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Las sociedades chinas en Cuba: escudo y sostén (página 2)




Enviado por Julio Hun



Partes: 1, 2

Para comprender el proceso de
asentamiento y estabilización debemos adentrarnos, muy
brevemente en la historia.

En 1844, Don Julián de Zulueta y Amondo, rico
hacendado y negrero cubano, presentó un proyecto ante la
Real Junta de Fomento de Agricultura y
Comercio para
importar obreros chinos procedentes del puerto de Amoy,
región colindante con la provincia de Cantón, de
donde procedía el grueso de los chinos que vino a Cuba. Fue
fiador del negocio Don Pedro Zulueta, propietario de la firma
Zulueta and Company, radicada en Londres, que firmo los contratos con las
casas Matía Menchacatorre, de Manila y Tait and Company,
de la capital
inglesa. Así, el 3 de Junio de 1847 arribó al
Puerto de la Habana el bergantín de bandera
española Oquendo, con 206 chinos a bordo, después
de 131 días de azarosa navegación. En el largo
trayecto quedaron 6 hombres en el fondo del océano. Nueve
días después, el 12 de junio, arribaba la fragata
inglesa Duke of Argyle, con 365 culíes y 35 muertos, tras
123 jornadas de navegación. Comenzaba "el último
acto del drama de la esclavitud"
según palabras del historiador Juan Pérez de la
Riva.

Los chinos fueron consecuentes con sus tradiciones de
lucha y rebeldía y ese aporte de valentía y
patriotismo lo vertieron en las tierras cubanas, pero
también en tiempos de paz, demostraron ser laboriosos y
capaces de crear una comunidad fuerte
y unida en torno a su
cultura y sus
tradiciones.

Unidad para sobrevivir.

Durante el periodo colonial los chinos en Cuba debieron
trabajar en las mismas condiciones de esclavitud que los negros
africanos y eso condicionó en gran medida su
ubicación y unidad, al igual que el estrato social al que
se unieron. También se debe destacar que las labores a las
que se destinaron no siempre fueron las mas apropiadas a sus
conocimientos y habilidades, pues hombres como el hacendado Don
Urbano Feijóo Sotomayor opinaba que

necesitamos hombres que trabajen al lado de los
esclavos y para esto no sirven sino los hijos de un país
gobernado a palos, cualidad que resalta en los Chinos.
(2)

Pero irremediablemente llegó el momento para que
grandes cantidades de chinos contratados alcanzaran su
liberación. La nueva situación obligó a
pensar en un asentamiento mas estable, (temporal según sus
anhelos, permanente para la gran mayoría), por lo que
debieron (re)comenzar su vida en otras condiciones, siempre
ligados a las actividades humildes. Es a partir de 1860, que se
crean grupos (llamados
colonias) en diferentes poblaciones, siendo la mas importante la
existente en la Villa de San Cristóbal de La Habana,
especialmente en las zonas aledañas a la Zanja Real, muy
cerca de las nacientes cigarrerías de las calles Galiano,
Escobar, del Campanario…

Igualmente importante para el desarrollo de
la Comunidad y las Sociedades fue
una segunda oleada ocurrida al ser prohibida la inmigración china a los
Estados Unidos
y la expulsión de miles de ellos de California, lo que
provocó la entrada de una nueva hornada esta vez con
pequeños capitales y una preparación profesional
superior, los llamados "californianos".

Fue precisamente un californiano, quien en 1858,
se establece en la calle de Zanja uno de los primeros puestos de
frutas, frituras y chicharrones, se trataba de Abraham Scull (Lam
Si Ye)." (3). Este nombre, Abraham Scull, pertenecía a un
chino que había emigrado a los Estados Unidos y que en los
finales del siglo XIX fue expulsado por parte de los
xenófobos y proteccionistas en el estado de
California, junto a miles de sus compatriotas y en nuestra patria
logró hacerse un lugar en la historia, como después
lo harían otros que lucharon en las tres guerras de
independencia,
alcanzando altos grados militares. Nuestro José Martí,
sensible a todos los dolores humanos, describió así
aquella encarnizada lucha en su columna del diario
caraqueño La Opinión Nacional:

"Era el duelo mortal de una Ciudad contra una raza.
Por mantener la esclavitud de los negros hizo una guerra el
Sur. Pues por lograr la expulsión de los chinos, hubiera
hecho una guerra el Oeste."
(4)

En 1867, se unieron Salustiano Sáez (Chung Shi),
Marcos Portillos (Li Men), Francisco Radillo (Wong Fi), Juan
Lombillo (Ho Hap) y Feliciano Zulueta (Choang Sen), y fundaron la
primera sociedad que
tenemos constancia histórica, la Kit Yi Tong, (La
Unión) que tenía como finalidad unir a todos los
chinos residentes en la capital. Unos meses mas tarde, pero ya en
1868 se funda la Hen Yi Tong, (Los Hermanos) en la calle
Estrella, entre Campanario y Manrique. (5). A lo largo de mas de
cien años, muchas fueron las sociedades que los chinos
crearon, para diversos fines, pero siempre buscando no solo la
unión sociocultural sino también la
económica y la política y
reafirmando la solidaridad y la
condición humana, realzando los valores
patrimoniales y culturales de su cultura milenaria, destacando su
particular idiosincrasia a la hora del trabajo y los
negocios, de
hacer el comercio y la gastronomía al estilo chino.

En lo económico debemos mencionar la
Cámara de Comercio que radicó en la Calle de la
Reina, entre Manrique y San Nicolás, la Unión de
Detallistas del Comercio, que llegó a publicar la revista
Fraternidad en sus tiempos iniciales y la Wah Tin Yi Kuan Con
Hui, Asociación de Lavanderías Chinas, que
agrupó a mas de 250 trenes de lavado.

Políticamente los chinos se unieron en torno a
las mismas organizaciones de
su patria de origen.

El 15 de enero de 1887, en la calle Salud número 8, Li
Sheng Zhen, Wen Shu Chi, Chen Zhang y Li Jin Pao, integrantes del
Grupo
Patriótico Chino, crean la Sociedad San He Hui, que en
1895 estableció contactos con José Martí y
el Partido Revolucionario Cubano lo que facilitó la
incorporación de unos seis mil asociados a la Guerra
Necesaria, organizada por el Apóstol Cubano. En 1902
después de proclamada la República en Cuba, la
Sociedad cambia su nombre por el de Hong Men Chee Kung Tong que
el 3 de Mayo de 1922, funda el diario Hoi Men Kong Po y el 18 de
Enero de 1945 se firma el contrato de
compra venta del
edificio de tres plantas situado
en Manrique 511 y 513, que pasó a ser posesión de
Chi Ka Siu, entonces Presidente de la Sociedad. El 28 de Junio de
1946, en el Congreso de Chee Kung Tong celebrado en Shanghai,
China, se adopta el nombre de Hong Men Min Chih Tang. En el
año 1967, queda instituida la Sociedad de La Habana como
Centro Principal en Cuba, con filiales en varias provincias del
país. (6)

Después de 1911, con la Revolución
Democrático Burguesa promovida por el Kuo Ming Tang del Dr
Sun Yat Sen, fue inevitable la creación de esta organización entre los chinos de Cuba, y
muy especialmente en aquellos de mayor poderío
económico como un medio mas de acceder al control de la
Comunidad. No pocas veces los representantes oficiales eran
nombrados entre los miembros de la propia Comunidad por el
Gobierno de
Nankin. En contraposición, los sectores progresistas
crearon, en 1927, la Alianza Protectora de Obreros y Campesinos,
organización que se mantuvo en la clandestinidad durante
gran parte de su existencia.

Al triunfar la Revolución
Cubana, en enero de 1959, un grupo de valientes milicianos
chinos, con Pedro Eng y Guillermo Chiu al frente, intervienen el
Kuo Ming Tang y se crea la Alianza Socialista China de Cuba, a
tenor con los tiempos de cambio y
renovación que se inician en el país.

Tradiciones y cultura

Casi imprescindible para los chinos es el culto a los
antepasados, reflejado en el Día de la Pura Claridad, que
se realiza a inicios del mes de Abril. En esta fecha las
sociedades promueven la asistencia al Cementerio General de
Chinos y se depositan ofrendas
florales dedicadas a los que lucharon en los campos de Cuba por
la independencia de España. Se
mantienen encendidas las llamas del recuerdo por los que ya no
están y que dejaron su huella en la descendencia y la
nación
cubana.

En Cuba se ha hecho tradición acudir al Monumento
a los Chinos Mambises ubicado en la barriada del Vedado, en la
capital. El 12 de Abril de 1946 se inaugura este monumento, una
columna trunca, de color gris,
modesta pero expresiva, ubicada en un pequeño parque de la
confluencia de las calles L y Línea, que había sido
erigido por colecta pública de la Asociación de
Veteranos de la Independencia. Ese acto tuvo la presencia del
entonces presidente Ramón Grau
San Martín y el doctor Ti-Tsun Li, Enviado Extraordinario
y Ministro Plenipotenciario de la República de China,
representante oficial del régimen de Chiang Kai-shek. Se
había colocado en 1931 pero no se pudo inaugurar entonces
por el ataque japonés a la Manchuria en ese año y
que daría origen al efímero Imperio de
Manchukuó, con Pu Yi reinando como Tranquilidad y Virtud,
siendo realmente un títere de los imperialistas nipones.
Solo al finalizar la Guerra se pudo hacer oficial el
monumento.

Y la actividad que, quizás mejor refleje la
esencia de los chinos es la celebración del la Fiesta de
la Primavera o advenimiento del Nuevo Año Lunar. Es un
modo de realzar los valores
artísticos y tradicionales, al tiempo que se
promueve la amistad y la
felicidad al hacer votos colectivos de salud y
bienestar.

Una de las mas importantes funciones de las
sociedades chinas fue preservar las tradiciones y la cultura, de
ahí que no solo promovieran la instrucción y la
recreación de sus miembros sino
también mantener vivo el recuerdo de la lejana patria, por
ello en muchos casos el nexo de filiación resultó
coterraneidad y la consanguinidad, entendida a partir de un
ancestro común, generalmente un héroe mítico
o un antepasado famoso que transmitió el apellido y los
honores de generación en generación. (Un ejemplo de
este tipo de sociedad resulta Lung Kong, fundada en 1900, que
agrupa a los descendientes de los apellidos Lao, Cuan, Chiong y
Chiu. El origen de esta sociedad está en la unión
del legendario Kuang Yu con sus amigos Lao Pei y Chiong Fei, en
el llamado Juramento del Jardín de los Melocotones durante
el Periodo de los Reinos
Combatientes. Mas tarde se unió a ellos Chiu Chi Lung. Los
miembros de Lung Kong rinden honores a sus ancestros,
representados por el Héroe Kuan Kung. El altar que rinde
honor a este prócer fue traído especialmente de
China para la inauguración de la sociedad y constituye uno
de los valores patrimoniales de la Comunidad China, no solo por
su valor
sentimental sino también museable, aunque este ha sufrido
daños que solo manos especializadas podrán devolver
su esplendor.

Con todas estas actividades los chinos y su descendencia
garantizan la supervivencia de su cultura y al mismo tiempo
reafirman su amor por la
zona de origen, pues muchas sociedades apelan al origen
territorial o regionalista, en las que se reúnen aquellos
nacidos en la misma región, villa, ciudad o provincia.
Ejemplos de este tipo de unión son las actuales
Asociación Kow Kong y Regionalista Chung San. Según
refiere Pepe Baltar Rodríguez

Fieles al clan, la religión y la
localidad, los inmigrantes procedentes de un mismo lugar se
reunían para facilitar su protección y apoyo
económico. (…) en tanto refleja con mayor
exactitud el sentimiento de pertenencia y el carácter de distinción regional
que ostentaban…
(7)

El deporte cubano
también tiene deudas con la Comunidad China. En los
años 70, la Asociación Kow Kong prestaba su
salón social para los entrenamientos del entonces futuro
equipo nacional de tenis de mesa, sino todos, la mayoría
de los atletas de primer nivel entrenó en sus mesas. Pero
mucho antes, Kow Kong creó la Clínica de su nombre
en la que muchos de los descendientes vieron la luz.

Tuvieron gran importancia las sociedades culturales y
deportivas, cuyas mas altas expresiones fueron la Chung Wah Yin
Lock Kou Se, primera en emplear descendientes para actuar en la
ópera cantonesa y la Chi Mut Hai You Wut, dedicada por
entero a las artes marciales de origen chino, el kung fu y la
Danza del
León. Durante los años 40 y 50 del siglo XX, las
actividades deportivas se vieron reforzadas con el Club
Atlético, que promovía practicas de diversos
deportes y la
Banda de Música del Kuo Ming
Tang.

En la Alianza Socialista China de Cuba, durante la
década del 80 del siglo pasado, se intentó
revitalizar la vida social y el intercambio cultural, los
asociados pudieron disfrutar de películas chinas y se
celebraron algunas fiestas tradicionales, con el impulso dado por
el Grupo de Danzas Chinas del Atlas de la Cultura en Centro
Habana, conjunto de Danza del León, en coordinación con el Casino Chung Wah, que
promovió una exposición
y desfile de trajes de la Opera en el Centro Provincial de Artes
Plásticas y Diseño
de Ciudad de La Habana en el año 1982 y mas tarde la
actuación de su integrantes en dos cortometrajes seriados
para la
Televisión Cubana, basados en el cuento Los Dos
Ruiseñores, aparecido en la revista La Edad de Oro, de
José Martí.

La Sociedad Lung Kong protagonizó los primeros
intentos por lograr una renovación en las actividades no
solo sociales sino también comerciales. Por ejemplo, fue
la primera sociedad que dio atención especializada a los ancianos,
convirtió su Casa del Abuelo en centro de la Comunidad, al
promover también las actividades culturales, cuando se
creó el Grupo Artístico en el año 1992.
Logró reunir lo mejor dentro del amplio potencial
artístico de la por aquel entonces exigua y dispersa
Comunidad China y proponer espacios nuevos, como una
exposición de artes plásticas y artesanía
dedicada al Festival de Nuevo Cine Latinoamérica y que contó con la
presencia de una delegación china invitada a la
cita.

En este grupo participaron pintores, escultores,
ceramistas, músicos, bailarines, actores, tanto adulos
como niños,
cuya presencia fue destacada en varios programas de la
Televisión
Cubana, especialmente el ya desaparecido Pocholo y su Pandilla,
(un espacio de participaciòn). También hay que
mencionar que con la sección Amigos de Lung Kong se
amplió a todos los miembros de la Comunidad la pertenencia
a la sociedad mas allá de los apellidos Lao, Cuan, Chiong
y Chiu y Alejandro Chiu, (Chiu Yee), por aquel entonces
vicepresidente presentó uno de los primeros proyectos para la
revitalizar el Barrio, que incluía la apertura de
restaurantes y la promoción para una nueva inmigración
china a Cuba.

Actualmente las sociedades promueven el intercambio y la
amistad con sus homólogas de las Comunidades de Ultramar y
con las similares del continente, como es el caso de Min Chih
Tang, que mantiene su relación con la casa matriz, el
Partido Demócrata Chino, uno de los que integran el
sistema
multipartidista chino y con representación en la Asamblea
Política Consultiva del Pueblo Chino.

La sociedad Min Chih Tang fue el centro de otro de los
momentos revitalizadores del Barrio Chino durante los
preparativos para celebrar el Centenario del Casino Chung Wah, en
el año 1983. Nuevos asociados se incluyeron y muchas
actividades se realizaron, como por ejemplo, el baile de la Danza
del León y la promoción de las artes marciales,
como dato diremos que la Danza del León fue lograda por
primera vez dentro de las áreas de una sociedad, (desde
1960), durante los festejos de Primavera de 1986, verdadero
antecedente del rescate que vendría años
después. Y en 1994 acogió a la Academia Wong Yi Mn
de Nam Pai, como sede principal.

Pero no podemos hablar de la importancia de las
sociedades como instituciones
que permiten preservar las tradiciones y la cultura de los
inmigrantes sin mencionar al Casino Chung Wah, el Centro
Principal de la Comunidad China en Cuba. (Recientemente cambio
sus estatus de asociación provincial al de
asociación nacional aunque en estos momentos se encuentra
en proceso de reorganización.) Este centro se
inscribió en el Real Registro de
Asociaciones el 9 de Mayo de 1893, y se denominó
así por analogía con el Casino Español de
La Habana. Durante casi todo el periodo colonial y neocolonial de
Cuba, en sus instalaciones radicó el Consulado General de
China en Cuba y al Cónsul era al mismo tiempo su
Presidente.

Muchas son las actividades que se realizan en el
Casino Chung Wah para garantizar la preservación y
transmisión de los valores legados por
la Comunidad China a la nacionalidad
cubana. Entre ellos podemos destacar las clases de idioma
chino, (pequinés o mandarín), los ejercicios de
Tai Chi y las consultas médicas en las que se aplica la
Medicina
Tradicional y los ejercicios terapéuticos, además
se reúnen los asociados para celebrar festividades
tradicionales chinas y efemérides patrióticas
chinas y cubanas.
(8)

En esta Sociedad un reducido grupo de descendientes y
amigos dio los primeros pasos en la tarea de rescatar las artes
marciales, guiados inicialmente por Ramón Wong Man Ken,
aunque este empeño duro solo unos meses del año
1983, permitiendo que algunos de estos descendientes se acercara
al conocimiento
de Miguel Chang Li, (Chang Pin Chon) entonces presidente de la
Sociedad Chang Wen Chung Tong.

Fue en el balcón del Casino Chung Wah, Centro
Principal de la Comunidad China, el lugar donde ondeó por
primera vez en Cuba la bandera roja con las cinco estrellas de la
República Popular China, cuando la Brigada "José
Wong", de la Milicia China, intervino el Casino el 10 de Octubre
del año 1960. Fue izada por Rufino Alay y confeccionada
por Alfonso Bu, sastre chino que tenía su taller en la
calle Cuchillo y que confeccionaba los trajes que se empleaban en
la ópera tradicional.

Conclusión casi innecesaria

Mas allá de los motivos que incentivaron las
asociaciones, estas instituciones han sido, (y son), un
importante medio de transmisión de tradiciones y cultura,
un modo de preservar la identidad
propia de los inmigrantes chinos frente a la cultura dominante
cubana. Por supuesto, sin que ello impida la influencia ejercida
por los chinos en la formación de nacionalidad
cubana, de la que somos el tercer componente en importancia,
detrás de españoles y negros africanos.

Muchos descendientes, (incluido el autor) han logrado
posesionarse de su rica herencia
etnocultural a partir de la inclusión en las sociedades,
pues la base fundamental de esta transmisión, la familia, no
siempre funcionó como núcleo transmisor, pues
generalmente eran los padres y no las madres, los procedentes de
China, y los primeros elementos se reciben en los iniciales
años de convivencia. (Los hombres, en unos casos
preocupados por el sostén familiar dedicaban poco tiempo a
la transmisión de valores culturales y en otros, por
escasa instrucción y bajo nivel, propio de los hombres del
campo que emigraron a Cuba.)

Si bien la sociedad al modo chino rompe con el esquema
universal de este tipo de institución, en ellas se
promueve, mas que el hecho social, el hecho cultural, el
afectivo, como un medio de evitar la nostalgia y mantener vivos
los recuerdos, especialmente mediante la culinaria tradicional y
la lectura de
revistas y periódicos procedentes de China, así
como videos y filmes. Por supuesto que, en los últimos
tiempos, las sociedades promueven la solidaridad humana y son
partícipes de donativos hacia obras sociales cubanas de la
salud y la atención a los niños y ancianos.
(Además sus representantes participan en eventos que
promueven la reunificación a ambos lados del Estrecho de
Taiwán y decenas de miembros de la Comunidad China de Cuba
se encuentran estudiando el idioma en la República Popular
China.)

Las sociedades han sido un innegable sostén y
vehículo excepcional para la trasmisión de valores
culturales y tradicionales, algunos descendientes, han logrado
apropiarse de elementos de esta cultura milenaria a partir de su
inclusión en estas instituciones, pues la familia (por
diversas causas que no entraremos a analizar) no pudo ser ese
núcleo trasmisor. (El autor de este trabajo es una
muestra de
ello, pues al ser nieto de chinos y uno de los componentes de
otra cultura, fue prácticamente imposible acceder a esta
información de pequeño. Hoy el autor
tiene un nombre y conocimientos de la presencia china en Cuba
gracias a las sociedades chinas y a sus miembros de mas edad, y
muy especialmente, por la Familia Alay Jo que lo acogió
como uno mas y le trasmitió el amor y el
interés
por sus raíces.)

En la actualidad, la membresía principal de las
sociedades está compuesta en un elevado número de
descendientes, obligando a cambios radicales en los reglamentos y
estatutos, permitiéndoles ocupar cargos directivos en las
mismas, algo que durante largos años estuvo limitado, casi
prohibido, y que hoy son una muestra del reconocimiento a la
excepcionalidad de nuestra Comunidad, única en el mundo
por características internas, sin embargo, plena pues los
descendientes no estamos dispuestos a perder las raíces y
la identidad de nuestros padres y abuelos, herencia recibida que,
al mismo tiempo, pasaremos a nuestros hijos. El futuro
está garantizado.

Bibliografía y Testimonios

Citas

  1. Jiménez Pastrana, Juan, tomado de Los chinos
    en la Historia de Cuba, 1847-1930, Editorial Ciencias
    Sociales, La Habana, 1983, pág 43
  2. …. obra citada, pàgs 35-36
  3. … obra citada, pàg 59
  4. Martí, José, Obras Completas, Editorial
    Ciencias
    Sociales, La Habana, 1985, T IX, págs.
    281-289
  5. Jiménez Pastrana, Juan, obra citada,
    pág 61
  6. Li San, Historia de Min Chi Tang, manuscrito
    inédito.
  7. Baltar Rodríguez, José, Los chinos de
    Cuba. Apuntes etnográficos. Fundación Fernando
    Ortíz, 1997. págs 62-63
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TESTIMONIOS ORALES

  • Alfonso Chao Chiu: Secretario y después
    Presidente del Casino Chung Wah hasta su desaparición
    física.
  • Kalok Chi Gen (Lei Wui): Maestro de Kung Fu en la
    Sociedad Chi Mut Hay Yu Wut. (fallecido)
  • Manuel Tang: Maestro de Kung Fu en la Sociedad Chi
    Mut Hay Yu Wut. (fallecido)
  • Rafael Lee (Lei Choi): Maestro de Kung Fu. Directivo
    de Ming Chih Tang. (fallecido)
  • Li San. Presidente de las Sociedades Ming Chih Tang,
    Lon Sai Lee y el Casino Chung Wah. (fallecido)
  • Jorge Chao Chiu, Secretario del Casino Chung Wah,
    Directivo de Ming Chih Tang.
  • Rosa Jo Chang: Ciudadana china residente en Cuba
    desde 1948 y protagonista del rescate de las danzas
    tradicionales chinas en Cuba.
  • Alejandro Chiu (Chiu Yee), Presidente de la Sociedad
    Lung Kong, Vicepresidente Panamericano de Lung
    Kong.

 

 

Autor:

Julio Gerardo Hun Calzadilla.

Nació en 1960 en la Ciudad de La Habana, Cuba. Es
guionista y director de programas de Radio. Autor de
otros trabajos sobre la Presencia China en Cuba.

Categoría: Arte y
Cultura

Palabras clave: danza, tradición, artes
marciales, chino-cubanos

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