INTRODUCCIÓN
Los constantes avances
tecnológicos en materia
informática han propiciado la
aparición de nuevos conceptos, generando asimismo la
modificación de otros tantos, enriqueciéndolos la
mayoría de ocasiones, así el contenido del
término "información", que según la
definición de la Real Academia de la Lengua
Española significa: "enterar, dar noticia de algo" y que
en términos legos hubiera significado tan sólo una
simple acumulación de datos, se ha
ampliado, transformándose como advierte Gutiérrez
Francés: "en un valor, un
interés
social valioso, con frecuencia cualitativamente distinto, dotado
de autonomía y objeto del tráfico" .
Hoy en día no resulta suficiente poseer la
información, es necesario además tener la capacidad
de almacenarla, tratarla y transmitirla eficientemente, de
allí que "la información" deba ser entendida como
un proceso en el
cual se englobe los tres supuestos (almacenamiento,
tratamiento y transmisión).
El almacenamiento, tratamiento y transmisión de
datos mediante los sistemas de
procesamiento e interconexión conceden el novísimo
significado atribuido al término "información",
colocando a su poseedor en una privilegiada situación de
ventaja respecto al resto de individuos, pues nadie puede dudar
que quien ostenta la información y sepa almacenarla,
tratarla y transmitirla correctamente mediante los sistemas de
procesamiento de
datos, será quien obtenga mayores dividendos en sus
actividades económicas, fin primordial perseguido en
éste tipo de actividades , por lo que debe ser considerado
un valor económico de empresa, aunque
debe entenderse que al adoptar el vocablo "empresa" nos referimos
a ella como actividad (industrial, mercantil, comercial), pues la
protección que se pretende fundamentar no esta dirigida a
la empresa
como sociedad
(anónima, encomandita, individual, etc.), sino que se
orienta a la información y su nuevo significado en la
actividad empresarial.
De allí que el denominado "nuevo paradigma
económico", resulte ser un fenómeno comparable tan
sólo con el ocurrido con la aparición de la
electricidad,
aunque en éste caso el fenómeno haya resultado
mucho más acelerado, por ello es que Alan Greenspan,
Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos,
reconozca que la prosperidad económica de los
últimos ocho años en dicho país y sus
corporaciones resulta atribuible a la influencia de la
informática.
Así podemos decir que el interés social
digno de tutela penal
sería: "la información (almacenada, tratada y
transmitida a través de sistemas informáticos),
como valor económico de la actividad de empresa". Ahora
bien, habrá que determinar si estamos ante un bien
jurídico penal individual o si más bien el
interés tutelado es de carácter colectivo. Si tenemos en
consideración que estamos ante un interés social
vinculado a la actividad empresarial, toda vez que la
información se convierte en un valioso instrumento de la
actividad de empresa, el bien jurídico
"información" se encontraría encardinado dentro de
los llamados delitos
socio-económicos y por ello sus repercusiones
trascenderían a las propias bases del sistema
socio-económico, esto es, estamos a través de bien
jurídico colectivo.
Sin embargo, ello no obsta a que puedan resultan
implicados, en determinados supuestos, intereses patrimoniales
individuales, con lo cual surge el inconveniente adicional de
diferenciar entre los delitos patrimoniales y los referidos al
orden socio-económico, para ello debemos dejar en claro
que el bien jurídico propuesto está dirigido a
resguardar intereses colectivos, cercanamente relacionado al
orden público económico, aunque puedan concurrir a
su vez intereses individuales, que en éste
específico caso serían los de los propietarios de
la información contenida en los sistemas de tratamiento
automatizado de datos.
EL GRUPO
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES
Entre los años 60 y 70 del Siglo XX, el software no era considerado
un producto sino
un añadido que los vendedores de los grandes computadores
de la época (los mainframes) aportaban a sus clientes para que
éstos pudieran usarlos. En dicha cultura, era
común que los programadores y desarrolladores de software
compartieran libremente sus programas unos
con otros. Este comportamiento
era particularmente habitual en algunos de los mayores grupos de
usuarios de la época, como DECUS (grupo de
usuarios de computadoras
DEC). A finales de los 70, las compañías iniciaron
el hábito de imponer restricciones a los usuarios, con el
uso de acuerdos de licencia.
Con este antecedente, en 1984 Richard Stallman
comenzó a trabajar en el proyecto GNU, y
un año más tarde fundó la Free Software
Foundation (FSF). Stallman introdujo una definición para
free software y el concepto de
"copyleft", el cual desarrolló para dar a los usuarios
libertad y
para restringir las posibilidades de apropiación del
software.
El software como se ha visto, no surge con los equipos
electrónicos, -aunque es con ellos que adopta el nombre-
está presente desde el empleo de
ábacos o sumadoras mecánicas. Sin embargo, en estos
casos, el software no se encuentra incorporado en el equipo. Es
aportado por el operario. La máquina analítica de
Charles Babbage, incidentalmente, tuvo su software, y fue una
amiga de éste, la legendaria lady Lovelace, quien
aportó el software que no se llegó a usar, dado que
la máquina nunca se completó.
En el ENIAC el control de las
operaciones
estaba parcialmente integrado en el equipo. Dicho control era
realizado por un circuito que requería un alambrado
específico para cada aplicación. Imaginemos lo
engorroso que resultaba realambrar el circuito cada vez que
cambiaba el uso del ENIAC.
Hasta este momento, no se percibía una diferencia
sustancial entre el equipo y el control de las operaciones. El
concepto de programa de
control almacenado en memoria,
aportación popularmente atribuida a John von Neumann,
precipitó el desarrollo de
software. En éste se perfilaron dos tendencias de
desarrollo: los programas de aplicación y los de servicio.
Estos últimos tenían como propósito
facilitar el desarrollo de programas a partir de
programas.
Algunos programas de servicio fueron simples cargadores
que permitieron emplear notaciones como el octal o hexadecimal
más compactas que el binario. Otros como los ensambladores
simplificaron más el proceso al reemplazar las notaciones
numéricas con los símbolos mnemónicos que aportaron
para describir a cada instrucción de la máquina. El
siguiente paso significativo fue la traducción de fórmulas, que
permitió la descripción de los algoritmos con
el empleo de expresiones algebraicas. Dicha traducción se
realiza con programas que se denominan compiladores,
generan programas que al ejecutarse producen los
resultados.
Es importante destacar que en tanto los programas de
aplicación saturaron los recursos de los
equipos, imponiendo sus requerimientos en cuanto a velocidad,
precisión en la aritmética y capacidad en los
almacenamientos; los programas de servicio repercutieron en la
evolución de la arquitectura de
los equipos (hardware). Entre las
aportaciones más notables, podemos citar el empleo de
pilas y el
reemplazo de referencias físicas por
lógicas.
Con la pila (Push Down List), se da lugar al manejo
recursivo de los procesos. Por
ejemplo, esto ocurre en una oficina
administrativa, cuando se pospone la solución de un
problema para resolver otro de mayor exigencia. El problema
original se suspende y se aborda nuevamente cuando el de mayor
exigencia ya ha sido resuelto.
Con el reemplazo de referencias físicas por
lógicas, se obtuvo un incremento más real que
virtual de los recursos disponibles. Almacenamientos secundarios,
registros
operacionales, memoria
virtual, memoria cache e hizo translapes (overlay), son
algunas de las técnicas
que emplean este concepto. El efecto es similar al de las
operaciones bancarias nominales con que las instituciones
de crédito
prestan varias veces su capital.
Los elementos aportados por los programas de servicio,
al interrelacionarse configuran el sistema operativo
con el cual se administran los recursos disponibles en las
computadoras y se establecen líneas de producción para el proceso de programas con
una mínima participación del operario: la automatización de la automatización.
Al principio, los sistemas operativos brotan como extensiones de
los lenguajes. Posteriormente, el fenómeno se invierte de
modo que los sistemas
operativos configuren el ambiente en el
que se desempeñan las aplicaciones y los programas de
servicio.
Página siguiente |