3.2.2 Nudo: habiendo conseguido con quien tener
relaciones, una niña de 14 años (pág. 21),
ahora no es capaz sino solamente de contemplarla (pág. 32,
mitad), disfrutando de ello y llegándose a enamorar
(Cáp. 3) como nunca lo había echo con las
más de 514 mujeres (pág. 16, final).
3.2.3 Clímax: hay un detonante para que surja el
momento más fuerte; es el cadáver de un banquero
famoso (pág. 78), el cual divide al relator de la que
él considera su amor y de la
dueña del prostíbulo, dejándolos separados
por un mes (pág. 87, mitad), lo que le produce una gran
depresión (pág. 83). En el
reencuentro ocurre un malentendido (págs. 91-92) que
separa al periodista de su amor por dos meses
más.
3.2.4 Desenlace: el viejo periodista necesita resolver
su situación. En ese momento le llega una confidente, un
amor de antaño (pág. 94), que le dirige en lo que
debe hacer y en lo que efectivamente culmina la historia.
3.3 PERSONAJES
3.3.1 Principales o protagonistas
-Periodista jubilado (relator): este personaje piensa
que su vida pública carece de total interés,
por lo cual prefiere contar su vida intima con las prostitutas
(pág. I8, inicio). Es un mujeriego que lleva la cuenta de
las mujeres que se han acostado con él (pág. 16,
final); se encuentra pensionado, dictando clases de gramática y latín, escribiendo notas
dominicales y a veces breves sobre música y teatro
(pág. 12 inicio). Le gusta andar sólo (pág.
18, final), escuchar música y releer clásicos de la
literatura
(pág. 15, final). Recuerda mucho a su mamá
(págs. 30, mitad; 36, mitad; 37, inicio; 11). Nunca fue
enamoradizo pero lo atolondra Delgadina (pág. 85,
inicio).
-Rosa Cabarcas: dueña de un prostíbulo de
renombre en el paseo Colón; alguna vez fue muy apuesta y
corpulenta, pero su cliente el
periodista nota la vejez en ella
(págs. 25, final; 28, inicio). Su esposo e hijo
único fallecieron por lo que anda siempre de luto
(pág. 24, inicio).
-Delgadina (menor de edad): el viejo periodista la
describe como bella, limpia, bien criada, miedosa, trabajadora,
(pág. 27, mitad), hermosas uñas, piel mal,
tratada, dedos largos, pies grandes, vellos y senos incipientes,
pintorreteada, (pág. 29, mitad), nariz altiva, cejas
encontradas, labios intensos, (pág. 29, final), pobre y de
prendas baratas (pág. 30, inicio). Ella le tenía
miedo al contacto con el escritor, pero luego fue cediendo
(pág. 31, mitad). Su incursión en la prostitución se debe a la quebrantada
economía
familiar por lo cual debe además pegar botones en una
fábrica (pág. 27, final). Esta niña
transformó al periodista despertando en él el amor que
nunca sintió (pág. 66, mitad).
3.3.2 Secundarios
-Florina de Dios: hija de italiano, madre del relator,
intérprete de Mozart,
políglota, hermosa, (pág. 11). Murió a los
50 años de tuberculosis
(págs. 16, inicio; 35, medio). Ella es un recuerdo
constante del periodista (pág. 30, mitad; 16, inicio; 14,
mitad; 100, final; 107, final), hasta el punto que a veces
él siente su presencia (pág. 78, inicio) igual que
a Delgadina (pág. 61, inicio).
-Padre del relator: no se menciona su nombre, pero se
llega a saber que fue formalista, irreprochable, que murió
el día que se firmó el tratado que dio fin a la
Guerra de los
Mil Días (pág. 16, inicio), de perfil
costeño, moreno (pág. 14, mitad), y que
trabajó en las notarias coloniales de la calle de los
Notarios (pág. 104).
-Damiana: el periodista la conoce cuando era una
niña, aindiada, fuerte, del campo, breve, terminante,
recatada con pantorrillas suculentas (pág. 17
inicio-mitad), con quien tenía relaciones por
detrás (en reversa) (pág. 17, final). Ella lo saca
de grandes apuros y lo visita de vez en cuando, aún en la
actualidad cuando relata las memorias
(págs. 37, inicio; 77, inicio).
-Ximena Ortiz: el periodista la encuentra un día
desnuda (pág. 37, final); a partir de allí ella lo
persigue (pág.38, inicio) y hasta piensan en casarse
(pág. 39), pero él la dejó plantada y ella
se fue del país (págs. 40, final; 41, inicio). Ya
de viejos se vuelven a encontrar de paso en un concierto de
música clásica (págs. 101, final; 102,
inicio).
-Tía Argénida: familiar de Ximena Ortiz
quien los vigilaba pero se quedaba dormida (pág. 39,
inicio).
-Jerónimo Ortega: censor oficial en el Diario de
la Paz que no mantiene una buena con el protagonista (pág.
44, inicio).
-Diva Sahibí: adivina a quien el periodista le
dio a leer la mano dibujada de Delgadina (pág. 64,
final).
-Casilda Armenta: aparece en el último
capítulo como una prostituta retirada y vieja amiga del
periodista (pág. 94, inicio), a quien le aconseja su
última jugada (pág. 96, mitad).
-Castorina: era la jefe de un burdel secreto en las
notarías coloniales que introdujo al protagonista en su
mundo cuando apenas él tenía doce años
(pág. 105, final)
3.4 Tiempo
A pesar que el relator rememora acontecimientos del
pasado tales como, los primeros contactos con un burdel
(págs. 104-105), un casamiento fallido (pág. 40,
final), la muerte de
los padres (págs. 35, mitad; 16, inicio), entre otros,
siempre él los aterriza en la actualidad; es decir, los
cuenta desde el presente como pasado, pero no como eventos
intercalados entre pasado y presente.
Hay que reconocer que en algunas ocasiones se utiliza un
tiempo
psicológico irreal, como cuando se imagina a Delgadina
ayudándole a sostener los libros para
que no se mojen (pág. 61, mitad), lo cual sólo es
una suposición del protagonista.
El tiempo lineal predomina durante todo el texto salvo
algunos desvaríos imaginarios del protagonista con su
amada y su mamá.
3.5 Espacio
Al igual que los personajes, el espacio es descrito con
genialidad por el autor colombiano. El paisaje es esencialmente
costeño: bullicioso (pág. 24, inicio), arenas
calientes, casas de tabla y palma, parrandas (pág. 24,
final), caluroso (pág. 39, mitad), con muelles,
ríos y puertos, (págs. 11, mitad; 95, final; 109,
final), terrazas y palmas (pág. 94, mitad), entre otros
aires caribeños y playeros.
El espacio es real, es decir, cada lugar existe en la
realidad pero es posible que las situaciones como tal nunca hayan
sucedido, pues eso es lo característico de la vertiente
literaria del autor, combinar realidad con ficción hasta
el punto de no distinguir fronteras entre una y otra. Puerto
Colombia, por
ejemplo, es el puerto de Barranquilla; y en esta misma ciudad
encontrarás los burdeles y todo lugar citado por
Márquez como el parque de San Nicolás, la estatua
de Simón Bolívar,
el Barrio Chino, el paseo Colón, las notarias coloniales
ubicada en la calle de los Notarios, entre otros tantos.
Actualmente hay un artículo de la revista
Dinners que circula por Internet y donde muestra algunas
fotos de los
espacios geográficos en que se desenvuelve la novela. Si
existen sentimientos, pero el autor no les da una cabida
gráfica como tal; estos van dirigidos más a
personas que a espacios.
4.
ANÁLISIS DE FORMA
4.1 Género
Pertenece al género
narrativo.
4.2 Subgénero
Es una novela no
sólo por ser extensa, sino por la complejidad de las
personas y las situaciones, los cuales no se pueden desarrollar
en un solo capítulo sino que se requiere de varios, en
este caso, cinco capítulos para desarrollar la
trama.
4.3 Estructura del
texto
El texto consta de cinco capítulos desarrollados
en ciento nueve páginas.
4.4 Narración
El autor cuenta la obra en primera persona del
singular y en tercera del singular. Estas son las dos
predominantes pero puede ser que exista la tercera persona del
plural. Por ejemplo: "… (yo) abordé un taxi y (yo)
le pedí…" (primera persona del singular); "(Ella)
No parecía la misma." (Tercera persona del
singular).
4.4 Tipo de lenguaje
Gabriel García
Márquez acostumbra a manejar un lenguaje muy
coloquial; en esta ocasión lo utilizó, como
siempre, en las frases de los propios personajes. Pero si
hablamos del relator como tal, podríamos decir que usa un
lenguaje sencillo pero no tan primigenio salvo algunas
excepciones donde utiliza, por ejemplo, la palabra culo ("me
ardía el culo") (página 12, final). En el
vocabulario encontrado pero que no se encuentra anexo a este
análisis, se halla que el autor ha dejado
de lado las palabras coloquiales del costeño típico
colombiano, para utilizar otras más universales, dando
como resultado una descoloquialización de su
estilo.
5.
ANÁLISIS FINAL
5.1 Apreciación Crítica
Hay algo que no tiene esta obra de Márquez y las
anteriores sí, y es el contenido ideológico
político reflejado en El Coronel no tiene
quien le escriba o La hojarasca, o la noticia novelada como
en Crónica de una
muerte anunciada o Noticia de un secuestro.
Pero esta tiene algo que no tienen las otras o que lo
tienen pero en pequeñas proporciones, y es el romanticismo, lo
erótico, el alejamiento de las cuestiones políticas
por el acercamiento a situaciones más sociales. Eso
quizá se debe a porque Márquez está entrando
en la etapa de su personaje, a esa edad de los ochenta y noventa
años, y puede ser que sea a tal edad que el hombre se
sensibiliza más.
También es de reconocer su recuerdo, la
permanencia de Colombia en su mente, pues los lugares existen, y
desde un país lejano hay que tener mucha idiosincrasia o
retentiva para trabajar sobre ellos. Insisto en la falta de
palabras regionales tan utilizadas en otras obras, aunque eso no
es del otro mundo teniendo en cuenta que vive en México y
que su obra al universalizarse necesita de un lenguaje más
general, sencillo y conocido.
El Nóbel sigue dejándonos intrigados con
sus historias y los personajes: de verdad me gustaría
conocer a Delgadina.
Además encontramos esa dosis de humor negro que
siempre le imprime a sus escritos (págs. 17; 20, mitad,
96, mitad), la utilización del símil o la
comparación (págs. 25, mitad; 30 final; 41, mitad),
la personificación (pág. 31, inicio), el lenguaje
poético (págs. 31, final; 25, mitad; 76, final; 67,
inicio) y el sensualismo (págs. 58, final; 39, mitad
108).
Pero hay algo muy curioso y que me tiene intrigado: no
veo putas tristes, el triste es el protagonista, el periodista
viejo verde.
5.2 Conclusiones
A pesar que se rumora sobre una pérdida de la
imaginación o cese de esta en el Nóbel colombiano,
esta novela nos demuestra todo lo contrario.
Queda comprobado, además, que su realismo
mágico aún no deja de estar vigente y cautivarnos
entre las fronteras de lo real e imaginario.
La universalización de la obra macondiana ha
exigido al autor menor dependencia de los caracteres
regionalistas y mayor sujeción a las palabras sencillas y
conocidas por todo el mundo.
Pese a lo anterior, no deja de olvidar a Colombia,
relegándola al olvida, pues la presente obra se
desarrolló en la ciudad de Barranquilla de este
país.
Bibliografía
-LOURDES FRANCO, María de, Literatura
Hispanoamericana, Editorial Limusa, 1999, Pág.
434.
–Diccionario de
la Lengua
Española, Editorial Larousse, Primera Edición, 1994.
–GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel, Memoria de mis
putas tristes, Editorial Mondadori y Grupo
Editorial Norma, 2004.
-Enciclopedia Encarta 2005.
-GARCÍA-PELAYO Y GROSS, Ramón,
Pequeño Larousse Ilustrado, 1993.
-GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel, El coronel no
tiene quien le escriba, Biblioteca EL
TIEMPO, 2002.
Por
John Jairo Sarabia Trigos
El análisis fue echo el 26 de agosto de 2006 en
Bogotá, Colombia.
El autor nació en Ocaña (Norte de
Santander), Colombia. Es escritor desde los doce años.
Actualmente se encuentra estudiando Comunicación
Social en Bogotá, Colombia.
Es editor de videos, creador de páginas
Web y aficionado a la animación en 3D.
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