"… El
conocimiento es la riqueza que no
se hereda y el único
artículo de viaje
cuando se
desencarna".
(Felas du Richard, 241,
1981)
Dice la leyenda que Egipto se
convirtió en un santuario del mundo, al ofrecer un
testimonio de sabiduría sacerdotal, el cual quedó
esculpido en la colosal esfinge Giseh, monumento éste, que
pasó a formar parte de la simbología
esotérica de ese pueblo y motivo de curiosidad para el
mundo occidental. De hecho, los misterios de la naturaleza en
su dualidad son la evidencia de una génesis humana
emergiendo de la naturaleza animal. "… Una cabeza de
hombre sale de
un cuerpo de toro con garras de león, y repliega sus alas
de águila a los costados. Es la Isis Terrestre, la
Naturaleza en la Unidad viviente de sus reinos".
(Schure, 1983:143) Macrocosmo, Microcosmo, hombre, toro,
león, águila, agua, tierra,
aire y fuego se
subsumen en Giseh, como bases de las profecías y las
ciencias
ocultas. En esta esfinge quedó plasmado uno de los
misterios del espíritu y de la verdad, cuyas claves
tendrán que ser descifradas por los sucesores de la raza
negra.
Como hijo legítimo de esta mezcla, emerge
HERMES RAFAEL THOH TRIMEGISTO, de quien se
dice fue formado e iniciado en los misterios de las doctrinas
sagradas etíopes, griegas y egipcias.
Ahora bien, ¿Quién es Hermes? Se
representa como un símbolo o figura mitológica,
cuyo nombre al igual que el de Buda, Jhesus ( Jesús), Rama
y otros avatares; se utilizó para designar a un
representante de una casta divina "semejante" a Dios. Se dice,
por otra parte, que Hermes fue un ser capaz de interpretar
fehacientemente la palabra o el mensaje de los dioses y,
así mismo, el encargado de mediar ante los dioses para
ofrecer testimonio acerca de la existencia de la divinidad.
Hermes en griego significa intérprete. "… la palabra
"Hermes", indica ya un misterio". (S. Raynaud, 1966:191). A
Hermes se le agregó el vocablo TRIMEGISTO ( tri: tres
veces) y Mega: (grande) Así, su nombre quiere significar,
tres veces sabio, tres veces grande. Otros autores le identifican
como un Maestro de Maestros. Por ejemplo, para Schure "… El
nombre de Hermes es un talismán que resume y un sonido
mágico que evoca". (1966:145) a la región
supraterrena de la iniciación celeste. Se dice,
además, que Hermes especie de divinidad, gran iniciador de
las clases sacerdotales en Egipto y por consiguiente, el
depositario de las tradiciones iniciáticas y ocultas de
esa civilización. A Hermes se lo compara con la divinidad
suprema, es decir, con Dios. También, se le asemeja al
planeta Mercurio que representa la sabiduría y el conocimiento
de todo aquello que es secreto.
Hermes nace en Egipto, rodeado de los conocimientos
místicos venidos de la India, Persia
y Etiopía. Dentro de su pueblo se le considera como un rey
y sacerdote, como un ser elegido de los dioses. En la
época de Hermes, Egipto se convirtió en el gran
centro de la sabiduría mística y se le considero la
madre del ocultismo.
Algunos autores señalan que Hermes, fue
contemporáneo de Abraham y llegó a ser el maestro
que lo instruyó e inició en los misterios de la
más alta Magia Sacerdotal. La obra de Hermes, cuyo legado
obtuvo por inspiración divina, era materia de
consulta obligada, para todo aspirante a adentrarse en los
misterios espirituales. A su formación se le atribuye la
evidencia de haber legado sus inventos
musicales; los ejercicios preliminares para la práctica
del Hata Yoga, principios de la
Aritmética, tratados de
medicina, a
través del arte sagrado de
la alquimia; el arte del manejo de los metales; la Lira
de tres cuerdas; las ceremonias de culto a Dios; estudios de
Astronomía; la escritura o
grabado y muchas otras habilidades.
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