– Gardel en Buenos Aires consiste en un fenómeno propio
(a pesar de las reiteradas y míticas dudas acerca de su
origen francés o uruguayo), legítimo, modelo de
conducta y motivo
de orgullo para todos los argentinos. Gardel, en Medellín,
es el objeto de un fenómeno de apropiación -de
transculturación, define Angel Rama-. Se lo
adopta deliberadamente, no sólo por el hecho fortuito de
que Gardel murió en Medellín, sino sobre todo
porque Gardel, y el tango que él canta, encarnan lo
porteño (lo argentino), que constituye la meca de
Latinoamérica en esos años, así como Paris
ha constituido por tan largo tiempo la de los argentinos. Gardel
es, entonces, un mito en Argentina, y un mito doble en Colombia,
en la medida en que proviene de ámbitos fabulosos per
se.
– ¿Cuál es la relación existente entre
imaginario colectivo y trasposición literaria, vinculada a
este asunto?
– Imaginario colectivo es esa suma de fantasías,
deseos, miedos, tabúes, que se tejen en una comunidad y
van tramando las conductas colectivas e individuales.
Transposicion literaria es la formulación de ese
imaginario en una obra escrita; por ejemplo, volviendo a
Medellín, la existencia de un libro titulado Aire de
tango, de Manuel Mejia Vallejo, donde se nos narra acerca de
Guayaquil -el barrio tanguero por excelencia-, donde el
protagonista se cree el doble Gardel.
– ¿Qué simboliza Gardel?
– Jairo-Gardel es la encarnación literaria de una
ilusión del habitante de Medellín de esa
época, o al menos de un pequeño grupo que aspira a
tener una cultura tanguera y urbana heredada de los argentinos.
Encarna también el desdén por la propia vida, el
culto del coraje y cierta camaradería masculina, que son
rasgos eminentemente argentinos traspuestos a un ambiente
diferente.
(1989)
Carlos
Szwarcer: "un camino difícil de transitar"
Carlos Szwarcer es historiador y periodista. Nació en
Buenos Aires, Argentina, ciudad en la que cursó la carrera
de Historia en la Facultad de Historia y Letras de la Universidad
del Salvador y el Ciclo Pedagógico en la misma Facultad.
Fue conductor y productor del programa "Esta es otra Historia" en
FM.88.V. López, entre 1992 y 1994; columnista invitado del
bloque de Historia en el programa "El Refugio de la Cultura", AM.
Radio América, en 1994 y 1995. Realizó la
cobertura periodística de eventos
culturales, políticos y educativos; Investigó para
guiones de espectáculos y documentales, y
desarrolló y seleccionó Efemérides para la
producción de programas
radiales.
Es investigador histórico de Barrios e Instituciones de
Buenos Aires, autor de artículos, ensayos, narrativa, etc.
publicados en su país y el exterior, integrante del Grupo
APH (Área de Protección Histórica) de Villa
Crespo durante 2003y 2004. Colabora en Todo es Historia (Bs. As.
Argentina) Revista
Cuadernos del Tortoni (Bs. As. Argentina), Buenos Aires Cultural
(Bs. As. Argentina), Revista del CECAO (Centro de Estudios
Culturales: Pcia. de Córdoba (Argentina), Letras-Uruguay
(Montevideo. Uruguay), Raíces (Madrid,
España) y Los Muestros (Bruselas, Bélgica/ B.Hills,
USA), entre otros medios.
Dictó conferencias en entidades privadas e
Instituciones dependientes del Gobierno de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Instituto
Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Comisión de
Preservación y Promoción de Cafés Notables de la
Ciudad de Buenos Aires) sobre historia de Buenos Aires; la
temática de dichas conferencias está relacionada
con la inmigración, costumbres, tradiciones y
diversidad cultural. Participó en el emprendimiento
"Patrimonio de
los Barrios", de la Dirección General de Patrimonio
(Secretaría de Cultura de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires) con textos e imágenes
para la definición de los Hitos Históricos
Barriales incorporados como material didáctico para
entidades educativas y de divulgación general. Auspiciado
por la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos).
2003-2005. Desde 2003, coordina diversas visitas a hitos
históricos barriales en el marco del emprendimiento "Los
Barrios Porteños… Abren sus Puertas", organizado
por Dirección General de Patrimonio Secretaría de
Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (actual
Ministerio de Cultura).
Para conversar sobre la inmigración y otros temas, lo
entrevistamos en Buenos Aires.
– Como muchos investigadores argentinos te interesás
por la inmigración a partir de una circunstancia personal,
el hecho de que tu abuelo materno y tu padre hayan sido
propietarios del Café
Izmir ¿Cómo viviste esa situación en tu
infancia?
– En mi caso, aunque mis padres nacieron en la Argentina, mis
cuatro abuelos llegaron de países muy lejanos, Ucrania y
Turquía, sin duda esto debe haber marcado en mí
cierta inclinación por los temas sobre inmigración.
Mi abuelo fue el dueño del Café Izmir desde fines
de los años ´30 hasta 1965, cuando falleció,
y mi padre y un tío quedaron a cargo cuatro años,
hasta 1969, momento en el que venden el fondo de comercio a una
familia
asturiana.
Si bien el Café es todo un ícono de Villa Crespo
y del Buenos Aires cosmopolita, un sitio renombrado a tal punto
que fue designado Café Notable de la Ciudad de Buenos
Aires, en mi infancia no tuvo el impacto que puede suponerse: mis
recuerdos dentro del Izmir, de hecho muy agradables, son
simplemente los de un pequeño que iba a visitar a su
abuelo al lugar de trabajo; él me convidaba un yogurt o
una gaseosa y yo me la pasaba jugando al fútbol
entre las mesas y sillas con las chapitas de cerveza o
gaseosas que estaban en el piso. Cosas de pibe que me
hacían muy feliz. Pero las imágenes y vivencias del
Café influyeron muchos años después cuando
comencé a dedicarme a la
investigación histórica y tomé conciencia de que
ese sitio había sido mucho más importante de lo que
suponía.
– ¿En qué momento te diste cuenta de esa
importancia?
– En la Facultad nos dieron para leer fragmentos de la novela
Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal y
quedé perplejo cuando me encontré, inesperadamente,
con varios pasajes dedicados al Café, tomado como
escenario de sorprendentes situaciones. Darme cuenta de que fue
observado atentamente por este escritor que describió
hechos y personajes tan particulares, me dio vuelta la cabeza, es
decir, en ese momento sí comencé a tomar conciencia
de que el Café Izmir, más allá de mis
recuerdos de infancia, había sido algo más que el
Café de mi abuelo, al que yo de tanto en tanto iba a
visitar por las tardes. Vislumbré que en la gente, que en
el barrio, había tenido más importancia de la que
yo le había dado. A partir de ese momento comencé a
indagar más detenidamente en la historia de mi familia y
fue el motor para la
búsqueda imperiosa de la verdadera historia de ese lugar,
más allá de la ficción del Adán.
–¿Es cierto que conservás muchos elementos
del Café?
-Sí, tal vez por ser el nieto mayor y dedicarme con
pasión a la historia, mi madre me fue dando las fotos y elementos
que pertenecieron al Café, vajilla, instrumentos
musicales, los discos de pasta que allí se pasaban,
montones de cosas. Además, antes de que lo demolieran, no
sólo intenté evitar su desaparición sino que
ante las topadoras, con gran esfuerzo, hice lo posible porque no
se perdieran para siempre algunos restos materiales que
hoy forman parte, con todo lo demás, de una
colección que, seguramente, servirá para mostrar el
material tangible de ese lugar tan particular y vinculado, muy
especialmente, con la inmigración y la convivencia
pacífica de la diversidad cultural.
– ¿Estudiaste historia para ahondar en el tema de la
inmigración?
-No, inicialmente en absoluto. Había estudiado un
año de Medicina en La
Plata y rápidamente percibí que aquello no era lo
mío. Encontrar mi vocación me llevó a buscar
información sobre arqueología, antropología. Al poco
tiempo iniciaba la carrera de Historia, me orientaron a ella con
el argumento de que en Argentina, con esta disciplina,
tendría más perspectivas, y la encontré
afín a mi tendencia humanística. Ya en las primeras
clases comprendí que era lo mío.
Mi impulso inicial fue entender el complejo presente y
sabía que para éso tenía que conocer el
pasado. Quería tener respuestas sobre los comienzos de la
humanidad. Luego me encontré con las herramientas
para indagar sobre los vericuetos de mis orígenes, es
decir, sentí que estaba en el camino correcto para hallar
el hilo conductor entre mis ancestros y el contexto en el que
llegaron a la Argentina. Además, el haber vivido mi
infancia en un inquilinato de la calle Padilla, en Villa Crespo,
el contacto con tanos, gallegos, "rusos", "turcos"…, la
verdad que parecía un sainete, esas cosas te marcan.
Recuerdo las fiestas de cada colectividad, nos reuníamos
todos en el gran patio sin importar demasiado qué se
festejaba, compartíamos. Era otra época, ni mejor
ni peor, distinta. Aunque no podemos decir que no se armara
alguna batalla, algún desaguisado entre tanta gente junta,
claro, la perfección no existe ni existirá, pero
siento un dejo de nostalgia por esa convivencia, por la solidaridad que
existía… era un valor muy
importante.
–Entonces buscaste darle sustento científico a tus
vivencias
-Ciertamente, aquello inicial estaba presente
embrionariamente, y después latente en los estudios en la
Universidad, pero lo que me condujo a los temas relacionados con
la inmigración, a ahondar en ellos, verdaderamente, fueron
situaciones de comienzos de los años 90 cuando
falleció mi padre y al poco tiempo una hermana de mi
abuelo.
Tal vez ésto me llevó a la puerta del
Café Izmir. Hacía muchísimos años que
no pasaba por allí. Vaya a saber qué fui a buscar,
pero comencé a recopilar desesperadamente testimonios de
vecinos, de habitués, de hijos de habitués.
Seguramente quise, en parte, encontrarme otra vez con el
Café Izmir de mi infancia y la realidad es que en cada
informante encontré un mundo. La gente mayor que me
abría sus puertas para contarme sobre el barrio y el Izmir
me llevaba, inevitablemente, a la inmigración, eran
relatos de inmigrantes. Fueron años de mucha
investigación en fuentes y de dedicación a la
historia oral. Fue el comienzo de mi pasión por esta
temática. Las decenas de testimonios me dieron un material
riquísimo en vivencias y anécdotas que suelen
formar parte de mis artículos, ensayos y sobre todo de mi
narrativa.
–En las visitas que guiás para el Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, difundís estos temas.
¿Cuándo comenzaste con esta actividad?
-En el año 2003 me convocó a dar una charla el
Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires y la
Dirección de Patrimonio de la entonces Secretaría
de Cultura para participar del asesoramiento sobre Hitos
Históricos para los Desplegables Didácticos
Barriales, primeramente sobre Villa Crespo y más tarde
otros barrios. Luego, me invitaron como coordinador de algunas
visitas en el Emprendimiento "Los Barrios Porteños Abren
sus Puertas", así participé desde entonces en Villa
Crespo, Balvanera, Colegiales, San Nicolás. Ya van cuatro
años. Generalmente las visitas se relacionan con lugares
que de una u otra manera están vinculados a la
inmigración: el Café Izmir, el recorrido por la
Calle Gurruchaga, El Conventillo de la Paloma, el tango, teatros,
templos, comunidades…
–¿Qué significa para vos poder escribir sobre
la inmigración argentina en medios del exterior?
-Desde luego que mucho porque, como vos sabés, el
investigador termina su prolongado y arduo trabajo recién
cuando da a conocer el resultado del mismo. Pero que escribiendo
sobre Argentina, particularmente sobre Buenos Aires, se interesen
en mi material publicaciones importantes de España,
Bélgica, Estados Unidos, etc., que divulguen estas
historias tan nuestras en medios tan lejanos, indudablemente, me
pone muy contento, aunque te diré que, a veces, uno se
sorprende que le den más trascendencia afuera.
–Otros de tus puntos de interés
son el Café Tortoni y el Museo del Tango, también
relacionados con la inmigración. ¿Desde qué
punto de vista te aproximás a estos temas?
-La revista "Todo es Historia", en el 2002, publica mi
artículo "El Café Izmir". Menciono allí que
Alejandro Rafael Alboger, mi abuelo materno, fue lustrabotas y
luego mozo y mêtre del Café Tortoni hasta hacerse
cargo del Izmir, dejándole el lugar a mi tío abuelo
Yaco, el que con el tiempo termina siendo accionista del
Café de Avda de Mayo. En el 2003 Roberto Fanego, uno de
los dueños del Tortoni, leyó aquel
artículo y decidió dedicar la Revista "Cuaderno del
Tortoni" Nº 9 a los dos Cafés, solicitándome
que la escribiera. Así surge "El Tortoni y el Izmir
– un nexo para la historia".
Obviamente, además de Marechal, esos dos hermanos
Alboger, judeo-sefaradíes, provenientes de Turquía,
tienen que ver y mucho con la inmigración y con los dos
Cafés. El material se presentó en Abril de 2003 en
la Bodega del Café, la Sala Quinquela Martín, con
el auspicio de la Secretaría de Cultura y la
Comisión de Bares Notables de la Ciudad. En cuanto al
Museo Mundial del Tango… cubrí su
inauguración para un medio del interior y además
ese día tan especial se entregaba al público
presente un tríptico con fragmentos de mi artículo
"Gardel y el Tortoni", basado en mi investigación sobre la
presentación en el Café del Morocho del Abasto en
una recepción a Luigi Pirandello…
–También Gardel en tus investigaciones…
-¿Sabés qué pasa? el tango es parte de
Buenos Aires y aunque soy de la época del rock el tango
también me llega, lo escuchaban y bailaban mis viejos. Soy
porteño hasta la médula y además me pusieron
de nombre Carlos por Gardel, mi vieja era fanática de
él. En el 2004, el 11 de diciembre, Día del Tango,
se hizo una exposición
en el Museo de la Casa de Carlos Gardel y allí un sector
fue dedicado a la muestra Carlos Gardel y el Café Tortoni,
con elementos del Café de principios del
siglo XX y textos míos. Fue un momento muy
emocionante.
–¿Y el interés por el Teatro Maipo? Parece un
tema muy distinto de los anteriormente mencionados.
-En cierta forma, la inmigración también tuvo
mucho que ver con el desarrollo del
teatro en Buenos Aires. Pero lo del Maipo fue inesperado, un
trabajo de investigación encargado. En Agosto de 1994 se
produjo la reapertura del teatro por parte de Lino Patalano y
Julio Boca. Un tiempo antes recibí el llamado
telefónico de la productora de cine y televisión Clara Zappettini para ofrecerme
la investigación sobre la historia de los inicios de esa
sala de espectáculos. Dado el escaso tiempo formé
un pequeño grupo y nos pusimos a trabajar a full.
Fue una experiencia muy interesante porque gran parte de lo
relevado no se conocía y sirvió para realizar un
documental llamado "Raconto del Teatro Maipo" y para la base de
los textos del guión del espectáculo en el que, el
22 de Agosto de ese año, participaron Sandro, Gasalla,
Tania y otros. A partir de ese trabajo me interesé en el
Scala y el Esmeralda, los dos teatros que estuvieron en el mismo
predio que el Maipo, y profundicé aquellos primeros
enfoques.
En el año 2004 "Todo es Historia" publica "Prehistoria del
Teatro Maipo", donde recorro el camino desde la zarzuela en
España, los orígenes del teatro de Revista, la
actividad del Scala, del Esmeralda y llego a 1922, cuando
comienza a funcionar el teatro, efectivamente, con el nombre
actual.
–¿En qué trabajás actualmente?
-Soy bastante obsesivo y perfeccionista pero al mismo tiempo
anárquico, mejor no mires mi escritorio, pero normalmente
tengo un trabajo adelantado, digamos central, sobre el que me
dedico a full mientras mantengo abiertas investigaciones
laterales y escritos que sigo puliendo hasta terminarlos.
Actualmente estoy redondeando relatos sobre los sefaradíes
en Buenos Aires para publicar en próximos meses; una
investigación sobre Milagros de la Vega y también
comencé a tomar testimonios para relevar datos y dar a
conocer historias y anécdotas sobre un par de cafés
de Buenos Aires. En fin… quizás el tema que hace un
par de años me desvela es la realización de una
exposición sobre inmigración a partir de los
materiales del Café Izmir.
Me perturba mirar hacia atrás y ver que en los
últimos diez años fallecieron más de la
mitad de las personas de edad, de nuestros mayores, aquellos que
me brindaron oportunamente su testimonio de vida, y que sus
vivencias sirvieron para rescatar de un olvido seguro parte de
sus tradiciones, de nuestros orígenes, de nuestra forma de
ser.
–Se te ve muy comprometido con la
preservación…
-Es que hay tanto para hacer, para sacar a la luz, historias
todavía desconocidas que son parte de nuestra identidad y
que se perderán si no tomamos testimonios, si no
escuchamos esas voces, si no
recuperamos esos recuerdos. Estos hechos de la realidad me
movilizan para buscar una salida, una respuesta al problema de la
preservación de nuestro patrimonio
cultural, no es suficiente lo que se hace.
Últimamente, algunos escollos me motivaron a poner en
marcha la
organización de una estructura que sea espacio de
encuentro de interesados en proteger, contar, divulgar estos
temas, alentar las iniciativas, tal vez por medio de una
Fundación u otro mecanismo acorde a estas necesidades. Es
importante lograr recursos que
financien proyectos de
investigación y publicación sobre
inmigración y diversidad cultural. Es un camino
difícil de transitar pero creo que vale la pena
intentarlo.
(LETRAS-URUGUAY, Montevideo, 2006)
Miryam
Gover de Nasatsky: los escritores judeoargentinos
El 21 de mayo pasado, en un acto que contó con la
presencia de José María Castiñeira de Dios,
Enrique Pavón Pereyra, Jaime Barylko y Santiago Kovadloff,
entre otros, se presentó en la Biblioteca Nacional la
investigación titulada Escritores judeo-argentinos,
Bibliografía 1900-1987. El trabajo,
editado por Milá en dos volúmenes, fue elaborado
por Ana Epelbaum Weinstein y Miryam E. Gover de Nasatsky.
Con Miryam mantuvimos el siguiente diálogo:
– Hablemos primeramente de las autoras. ¿Cuál
es la formación de cada una de ustedes?
– Ana es socióloga, egresada de la Universidad Hebrea
de Jerusalén. y se desempeña como investigadora.
Actualmente dirige el Centro de Documentación e Información sobre
Judaísmo Argentino "Marc Turkow" de
AMIA (Comunidad Judía de Buenos Aires). Yo soy docente e
investigadora. Egresé de la Universidad Nacional del
Litoral con el titulo de profesora en Letras; fui becaria del
Fondo Nacional de las Artes, tengo publicada una antología
de poesía y colaboro en la revista el gRillo, que dirige
Carolina de Grinbaum.
– ¿Por qué trabajaron en esta
bibliografía?
– Porque creemos que la literatura es una forma de
perduración y la bibliografía permite encarar
metódicamente su estudio evitando una mala jugada de
la memoria
para valorar al escritor; es el instrumento para registrar lo
diverso, la expresión y resonancia de una realidad
compleja.
– ¿Cómo definiría su obra?
– Estos dos tomos muestran en forma amplia y desprejuiciada un
panorama que sin duda servirá de campo de observación a nuevas criticas y a otros
enfoques. Es una toma de conciencia acerca de nuestra realidad
polifacética que se refleja en lo literario.
– ¿Qué se propusieron al realizar esta
investigación?
– Estamos convencidas de que la fuerza que las
adscripciones étnicas, religiosas y culturales adquieren
en la configuración actual de las naciones demuestra que
la conformación de una sociedad
democrática y pluralista está íntimamente
ligada al respeto por las identidades particulares. Esta
bibliografía se inserta en esa línea de pensamiento
al intentar profundizar en el conocimiento de un grupo de
escritores judeo-argentinos que, sin constituir una
sección diferenciada, pertenecen y son parte integral de
la literatura argentina.
– Su trabajo parece ideal para ser consultado por computadora.
– Es verdad: En la era de la informática, la bibliografía
constituye un banco de datos
acerca de la producción literaria, colaboraciones en
antologías, publicaciones periódicas y lo que se
escribió sobre cada autor.
– ¿Cómo fueron seleccionados los escritores
incluidos en los volúmenes?
– Los doscientos autores estudiados fueron seleccionados de
una nómina
de seiscientos nombres por un Concejo Consu1tor integrado, entre
otras personalidades de la cultura, por Raúl H.
Castagnino, Santiago Kovadloff, Leonardo Senkman y Eliahu
Toker.
– Sabemos que son autores de real valía en nuestras
letras.
– Por cierto. Por nombrar sólo a algunos de ellos
citaré a Gerchunoff, Eichelbaum. Cesar Tiempo; Isidoro
Blaisten, José Narosky, Gyula Kosice, Marcos Aguinis,
Inés Malinow, David Viñas, José Isaacson,
A1ejandra Pizarnik y Alicia Steimberg, ganadora del Premio
Planeta. Este registro
sistemático está precedido por el prólogo
"Territorios compartidos", de Saúl Sosnowski.
– ¿Qué material es el que ofrecen?
– Transcribimos en forma ordenada toda la información
obtenida en bibliotecas,
editoriales, colecciones privadas, casas particulares, a traves
de las cartas recibidas,
en las casi doscientas entrevistas realizadas a los escritores o,
en su defecto, a familiares directos. Al final del segundo tomo
figura la lista de antologías, publicaciones
periódicas y libros de referencia revisados, como
así también el índice de quienes se ocuparon
de los escritores incluidos.
– Para finalizar, queremos saber qué
valoración hacen de esta bibliografia.
– Como .decimos en la introducción, nosotras sentimos que fue un
desafío apasionante y creemos que nuestra tarea
permitirá que otros investigadores continúen esta
obra, y completen o corrijan los inevitables errores y omisiones
que ésta pueda tener.
(EL TIEMPO, Azul, 1994)
Lily Sosa de
Newton: Las
mujeres argentinas
Lily Sosa de Newton está dedicada desde hace muchos
años a una investigación que la apasiona: la
historia de las mujeres de nuestro país. Partiendo desde
aquellas que vinieron con los conquistadores, llega hasta
nuestros días, en los que la situación femenina ha
cambiado considerablemente. Próximo a salir un nuevo libro
sobre el tema. nos acercamos a la editorial en la que se
desempeña como directora de Prensa.
Allí mantuvimos, para LA CAPITAL, el siguiente
diálogo:
– Ha escrito un libro que se titula Las mujeres
argentinas, de ayer a hoy, publicó tres ediciones
–hasta la fecha- del Diccionario biográfico de
mujeres argentinas, dirige la colección "Las mujeres"
de Plus Ultra y escribe artículos periodísticos
sobre este asunto. ¿Cómo surgió su
interés por las personalidades femeninas de nuestro
pasado?
– El tema me interesó siempre. Cuando tenía
veinte años, leí Tres guineas, de Virginia
Wolf, publicado por Sur. Esa lectura despertó en mi el
interés por el feminismo, por su historia. y
comencé a buscar material.
– ¿Qué hizo con el material reunido?
– Artículos para un diario. Recién casada, fui a
vivir a Santa Fe; allí aparecieron mis primeras notas en
un diario que cerró. En 1967 apareció mi libro
Las argentinas, de ayer a hoy; esta. obra resume las
investigaciones que habia realizado hasta ese momento. En ella,
enfoco e1 tema de la mujer desde e1 punta de vista
histórico. Algunas jugaron un papel importante junto a sus
maridos; otras, las mas, se destacaron por sus propios
méritos.
– Usted es, a nuestro criterio, quien mejor puede hablarnos
de las características de la mujer de nuestro país,
dado que conoce muchísimo sobre el particular.
– Existe una tipología de la mujer argentina, pero debe
dividirse el grupo según se trate de figuras nacidas en el
siglo pasado o en el presente. No podemos hablar de las mujeres
anteriores al siglo diecinueve porque no disponemos de los datos
indispensables para un estudio de esta indole; recién a
partir de las Invasiones
Inglesas podremos hablar de individualidades, de personajes
definidos.
– ¿Qué rasgos aparecen, entonces, en las
mujeres del siglo pasado?
– Se caracterizaron por su gran iniciativa y por su independencia.
Sentían mucha inquietud por la cultura: fueron
periodistas, maestras. Entre ellas se destaca Mariquita
Sánchez de Thompson, una figura fundamental de nuestro
pasado. Estas damas tuvieron vida propia; no vivieron a la sombra
de los hombres. Es más, muchas veces, estando sus maridos
en la guerra,
debieron procurarse e1 sustento para ellas y para sus hijos: en
esa epoca, hacían dulces, costuras. y otros trabajos
caseros para vender.
– Ahora existen otras posibilidades.
– Claro. La situación empieza a cambiar en las dos
últimas décadas del siglo diecinueve. Despues de
1880 se fundan las escuelas normales; las mujeres empiezan
entonces a estudiar la carrera docente, que es 1a primera carrera
de la mujer argentina. Se produce un trasvasamiento social: la
mujer que ha obtenido un titulo se puede considerar superior a la
misma familia, inclusive. Las maestras de aquella época
accederán, rindiendo las equivalencias entre el normal y
el bachiller, a la enseñanza universitaria.
– ¿Por qué carreras se inclinaron?
– Entre las primeras universitarias, encontramos a las que se
graduaron en Medicina. Cecilia Grierson, la primera médica
argentina, egresó de 1a universidad en 1885. En 1903 se
recibieron las primeras doctoras en Filosofia y
Letras; en 1917, las primeras ingenieras y, diez años
después, las primeras arquitectas. Como vemos, ciertas
carreras tardaron muchos años en tener alumnas, mas no fue
porque se lo impidieran. sino porque las jóvenes no se
sentían inclinadas, en un principio, a ciertas
disciplinas.
– ¿Qué rasgo caracteriza a la mujer de
nuestro pais?
– Yo diría que el interes por el perfeccionamiento
cultural, por via de los estudios superiores.
– ¿Como obtuvo los datos sobre estas mujeres, que
muchos de nosotros no conocíamos?
– Consulté mucha bibliografía; fui a
bibliotecas, leí diarios… Pero tambien tuve informacion
oral de parte de los descendientes de las personalidades
fallecidas. Para las figuras contemporáneas, me base en mi
investigación y en los datos que ellas mismas me
proporcionaron. Ademas, cuando alguien se enteraba de que yo
estaba preparando la primera edición de mi trabajo, me
acercaba material, me proponía nombres.
– Su Diccionario
surge a partir del libro publicado en 1967, no es cierto?
– Sí. Me dio tanto trabajo conseguir el material para
escribir el libro que quise evitarle esa tarea a aquellos que se
interesaran por el mismo tema. Pensé que era útil
porque, si bien existe información. la misma no
está sistematizada. Creo que en mi Diccionario
podrán encontrar datos sobre las mujeres mas importantes
de nuestra tierra, ya
sean actrices, odontólogas, filántropas, o
personajes que pasaron a la leyenda. como la Difunta Correa.
– Han salido ya tres ediciones, y usted sigue juntando
material.
– Claro, porque mi libro debe ampliarse a medida que pasa el
tiempo, con las nuevas generaciones. Por otra parte, como digo en
e1 prólogo, faltan muchas mujeres. y eso es algo que
quiero completar Todavía se puede agregar mucha gente.
Continuamente estoy recibiendo material; me hacen llegar datos
que son sumamente interesantes.
– ¿Cómo ha titulado el libro que
saldrá próximamente?
– Forma parte de la colección "Hoy descubro", que
dirigen María Esther Grivot de Abate y Maria Ruth Pardo
Belgrano; es una colección destinada a los adolescentes,
entonces el titulo completo será Hoy descubro las
mujeres argentinas. Desarrollo el tema a lo largo de nuestra
historia, tomándolo desde diferentes aspectos, como la
educación
y el trabajo.
– Se referirá –suponemos- al voto
femenino…
– Sí, una conquista
tardía, aunque países tan avanzados como Suiza lo
obtuvieron después que nosotros.
(LA CAPITAL, Rosario, 1988)
Trabajo enviado por
María González Rouco
Licenciada en Letras UNBA, Periodista
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