecto que se tiene al difunto, sin olvidar el
    temor respetuoso ante la realidad inevitable de la muerte. La
    interpretación de estos ritos no debe hacerse, por lo
    tanto, de manera ligera, si no se quiere caer en el
    ridículo que refleja esta anécdota: "un australiano
    pregunta, burlonamente, a un chino, que estaba colocando un
    tazón de arroz junto al cadáver de su hermano, si
    creía que el difunto iba a venir a comerlo; el chino
    respondió que no, pero a su vez preguntó si los
    cristianos creían que sus difuntos pueden ver y oler las
    flores que los familiares les colocan en sus tumbas".

    Interpretaciones
    de la muerte

    La muerte es una parte inevitable del proceso vital,
    tan natural como nacer o crecer, aunque resulta mucho más
    difícil de afrontar. Cada persona adopta actitudes
    diferentes ante ella, que pueden ir desde la negación o la
    evitación de reflexionar sobre un hecho incuestionable,
    hasta la aceptación existencial. La postura individual del
    paciente (y de la familia)
    ante la idea de la muerte, fruto de sus experiencias, sus
    creencias religiosas y su situación concreta,
    influirá decisivamente en la forma de afrontar este
    proceso.

    Las siguientes son las distintas interpretaciones del
    fenómeno de la muerte que ha hecho el hombre a lo
    largo de su historia:

    Separación irreversible del cuerpo del alma: es
    la concepción filosófica-religiosa, sus
    orígenes se atribuyen a Platón.
    En el terreno medico su aplicación es
    imposible.

    Cese irreversible del metabolismo de
    todas las células
    del cuerpo: la muerte es entendida en términos
    biológicos, se iguala la muerte del hombre con la muerte
    de las células del organismo. El principal criterio
    diagnostico sería la putrefacción del
    cuerpo.

    Perdida irreversible del flujo de los fluidos vitales en
    el organismo: los criterios tradicionales se han basado en este
    concepto. Pero
    sin duda existe una gran diferencia entre afirmar que el cese de
    circulación de sangre oxigenada
    conduce a la muerte y que la muerte consiste solamente en eso.
    Esta definición establece las funciones del
    miocardio y de los pulmones como centro de la vida humana. En la
    actualidad, estas funciones pueden ser reemplazadas por aparatos
    mecánicos de soporte vital.

    Perdida irreversible de la capacidad de interacción social: esta definición
    se basa en que la característica específica del
    hombre es su capacidad de raciocinio, el ser humano que pierde
    totalmente las funciones mentales, incluyendo la conciencia,
    debería considerarse muerto. Las objeciones que pueden
    hacerse a este concepto son que toma solo la parte mental para
    definir la muerte, y no la totalidad de mente y cuerpo; y que
    nuevos contingentes de seres humanos con funciones mentales
    alteradas, como por ejemplo, los autistas y dementes,
    deberían considerarse como muertos.

    Perdida irreversible de la capacidad para la integración corporal: parte del principio
    de que cuando un ser humano a cesado de funcionar como una unidad
    integrada se ha perdido la característica especifica de la
    vida humana y la persona ha muerto. El hecho de que ciertos
    órganos sean capaces de seguir funcionando y sea en el
    cuerpo mismo, o en una solución de nutrientes, o en el
    cuerpo de otra persona, es un problema distinto. No es la
    totalidad del ser humano lo que sigue viviendo, sino parte
    aisladas que antes formaban una unidad.

    Organización social de la
    muerte

    Los análisis sociológicos que estudia
    la
    organización social hospitalaria tratan de la muerte
    solo en forma casual y presentan muy poca atención al modo en que los médicos
    organizan el cuidado del paciente desahuciado. Este estudio trata
    de aportar tal información, basados sobre observaciones de
    campo en dos hospitales de EE.UU.: una gran institución
    urbana de ciudad y un hospital general privado(llamaremos
    "county" al primero; y "cohen" al segundo)

    El autor analizó la composición social de
    los pacientes, haciendo el rol de observador no
    participante.

    En el "county" es un establecimiento al que acuden las
    clases más bajas, mientras que en el "cohen" es casi
    exclusivamente para las clases medias. En "county" la
    mayoría de las muertes ocurren como consecuencia de
    accidentes,
    suicidios y otros casos que no incluían el previo periodo
    de hospitalización.

    En el "county" el estudio de campo duró nueve
    meses y en el "cohen" cinco meses. Lo que se pudo observar fue
    las variaciones que pueden encontrarse con respecto al
    tratamiento de la muerte en dos hospitales diferentes. Estas
    diferencias eran bastantes notables: cada médico se
    atiende a la clase de educación
    especializada que ha recibido, por eso, no solo encontramos
    variaciones no solo en temas generales como la
    filosofía médica,
    sino también en los
    detalles que conforman los procedimientos
    técnicos utilizados. Hay variaciones, por ejemplo en el
    empleo de
    diferentes tipos de anestésicos, técnicas
    quirúrgicas y e siguen distintos procedimientos en las
    reuniones de diagnostico y toma de
    decisiones.

    Desde una perspectiva teórica y
    metodológica la categoría que integra la vida del
    hospital, por ejemplo: vida; enfermedad; paciente; moribundo;
    la muerte;
    etc… se consideran como constituidos por las
    practicas del personal (en cuanto este queda implicado en
    sus interacciones rutinarias dentro de un medio
    organizado).

    La intención del autor fue desarrollar
    definiciones acerca de estos fenómenos basados sobre las
    acciones que
    implican su reconocimiento, tratamiento y consecuencia.
    Muerte y morir constituyen dentro de esta
    perspectiva, la serie de practicas ejecutadas por el equipo,
    cuando este emplea esos términos en el curso de su
    trabajo diario
    en las salas del hospital. Tales practicas incluyen los modos de
    revisar el cadáver, de administrar o dar de alta a un
    paciente, los tipos de consideraciones seguidas de opiniones del
    médico examinador y su equipo de decisión y
    administración.

    El verdadero reconocimiento y denominación de los
    acontecimientos biológicamente ubicados como "muerte"
    ocurren bajo la forma de actividades sociales, lo que quiere
    decir es que una separación de los componentes sociales y
    biológicos de estos fenómenos es difícil de
    lograr con claridad.

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