Breve reseña de la vida del Independentista de
la Republica
Dominicana.
La familia Duarte
estaba constituida por los padres, Juan José Duarte
Rodríguez, nacido"en la ciudad de Veger de la Frontera, en
la provincia española de Cádiz y Manuela Diez y
Jiménez, natural de Santa Cruz del Seibo, y siete hijos:
Rosa, Francisea, Filomena; Sandalia, Vicente, Juan Pablo y
Manuel.
No se sabe la fecha de llegada a Santo Domingo de Juan
José Duarte, pero se supone que fue en la última
década del siglo XVIII, pues e1, 4 de octubre del 1799
aparece como padrino del niño José Ramón
Alvague en el registro de la
Iglesia de
Santa Bárbara, de esta ciudad. Máximo Coiscou
Enríquez considera que debió emigrar cuando
Toussaint Louverture invadió la parte española y
tomó posesión de la ciudad de Santo Domingo. Al
producirse la Reconquista regresó al país. "Este
retorno tuvo que ser después de Agosto de 1804, pues para
entonces residía en Mayagüez, Puerto Rico,
donde ha debido nacer su hijo primogénito Vicente
Celestino, pero hasta ahora no se ha encontrado constancia de
ello". "Del matrimonio de
Juan José Duarte y Manuela Diez no hay tampoco constancia;
pues eu los libros
parroquiales de la Catedral y Santa Bárbara hay sensibles
vacíos. Cabe suponer que ocurriera en Puerto Rico, pues
debió ser para algo de la vida civil el testimonio que
dieron, a petición de Doña. Rufina Jimenez
Benítez (madre de doña Manuela), los ciudadanos
Magistrados y Oficiales Municipales de la villa del Seibo a 18 de
abril de 1803". El padre de Duarte era corrtrario a Ios haitianos
y a propósito de esto Jose Gabriel Garcia relata lo
siguiente: "Don Juan Duarte, padre del caudillo,que inició
los trabajos. revolucionarios que dieron por resultado Ia
creación de la República Dominicana, fue el
único comerciante catalán que se negó a
firmar el escrito que sus compatriotas dirigieron a Boyer
.Hombre de
conciencia recta
y de sentimientos puros, no quiso asociar su nombre a un acto
censurable; y al proceder con tanta nobleza e hidalguía,
anticipó al heredero de sus virtudes la gloria de
sacrifcar mas tarde su porvenir por dar a sus conciudadarios una
patria que, pródiga para con todo el mundo, solo para con
él no ha usado de largueza ni favores".
EI progenitor de Duarte apoyó las actividades
patrióticas de sus hijos, Vicente y Juan Pablo, y a este
último le facilitó una habitación del local
de la ferretería que poseía para que iristalara en
elIa una escuela, y el 29
de Julio del 1843, vendió una casa de su propiedad para
ayudar económicamente a Juan Pablo que en esa
ocasión era víctima de la persecución
haitiana.
La madre de Duarte fue una mujer de grandes
virtudes que se identificó moralmente con sus hijos y
compartió plenamente con ellos sus triunfos. y sus
fracasos. El padre de Duarte murió en la. ciudad de Santo
Domingo eI 25 de Noviembre del 1843, estando Duarte ausente del
pais y su madre en Caracas en el 1858, durante el destierro que
le impuso Santana, en unión de sus hijos.
Vicente Celestino Duarte nació en el 1802
probablemente en Mayaguez. Desde muy joven se dedicó al
comercio
maderero, a la venta de reses y
los negocios de
tienda en San José de los Llanos. Clemente Sosa, que lo
conoció en su ancianidad dice que "tenía la mirada
de hombre
inteligente y bueno" y que era "muy entendido en todo" .
Adoctrinado en política por su
hermano Juan Pablo fue de los fundadores de La Trinitaria, y
cuando la persecución de Charles Herard permaneció
oculto en el este. En el 1843, en unión de Fco. del
Rosario Sánchez, le dirigió una misiva a Duarte en
la que le pedía recursos para la
lucha revolucionaria aunque fuera "a costa de una estrella del
cielo". Cuando Juan Pablo le envía a su familia la
célebre carta en la que
le proporie la venta del
patrimonio que
ésta ha recibido a la muerte del
padre, Vicente Celestino acon onseja a sus familiares acceder a
la petición del Apostol, y logra ser escuchado. Vicente
Celestino participó en la sublevación del 27 de
Febrero del 1844 y formó parte de la comisión que
intervino en la capitulación de las autoridades haitianas.
En el I844 Santana lo deportó a los Estados Unidos y
de allí pasó a Venezuela aI
cabo de dos meses. En el 1848 retornó al pais
acogiéndose a la amnistía que dispuso el Congreso
Nacional en favor de los febreristas. Del 1854 al 1856 Vicente
Celestino vivió en Los Llanos dedicado a sus negocios. En
el 1857 fue nombrado diputado a la Asamblea Revisora de Moca, que
reformó la constitución en sentido liberal. Cuando se
realizó la Anexión se marchó a Caracas,
donde se reunió con Duarte, y luego regresó a la
Patria en el 1864, en compañía del Apostol. El 23
de Abril del 1864 es designado pagador de las tropas
restauradoras en Bermejo. Y en el ataque· restaurador a
San José de Los Llanos mereció el elogio de
Luperón por su valor.
Pasó los últimos años de su vida en Los
Llanos, donde era muy querido y respetado, y allí
falleció habiéndose perdido el recuerdo de su
tumba. Juan Pablo, aunque no era el primogénito,
logró convertirse en el personaje principal de la familia;
siendo apoyado y secundado por sus padres y hermanos, en todas
sus actividades patrióticas y políticas.
Cuando Duarte tuvo que marcharse al extranjero en el
1843, su padre puso el negocio a nombre de su hijo Manuel y de su
nieto Vicente María Duarte, hijo este último de
Vicente Celestino. Ambos le servían de auxiliares y se
encargaban de llevar las cuentas, y hacer
los cobros Manuel era entonces un joven de 18 anos, que aunque
probablemente fuera debil de cerebro,
lucía normal, como lo prueba el hecho de ayudar a su padre
en las labores mencionadas. Pero cuando en el 1845 se vió
obligado a acompañar a la familia en
el destierro, perdió la razón y estuvo demente
muchos años. Cuando sus hermanas Rosa y Francisca se
disponían a regresar al pais, invitadas por el Gobierno
Dominicano, tuvieron que desistir de tal cosa porque Manuel se
negó a volver a su Patria y sus hermanas no quisieron
dejarlo abandonado. "Ni aun en su demencia quiso Manuel Duarte
volver a la tierra de
donde fue arrojado con tal siniestra saña, que le hizo
como a Juan Isidro Pérez, perder la luz de la
razón". Existe otro procer en la familia Duarte al que no
se le ha dado la importancia que merece. Se trata de Enrique
Duarte hijo de Vicente Celestino. No sabemos con seguridad la
fecha de su nacimiento, pero como sus padres se casaron en el
1822 debió de haber nacido en el 1823. Iniciado en la
política
por su tío Juan Pablo, al igual que su padre, se
convirtió en un valioso colaborador de ambos y en un
ferviente patriota. En el 1843 ayudó a Duarte en sus
trabajos conspirativos en Venezuela. .
En el 1844 participó en el consejo de familia que
conoció de la petición de ayuda económica
hecha por Duarte. En ese mismo año actuó en la
sublevación del 27 de Febrero y acompañó a
Eusebio Puello en las operaciones de la
toma de la aduana y del
puerto. Posteriormente fue desterrado a los Estados Unidos
junto con su padre, y de allí pasó a Venezuela,
donde acabó sus dias.
Rosa fue una gran admiradora y colaboradora de su
hermano. Y de ella dice Jose Gabriel García: "Mujer de talento
natural y de virtudes sobresalientes, supo conservar hasta el fin
de sus días en estado de
pureza, todos los sentimientos nobles y delicados que le
inculcaron sus padres con una educación esmerada;
habiendo rendido siempre un culto especial al que entre sus
deudas era don natural: el patriotismo, que no pudieron mitigar
en ella, ni la justicia de
los hombres, ni el rigor del infortunio. "Es fama que nunca
llegó a maldecir a los autores del perpetuo destierro a
que se vió condenada. con su virtuosa familia, ni
aún en los momentos de mayor angustia, ni en medio de las
mayores zozobras; siendo de notar que sólo alzó al
cielo las manos virginales con que ayudó a hacer los
cartuchos y a confeccionar las balas que se usaron en el
pronunciamiento de la Puerta del Conde, para bendecir los
triunfos nacionales y dar gracias a Dios por la
conservación de la existencia de la República,
objeto carísimo de sus encantos y desvelos" De los Duarte
el único que formó familia fue Vicente Celestino.
Los demás murieron solteros. Rosa Duarte fue la prometida
de Tomás de Ia Concha y de ella se dice que
prefirió acompañar a su madre en eI destierro antes
que casarse con su prometido. De Francisca, Filomena y Sandalia
diremos que la primera acompañó a su hermana Rosa
hasta que la muerte se la
llevó de su lado, en el 1889, y que al año
siguiente la siguió a la tumba. De Filomena no tenemos.
ninguna información, y de Sandalia, la menor,
diremos que falleció muy joven, probablemente a principios del
I844; porque según Rosa participó en el consejo
familar que se celebró en ese año.
El 19 de Marzo del 1845 Santana expulsó del pais
a la familia Duarte. Aludiendo a esto dice el fundador de de La
Trinitaria: "…Supe que se habían expulsado algunas
familias, y que como Rivier el año anterior; en el
presente mi familia que se componía (porque los rnayores
de 25 años estaban desterrados a perpetuidad) de mi
anciana madre, cuatro hermanas, la mayor apenas contaba con 16
años, y cuatro niños
el mayor de trece…" Refiere Rosa: Duarte que "cuando el Sr.
Arzobispo Dr. Tomas de Portes, eI Pbro. Dr. Bonilla, Don
Francisco Pou y otros preguntaban a la Junta Suprema la causa por
qué se desterraba a una respetable anciana con sus
niñas, amenazándolas en el pasaporte con que si no
embarcaban el Gobierno se veria
en el caso de emplear medidas coercitivas (?) Bobadilla les
contestó: "Ellas fabricaron balas para la Independencia
de la Patria, con más razón no escasearán
medios ni
recursos para la
vuelta del hermano que lloran ausente". ¿Por qué
eligió la familia Duarte a Venezuela y no a Puerto Rico,
Cuba o
Curazao, que eran lugares más cercanos?… Porque la madre
de los Duarte tenia familares en ese pais que podrian ayudarlos
en el destierro. El 6 de Abril del 1845 Duarte se reunió
con su desterrada familia. Veamos, a. continuacion, como nos
describe el encuentro con ella y el comentario que hizo al
enterarse de los sucesos: "Abracé a mi querida madre y
hermanos en la Güaira y legué a ese Dios de justicia el
castigo a tanta iniquidad, a tanta maldad…". Con la ayuda de su
negocio el padre de Duarte adquirió una modesta fortuna
que situó a su familia dentro de la pequeña
burguesía de su época. Parece que entre los
comerciantes de la ciudad de Santo Domingo gozaba de una buena
reputación, de la que se hace eco Duarte en la carta que le
dirigiera a su familia desde Curazao en el 1844, ya que en ella
menciona el ilimitado crédito
de su padre.
La situación económica de la familia
Duarte en Venezuela parece haber sido bastante buena del 1845 al
1867 porque Rosa Duarte en el 1865 compró una casa en
Caracas, que diez años después vendió, y el
propio Duarte al hablar de las diligencias que realizara para
venir a la Patria, en el 1864, dice: "…a mi vuelta a Caracas
vendí una casita en mil cien pesos::." Y en una acta
notarial del 1867 aparece Duarte comprando una casita en Caracas.
Parece que a partir del 1875, cuando los quebrantos de Duarte se
agravaron, la situación económica de su familia se
hizo sumamente mala. El Prócer pasó un año
en lecho y con tal motivo sus hermanas tuvieron que hacer grandes
sacrificios económicos y contraer deudas. Todavía
en el 1879, o sea, tres anos despues de la muerte de
Duarte, le decían al Ayuntamiento de Santo Domingo, en
carta que le
escribieran a éste, que "aun no habían podido pagar
los gastos de su
última enfermedad y entierro…" En el 1883, José
Prudencio Diez, tío de las hermanas Duarte, se
dirigió. al Congreso Nacional en solicitud de ayuda para
ellas, alegando que se encontraban "solas en tierra
extranjera, sin abrigo y sin pan, rodeadas de las sombras de la
miseria con un hermano menor a quien el horrible golpe del 44 que
hirió gravemente a toda la familia hizo de él
víctima especial privándole del uso de la
razón". En Agosto deI 1884, o sea, ocho años
después de la muerte de
Duarte, el Congreso Nacional dispuso que se les asignara a las
hermanas Duarte, que ya eran unas ancianas, una pensión
vitalicia de 45 pesos mensuales y se les diera la suma de dos mil
pesos fuertes para que compraran una casa en Ia ciudad de Santo
Domingo. Las ancianas Duarte agradecieron en eI alma el favor que
se les hizo, pero no pudieron disfrutar del mismo porque al
negarse Manuel, el hermano demente, a retornar a Santo Domingo,
ellas como ya se dijo, prefirieron quedarse para no dejar
desamparado en Venezuela a su desgraciado hermano. Cuando en el
1884 el Ayuntamiento de Santo Domingo envió una
comisión a Caracas para traer a la Patria los restos del
Patricio, esta comisión pagó las deudas de las las
hermanas Duarte y en el recibo que le entregaron a la
comisión se expresaron así: "Obligadas por las
circunstancias e impulsadas por nuestro imprescindible deber,
(aunque con pena) les manifestamos que éramos deudoras al
Sr. Marcos A. Guzmán de la cantidad de seiscientos pesos
sencillos que nos había suministrado para atender a los
muchos gastos que por
espacio de un año tuvimos que sufragar en la asistencia de
la penosa enfermedad y mas después en el entierro de
nuestro hermano el General Juan Pablo Duarte (Q.D.E.P.). En
virtud de nuestra manifestación los honorables diputados
del ilustre Ayuntamiento de nuestra patria en su nombre y
representación de nuestros conciudadanos nos ofrecieron y
entregaron dicha cantidad mas arriba expresada, la que nosotras
altamente reconocidas aceptamos, y con la cual hemos pagado al
Sr. Marcos A. Guzman, la sagrada deuda contraída por
nosotras en el penoso y luctuoso lapso que tuvo por
término vernos arrebatar (cuando menos lo
esperábamos) el único bien que nos quedaba en
la tierra. Con
la muerte de Manuel Duarte en el 1890 se extinguió la
familia del Apóstol habiéndose legado a la
posteridad un vivo ejemplo de patriotismo, abnegacion y
templanza.
No quedaría completo este estudio de la familia
Duarte si omitiéramos a sus tíos maternos Mariano y
José Prudencio Diez, que ayudaron generosamente a sus
sobrinos en diferentes formas. Mariano Diez nació en Santa
Cruz del Seibo el 24 de Septiembre del 1794. Se trasladó a
Caracas muy joven y allí vivió varios años.
En el 1844, cuando Duarte fue a Caracas ayudó a su sobrino
en sus actividades patrióticas. En el 1844 regresó
al país trayéndole a la Junta Central Gubernativa
una cantidad de dinero que
como donativo voluntario le remitieron varios dominicanos
residentes en V enezuela. . Duarte comenta así lo
anterior: "Y mientras yo rendía en mi inicuo destierro
gracias a la Divina Providencia porque me habia permitido ver
transcurrir el año sin menoscabo de esa independencia
tan anhelada; en mi ciudad natal santificaban tan memorable
día los galos cubriendo de sangre y lutos
mis amantes lares arrastrando cuatro nobles víctimas a
infando suplicio".
El Apostol permaneció algunos días
más en Saint Thomas donde parece que se enteró de
la expulsión de su familia y de la resolución de
ésta de irse a residir a Venezuela porque se marchó
a dicho país, el 6 de Abril de 1845 se reunió con
ellos en el puerto de La Güayra. Todo parece indicar que
Duarte volvió a Saint Thomas, por última vez, el 28
de Junio de 1864, para entrevistarse con Melitón Valverde,
nombrado por el Gobierno Restaurador, al igual que él,
Ministro Plenipotenciario de la Republica ante los gobiemos de
Venezuela, Nueva Granada (Colombia) y
Perú. Duarte permaneció esta vez varios días
en Saint Thomas, y después de hacer algunas diligencias,
se trasladó a Curazao a continuar sus gestiones
diplomáticas. Saint Thomas ocupa un lugar señero en
el via crucis de Duarte y es posible que en más de una
ocasión rememorara los amargos momentos que pasó en
esa tierra que
fuera testigo de su desesperacion y su impotencia, al ver la
Patria en manos de los enemigos de su Independencia.
Juramento Trinitario
En el nombre de la Santísima, augustíisima
e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente: juro y pro- meto, por
mi honor y mi conciencia, en
manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi
persona, vida
y bienes a la
separación definitiva del gobierno haitiano y e implantar
una república libre, soberana e independiente de toda
dominación extranjera, que se denominará
República Dominicana; la cual tendrá su
pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules,
atravesados con una cruz blanca. Mientras tanto seremos
reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios,
Patria y Libertad. Asi
lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja: y
de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el
perjurio y la traición si los vendo La Independencia
Nacional Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantia de
las libertades patrias, la Ley Suprema del
pueblo dominicano es y será siempre su existencia
política como Nación
libre e independiente de toda domina- ción, protectorado,
intervención e influencia extranje- ra, cual la
concibieron los Fundadores de nuestra aso- ciación
política al decir el 16 de julio de 1838, DIOS, PATRIA Y
LIBERTAD,
REPUBLICA
DOMINICANA, y fué proclamada el 27 de febrero de 1844,
siendo, des- de luego, asi entendida por todos los pueblos, cuyos
pronunciamientos confirmados y ratificados hoy; declarando
además que todo gobernante o gobernado que la
contraríe, de cualquier modo que sea, se coloca ipso facto
y por sí mismo fuera de la ley.
Patriotismo
Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y
juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón
conspiran contra la salud de la
Patria.
Mente sana en cuerpo sano.
Procuraré conservarme bueno, conservaré mi
corazón y mi cabeza.
Patria libre
Dios ha de concederme bastante fortaleza para no
descender a la tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente y
triunfante
Las ideas
Hay palabras que por las ideas que revelan llaman
nuestra atencion y
atraen nuestras simpatias hacia los seres que las
pronuncian.
Providencialismo
Los providencialistas son los que salvarán la
Patria del infierno a que la tienen condenada los ateos,
cosmopolitas y orcopolitas.
Justicia.
E1 buen dominicano tiene hambre y sed de la justicia ha
largo tiempo, y si el
mundo se la negase, Dios que es la Suma Bondad, sabrá
hacérsela cumplida y no muy dilatado; y entonces, iay! de
los que tuvieron oidos para oir y no oyeron, de los que tuvieron
ojos para ver y no vieron…;la Eternidad de nuestra idea! porque
ellos habrán de oir y habrán de ver entonces lo que
no hubieran querido oir ni ver jamas.
Los libertos.
En lo que no estan de acuerdo nuestros libertos es en lo
del amo que quieren imponerle al pueblo.
Trabajo.
Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para
nuestros hijos y para nosotros mismos. Trabajemos, trabajernos
sin descansar, no hay que perder la fe en Dios, en la Justicia de
nuestra causa y en nuestros propios brazos.
Patriotismo
Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin
Honor.
Aprovechar el tiempo
Aprovechemos el tiempo!.
Amistad.
Tienes amigos? Prepáralos, porque los días
se acercan; procura que no se descarríen, pues va a sonar
la hora de anularse para siempre, la hora tremenda del juicio de
Dios, y el Providencial no será vengativo, pero si
justiciero.
Enemigos de la Patria.
Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros,
están todos muy acordes en estas ideas; destruir la
Nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar a la
Nación entera .
Los orcopolitas.
No somos más que unos ambiciosos que
independizamos nuestro pueblo por ambición y no tuvimos
talento para hacer nuestra la riqueza ajena; mientras que ellos
(los orcopolitas), son los hombres honrados y virtuosos pues han
tenido la habilidad de hacerlo todo, hasta llamar al extranjero;
muestra
inequívoca de lo muy amado que serán por la
justicia con que han procedido y procederán para con Dios
y la patria y la libertad del dominicano.
La Ley.
Toda ley no declarada irrevocable es derogable y
también reformable en el todo o en parte de ella. Toda ley
no derogada clara y terminantemente, se considera vigente. La ley
no puede tener, ni podrá jamás tener, efecto
retroactivo. Ninguno podrá ser juzgado sino con arreglo a
la ley vigente y anterior a su delito; ni
podrá aplicársele en ningún caso otra pena
que la establecida por las leyes y en la
forma que ellas prescriban. Lo que la ley no prohibe, ninguna
persona, sea o
no sea autoridad,
tiene derecho a prohibirlo. La ley, salvo las restricciones del
derecho, debe ser conservadora y protectora de la vida, libertad,
honor y propiedades del individuo. Para la derogación de
una ley se guardarán los mismos trámites y
formalidades que para su formación se hubieren observado.
La ley es la regla a la cual deben acomodar sus actos, asi los
gobernados como los gobernantes..
Poder.
Ningun poder en la
tierra es ilimitado, ni el de la ley tampoco. Todo poder
dominicano está y deberá estar siempre limitado por
la ley y ésta por la justicia, la cual consiste en dar a
cada uno lo que en derecho le pertenezca.
Soberanía
Toda ley supone una autoridad de
donde emana, y la causa eficiente y radical de ésta es,
por derecho inherente, esencial al pueblo e imprescriptible de su
soberanía.
La delación
Se prohibe recompensar al delator y al traidor, por
más que agrade la traición y aún cuando haya
justos motivos para agradecer la delación.
Filantropía.
La Nación está obligada a conservar y
proteger por medio de leyes sabias y
justas la libertad personal, civil e
individual así como la propiedad y
demás derechos legítimos de
todos los individuos que la componen; sin olvidarse para con los
extraños, a quienes también se les debe justicia de
los deberes que impone la
filantropía.
Derechos y deberes La ley es la que da al gobernante el
derecho de mandar e impone al gobernado la obligaci6n de
obedecer.
Autoridad ilegítima.
Toda autoridad no constituída con arreglo a la
ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a
gobernar ni se está en la obligacidn de
obedecerla.
La Nación.
La Nacion
dominicana es la reunión de todos los dominicanos. La
Nación dominicana es libre e independiente y no es ni
puede ser jamás parte integrante de ninguna otra Potencia, ni el
patrimonio de
familia ni persona alguna propia ni mucho menos
extraña.
Religión.
La religión predominante
en el Estado
deberá ser siempre la Católica, Apostólica,
sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de
cultos y de sociedades no
contrarias a la moral
pública y caridad evangélica.
El proscripto
Arrojado de mi suelo natal por
ese bando parri- cida que empezando por proscribir a perpetuidad
a los fundadores de la República ha concluído por
vender al extranjero la Patria, cuya independencia jurara
defender a todo trance, he arrastrado durante veinte años
la vida nómada del proscripto.
Vuelta a la Patria.
Sonó la hora de la gran traición… y
sonó también para mí la hora de la vuelta a
la Patria: el Señor allanó mis caminos.
Perseverancia.
No he dejado ni dejaré de trabajar en favor de
nuestra santa causa haciendo por ella, como siempre, mas de lo
que puedo; y si no he hecho ahora todo lo que debo y he querido,
quiero y querré hacer siempre en su obsequio, es porque
nunca falta quien desbarate con los pies lo que yo hago con las
manos.
Los traidores.
Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe,
los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre
víctima de sus maquinaciones.
Autoridad E1 Gobierno debe mostrarse justo y
enérgico…o no tendremos Patria y por consiguiente ni
libertad ni independencia nacional.
Nacionalismo.
Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda
Potencia
extranjera o se hunde la isla.
Los proteccionistas.
En Santo Domingo no hay más que un pueblo que
desea ser y se ha proclamado independiente de toda potencia
extranjera, y una fracción miserable que siempre se ha
pronunciado contra esta ley, contra este querer del pueblo
dominicano, logrando siempre por medio de sus intrigas y
sórdidos manejos adueñarse de la situación y
hacer aparecer al pueblo dominicano de un modo distinto de como
es en realidad; esa fracción, o mejor diremos esa
facción, es y será siempre todo, menos dominicana;
así se la ve en nuestra historia, representante de
todo partido antinacional y enemigo nato por tanto de todas
nuestras revoluciones; y si no, véase ministeriales en
tiempo de Boyer y luego rivieristas, y aun no habia sido el 27 de
Febrero, cuando se le vió proteccionistas franceses y ms
tarde anexionistas americanos y después españoles.
Fe patriotica Ahora bién, si me pronuncié
dominicano independiente desde el 16 de julio de 1838, cuando los
nombre de Patria, Libertad Honor Nacional se hallaban proscriptos
como palabras infames, y por ello merecí, en el año
de 1843, ser perseguido a muerte por esa facción entonces
haitiana, y por Riviére que la protegia, y a quien
engañaron; si después, en el año de 1844 me
pronuncié contra el Protectorado francés, decidido
por esos facciosos, y cesión a esta Potencia de la
Peninsula de Samaná mereciendo por ello todos los males
que sobre mi han llovido; si después de veinte años
de ausencia he vuelto espontaneamente a mi Patria a protestar con
las armas en la mano
contra la anexión a España
llevada a cabo a despecho del voto nacional por la
superchería de ese bando traidor y patricida, no es de
esperarse que yo deje de protestar, y conmigo todo buen
dominicano, cual protesto y protestaré siempre, no digo
tan solo contra la anexión de mi Patria a los Estados
Unidos, sino a cualquier otra potencia de la tierra, y al mismo
tiempo contra cualquier tratado que tienda a menoscabar en lo
más mínimo nuestra Inde- pendencia Nacional y a
cercenar nuestro territorio o cualquiera de los derechos del Pueblo
Dominicano.
Causa de la Patria.
Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre
sera la causa del honor y siempre estaré dispuesto a
honrar su enseña con mi sangre.
La generación venidera.
El amor de la
patria nos hizo contraer compro- misos sagrados para con la
generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar
a la idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de
hombres libres, fieles y perseverantes.
Concordia.
Sensible a la honra que acabáis de hacerme,
dispensándome vuestros sufragios para la primera
Magistratura del Estado, nada
me será más lisonjero que saber corresponder a ella
llenando el hueco de vuestras esperanzas, no por la gloria que de
ellos me resultaría, sino por la satisfacción de
veros, cual lo deseo, libres, felices, independientes y
tranquilos, y en perfecta unión y armonía Ilenar
vuestros destinos, cumpliendo religiosamente los deberes que
habéis contraído para con DIOS, para con la PATRIA,
para con la LIBERTAD y para con vosotros mismos.
Ser justos.
Sed justos lo primero, si queréis ser felices.
Ese es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así
apagaréis la tea de la discordia y venceréis a
vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo
obtendré la mayor recompensa, la única a que
aspiro, al veros libres, felices, independientes y
tranquilos.
La Política.
La política no es una especulación; es
la Ciencia
más pura y la máas digna, después de la
Fllosofía, de ocupar las inteligencia
nobles.
El buen ejemplo.
Lo poco o mucho que hemos podido hacer o
hiciéramos aún en obsequio de una Patria que nos es
tan cara y tan digna de mejor suerte, no dejará de tener
imitadores; y este consuelo nos acompañará en la
tumba.
La juventud.
Seguid, jóvenes amigos, dulce esperanza de la
patria mía, seguid con tesón y ardor en la hermosa
carrera que habéis emprendido y alcanzad la gloria de dar
cima a la grandiosa obra de nuestra regeneración.
políhca, de nuestra independencia nacional, única
garantia de las libertades patrias. Dios, Patria y Libertad
Seguid, repito, y vuestra gloria no será mejor por cierto
que la de aquellos que desde el 16 de julio de 1838 vienen
trabajando en tan santa empresa vajo el
lema venerable de Dios, Patria y Libertad, que son los principios
fundamentales de la República Dominicana.
Dominicanos y haitianos.
Entre los dominicanos y los haitianos no es posible una
fusón. E1 pueblo haitiano Yo admiro al pueblo haitiano
desde el momento en que, recogiendo las páginas de su
historia, lo en- cuentro luchando desesperadamente contra poderes
excesivamente superiores y veo cómo los vence y como sale
de la triste condición de esclavo para cons- tituirse en
nación libre e independiente. Le reconozco poseedor de dos
virtudes eminentes, el amor a la
libertad y el valor, pero
los dominicanos que en tantas ocasiones han vertido gloriosamente
su sangre, ¿lo habrán hecho solo para sellar la
afrenta de que en premio de sus sacrificios le otorguen sus
dominadores la gracia de besarles la mano?.
Proteccionismo.
Si los españoles tiene su monarquía española, y Francia la
suya francesa; si hasta los haitianos han constituído la
Republica Haitiana, ¿por qué han de estar los
dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a
España,
ya a los mismos haitianos, sin pensar en constituirse como los
demas?.
Demagogia.
Nada hacemos con estar excitando al pueblo y conformamos
con esa disposición, sin hacerla servir para un fín
positivo, práctico y trascendental.
La Cruz.
No es la cruz el signo del padecimiento: es el
símbolo de la redención.
Bien general Puesto que el Gobierno se estableoe para
bién general de la asociación y de los asociados,
el de la Nación Dominicana es y deberá ser siempre
y antes de todo, propio y jamás ni nunca de
imposición extraña, bien sea ésta directa,
indirecta, próxima o remotamente; es y deberá ser
siempre popular en cuanto a su origen; electivo en cuanto al modo
de organizarle; representativo en cuanto a su esencia y
responsable en cuanto a sus actos.
Justicia
Ninguno podra ser juzgado en causas civiles y criminales
por ninguna comisión, sino por el Tribunal competente
determinado con anterioridad.
Retorno a la Patria
Si he vuelto a mi patria después de tantos
años de ausencia, ha sido para servirla con alma vida y
corazón, siendo cual siempre fui, motivo de amor entre
todos los verdaderos dominicanos y jamás piedra de
escándalo, ni manzana de la discordia. Las espinas y
abrojos que le tocó vivir a JUAN PABLO DUARTE no le
impidían que la poesia se anidara en su alma sensible para
mitificar su existencia de sufrimientos y angustias. He aqui dos
de sus hermosas inspiraciones dignas de
figurar en el parnaso más distinguido.
Unidad de las razas Los blancos, morenos, cobrizos,
cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la Patria salvemos
de viles tiranos, y al mundo mostremos que somos
hermanos.
E1 Martirio
Por la Cruz, por la Patria y su gloria Y recordar y gemir |
Autor:
Cesar A. Bido P.
9/5/2000
Republica Dominicana