Finalmente vence Khomeini a los opositores de izquierda,
con lo que la teocracia en
Irán obedece a la filosofía de Khomeini del
Velayat-e Faqih, o la supremacía de la guía
religiosa sobre la laica, que impone una autoridad
absoluta sobre la población, y que pretende extender su
autoridad sobre todos los musulmanes, por medio de la exportación de la Revolución
Islámica.
El primer director de la agencia de Inteligencia
iraní (llamada inicialmente SAVAMA) era el general
Fardoust, detenido en diciembre de 1985 acusado de ser un
informante soviético. Pero después del arresto del
general, el deseo del Gobierno
iraní de tomar el control de las
organizaciones
guerrilleras de izquierda influyó en algunos dirigentes
del partido de la República islámica en el sentido
de moderar las actuaciones de los agentes de los servicios de
información militares.
En 1984, una reestructuración de la
organización de seguridad
dirigida por Mohammadi Raychahri, entonces jefe del Tribunal
Revolucionario Militar del Ejercito, condujo a la creación
del Ministerio de Información y de Seguridad que
sustituyó al SAVAMA y absorbió a otras agencias
menores de espionaje.
Escudo de la Inteligencia iraní
(VEVAK)
EL JEFE
DE LA INTELIGENCIA IRANÍ
El actual Ministro de Inteligencia, el ayatulislam Ali
Younessi, uno de los fundadores del VEVAK, fue primero jefe del
tribunal revolucionario de Teherán, luego jefe de la
oficina
ideológico-política de los
Guardianes de la Revolución (Pasdaran) inmediatamente
después de la revolución de 1979 que derrocó
al Sha Reza Pahlevi.
En 1982 Younessi fue designado juez religioso de las
cortes marciales revolucionarias.
En 1986, se convirtió en representante del
guía supremo encargado de supervisar la
reconstrucción del Comité de Dirección de la Información del
Ejército en base a la orden del ayatollah
Khomeini.
En 1987, se lo nombró representante del
comandante principal de las Fuerzas Armadas iraníes ante
el comité de Dirección de la Información del
Ejército.
El verano de 1988 señaló un momento
importante en la ascensión de Younessi en la
jerarquía de la teocracia iraní. Se lo
designó como uno de los jueces religiosos encargados de
aplicar la condena a muerte que
impuso Khomeini a los presos políticos ‘no
arrepentidos’. Younessi presidio uno de los tribunales
más crueles, enviando a la muerte a
los presos después de pleitos que apenas superaban los
cinco minutos de juicio oral.
Su celo en la ejecución de las órdenes, en
1988 le vale una promoción en la cumbre de la justicia y se
convierte en jefe de la organización judicial de las Fuerzas
Armadas.
Cuando en 1999 otro religioso shiíta, Dori
Najafabadi, debe ser sustituido como cabeza del Ministerio de
Información tras las revelaciones sobre el asesinato por
agentes del VEVAK de decenas de intelectuales
y disidentes, es Younessi quien hereda la cartera
ministerial.
EL
VEVAK Y LAS OPERACIONES
ESPECIALES
La red de los servicios
secretos iraníes (VEVAK) solo tienen un Ministerio que
trabaja en nombre y que funciona bajo el control directo del
guía supremo del país. No debe dar cuenta a nadie,
ni al Gobierno, ni al Parlamento.
Está dotado con un presupuesto
secreto y esta sobre las leyes. Estos
últimos veinte años, se ha desarrollado una
máquina de represión política tentacular. El
uso del terrorismo por
el régimen iraní como un auxilio de su
Política Exterior, se ha organizado en torno a
actividades profesionales orquestadas por el VEVAK.
El terrorismo sirvió de palanca para obtener
concesiones de los países occidentales y para ejercer
presiones sobre los opositores que sobrevivieron a las
purgas.
El VEVAK trabaja en coordinación con el Ministerio de Asuntos
Exteriores, los Guardines de la Revolución (Pasdaran) y
otras agencias de seguridad, en Operaciones llevadas a cabo en el
extranjero, haciendo un uso particular de las embajadas
iraníes a través del mundo como centro de
recolección de información y cobertura para los
agentes implicados en las actividades terroristas.
En un nivel interno, los agentes del VEVAK a parte de
ser los encargados de las actividades de contrainteligencia,
pasan por pruebas
rigurosas antes de otorgarles las misiones, a la vez que deben
mostrarse suficientemente dignos de confianza para participar en
las operaciones que implican los más altos niveles del
régimen, para lo cual tienen que estar listos para tomar
toda la responsabilidad sobre ellos en caso de que alguien
denuncie las maniobras del Ministerio.
El VEVAK tiene alrededor de 15.000 oficiales al que se
le suma el personal
administrativo, que de la misma forma que la vieja SAVAK esta
conformado solo por civiles. La dirección de la
inteligencia extranjera del Ministerio la integran alrededor de
2.000 oficiales que recolectan información
básicamente de Asia central,
Paquistán, Iraq, los
emiratos del golfo persa y Arabia Saudita.
Sus miembros aunque numerosos, son elegidos de otras
agencias de seguridad del país.
Las primeras misiones suelen ser participar en un
asesinato o la tortura de los disidentes, esto los realizan los
mandos superiores para asegurarse por parte del nuevo cuadro de
inteligencia, la fidelidad al régimen y al guía
espiritual supremo. Sólo se cooptan los cuadros más
honestos.
A pesar de que se chequea la conformación
ideológica de los oficiales de inteligencia, muy pocos de
ellos pueden ser considerados fundamentalistas.
Así la lealtad del oficial individual del VEVAK
al clero predominante es, en el mejor de los casos, casual. En
sentido general, los oficiales del VEVAK suscriben a un nacionalismo
iraní cívico con un
barniz en las creencias de Islam
shiíta.
Con el paso de los años, en sucesivas ocasiones,
el VEVAK conoció purgas internas, dónde agentes que
mostraban señales
de debilidades desaparecieron o ‘se suicidaron’. De
1997 a 1988, después de que una serie de asesinatos de
disidentes por agentes del VEVAK se hizo pública, se
encarceló al vice Ministro de Información de ese
momento, Saïd Emami, bajo cargos no muy claros.
Emami se suicidó en prisión en
circunstancias dudosas. El régimen así evitó
toda filtración de información sobre las
operaciones del VEVAK. En efecto, eso habría comprometido
a toda la dirección del régimen
religioso.
Estas purgas y asesinatos en el seno mismo del VEVAK
desencadenaron una pelea al más alto nivel del Ministerio,
que permitió el encarcelamiento de las cabezas de la
facción perdedora.
En la actualidad una de las tareas especiales más
importantes de la VEVAK es la acción
psicológica sobre los propios iraníes. Los mullahs
usan todo su peso moral para
afilar una verdadera arma de propaganda
masiva.
En efecto, el VEVAK y el ICCO (Organización para
la Cultura y
la
Comunicación) están bajo los auspicios del
régimen radical y dividen el acceso y la difusión
de información en el país. Así pues, los
conservadores en el poder imponen
un control permanente y drástico sobre los medios de
comunicación (televisión, periódicos, radio e Internet) a la vez que
planifican la contraofensiva en el mapa internacional en caso de
un ataque estadounidense.
Ramiro Anzit Guerrero:
Especialista en Contraterrorismo y Seguridad. Abogado
(USAL). Magíster en Estudios Estratégicos (INUN).
Doctorando en Relaciones
Internacionales y en Derecho Penal
(USAL).
Autor de los libros
‘Terrorismo, Análisis de un Condicionante
Critico’; Manual de
Inteligencia y Seguridad Urbana; Triple
Frontera ¿Terrorismo o Criminalidad? y Temas de
Seguridad Internacional. Presidente del Centro Argentino de
Estudios sobre Terrorismo (CAET). Miembro de la Sociedad
Argentina de Análisis
Político. Miembro del Instituto de Derecho Penal y
Criminología del Colegio Publico de
Abogados de la Capital
Federal.
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