Tomado de la obra "Filosofía
Jurídica y Política" de
Miguel Omar Cevedo Marín.
"En la doctrina del fascismo, el
Imperio no es solamente una extensión territorial, militar
o mercantil, sino espiritual y moral".
Virgilio Feroci (1891-1943)
Virgilio Feroci.
Abogado constitucionalista, iuslaboralista, Consejero de
la Corte de Apelación de Milán, nació el 16
de noviembre de 1891 en Santafiora (Grosetto, Italia). Fue
profesor de
Derecho Constitucional en la Universidad de
Pavía; redactor jefe de la Revista Italiana de
Derecho Penal y socio honorario de la Real Academia
Italiana de Ciencias,
Letras y Artes. Hoy es considerado como uno de los más
brillantes teóricos y expositores que ha tenido, tanto el
Derecho Corporativo como del Derecho Fascista en la primera mitad
del Siglo XX.
Su obra escrita se caracteriza por una claridad y
sistematicidad conceptual e ideológica propia de esta
mente iluminada, que lo ubica privilegiadamente como uno de los
más sabios pensadores al lado de Gentile, Azpiazu, Primo
de Rivera, Schmitt, Napolitano y otros grandes de esta corriente
política conocida como fascismo.
Entre sus principales obras encontramos: "Instituciones
de Derecho Sindical y Corporativo" (en 1940); "Principios
Generales de Derecho
Constitucional"; "Derecho
Administrativo"; "Cultura
Fascista"; "Derecho Sindical y Corporativo"; "El
Derecho
Público"; "Nuevo Código
de la Navegación"; "Nuevo Código
Militar"; "Nuevo Código del Comercio";
"Il volto di Astrea" (en 1944); "La Ley de la Vida y
de la Frontera"
(artículo); "Por la Justicia del
Trabajo (conferencia).
Derecho Sindical y Corporativo.
Esta obra la presenta el profesor Feroci dividida en
diez capítulos, el cual comienza el primero con didáctica e impecable descripción cronológica ─como
es su propio estilo─, sobre el origen y desarrollo de
las Asociaciones Profesionales que se formaron en la historia de la
humanidad.
Su análisis epistemológico e
histórico que intitula como "la Ley de la
Asociación", lo inicia magistralmente como todo
educador, remontándose a la propia madre naturaleza, al
igual que los antiguos griegos de los siglos VII y VI antes de
Cristo con la siguiente acotación de Gide:
"«Hoy día Viernes Santo *
─escribía el filósofo socialista Fourier en
1818**, he descubierto el secreto de la
asociación universal». Pero todos reparamos en
cuan infundada sea esta presunción, que nos recuerda el
¡eureka, eureka! de Arquímedes, y el ¡tierra,
tierra! De Colón. En realidad, la asociación es
fenómeno visible para todos y natural al hombre, y
nunca hubo necesidad de que alguien se afanase en
descubrirlo.
La ley de la asociación es tal vez, la
más general de las que regulan el universo,
«puesto que no solamente se manifiesta en las relaciones
entre los hombres que viven en sociedad,
sino también en las que unen los mundos en sistema
solar y las células
en los cuerpos inorgánicos y orgánicos y
organizados, y, en fin, en las relaciones lógicas del
pensamiento.
También a los animales se
extiende la ley de la asociación, y algunas de sus
sociedades
(las de las abejas, de las hormigas, en todo tiempo,
fuente inextinguible de instrucción y de
admiración".
Página siguiente |