- Resumen
- Antecedentes
- Marco
conceptual - Área de
estudio - Objetivos
- Hipótesis
- Metodología
- Resultados
- Discusión
- Escenario
2010 – 2015 - Alternativas para el
mejoramiento de la imagen - Conclusiones
- Bibliografía
- Anexos
Identificación de áreas
viables para usuarios del mar en función de
la calidad de
agua costera
adyacente en el corredor Tijuana – Ensenada B.C. durante el
invierno 2003
Resumen
Se evaluó la calidad del agua adyacente al
litoral costero Tijuana – Ensenada, durante el mes de marzo
del 2004 para identificar las áreas viables para los
usuarios del mar en función de la calidad de agua costera
y de las posibles fuentes de
contaminación sobre el ambiente
costero. Las variables
consideradas fueron coliformes totales, carbono
orgánico total, cloro y numero de descargas a la
línea de costa. Paralelamente se realizo un muestreo social
mediante el uso de cuestionarios para identificar la percepción
de la población sobre el fenómeno de
la
contaminación.
Los resultados indican que el efecto de la
contaminación de la zona costera es apenas perceptible
para la población que hace uso de ella. La zona de Playas
de Tijuana y Sauzal de Rodríguez resultaron sitios que
actualmente ya no son viables para realizar actividades
turísticas de ningún tipo por presentar riesgos a la
salud. Rosarito,
Bajamar y Ensenada, actualmente son viables para el
aprovechamiento de recursos y puede
ocasionar problemas
sanitarios su uso turístico.
El resto del litoral es apto para actividades
turísticas sin riesgos. No obstante de continuar la
tendencia de crecimiento y vertimiento de contaminantes sin
control a la zona
costera del área de estudio, para el año 2015 las
únicas localidades aptas para dichas actividades
serán Chapultepec, Ejido Esteban Cantu y Estero de Punta
Banda.
Introducción
La zona costera ha presentado diferentes usos por el ser
humano en todo el mundo a lo largo de los años, estos van
desde el aprovechamiento de su calidad paisajística para
ver un atardecer, hasta la dependencia total por el
aprovechamiento de los recursos pesqueros y uso de suelo costero. La
importancia que esta zona implica se ve magnificada en
años recientes puesto que, según Edgren (1993 en
García 1997) la zona costera representa entre el 50 y 70 %
de la población mundial.
Esta avalancha de actividades en la misma zona implica
que los actores o usuarios del mar en ocasiones traslapen sus
actividades, sobreponiendo diferentes tipos de uso, en donde las
nuevas actividades afectan las ya establecidas en un inadecuado
aprovechamiento de la zona costera.
Un ejemplo de lo anterior se puede observar cuando una
playa es utilizada por pescadores ribereños y turistas,
puesto que los segundos requieren servicios como
restaurantes y hoteles que en un
momento dado desplazan los botaderos de lanchas y contaminan el
mar si las descargas de aguas residuales derivadas de
estos servicios no son tratadas eficientemente. Por su parte los
pescadores suelen abandonar sobre la playa el producto
derivado de la pesca
incidental lo que genera mala imagen en la
playa y problemas de contaminación orgánica y
olores.
El crecimiento industrial es otra fuente de problemas
ambientales, puesto que las empresas
exportadoras así como las maquiladoras forman uno de los
sectores más dinámicos en la región y se
estima que son responsables de la importación de cientos de materiales
peligrosos cada año (Sánchez 1990 en Verduzco,
2002) que a su vez intensifican la presión al
medio ambiente
costero, ya que es este último el receptor final de los
desechos producidos.
En estos casos este panorama afecta la capacidad de la
zona costera como fuente de valor
estético, de recursos y comercial para la población
que la usa. Algunas de las causas son la falta de personal de
limpieza en playas municipales, la carencia de tratamiento
adecuado en empresas turísticas cercanas al mar y las
limitaciones de los sistemas de
recolección y tratamiento municipal de aguas residuales
(Rodríguez, 1998), resultado de una inadecuada planificación de la zona costera y falta de
inspección y vigilancia de la legislación vigente
que provoca directa o indirectamente muchas de las tensiones que
afectan la sustentabilidad de la zona costera, la cual depende
para su buen funcionamiento tanto de las condicionantes
ambientales como de los aspectos económicos y sociales de
las comunidades así como de la existencia de mecanismos
institucionales de regulación (Cendrero-Uceda, 1997 en
Alvarado, 2000).
De lo anterior surge la necesidad de este proyecto de
investigación, el cual pretende implementar una
metodología adicional o innovadora para
definir áreas viables para cada actividad realizada en
esta franja, utilizando como indicador la calidad de agua
costera. El uso de indicadores
ambientales se ha extendido en su uso hasta formar un soporte
para el ordenamiento de actividades humanas y representa un
instrumento para sintetizar y transmitir información previa a la toma de
decisiones.
La evaluación
de los efectos negativos plantea un reto a los tomadores de
decisiones, ya que para medir los cambios que ocurren en el medio
ambiente se requiere de criterios confiables y cuantificables.
Estos criterios como indicadores ambientales son una medida del
medio que nos permiten estimar el grado de estos efectos
así como información y/o tendencias sobre los
fenómenos ambientales (Alvarado, 2000, De la Lanza,
2000).
En la actualidad el indicador más ampliamente
utilizado en la zona costera son las bacterias,
aunque solo define los sitios para bañistas, un ejemplo de
ello es el programa
denominado Blue Flag en cual incluye 35 países y certifica
2472 playas en el mundo, ninguna de México.
Por parte del gobierno
mexicano, se formó el programa denominado "Playas
Limpias", que incluye igualmente estudios bacteriológicos,
aunque también existen criterios de calidad de agua
costera (Secretaria de Salud, 1989) y una normativa para evitar
la contaminación de cuerpos receptores por parte de las
descargas de aguas residuales (NOM ECOL 001).
La importancia de este criterio esta basada en que a
inicios del siglo pasado, las enfermedades infecciosas
transmitidas por el agua como
el cólera,
la disentería y tifoidea formaban grandes epidemias que
mataban aproximadamente 25,000 personas al año solamente
en E.U.A. (Harte 1995).
En el agua de mar el ser humano también puede
verse afectado cuando existe un contacto directo entre los
agentes patógenos en estado libre
con los que usan esta zona para su recreación
o por la acumulación de estos patógenos en moluscos
bivalvos que posteriormente pueden ser consumidos. (De la Lanza
et. al. 2000),
Algunos de los organismos que producen enfermedades son:
Salmonella sp. (Fiebre tifoidea,
salmonelosis), Shigella sp.(Disentería bacilar y
shigelosis), Vibrio cholerae (Cólera) E. coli
(Gastroenteritis) Clostridium perfringens (Gangrena gaseosa),
Enterovirus (Gastroenteritis), Hepatitis A
(Hepatitis infecciosa), Rotavirus (Gastroenteritis) que en el
menor de los casos es suficiente para causar problemas como
conjuntivitis y dermatitis
(SEMARNAT 2004, Paniagua 1986 citado en Cortinez
1986).
Sin embargo, el mar presenta una capacidad bactericida,
ocasionada por sus características químicas (Engel
1979), el problema es que si la vertiente de contaminantes se
intensifica, ocasiona que las bacterias puedan vivir en agua de
mar varios días ó enquistarse y precipitarse al
fondo del mar en la zona litoral manteniéndose activas por
meses (Jiménez 1989).
Es por ello que se expone la necesidad de utilizar a
parte de las bacterias, otros criterios que le den una mayor
robustez al indicador ambiental denominado "Contaminación
Costera". Ahora bien, existen diferentes tipos de
contaminación en la zona costera, que para facilitar su
comprensión se pueden dividir en físicos como la
temperatura,
químicos como materia
orgánica ó nutrientes agregados y finalmente
biológicos como baterías y otros
parásitos.
Para mitigar y controlar los problemas biológicos
en las aguas residuales tratadas se emplea el uso de cloro ya sea
en forma liquida o gaseosa el cual al ser adicionado al agua
forma el ión hipoclorito (ClO). Este realiza la
función de eliminar organismos patógenos, olores y
sabores desagradables (Encalada, 1990) ya sea penetrando en la
bacteria y oxidando su contenido celular o atacando su pared
celular (Morales, 1984).
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