Reflexiones acerca del Desarrollo Local en Cuba desde un estudio de caso
- Resumen
- Desarrollo
- Democracia, Elecciones y
Construcción Socialista - El
estudio de casos - Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
El artículo aborda la evolución del desarrollo
local en Cuba, la
organización inicial en provincias y municipios,
según lo establecido en la Reforma al texto de la
Constitución de 1940 hasta su
disolución con el triunfo revolucionario el Primero de
Enero de 1959 y la independencia
que se le concedía a la gestión
de los Gobiernos Municipales. Se desarrolla de manera detallada
el rol de los Nuevos Órganos Locales y la
Constitución de los Poderes Populares. Se ha seguido la
metodología del estudio de casos, en su
variante de aproximativo y exploratorio. Este trabajo
constituye una síntesis
de una tesis de
grado, donde se aborda la temática de forma más
amplia y profunda.
Introducción
El triunfo revolucionario en 1959 abrió una nueva
estructura de
poder, nuevos
conceptos y esquemas de dirección y dominación política. Esta
necesidad se puso de manifiesto en la estructura municipal y en
la descentralización. La estrategia de la
Revolución
Cubana presenta un conjunto de rasgos básicos, que
forman un todo único e integral y son decisivos para el
proceso de
transformación de la configuración económica
del país. En este contexto es que asumen un nuevo rol los
gobiernos locales.
Desarrollo
La primera disposición dictada por el nuevo
gobierno, que
mediante ella se declararon cesantes a los gobernantes
provinciales, Alcalde y Concejales de los municipios fue la
Proclama Presidencial el 5 de enero de 1959, donde se
disolvió además el Congreso de la República.
Las provincias y los municipios se organizan inicialmente cuando
se establece la Reforma al texto de la Constitución de
1940, el 20 de Enero de 1959 y las Leyes 36 y 37 del
2 de Febrero de ese mismo año. Más tarde, el
Consejo de Ministros dicta las Leyes 106 y 121 de Febrero y Marzo
del 59, que regulaban el régimen de Administración Estatal en las provincias y
municipios, asignando la dirección a los Comisionados que
inicialmente, a nivel municipal, tuvieron carácter colegiado, pero a los pocos
días, quedó reducida a un titular unipersonal. De
este modo, se ratificaba formalmente la gran independencia de la
gestión municipal con respecto a la provincia.
En los años 59, 60 y 61 se dieron los pasos para
la conformación de una sociedad civil
tendiente a la homogeneidad, por la existencia de objetivos
comunes, aceptando un modelo
político centralista no sólo desde el punto de
vista nacional, sino que a nivel local, fundía las
funciones
debilitadas y las ejecutivas administrativas. Ya en 1961, estos
Comisionados Municipales se sustituyen por las Juntas de Coordinación, Ejecución e
Inspección (JUCEI), que son integradas por los
representantes de las organizaciones de
masas y de las delegaciones de los organismos de la Administración Central del Estado en el
territorio, con funciones de lograr una adecuada
coordinación entre las diferentes representaciones de los
organismos de la
Administración Central del Estado en las localidades y
un mayor control sobre los
recursos del
país a escala local, a
lo largo de todo el territorio nacional y así se
aumentaban las facultades de la Provincia con respecto el
municipio. En 1962, la región apareció como un
nuevo elemento en la división político –
administrativa del país, constituyendo un eslabón
intermedio entre las provincias y los municipios, que creó
una distancia entre el pueblo y el nivel de decisión
central, quedando así los municipios limitados a la
ejecución de servicios de
carácter local. En 1966 las administraciones locales
sustituyen a los antiguos órganos y se creó en los
municipios un Comité Ejecutivo integrado por un
presidente, los secretarios y los secretarios generales de las
organizaciones de masa, además de 10 delegados elegidos
por la población en Asambleas efectuadas en
centros de trabajo y barrios.
La presidencia de las administraciones era elegida en
Asambleas de militantes del Partido, con la obligación de
la Rendición de Cuentas ante todo
el pueblo y así se aseguraba el control y
participación popular, pero este diseño
no se autoreprodujo en cuanto al modelo participativo, quedando
el Primer Secretario del PCC en la localidad al frente de la
Administración. Más importante aún, es la
experiencia en Matanzas, como muestra de los
múltiples intentos de la dirección política
del país por lograr formas estables de
participación popular en la gestión
sociopolítica, que franqueó en los órganos
del Poder Popular, en los que se manifiestan la práctica
de dirección y funcionamiento que anteriormente
existía, desapareciendo ya formalmente lo que en la
práctica dejó de existir mucho antes, la
autonomía municipal.
Los nuevos Órganos Locales del Poder Popular
rigieron su actividad conforme a los principios de
electividad, renovabilidad, revocabilidad, centralismo
democrático, unidad de poder y doble subordinación,
unido a la dirección económica, planificación y propiedad
centralizada, esto provocó que la provincia absorbiera al
municipio y que este último quedara para la
administración de los recursos y la solución de los
problemas
comunales. La Reforma de 1992 amplió la base participativa
del Estado Cubano, con el voto directo popular para elegir a
todos los representantes; constitucionalizó la existencia
de los Consejos Populares como constitución de la Asamblea
Municipal. Esta Reforma permitió además disminuir
la confusión de funciones representativas y
administrativas y la creación de los Consejos de
Administración para controlar y dirigir la esfera,
avalados en su funcionamiento por la posibilidad de libre
selección y especialización de sus
integrantes.
La Reforma le otorga a los municipios personalidad
jurídica, los reconoce como capaces para ejercer por
sí sus derechos y asumir obligaciones.
Resulta esencial, la experiencia e importancia que tiene para
Cuba la descentralización. Primeramente, la estrategia de
la Revolución Cubana presenta un conjunto de
rasgos básicos, tales como: la no limitación en el
tiempo, su
gradualidad, la compensación para evitar los
desequilibrios que afectan a la población de más
bajos ingresos; entre
otros. Sin embargo, puede decirse que cada uno de ellos, de por
sí, no constituyen objetivos independientes, sino que
forman parte, como un todo único e integral del proceso de
transformación de la configuración económica
del país. Esta transformación va
desarrollándose en medio de una delicada y difícil
situación, que, por un lado, ha exigido ampliar el campo
de las decisiones centralizadas que deben tomarse por la
más alta dirección del país, y por otro
lado, abrir cada vez más espacio a las decisiones
descentralizadas para propiciar adecuaciones, reacción,
iniciativa, creatividad y
autonomía real.
Esta verdad refleja la esencia de la realidad
económica actual y las características de su
movimiento que
se impone, dadas las condiciones de hoy, la tendencia a la
descentralización para lograr la centralización efectiva de la
dirección económica. La necesidad de cambiar la
centralización de las decisiones con el funcionamiento
adecuado en la economía nacional se
refleja en el Decreto- Ley 147 de abril
de 1994, que aúna la urgencia de reorganizar el Aparato de
la Administración Central del Estado, con el requisito de
ir creando condiciones para el funcionamiento descentralizado del
propio sector empresarial estatal. Se trata de un proceso
más profundo de reorganización que simplifique la
estructura de los Organismos de la Administración Central
de Estado y adecuar las funciones de éstos para que puedan
desempeñar un activo papel en la elaboración de las
políticas estatales en las áreas que
les compete y en el control y la fiscalización de su
ejecución, donde se descentraliza y traslada la función
administrativa pura a las empresas,
dándoles mayor autoridad para
que accedan al Comercio
Exterior, manejen sus finanzas,
así como empleen y controlen sus recursos, a fin de lograr
racionalizar la eficiencia,
competitividad
y una permanente lucha por la burocratización de la
economía. Un aspecto importante en este contexto es que
con la descentralización el gobierno local ha ganado un
mayor control sobre su territorio, su infraestructura y las
actividades enclavadas en él. Pero este incremento de
facultades ha estado acompañando de una disminución
casi absoluta de recursos materiales y
financieros. Además, la comunidad
municipal ha ganado también una mayor entidad, en la
medida en que las instituciones
del sistema
político local y del gobierno en particular han
logrado una mayor autonomía, se han hecho más
representativos, se ha constituido una nueva instancia más
cercana a la comunidad y han surgido dinámicas
barriales.
Democracia, Elecciones y Construcción Socialista.
En la actualidad vivimos un mundo en el que, los
más puros y legítimos ideales de
emancipación humana, asociable al concepto de
democracia, se
muestran cada vez más lejos de su realización. En
tales circunstancias, el Comandante Ernesto Che Guevara en
su artículo "El Socialismo y
el Hombre en
Cuba" indica que el concepto surgió y se ha consolidado en
su versión moderna, como punto nodal de una red conceptual que es
expresión de modos de desarrollo con un elemento
común determinante: "La existencia de desigualdades
sociales sustentadas en la enajenación del individuo
respecto al proceso de producción social, enajenación que
alcanza su expresión más refinada con la
consolidación de las fuerzas del capital ".
Este concepto de Democracia en sus diversos enfoques dentro de
la Ciencia
Política Contemporánea, resulta una herramienta
eficaz para describir los procesos y
abordar las contradicciones y conflictos
dentro de los marcos de un proceso de producción social
sobre las bases del capital como relación de
producción determinante.
Con el triunfo revolucionario en 1959 el orden social
existente comienza a destruirse desde los cambios en la
política y el poder político que se empieza a
establecer en fuerza
directriz y expresión de una sociedad que
emerge diferente del juego de
acciones y
reacciones desde los fundamentos económicos hasta las
expresiones, en las formas ideológicas más
alejadas, pasando por los diferentes momentos
socializadores.
En el centro de todo este proceso está la
relación individuo-sociedad, que se ha desenvuelto con
toda su riqueza de contradicción dialéctica y
expresándose en todas las esferas de la actividad. Es
importante destacar, que cuando hablamos de política nos
referimos a un conjunto de ideas, conceptos, teorías
que surgen en la sociedad, en correspondencia con el sistema
económico, por lo tanto, y como dijera Lenin, la
política es la expresión más concentrada de
los intereses económicos de la sociedad, es todo lo que
hace cada individuo, cada masa social para alcanzar sus fines, o
lo que es lo mismo, sus objetivos.
El perfeccionamiento de las vías y modos de la
participación popular en la dirección del desarrollo
social, atendiendo en primer lugar a lograr la
correlación que resulte históricamente progresista
entre democracia directa e indirecta, democratismo y centralismo,
mecanismos directos e indirectos de participación,
necesidades individuales, particulares y sociales, ha sido
importante, ante todo, para la esfera
económica.
Este perfeccionamiento ha de pasar a través del
fortalecimiento del papel de los colectivos laborales y de los
territorios en la labor de los órganos del Poder Popular,
siempre como acción
sistemática, sobre todo los elementos que conforman esta
forma de organización estatal y acompañados
además del perfeccionamiento de las vías propias de
participación en la dirección del proceso social
creadas por la actividad laboral. No
estamos ante un proceso lineal, todo lo contrario; el
desafío de mantener la orientación socialista en un
país tan pequeño como él nuestro, es grande,
en el contexto actual de globalización neoliberal, agudizado por la
posición de los Estados Unidos
hacia Cuba. Cuba está enfrentando un desarrollo
transformador que busca llevar la sociedad por otros cauces, que
posibilite un nuevo estadío en la relación
individuo-sociedad.
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