Variantes de concreción de modelos teóricos: estrategias, metodologías y programas de intervención educativa
Los modelos
pedagógicos son susceptibles de concretarse en la
práctica educativa mediante variantes disímiles.
Estas variantes son denominadas por H. Fuentes y
colaboradores como instrumentaciones (1).
El instrumento es la vía para acceder al objetivo de la
investigación y por la que opta el
investigador para concretar su modelo
teórico, para implementarlo o aplicarlo en su
práctica docente y formativa. Se traduce en propuestas e
inferencias conformadoras de una estrategia
didáctica o educativa, una metodología, un programa de
intervención educacional, un sistema de
procedimientos
o cualquier otra alternativa.
El término de estrategias
proviene del ámbito militar. Posteriormente se
extrapoló al ámbito empresarial y no hace pocas
décadas se introdujo en el educativo, en íntima
relación con los postulados de teóricos cognitivos
y constructivistas.
En el ámbito militar, una estrategia engloba una
concepción, un enfoque con un amplio alcance, una
visión a largo o a mediano plazo y con una determinada
organización lógica
o secuenciada. La táctica es la manera concreta e
inmediata de acometer dicha estrategia, se refiere a las operaciones a
emprender para dar cumplimiento a la estrategia
trazada.
Como expresa Regla Alicia Sierra, "La estrategia es una
manera concreta de expresar la modelación de las
relaciones del proceso
pedagógico" (2). A esto añadiríamos que la
misma afirmación resulta válida para referirnos a
la metodología, la propuesta metodológica (si es
que se desea emplear un término menos drástico que
el anterior), la alternativa didáctica/pedagógica, la
intervención educativa, el sistema de acciones o de
procedimientos pedagógicos y otros.
El término de estrategias alude al empleo
consciente, reflexivo y regulativo de acciones y procedimientos
(de dirección, educación, enseñanza o aprendizaje,
según el caso), en condiciones específicas. Estas
acciones y operaciones son esencialmente heurísticas
(más que algorítmicas) y esencialmente
interdisciplinares y sirven para resolver un problema o tarea, o
para dar respuesta a un objetivo.
Una estrategia no es algo rígido, es susceptible
de ser modificada, precisada, delimitada constantemente a partir
de los propios cambios que se vayan operando en el objeto de
transformación. Por tal razón resulta necesaria la
permanente valoración de sus resultados parciales y
globales, con el fin de establecer las adecuaciones y cambios
requeridos para lograr los impactos deseados. El propio carácter contextual de las estrategias
exige la identificación de condiciones y posibilidades,
así como el sistema de acciones que controle, de manera
permanente, el proceso; ello permite ajustes, rectificaciones a
lo primariamente concebido, pues toda estrategia es flexible a
los cambios del contexto que, como resultado de su propia
aplicación, se producen.
Las estrategias pueden tener lugar a diferentes niveles,
desde el macro (social o institucional), hasta el individual, que
es el más específico, incluido el mesonivel, que es
un gradiente intermedio.
La operatividad de las estrategias institucionales en
las instituciones
educativas está dada por la potencialidad de los
educadores para proyectar de una manera innovadora, las
múltiples variantes que van a permitir la
transformación, consolidación y desarrollo de
los sujetos de la educación sobre
los cuales ejercen su influencia, a través de la puesta en
práctica de las estrategias pedagógicas
pertinentes.
Regla Alicia Sierra define la estrategia
pedagógica como la "dirección pedagógica de
la transformación del estado real al
estado deseado del objeto a modificar que condiciona todo el
sistema de acciones entre el subsistema dirigente y el subsistema
dirigido para alcanzar los objetivos de
máximo nivel" (3).
Las estrategias pedagógicas pueden ser,
igualmente entendidas, como aquellas acciones que realiza el
profesor con
el propósito de facilitar la formación y el aprendizaje de
las disciplinas en los estudiantes. Para que no se reduzcan a
simples técnicas y
recetas deben apoyarse en una rica formación
teórica de los educadores, pues en la teoría
habita la creatividad
requerida para acompañar la complejidad del proceso de
enseñanza – aprendizaje.
Sólo cuando se posee una sólida
formación teórica, el docente puede orientar con
calidad la
enseñanza y el aprendizaje de las distintas disciplinas.
Cuando lo que mediatiza la relación entre el profesor y el
estudiante es un conjunto de técnicas, la educación
se empobrece y la enseñanza, se convierte en una simple
acción
instrumental, que sacrifica la singularidad del sujeto, es decir,
su historia personal se
excluye de la relación enseñanza – aprendizaje y,
entonces, deja de ser persona para
convertirse en un simple objeto del proceso.
En el contexto educativo se hace la distinción
entre estrategias de enseñanza y estrategias de
aprendizaje, aunque el proceso de enseñanza-aprendizaje es
único y un tipo de enseñanza y de educación
que no promueva aprendizaje y desarrollo, carece de sentido.
Ambos tipos de estrategias se encuentran involucradas en el
proceso educativo. En el primer caso el énfasis
está en el diseño,
programación, elaboración y
realización del contenido, utilizados por el docente, y en
el segundo se refiere a las acciones de los alumnos que se dan
durante el aprendizaje e influyen en la
motivación, asimilación, interpretación, retención y
transferencia de la información.
La investigación al respecto sugiere que las
estrategias de aprendizaje se relacionan con las formas como los
estudiantes aprenden cómo aprender. Por supuesto, tales
estrategias no constituyen las instrumentaciones propuestas por
los investigadores en sus trabajos, ya que las estrategias de
aprendizaje son propias de cada discente y no se pueden pautar
desde fuera.
Ahora bien, hablar de estrategias de enseñanza
implica no solo el
conocimiento de una estrategia determinada, sino su uso
eficaz, es decir, saber cuándo utilizar la estrategia,
cómo supervisar su empleo y cómo mediar la interacción compleja entre el que aprende,
el que enseña y lo que se enseña.
Con frecuencia se pueden encontrar ideas reduccionistas
que circunscriben el concepto de
estrategias de enseñanza-aprendizaje a un conjunto de
métodos de
enseñanza. Sin embargo, esto no es tan simple, pues aunque
en las estrategias de enseñanza-aprendizaje se contempla
la selección
y combinación de estos métodos, toda estrategia
incluye la selección y articulación práctica
de todos los componentes de este proceso. Así, se
interpreta como estrategias de enseñanza-aprendizaje a
secuencias integradas, más o menos extensas y complejas,
de acciones y procedimientos seleccionados y organizados, que
atendiendo a todos los componentes del proceso, persiguen
alcanzar los fines educativos propuestos.
Página siguiente |