Monografias.com > Uncategorized
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Caracterización de áreas marañoneras (página 3)




Enviado por leonel



Partes: 1, 2, 3

Partes: 1, , 3

 

3.2 Relación entre características del
suelo y la
vegetación

De manera general, para el área deforestada, se
puede observar bajos contenidos de los cationes del suelo,
materia
orgánica y pH;
también se registraron los porcentajes más bajos de
SST (Tabla 4). Algo muy diferente ocurrió en el
área conservada in situ. Las causas están
ligadas a los análisis que antes se han hecho a cerca del
comportamiento
de la biodiversidad,
básicamente de los recursos
fitogenéticos en ambas áreas de estudio. Es obvio,
que donde hay conservación in situ, existe
más vegetación de porte alto, medio y bajo. La
cantidad de biomasa que se incorpora al suelo de manera natural
es considerable; ya sean hojarascas, ramas secas, restos de podas
o de otras atenciones culturales incluyéndose la cosecha.
Una buena parte de la vegetación que habita en el
área conservada in situ está compuesta por
árboles
de marañón. El mismo según Cañizares
(1984) se comporta como una especie semicauducifolia; lo quiere
decir, que normalmente libera hojas al suelo, lo que
paulatinamente forma una capa de restos orgánicos o
mulch, la cual es enriquecida por otros cohabitantes
vegetales.

Tabla 4. Características químicas del
suelo en el área conservada in situ y en la
deforestada

Área de estudio

pH Kcl

pH H2O

Meq/100 g suelo

SST

(%)

MO (%)

P2O5

K2O

K+

Na+

Ca++

Mg++

Conser-vada

in situ

4.80

6.40

35.20 ±0.19

20.00

±0.11

0.75

±0.07

0.063

6.30

±0.06

2.22

±0.11

0.0503

3.1

±0.12

Deforestada

4.10

5.20

2.00

±0.15

9.00

±0.09

0.50

±0.01

0.063

5.88

±0.08

1.34

±0.15

0.0322

1.2

±0.07

SST: Sales solubles totales; MO: Materia
orgánica

T-Student: diferencia significativa entre las filas para
P2O5, K2O, K+,
Ca++, Mg++ y MO.

El área deforestada se encuentra sometida
violentamente al intemperismo; por ejemplo: el suelo se mantiene
casi descubierto o con una hierba escasa y deteriorada ?sobre
todo en periodo seco? que permite la incidencia directa del sol,
de modo que la poca materia orgánica que el mismo posee,
puede mineralizarse muy rápido y lixiviarse, acentuado por
el buen drenaje interno de este suelo. Por otra parte, la lluvia
lo golpea directamente, producto a
tener apenas protección vegetal; lo que unido al buen
drenaje externo, lo hace muy sensible a la erosión
hídrica y también a la eólica.

Es por ello que con frecuencia se observan "islas"
totalmente desprovistas de vegetación, debido a que aflora
el material de origen, en segmentos de dicha área que cada
vez crecen progresivamente. Entonces, el suelo expresa una
apariencia esquelética; prácticamente ha perdido
todos sus horizontes, y es una de las causas de que en su
pequeña capa arable que a veces no supera los 5 a 10 cm,
prácticamente no se desarrolle ninguna especie vegetal. De
ahí los resultados anteriormente expuestos a cerca de la
biodiversidad. Allí cada vez prevalecen más
especies típicas de regiones xerofíticas o
secas.

Sin embargo, a pesar de todas estas adversidades, el
marañón y algunas otras especies pueden convivir en
tales condiciones en caso de que se les preste atención (Aguilera, 2003a). A.
occidentale
prefiere suelos
empobrecidos, con pH ligeramente ácidos
(Duke, 1983) como lo muestra la Tabla
4. Precisamente, las áreas que aquí se
caracterizaron están sustentadas sobre un suelo
Fercialitico Pardo Rojizo, cuyas características
fundamentales son: estar propensos a la acidez y ser poco
profundos, entre otras (Ceiro, 1987). Cañizares (1984) da
a conocer que el anacardo puede vivir felizmente en condiciones
edafoclimáticas donde no sobreviviría
prácticamente ningún otro frutal. También
aclara, que solamente constituyen limitantes para dicha especie,
la presencia de pH alcalinos, encharcamientos y temperaturas
bajas sostenidas.

El resultado obtenido en el área conservada in
situ
era esperado, pues es la antítesis de lo
ocurrido en la otra área. Ya se relacionó con la
biodiversidad antes evaluada, lo cual ha servido de fuerte
evidencia para explicar mejor lo sucedido en cada una de las
áreas. La combinación de especies frutales
arbóreas y otras con portes herbáceos,
adicionalmente han podido contribuir a garantizar la
conservación del suelo. Como indicadores
pudieran citarse los 20 y hasta 40 cm de profundidad a la que se
encuentra el material de origen, un porcentaje de materia
orgánica ligeramente superior a tres, y la no presencia de
"islas" sin vegetación.

Otra característica que ha favorecido la
adaptación del marañón a suelos poco
profundos es la posibilidad de su sistema radical
de no crecer en profundidad, sino de hacerlo longitudinalmente,
lo que permite explorar más en busca de agua y
garantiza mayor anclaje de la planta (Duke, 1994). Con frecuencia
después de un fuerte viento, los árboles de este
frutal que se encuentran aislados, al estar desprotegidos, pueden
ser virados y hasta arrancados de raíz, cuestión
que se ha observado reiteradamente en Peralejo. En cambio, al
convivir en armonía en forma de bosque y con otras
especies, se garantiza un entrecruzamiento de raíces
procedentes de distintos individuos, lo que le confiere mayor
estabilidad, pero además actúa a manera de un
tejido que evita o le resta fuerza a
potenciales erosiones (Aguilera, 2005a).

Como ya se ha enunciado, la pérdida de
vegetación en el área deforestada se debió a
la tala con fines energéticos, en alguna medida; pero la
principal causa fue el desmonte del bosque con la finalidad de
dedicar dicha área ?y otra gran extensión que la
circunda? a la ganadería,
caracterizada por un sobrepastoreo intensivo e incontrolado. En
las condiciones del trópico es imprescindible mantener el
suelo protegido. Gómez (1990) señala que los suelos
cubiertos de especies vegetales contribuyen al mejoramiento de
las características físico-química-biológicas del mismo y de su
contenido de materia orgánica. Y aunque el relieve de la
zona donde se realizó el trabajo se
caracteriza por ser ligeramente ondulado, Galletti (1993) plantea
que el bosque contribuye principalmente a evitar la
erosión en laderas con pendiente pronunciada y a mejorar
sus características químicas.

Wiersum (1984) concluye que la cubierta del suelo es el
principal determinante de la erosión. Las tasas de esta
son bajas en los bosques naturales: 0.3 t/ha/año; en la
fase de descanso de cultivos migratorios: 0.2 t/ha/año; en
plantaciones donde se mantienen las malezas y la hojarasca: 0.6
t/ha/año. Las tasas de erosión en terrenos
cultivados (2.8 t/ha/año) son diez veces más altas
que en el bosque natural, y en plantaciones donde se ha eliminado
la maleza y hojarasca, la erosión es cien veces superior
que la del bosque natural (53 t/ha/año). Resultados
similares señalan Lezama et al (2002) al hacer un
estudio en las variables
edáficas del suelo en los bosques húmedos de
Venezuela,
donde registraron mayor contenido de nutrientes y de materia
orgánica que en los suelos de bosques de vida
seca.

3.4 Aspectos relevantes de la conservación
in situ de marañón

A pesar de no haberse tenido experimentos
diseñados para ?de alguna manera? medir los impactos de la
conservación in situ, si es necesario comentar
lecciones aprendidas originadas de la aplicación de
varias de las llamadas "tareas de oro". En
principio, se trata de un bosque "seminatural", compuesto
por plantas
silvestres y completamente desatendido; donde prevalece el
Anacardium occidentale como se refleja en la Tabla 1. Sin
embargo, en ese propio biotopo cohabitan otras 26 especies
vegetales. Probablemente sus interrelaciones, intercambios,
alelopatías y colaboraciones han estado
adaptándose y especificándose desde el mismo
momento en que el marañón comenzó a habitar
en esta región. Es por ello, que al comenzar a
transformarse, para bien o para mal, dicho ambiente, y
provocarse una marcada modificación en las mencionadas
relaciones, como resultado era de esperar comportamientos
distintos. Aunque no se pensó que ocurrirían en un
tiempo tan
breve, gracias a la observación pudieron detectarse, para ser
tomados en cuenta en las próximas etapas extensivas de
conservación in situ de A. occidentale en
este lugar.

Lecciones aprendidas:

  • Al liberarse los árboles de
    marañón de malezas, plantas invasoras y
    trepadoras, existió una respuesta inmediata vinculada a
    un mejor crecimiento, desarrollo y
    estado fisiológico de la planta; lo cual se
    visualizó por su color verde
    intenso, gran vigorosidad y poca afectación de plagas y
    enfermedades.
  • En los casos donde los árboles de
    marañón quedaron aislados, libre completamente de
    otras especies a su alrededor, se notó que aunque se
    cumplía lo antes mencionado, las plantas florecieron y
    fructificaron muy poco. Por tal razón, se tuvo que
    pensar en solamente eliminar las especies trepadoras e
    invasoras; así se logró incrementar el
    rendimiento individual de los árboles.
  • La liberación de especies que conviven con los
    árboles frutales en condiciones silvestres debe ser
    planificada. Es necesario realizar ensayos y
    estudios observacionales previos, que permitan tener un mayor
    conocimiento
    de las relaciones que se han establecido, pues en la medida que
    se desea lograr un impacto positivo, también pueden
    inducirse otros negativos.

En la mayoría de los países el
marañón vive en condiciones silvestres. Por
ejemplo, en América
Latina y el Caribe pueden citarse a México,
Venezuela, Guatemala,
Panamá
y República Dominicana, entre otros (Morton, 2003). No
obstante, en Brasil aparecen
plantaciones silvestres, pero también comerciales
(Lacroix, 2000). De cierto modo, en todos los lugares donde
habita el marañón existe alguna tradición de
su uso; sin embargo, muy poco se ha hecho en relación a su
conservación in situ.

Cuba es un caso muy particular, pues a pesar de las
condiciones ideales de suelo y clima para su
cultivo, ha existido una marcada marginación de esta
valiosísima especie. Es por ello que Aguilera et.
al
. (2003d) acudieron a la iniciativa local Fruticultua
Comunitaria Participativa, para tratar de frenar el deterioro del
marañón en uno de sus pocos refugios naturales que
existen en el país; el cual justamente fue donde se
realizó el presente trabajo. Tal
situación fue confirmada en los Encuentros de Leipzig
(DSE/ZEL, 2002) y Turín (Slow Food, 2004). En ambas citas,
se observó que nuestro país tiene una
situación desfavorable en torno al resto de
las naciones con clima tropical donde habita A.
occidentale.
Prácticamente, somos casi los
únicos que nos ocupamos de la conservación in
situ
de dicha especie; mientras hay países que la
tienen en abundancia en selvas y sabanas, y otros la convierten
en un importante rubro económico.

Por ejemplo, el National Research Centre for
Cashew
de la India se
fundó en 1986 para investigar exclusivamente al
marañón. Todos sus proyectos van
dirigidos al mejoramiento genético, la
estandarización de los sistemas
agrotécnicos, la agroindustrialización y la
transferencia de tecnologías a los productores que
permitan el incremento de los rendimientos bajo modelos de
producciones comerciales sostenibles (NRCC, 2001). Han obtenido o
mejorado unas 34 líneas híbridas y variedades que
les permiten llevar a cabo los mencionados propósitos.
Mientras tanto, en Cuba se dista
mucho de llegar a tales niveles de explotación del
anacardo. Solamente existen las formas ?Amarillo? y ?Rojo?
(Aguilera et. al., 2003b), y se aspira a convertirlo en un
nuevo renglón económico. Para ello, se
tendrán que transferir tecnologías e iniciar un
proceso de
selección y mejoramiento de dichos
genotipos rústicos; sin dejar de tener en cuenta, que
precisamente su rusticidad es lo que le permite sobrevivir con
adecuados rendimientos en condiciones edafoclimáticas
desfavorables, sobre todo de intensas y prolongadas
sequías. Se deben adoptar modelos como los usados en Viet
Nam, donde el marañón ha pasado a ser el segundo
renglón agrícola en importancia después del
arroz; con crecimiento del 40% durante el año 2003
(Granma, 2004).

3.5 Aviveramiento

No es posible planear un proceso de conservación
in situ de una especie, si no se tiene en cuenta la
sustitución de los árboles viejos o muy
dañados; o sencillamente, propiciar el sellaje de las
áreas bajo conservación. Aguilera et. al.
(2003d) indican que la mayoría de los
árboles de marañón en estas áreas
tienen entre 50 a 70 años, por lo que están
cercanos a su declive fisiológico, y aunque no mueran,
dejarían de florecer, fructificar y por tanto de perpetuar
la especie. Es por ello, que se deben plantar nuevos
árboles; pero adicionalmente, para que se enfoque el
trabajo hacia la perspectiva de convertir a dichas áreas
en productivas y aprovechar óptimamente sus capacidades.
Muy importante es que las semillas provinieron de plantas elites
del mismo bosque frutal; pues portan el material genético
que garantiza la adaptabilidad a tales condiciones
edafoclimáticas. También que el sustrato estuvo
compuesto por materiales
endógenos, lo cual contribuye notablemente a la mencionada
adaptabilidad.

Durante el aviveramiento de A. occidentale hay
que tomar medidas extremas con la humedad del sustrato (Foto
4) y con el tiempo de estancia de las plantas en el
vivero. Si permanecen en estas condiciones por más de 45
días se corre el riesgo de que las
raíces se dañen con la bolsa y el hacinamiento
durante el crecimiento y desarrollo. Entonces, al transcurrir la
primera semana después del transplante se comienzan a
notar daños progresivos en las plantas, los que inician
por marchites de las hojas jóvenes hasta dañar
total e irreversiblemente a toda la planta (Johnson,
1999).

Es escasa la información que se ha publicado, vinculada
a cómo debe realizarse el manejo de esta especie en
vivero; sin embargo, siempre resulta interesante saber
cómo pueden obtenerse plántulas en un tiempo breve
y lo más homogéneamente posible.

  1. La germinación ocurrió más
    rápidamente al imbibirse las semillas durante 48 y
    72 horas (Tabla 5). También se favoreció el
    PG y el resto de las variables de crecimiento y desarrollo
    evaluadas. En todos los casos fueron significativamente
    superior al resto de los tratamientos; excepto el PG,
    caracterizado porque todas las semillas germinaron en cada
    caso.

    Duarte y Hurtado (2001), Duarte et al.
    (1991) al experimentar con semillas de Manilkara
    zapota
    , Annona squamosa y Anacardium
    occidentale
    muestran que el IG y el PG de estos
    frutales fueron mejorados mediante la imbibición de
    las semillas durante 24 horas en agua. En el presente
    trabajo se nota, aunque no significativamente, que algunas
    variables responden mejor que el control
    al realizarse 24 horas de imbibición. En semillas
    del patrón níspero Criollo (Manilkara
    zapota (Van Royen) (Jacq) Gill) se
    alcanzó el máximo porcentaje de
    germinación a las 36 horas de remojo con 33,3 % de
    germinación Perozo (2003).

    Tabla 5. Influencia de distintos periodos de
    imbibición de las nueces en el inicio de la
    germinación (IG), porcentaje de germinación
    (PG), altura de la planta (AP) y número de pares de
    hojas (NH)

    Periodo de
    imbibición

    (horas)

    IG

    (días)

    PG

    (%)

    AP

    (cm)

    NH

    0

    17b

    100

    15.5b

    8.3b

    24

    15b

    100

    16.3b

    8.3b

    48

    10a

    100

    23.1a

    11.5a

    72

    10a

    100

    22.8a

    11.5a

    D.E.

    2.05

     

    1.93

    1.03

    Diferencia significativa entre las filas para
    p<0.05

    Preferiblemente debe usarse 48 horas de
    imbibición, pues se logró el mismo resultado
    que con 72 horas, pero si se escoge el antes mencionado, se
    adelantarían 24 horas para la siembra. Finalmente,
    todo esto repercute en que se disponga de plantas
    más rápidamente para ser llevadas a si sitio
    definitivo en el campo o en el bosque. Aguilera (2005a)
    considera que las mismas se pueden transplantar al estas
    alcanzar unos 20 cm de alto y de 10 a 12 hojas.

    Al imbibirse 48 horas, se podría reducir el
    periodo de transplante en alrededor de dos semanas, todo
    ello favorecería ahorro
    de agua, tiempo, gastos
    de salarios; así como la
    liberación de capacidad del vivero. Evaluaciones de
    germinación de otras seis especies frutales,
    según Domingo (2002), indican que ocurrió de
    23 a 26 días, después de 24 horas de
    imbibición, lo que resulta más tardío
    que lo alcanzado en este trabajo.

  2. Efecto de la imbibición de las
    nueces
  3. Influencia de las formas de
    marañón ?Rojo? y ?Amarillo?

En la Tabla 6 se aprecia que las formas de
marañón silvestre muestran un comportamiento
similar en relación a todas las variables respuestas. Es
prudente aclarar, que el término "forma" referido a los
genotipos de A. occidentale que se poseen en Cuba, se ha
establecido por Irondo (2001) para frutales y otras especies
silvestres o raras. La similitud de los resultados puede obedecer
a que han compartido estos hábitats desde periodos de
tiempo prolongado. Ambas son tan parecidas, que solamente es
posible diferenciarlas al estar en fructificación, pues
son delatadas por el color del falso fruto o pedúnculo
engrosado.

Tabla 6. Influencia de las formas genotípicas
del marañón silvestre en relación al
porcentaje de germinación (PG), altura de la planta
(AP), número de hojas (NH) y su color

Formas

PG

(%)

AP

(cm)

NH

Color

hojas

Rojo

100

22.8

11.2

V.I.

Amarillo

100

23.0

11.2

V.I.

V.I.: Verde intenso

La relevancia de este experimento es que dio a conocer
que el genotipo no constituirá una variable ajena que
influirá negativamente en el aviveramiento, ni
supuestamente en las plantaciones. Esto es muy favorable desde el
punto de vista agronómico; pero probablemente para una
perspectiva industrial, podrían existir notables
diferencias entre los contenidos de algunas sustancias o de sus
cantidades entre una y otra forma, lo cual, lógicamente,
habría que evaluarlo a través de indicadores
establecidos para tales fines. Sin embargo, a nivel de vivero, se
puede esperar obtener poblaciones homogéneas de plantas,
sin que influya si pertenecen a las formas ?Rojo? o "Amarillo".
Por otra parte, el color verde intenso de las hojas, puede
constituir una muestra de que el nivel nutricional que le
aportó el sustrato a las plantas, está acorde con
sus necesidades en la etapa de vivero.

  1. El proceso de transplante y las atenciones
    culturales llevadas a cabo, posterior al mismo, pueden
    considerarse de exitosas; pues durante los dos meses de
    monitoreo se registró un porcentaje de supervivencia
    (PS) del o superior al 95% (Fig. 3). Es imprescindible un
    buen manejo de las plantas en vivero y en el momento del
    transplante. Jonson (1999) y Aguilera (2005a) coinciden al
    afirmar que generalmente los PS del marañón
    procedentes de aviveramiento, pueden ser inferiores al 60%
    y que al dañarse levemente el sistema radicular
    durante el transplante, es suficiente para que las plantas
    inicien una marchites progresiva hasta morir
    definitivamente. También plantean que al realizarse
    una manipulación cuidadosa de todo el proceso, es
    posible elevar el PS.

    En el presente trabajo se extremaron medidas; por
    ejemplo: no se pasaron de tiempo las plantas en la etapa de
    vivero, el traslado y colocación en su lecho
    definitivo se hizo cuidadosamente, y se garantizó
    humedad adecuada sin encharcamientos. Tampoco debe perderse
    de vista, que el sustrato estuvo compuesto por una mezcla
    de materia orgánica con la primera capa de suelo del
    hueco donde se plantaron. Esto probablemente
    proporcionó mayor adaptabilidad del sistema radical
    al nuevo sustrato; el cual tampoco difirió mucho del
    que las plántulas se nutrieron y sustentaron durante
    la etapa de vivero.

  2. Supervivencia en el transplante
  3. Indicadores productivos en el área
    conservada in situ

Es lógico pensar que debe de existir alguna
respuesta productiva en un área donde se han hecho todas
las actividades investigativas y de manejo ?vinculadas a la
conservación in situ?, que hasta ahora se han
expuesto. Naturalmente, hacer valoraciones sobre áreas
marginadas y, además, sobre la base de una especie
amenazada que se trata de convertir en un renglón
económico local, no resulta nada fácil. Sin
embargo, a través de algunos indicadores productivos,
puede tenerse una percepción
del cambio que se ha provocado en dicha zona.

Mediante la plantación de nuevos árboles,
la densidad
poblacional de A. occidentale por unidad de superficie se
ha incrementado sostenidamente, hasta llegar a sobrepasar las 125
plantas/ha en el área experimental (Fig. 4), la cual es
considerada mínima para esta especie, pues la
máxima llega a ser de 400 plantas con un marco de
plantación de 5 x 5 m (Espinosa et. al.,
1998). Aunque existe una gran heterogeneidad en el
área bajo conservación in situ, se estima un
marco de plantación de alrededor de 8 x 10 m.

No existe una correspondencia entre la velocidad de
crecimiento del total de árboles, en relación al
número de árboles productivos. En el 2003 hay un
aumento más brusco, lo cual obedece a que al liberar una
gran cantidad de plantas de la afectación de especies
trepadoras e invasoras, los árboles lograron florecer y
fructificar. Durante ese periodo, prácticamente todas las
plantas de marañón fueron liberadas, es por ello
que este efecto no se hace notar tanto en el resto de los
años. Ya el ligero incremento en el 2005 se debe a que las
plantas que se fomentaron en los primeros años, comenzaron
a producir. Obviamente, dichas producciones son muy discretas,
pues en algunos casos es el despunte y en los otros es la segunda
cosecha. El marañón en las condiciones de Peralejo
puede comenzar a florecer y fructificar a partir de los dos
años de transplantado (Aguilera, 2005a). En zonas
productivas de la India (NRCC, 2001) y Brasil (Johnson,
1999) se han obtenido resultados similares; esto
ofrece una idea, de que las históricas sabanas de Peralejo
constituyen un escenario propicio para provocar un salto
cuantitativo y cualitativo en la
marañonicultura.

Otros elementos que indican una transformación de
área marginada en área manejada in situ, son
el crecimiento de nueces y de pedúnculos producidos (Fig.
5). En el caso de las nueces se han estimado rendimientos que
pueden llegar a 1.7 t/ha en la cosecha del año en curso,
la cual promete ser muy abundante; deducido a partir de unos 14
kg por árbol. Aguilera (2005a) da a conocer que en
países productores de marañón, plantaciones
de ocho años de edad, llegan a tener producciones de 3
t/ha de nueces. Esto es avalado por variedades seleccionadas y
mejoradas, con una alta cultura del
cultivo del marañón y con los insumos
mínimos necesarios para desarrollar dicha actividad. No
obstante, para trabajar en las condiciones de rusticidad donde se
hicieron estas evaluaciones en Peralejo, con formas silvestres de
A. occidentale y con escasa experiencia vinculada a la
explotación del mismo, puede considerarse aceptable el
potencial productivo de los árboles.

El pedúnculo engrosado o falso fruto, consiste en
lo que casi todos de manera equivocada, confunden con el fruto, e
incluso es lo que ha hecho reconocer al marañón
como "la fruta que tiene la semilla por fuera". Al igual que las
nueces, aumentó su producción de manera sostenida en el tiempo
(Fig. 5). Aunque existe una correspondencia inseparable entre la
producción de nueces y falsos frutos, siempre la masa de
pedúnculo será mayor; pues este es unas 10 veces
más pesado que las nueces. Esto depende del tamaño,
forma y contenido de jugo del mismo, en relación al
tamaño de la nuez y de las almendras que la componen
(Aguilera, 2005a).

A pesar de no ser cuantitativamente brusco el salto de
plantas productivas en los últimos años, como se
observa en la Fig. 4; si es notable el ascenso de nueces y
pedúnculos. Las razones están ligadas a que en la
medida que los mismos árboles se recuperan y son
atendidos, su capacidad productiva individual es mayor y, por
demás, la de todo el bosque frutal, sin olvidar, los
aportes que hacen las plantas que inician sus primeras
cosechas.

Como resultado de lo antes expuesto en torno a los
pedúnculos, se debe hacer referencia a la
producción de jugo a partir de estos. Lo cual consiste en
un indicador indirecto, pero visualiza una medida de
comportamiento productivo; y además, una de las formas en
que se le puede agregar valor a las
producciones de marañón. Existen muchas otras, que
los comunitarios realizan en la zona donde se llevan a cabo estas
acciones; las
mismas son descritas por Aguilera et. al. (2003d),
destacándose la elaboración de dulces, vinos,
refrescos, caramelos, polvos extensores, etc.

Sin embargo, resulta muy llamativa la experiencia de
obtener jugo, asistida de una manera muy artesanal, totalmente
endógena, pero que les ha valido extraer considerables
cantidades, con destino a la industria del
vino a gran escala, y para
elaborar sus producciones propias, con vistas al autoconsumo.
Aguilera et. al. (2003d) hacen referencia a entregas, en
el orden de los 4 000 litros, a la Fábrica de Bebidas y
Licores "Rey del Cauto" en el año 2002, lo que
generó una producción de 109 596 botellas de vino
con alta calidad, y gran
demanda en el
mercado en divisa
y en moneda nacional. En los últimos años la
mencionada Fábrica no ha producido este vino en
volúmenes, acorde con el posicionamiento
que ya logró en los clientes
nacionales e internacionales. No obstante, recientemente en La
Demajagua (2005) se reconoce que sus trabajadores defienden el
vino de marañón, lo promueven con verbo y corazón,
porque es su mayor exclusividad, o tal vez por ser un inigualable
afrodisíaco.

En la Fig. 6 se aprecia una ligera disminución de
jugo, sobre todo en la cosecha del año 2003. La
razón fundamental, se debió a la falta de clientes
que lo compraran. Posiblemente, causado por insuficiente gestión
de la comunidad, pero
además, constituye un síntoma de que aún se
necesita organizar mejor el proceso productivo. Desde luego, hay
que reconocer, que para el marañón constituir una
especie frutal amenazada en Cuba desde hace más de 24
años (Aguilera et. al., 2003a), lo que hasta ahora
se ha logrado, puede catalogarse de exitoso.

Dicha situación deberá revertirse en la
presente cosecha, pues el potencial de jugo que se podrá
producir está en el orden de los 5 000 a 6 000 litros.
Normalmente, entre 10 a 20 pedúnculos pueden rendir un
litro de jugo, lo cual depende de sus características
morfológicas y del contenido de líquido (Jonson,
1999; Aguilera, 2005a). Una buena iniciativa, ha sido que en cada
familia se
recepcionará una significativa cantidad de jugo, para
elaborar sus propios vinos. Tanto para la fabricación
doméstica de vinos como para la elaboración de
otros derivados del marañón, se han rescatado
recetas ancestrales y tradicionales, lo que unido a muchas
iniciativas más les ha valido a estos comunitarios ser
reconocidos por la Asociación Internacional Slow Food,
como la Comunidad de la Fruta Tropical (Slow Food,
2004).

4.
Conclusiones

  1. La iniciativa Fruticultura Comunitaria Participativa
    ha permitido que los comunitarios concienticen los impactos
    negativos de la deforestación de las áreas
    marañoneras de Peralejo, y se percaten de las ventajas
    ecológicas, productivas y económicas que
    garantiza la explotación de este frutal asistido por la
    conservación in situ.
  2. El área deforestada presenta una diversidad
    biológica muy inferior con relación a la que se
    conserva in situ; las mismas comparten pocas especies en
    común y se expresa baja similitud entre
    ambas.
  3. A pesar del área deforestada aún
    mantener condiciones donde el marañón pudiese
    crecer y desarrollarse, exhibe gran erosión del suelo y
    su fertilidad es muy inferior al área que se conserva
    in situ.
  4. Independientemente de que el marañón
    que habita en Peralejo es silvestre, a la hora de ser liberado
    de especies invasoras, no debe ser aislado de otras con las que
    manifiesta alelopatía positiva.
  5. Los viveros en el propio bosque frutal, constituyeron
    un elemento importante para garantizar al sellaje y
    sustitución de árboles en la conservación
    in situ.
  6. En la misma medida que se sistematizó la
    conservación in situ, como respuesta
    aumentó la capacidad productiva de los árboles,
    lo que se reflejó en el aprovechamiento por parte de los
    comunitarios, tanto en la extracción de jugo, como para
    la elaboración de otros productos
    alimenticios.
    • Dimensionar el impacto de la iniciativa local
      Fruticultura Comunitaria Participativa, hasta que se
      involucren todas las familias que habitan en la zona de
      Peralejo.
    • No emplear el aislamiento total del
      marañón al ser liberado de plantas invasoras
      y trepadoras.
    • Reforestar las áreas de Peralejo que
      poseen suelos y diversidad biológica erosionada, con
      marañón y otras especies frutales que toleren
      tales condiciones.
    • Imbibir las nueces de marañón en
      agua 48 horas antes de la siembra.
    • Divulgar los resultados obtenidos en el presente
      trabajo al MINAG, a la ANAP y al Gobierno.
    • Profundizar más en los estudios enfocados
      a incrementar los niveles productivos del
      marañón.

    6.
    Bibliografía

    Aguilera, N. (2000). Obtención in
    vitro
    de germoplasma de marañón
    (Anacardium occidentale L.) a partir de embriones
    zigóticos. Tesis en opción al título
    de Master en Biotecnología. Universidad de Oriente. Facultad de Ciencias
    Naturales y Matemáticas. Santiago de Cuba. 101
    pp.

    —————-; Rodríguez, N . N.,
    Borges, M y
    Guedes, L. (2001). Avances en la conservación in
    vitro
    de germoplasma de marañón
    (Anacardium occidentale L.). International
    Workshop on Plant Biotechnology. Short Reports
    . April
    6-20, 2001. Ciego de Avila, Cuba. p. 55.

    —————–; ——————; N., Guedes
    (2003a). Cultivo in vitro de embriones zigoticos de
    Anacardium occidentale L. Rev. Tecn. Higiene
    de los Alimentos
    . 345: 111-115.

    —————, ——————-,
    —————- (2003b). Factores que afectan al
    crecimiento y desarrollo in vitro de embriones
    zigóticos de Anacardium occidentale L.
    Rev. Tecn. Higiene de los Alimentos. 345:
    118-121.

    —————, —————-,
    ——————- (2003c). Conservacion in vitro
    de Anacardium occidentale L. Rev. Tecn. Higiene
    de los Alimentos
    . 345:123-129.

    ————— (2003d). Fruticultura
    Comunitaria Participativa: Una muestra de su primera
    experiencia. Rev. Agricultura Orgánica.
    2:28-30.

    ————— (2005a). Apuntes para libro:
    Frutales tropicales arbóreos amenazados en Cuba.
    (en elaboración).

    ————— (2005b). Aclimatización de
    Anacardium occidentale L. Monografias.com.
    http://www.monografias.com/trabajos16/aclimatizacion-maranion/aclimatizacion-maranion.shtml

    Alimentos del Bosque en Brasil (2004). Disponible
    en:
    http://canales.laverdad.es/canalagro/datos/frutas/frutos_secos/anacardo2.htm

    . Consultado: 26/11/03.

    Altieri, M. (1996). Agroecology: The Science of
    Sustainable Agriculture, Westview Press, ; Lori Ann Thrupp,
    New Partnerships in Sustainable Agriculture, World
    Resources Institute. Disponible en:
    http://www.ifpri.org/spanish/2020/briefs/br55sp.htm.
    Consultado: 16/5/05

    ————- (1997). El Agrosistema:
    determinantes, recursos y procesos. En: Agroecología y
    Agricultura Sustentable. CLADES-CEAS-IS-ISCAH (La Habana,
    Cuba). Pp 102-121. Enero de 1997.

    ————- (1998). El "estado del arte" de la
    agroecología y su contribución al desarrollo
    rural en América Latina. En
    Agroecología y Agricultura Sustentable.
    CLADES-CEAS-IS-ISCAH (La Habana, Cuba) p.p 60 – 77. Enero
    .

    Anderez, M.; Martínez, R. y A.
    Rodríguez (1984). Centro de recursos
    genéticos vegetales: Antecedentes, concepción
    y estructura. ACC-Sección
    Agrícola. La Habana, 31 pp.

    Apoyo a la conservación in situ.
    Corredores biológicos y conservación ex
    situ. Disponible en: :

    http://www.inbio.ac.cr/es/biod/estrategia/Paginas/esfuerzos_conserva
    .
    Consultado: 16 de Mayo de 2004.

    Appanah (1998). Management of Natural Forests.
    In S. Appanah, J.M. Turnbull, editors. AReview of
    Dipterocarps, Taxonomy, Ecology and Silviculture. CIFOR,
    Bogor, Indonesia. Pp. 133-149.

    Arita, H. T. y L. León (1993).
    Diversidad de mamíferos terrestres.
    Ciencias. Disponible en:
    http://www.planeta.com/ecotravel/mexico/ecologia/98/0598chiapas3.html.
    Consultado: 16/5/05.

    Ascenso, J.C y I.E. Duncan (1997). Cashew
    processing and marketing. International cashew y coconut
    conference. Dar es Sallaam. Portugal, 194 pp.

    Bibby, C.J. N.J. Collar, M.J. Crosby, et al.
    (1992). Putting Biodiversity on the Map: Priority Areas for
    Global Conservation (Consejo Internacional para la
    Preservación de las Aves,
    Cambridge, U.K). Disponible en:

    http://www.pepe-rodriguez.com/Ecologia_Consumo/Biodiversidad.htm.Consultado
    :
    16/5/05.

    Biodiversidad, terra incógnita .
    Disponible en:

    http://www.unesco.org/courier/2000_05/sp/doss12.htm

    . Consuultado: 16/5/05.

    Biodoversidad. Disponible en: http://www.secyt.gov.ar/Planplur4/ncambiocap2.htm.
    Consultado: 16/5/05.

    Canales, S. (1999).
    Ética y Ecología.
    Parte III: situación del mundo actual. UNAM.
    México. Disponible en: r43/trabajos14/labiodiversidad/labiodiversidad.shtm.
    Consultado: 16 /5/05.

    Cañizares, J. (1984). Las frutas
    anacardiáceas. Ed. Cient. Tecn. La Habana, 96
    pp.

    Ceiro, F. (1987). Características generales
    del agrupamiento de suelos fercialiticos. La Habana,
    63pp.

    Chandler, W.H. (1982). Frutales de hojas perenne.
    Ed. Pueblo y Educación. La Habana, 665
    pp.

    Chávez , F.; Mendoza  R. N.;
    López A. Y. Bor Arrechea S. (2002). Primer inventario de la biodiversidad
    entomológica relacionado a las asociaciones
    vegetales en la region semiarida del Nororiente de
    Venezuela. Dirección General de Investigación – Instituto de Investigaciones
    Agronómicas.

    CITMA (2000). Panorama ambiental de Cuba. Ed.
    Academia. La Habana, 121 pp.

    Constanza, L. (2003).Tesis de licenciatura:
    Cambios en la estructura florística de una comunidad
    alto-andina en respuesta a la presencia del cojín
    Azorella monantha. Revista Científica
    Técnica de Ecología y Medio Ambiente
    , Vol.
    18. Número 3. Septiembre ?Dixiembre.

    Costanza, R, R. d'Arge, R. de Groot, S. Farber, M.
    Grasso, B. Hannon, K. Limburg, S Naeem, R. O'Neill, J.
    Paruelo, R. Raskin, P. Sutton, M van den .Belt. (1997). The
    Value of the World's Ecosystem Services and Natural
    Capital.
    Nature 387:253-260.

    Das, S. Jha, T.B. y S. Jha (1999). Factors
    affecting in vitro development of embryonic axes of
    cashewnut. Scientia Horticulturae
    1381:1-10.

    Dhameja, S. K. (2000). Environmental engineering
    and management. S. K. Cataría and Sons Publishers.
    New Delhi, India. 3 pp. Disponible en:
    http://www.unep-wcmc.org/protected_areas/categories/esp/ex-v.pdf
    .
    Consultado: 15/5/05.

    Dirzo, R. (1990). La biodiversidad como

    crisis ecológica actual
    qué sabemos?
    Ciencias (No. especial) 4:48-55.
    r43. Disponible en: /trabajos14/labiodiversidad/labiodiversidad.shtml.
    Consultado: 16/5/05.

    Domingo, A. (2002). Caracterización
    autoecológica de seis especies de árboles
    usados por la etnia
    Paroa en la Amazonia Venezuela. Revista Forestal
    Venezonala
    . 46(2):34

    DSE/ZEL (2002). Course-Training: Plant Genetic
    Resources Agricultural and Forestry Conservation. Ed.
    DSE/ZEL. Leipzig-Germany. 60 pp.

    Duarte, O. y J. Hurtado (2001). Tratamientos para
    mejorar la producción sexual del chicozapote o
    zapotilla (Manilkara achras (L) Van Royen).
    Horticultura Mexicana 8:121

    Duke, A.J. (1983). Anacardium occidentale
    L. Handbook of Energy Crops. CRC Press. USA. 492
    pp.

    ————– (1994). Amazonian
    Ethnobotanical Dictionary
    , CRC Press. USA. 974
    pp.

    Ecología y biodiversidad en debate.
    (*) ¿Qué es y cómo se mide?.
    Disponible en:
    http://revistadelsur.org.uy/revista.047/Ecologia.html

    . Consultado: 16/5/05.

    Ecosistemas de los bosques. Disponible en:

    http://www.gobiernodecanarias.org/medioambiente/biodiversidad/ceplam/bancodatos/biota.html

    . Consultado el 16/5/05.

    El cultivo del Anacardo. Disponible en:
    http://www.nodo50.org/espanica/anacardo.html.
    Consultado: 5/11/03.

    Espinoza, R., Masís, A., Chavarría, F.,
    Guadamuz, A. y Pérez, D., (1999). Species Page de
    Anacardium occidentale (Anacardiaceae), 9 abril 2005.
    Species Home Pages, Area de Conservación Guanacaste,
    Costa Rica.
    Disponible en:http://www.acguanacaste.ac.cr
    . Consultado: 3/4/04.

    FAO (1987). Especies forestales productoras de
    frutos y otros alimentos.
    3. Ejemplos de América Latina. Estudios FAO.
    44/3:13- 16

    FAO. (1999). La situación de los bosques y
    selvas en el mundo. Roma,
    Italia.
    176 p. Disponible en:http://www.unep-wcmc.org/protected_areas/categories/esp/ex-v.pdf
    . Consultado: 15/5/05.

    Feijao, R.O. (1960). Elucidário
    fitopatológico. Inst. Bot. de Lisboa, 2V. Vol. 1.
    Artigo de Dibulgacao N° 8,
    427 pp.

    Flores, O. y P. Gerez (1994). Biodiversidad y
    conservación en México: vertebrados,
    vegetación y uso del
    suelo, UNAM-CONABIO, México. 439
    pp. r43. Disponible
    en:/trabajos14/labiodiversidad/labiodiversidad.shtm.
    Consultado: 16/5/05.

    FRANJA (1993). Programa
    índice de diversidad (divers.exe) y medidas de
    similitud (simil.exe). Disponible en:
    http//www.perso.wanadoo.es/Jp-L/descargas.html.

    Galletti, H. (1993) "La participación de
    grupos
    indígenas y no indígenas en actividades
    forestales y de conservación. Obstáculos y
    oportunidades de los ejidos y comunidades forestales de
    México", México. Disponible en:
    http://www.cdi.gob.mx/pnuma/c6_01.html.
    Consultado: 2/2/05.

    Gestión comunitaria de bosques y
    selvas: productos forestales maderables y no
    maderables
    . (1993). Disponible
    en:http://www.cdi.gob.mx/pnuma/c6_01.html. Consultado:
    12/2/05.

    Gómez, A. (1990). Las malesas nobles
    protegen la erosión . Avances Tecnicos e CENICAFE .
    Tomo II. No.151,125-128.

    Granma (2004). Viet Nam: Avance Sostenido.
    Periódico Granma. Jueves, 2 de
    septiembre del 2004, p. 4.

    Grela , I. A. (2003). Evaluación del estado sucesional de
    un bosque subtropical de quebradas en el norte de Uruguay.
    Disponible en:
    http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0102-33062003000200013

    . Consultado: 8/9/04.

    Halffter, G. y H. Ezcurra (1992). Qué es la
    biodiversidad. Disponible en:
    http://www.geocities.com/CollegePark/Classroom/7370/pagina5.htm

    . Consultado: 16/5/05.

    Halffter, G. (1992). La diversidad de
    Iberoamérica. Acta Zoológica Mexicana. Vol.
    Especial 1992., Inst. de Ecología,
    SEDESOL y CYTED. México. Disponible en:
    http://www.planeta.com/ecotravel/mexico/ecologia/98/0598chiapas3.html
    . Consultado: 16/5/05.

    Hannah, A. (1993). Human Disturbance and Natural
    Habitat: Biogeographic Province Analysis and References for
    a Global Data Set. Conservation International, Washington,
    DC. Disponible en: http://www.pepe-rodriguez.com/Ecologia_Consumo/Biodiversidad.htm.
    Consultado: 16/5/05.

    Hernández, D. (1994). Guia practica para
    viveros. Boletin divulgativo N0. 115. p. 2-3. disponible
    en:


    http://www.podernatural.com/Plantas_%20Medicinales/Plantas_M/p_maranon.htm

    Consultado: 18/11/03.

    Hernández, R. (2003). Metodología de la
    investigación. Ed. Felix Varela. La Habana. 475
    pp.

    Hubbel, S.; P. y R. B. Foster (1996). Commonnes
    and rarity in a neotropical forest> Implications
    tropical tree conservation. P. 205-231. In: Soule, M.E (ed)
    Conservation Biology: The Sciense of Scariety and
    diversity. Sinaver, Massa Chusetts.

    Impacto del manejo de bosques sobre la fauna
    silvestre: Disponible en:http://146.83.41.79/profesor/cestades/clase7.htm
    . Conbsultado: 16/5/05.

    Irondo, J.M. (2001): Conservación de
    germoplasma de especies raras y amenazadas. Inv. Agr.:
    Prod. Veg. 16(1):1-24.

    Jha, L. K. (1994). Advances in Agroforestry. APH
    Publishing Corporation. New Delhi, India. 670 p. Disponible
    en:
    http://www.unep-wcmc.org/protected_areas/categories/esp/ex-v.pdf
    . Consultado: 15/4/05.

    ————– (1996). Forestry for Rural
    Development. APH Publishing Corporation. New Delhi, India.
    283 p. Disponibleen:
    http://www.unep-wcmc.org/protected_areas/categories/esp/ex-v.pdf

    . Consultado: 15/4/05.

    Johnson, D. (1999). Cashew cultivation in Brazil.
    Agron. Mocamb. Lourenco Marques 7(3):119?129.

    Krishnamurthy, L., y M. Ávila (1999).
    Agroforesteria Básica. PNUMA-FAO. Red de
    Información Ambiental. México. 340 p.
    Disponible en:
    http://www.unep-wcmc.org/protected_areas/categories/esp/ex-v.pdf

    . Consultado: 15/5/05.

    La Demajagua (2005). Ignacio: Un reivindicador del
    vino. Periódico La Demajagua. Sábado, 21 de
    mayo del 2005, pp. 8.

    La forestería y el uso de la
    tierra. Disponible en: http://www.rcfa-cfan.org/spanish/s.landuse.htm
    . Consultado: 30/9/03.

    La proteccion de la biodiversidad. Disponible
    en:
    http://www.tropicoverde.org/Biodiversidad/Diabiodivers.htm

    . Consultado: 16/5/05.

    Lacroix, E. (2000). Les Anacardiers et les Noix de
    Cajou à Bassila, au Bénin.
    Ministère du Développement Rural du
    Bénin. LUSO-CONSULT & GTZ. Projet Forestier de
    Bassila, PRRF.

    Lanner, R.; M. (1996). Made for Each Other: A
    Symbiosis of Birds and Pines. Oxford University Press, New
    York. Gomez-Pompa, A., C. Vasquez-Yanes, S. Leon, H. y H.
    Alain (1953). Flora de Cuba. Vol. 3. La Habana, 499
    pp.

    Leon, H. y H. Alain (1953). Flora de Cuba. Vol. 3.
    La Habana, 499 pp.

    Lezama, T.; Bello, N.Ramirez, H. (2002). art:
    Productividad del bosque natural en varias
    zonas de vida de Venezuela y su relacion con algunas
    variables climaticas y edaficas. Revista
    Forestal Venezonala. # 46-2, Julio-Diciembre. p.
    73

    Magurran, A. 1988. Ecological diversity and its
    measurement. Princenton University, New Jersey. Disponible
    en:
    http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?pid=S0034-77441998000100005&script=sci_arttext&tlng=es

    . Consultado: 24/5/05.

    Magurran, A.; E. (1988). Ecological Diversity and
    its Measurement. P. 47

    Manuales & Tesis SEA. Disponible en:
    http://entomologia.rediris.es/aracnet/7/02MT/-
    . Consultado: 16/5/05.

    Moreno, Claudia E. Métodos para medir la biodiversidad.
    Disponible en: http://entomologia.rediris.es/sea/manytes/mt1.htm.
    Consultado: 16/5/05.

    Morton, J.; F. (2003). Fruits of warm climates.
    Cashew Apple
    . Miami, FL. p. 239?240.

    Moscovich F.; R. Martiarena; H. Keller; R.
    Fernandez; A. Borhen; M. I. Aguilar (2002). Indicadores de
    sustentabilidad: Componente vegetal. Disponible
    en:http://www.inta.gov.ar/montecarlo/info/documentos/forestales/indicadores.htm
    . Consultado: 4/5/05.

    Nowak, R. ; M. (1991). Walker?s mammals of the
    world. 5ª edition, John Hopkins University Press,
    Baltimore, USA. Disponible en:
    r43/trabajos14/labiodiversidad/labiodiversidad.shtm.
    Consultado el 16 de Mayo de 2005.

    NRCC (2001). Advances at National Research Center
    for Cashew (NRCC). Web page
    suggestions: Technical information officer, NRCC. June,
    2001. Dsisponible en: http://kar.nic.in/cashew/resprog.htn.
    Consultado el 3 de Marzo de 2004.

    Pearce, D.W. y Moran, M. (2001). The Value of
    Biological Diversity: a Handbook. Paris, OECD
    (forthcoming).

    —————— y ————– (2001).
    Valuing Environmental Benefits: Case Studies from the
    Developing World. Cheltenham, Edward Elgar.

    Peixoto, A.R. (1960). O caju. Servico de
    Informacao Agricola. GOP. Productos Rurais, 13. Río
    de Janeiro, 347 pp.

    Perozo, R.; Ramírez, M. y A. Rivero (2003) Tiempo
    de remojo y profundidad de siembra en semillas del
    patrón níspero Criollo (Manilkara
    zapota (Van Royen) (Jacq) Gill) Sapotaceae.
    Reviata de la Facultad de .Agronomia . Universidad del
    Zulis. (LUZ).
    2003, 20: 10-2

    Programas de Conservación. Disponible
    en:
    http://www.gobiernodecanarias.org/medioambiente/biodiversidad/cepla

    . Consultado: 16/5/05.

    Propiedades Medicinales del marañón
    (2004). Disponible en: http://amazonas.rds.org.co/libros/28/28000007.HTM#I8.
    Consultado: 18/1/03.

    Ramírez, J. y A. Castro (1993). Diversidad
    mastozoológica en México. Vol. Especial
    (XLIV). Rev. Soc. Mex. Hist. Nat. México. r43.
    Disponible en:
    /trabajos14/labiodiversidad/labiodiversidad.shtml.
    Consultado: 16/6/05.

    Retana, O., G.  C. Lorenzo (2002). Lista
    de los mamíferos terrestres de Chiapas:
    endemismo y estado de conservación. Acta Zool. Mex.
    (n.s) 85: 25-49. r43. Disponible en:
    /trabajos14/labiodiversidad/labiodiversidad.shtml.
    Consultado: 16/5/05.

    SCBD (2001). Report of the Ad Hoc Technical
    Expert Group on Forest Biological Diversity Note by the
    Executive Secretary. UNEP/CBD/SBSTTA/7/6,
    Secretariat.

    Slow Food (2004). Terra Madre: 1 200 World Food
    Communities. Ed. Slow Food. Turín-Italy. 514
    pp.

    Soberón, J., Escurra, E. y Larson, J
    (2005). Áreas protegidas y conservación in
    situ
    de la biodiversidad en México. Disponible
    en:
    http://www.ine.gob.mx/ueajei/publicaciones/gacetas/161/soberon.html?id_pub=161
    .
    Consultado:16/5/05.

    Somarriba, E. (1999). Diversidad Shannon.
    Agroforestería en las Américas 6 (23): 72-74.
    Disponible en:


    http://www.unep-wcmc.org/protected_areas/categories/esp/ex-v.pdf
    15/5/2005
    . Consultado:
    16/5/05.

    Staftsoft Inc. (2000). Statistics for Windows.
    Release 5.1. Tulsa ok USA.

     Terborgh, J. (1990). Seed and Fruit
    Dispersal ? Commentary. In K.S. Bawa, M. Hadley
    (eds.) Reproductive Ecology of Tropical Plants. UNESCO,
    Paris. Man & the Biosphere Series Vol. 7, Pp.
    181-190.

    Thormann, I.., Jarvis, D. Dearing, JA, Hodgkin T.
    (1999). Internationally avaible information sources for the
    development of in situ conservation strategies for
    wild species useful for food and agriculture. Plant Genetic
    Resources Newsletter 118:38?50. Disponible en:

    http://www.ipgri.cgiar.org/pgrnewsletter/article.asp?id_article=1&id_issue=137

    . Consultado: 16/5/05.

    Torres, M., y Ludwig., K. Franco, W. (1999.
    Impacto de la explotación selectiva sobre la
    diversidad de especies arbóreas en un bosque de las
    llanuras occidentales de Venezuela. Revista Forestal de
    Venezuela. # 43 (1), 1999. p. 45,46,47.

    Watson, R; Heywood, V.;Baste, I; Diaz, B; Gamez,
    R.; Janetos, T.; Reid, W y Ruark, G. (1995).
    Evaluación Mundial de la Biodiversidad. Resumen para
    los responsables de la formulación de Políticas. PNUMA. P. 9-10 .
    Disponible en:http://www.inbio.ac.cr/es/biod/bio_quebiod.htm
    . Consultado el 16 de Mayo de 2005.

    Wiersum, K. F. (1984). Surface Erosion under
    Various Tropical Agroforestry Systems. In
    C.L.O?Loughlin, A.J.Pearce (eds.) Proceedings, Symposium on
    Effects of Forest Land Use on Erosion and Slope Stability.
    International Union of Forestry Research Organization,
    Vienna, and East-West Centre, Hawaii. y semilla y proceso
    de germinación y emergencia del níspero
    (Manilkara achras (Miller) Forsberg)
    Proceedingsof the Interamerican Society for Tropical
    Horticulture 40: 188-194.

     

    Narciso Aguilera Marín

    Fulgencio Martínez Macia

    Asociación Cubana de Técnicos
    Agrícolas y Forestales (ACTAF)

    Investigador y Profesor

    Dirección Postal: Avellaneda 25,
    Jiguaní 87 300. Granma-Cuba

    Teléfono: 053-23-66 321, Fax:
    053-23-481938

  1. Recomendaciones

Partes: 1, 2, 3

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter