- Resumen
- Las Tres Leyes del
Cambio - Ecosistemas y
Negocios - El delicado Arte
del Equilibrio - El Mito de la
Resistencia al Cambio - Factores
Críticos de Fracaso - Bibliografía
RESUMEN
El cambio se
ha convertido en tema obligado de conversación en las
organizaciones
por su presencia constante. Esta situación ha enfrentado
al mundo empresarial con una realidad que hay que manejar desde
nuevas perspectivas para poder lidiar
efectivamente con los nuevos retos que ésta plantea. Ello
lleva a la necesidad de abrir la mente a conceptos provenientes
de campos distintos al del management tradicional, como pueden
ser la ecología, la cibernética, o la teoría de
sistemas, entre otros. En este documento comento algunos
aspectos que me parece definitivo comprender y manejar para
afrontar esta época de cambios vertiginosos.
INTRODUCCIÓN
El cambio se ha convertido en el pan diario de las
empresas,
tanto que prácticamente su principal reto en la actualidad
está en cambiar a la velocidad que
las circunstancias lo exigen, obteniendo los resultados que
quieren alcanzar. A hacer esto lo llamo saber cambiar,
y es algo que evidentemente hay que estar haciendo todo el
tiempo, porque
el cambio no es un evento aislado, sino una condición
permanente. Hoy en día no basta con gestionar el cambio,
hay, además, que saber cambiar. Saber cambiar es
una manera de aproximarse al mundo que permite manejar el cambio
como un aspecto integral de la vida, tomando como ejemplo el
comportamiento
de los seres vivientes.
El cambio es inherente a los organismos vivos, puesto
que de su capacidad de cambiar depende su supervivencia. Los
organismos estamos dispuestos al cambio permanentemente, ya que
para mantenernos estables debemos cambiar de manera
constante.
Si uno observa las empresas con detenimiento, es
fácil darse cuenta de que se comportan como organismos
vivos, aún cuando el modelo de
gestión
tradicional siga pretendiendo forzarlas para que funcionen como
máquinas, lo cual, entre más
cambiante se vuelve el mundo, menos adecuado es. Por lo tanto,
pensar las organizaciones desde una perspectiva orgánica
da muchas luces para estructurar las empresas de forma que puedan
afrontar exitosamente el desafío de sobrevivir en un
entorno donde el cambio sucede a la velocidad del vértigo,
porque el cambio es dominio de los
seres vivos y no de las máquinas.
De ahí que para ello haya que abrir la mente a
conceptos provenientes de campos distintos al del management
tradicional, como pueden ser la ecología, la
cibernética, o la teoría
de sistemas, entre
otros. A continuación expongo algunos conceptos para
entender mejor esta perspectiva del cambio, tocando temas como
los ecosistemas,
el equilibrio, la
retroalimentación, y la resistencia al
cambio, entre otros.
LAS
TRES LEYES DEL
CAMBIO
Una pregunta que surge cuando se habla de cambio es
¿por qué a veces es tan fácil cambiar y por
qué otras veces no? Desde mi punto de vista esta
diferencia radica en tener la actitud
correcta para cambiar, la cual depende de tres aspectos que llamo
"las tres leyes del cambio". Cuando estos aspectos confluyen, el
cambio se da con facilidad y fluye, si no, sucede todo lo
contrario. Las "tres leyes" son:
De ahí que el cambio verdadero y profundo sea
imposible de alcanzar por la vía de la
imposición. Esa es la razón por la cual cuando
el cambio se impone, la gente se opone. Evidentemente, es
posible imponer cambios, pero apenas desaparezca el factor de
poder que doblegó a quienes los aceptaron,
inmediatamente se regresará al estado
anterior de las cosas.- Deseo: para cambiar, es condición esencial
querer hacerlo, tener el firme deseo de que vamos a lograr el
resultado que nos hemos propuesto. El deseo es la chispa que
nos da el impulso para arrancar con fuerza y
mantener la
motivación durante el proceso de
cambio. - Valor: para cambiar hay que tener el valor de
creer en nosotros mismos y en que podemos lograr lo que nos
propongamos. El valor es el fuego interno que nos brinda la
fuerza para perseverar sin importar el esfuerzo que el cambio
requiera y para sobreponernos a los obstáculos que se
nos presenten por el camino. Para lograr los cambios no hay
campo para amilanarse frente a las dificultades, ni de
encogerse frente a los retos.
Obviamente, escudarse en la seguridad de
lo conocido es mucho más fácil que afrontar los
retos que impone cambiar. Muchas personas, por temor, prefieren
una estabilidad mediocre a un cambio que genere progreso. Estas
personas normalmente son las que se esconden detrás de
frases como:
- "Acá las cosas siempre se han hecho así
y han funcionado." - "¿Para qué cambiar si todo está
bien?" - "Cambiar es difícil y doloroso."
De esta manera evitan enfrentarse a sus propios miedos
y limitaciones, perdiendo la oportunidad de superarlos e ir
más allá.
- Acción: nada cambia si no se entra en acción. Actuar es lo único que
asegura que los cambios sucedan. Es muy fácil hablar
sobre cambio, pero es muy distinto llevarlo a cabo. Cambiar
implica entrar en acción, porque de otra manera el
cambio se convierte en una simple ilusión. Es importante
señalar que la acción empieza con la planeación, la cual asegura una mejor
gestión del proceso de cambio, reduciendo así
significativamente la posibilidad de fracasar en el
intento.
La acción es el combustible que aviva la llama
del valor, porque la motivación crece en la medida que vamos
alcanzando resultados que nos van acercando a nuestro
cometido.
Por lo tanto, la próxima vez que quiera realizar
un cambio, antes de emprenderlo, pregúntese si tiene la
chispa, el fuego interno y el combustible para lograr lo que se
propone.
Página siguiente |