- Los
orígenes del Derecho Notarial - Las
épocas del Notariado - El
notario en el Perú - Legislación
notarial actual - Conclusiones
- Bibliografía
En sus inicios el Notariado, fue una actividad puramente
empírica, pragmática luego, posteriormente
sistematizada y en los tiempos modernos formalizada, como una
labor que debe observar determinadas formas rigurosas, para la
celebración de los actos y contratos
jurídicos.
En un primer capítulo, pretendemos englobar de
una manera concreta los antecedentes históricos del
derecho notarial, que sentaron las bases para que surgiera esta
institución como actualmente la conocemos. Veremos que el
derecho notarial es adaptado de acuerdo a las necesidades
surgidas de la etapa histórica y al lugar en que
nacen.
Los notarios en la antigüedad no eran conocidos con
ese nombre, sino por el de escribas. La función
del notario tuvo gran relevancia principalmente en dos pueblos,
el hebreo y el egipcio; que era en donde se les conocía
con el nombre de escribas.
Esta función fue colocándose
paulatinamente dentro de las funciones de la
administración
pública de ese pueblo, lo cual es el antecedente
más remoto de las funciones notariales que conocemos
actualmente.
En el pueblo hebreo se conocieron varias clases de
escribas, de los que suele afirmarse que ejercían fe
pública, sin embargo, no la ejercían de propia
autoridad,
sino que esta dependía de la persona de quien
el escriba dependía. Tal parece que la razón
principal por la cual eran requeridos sus servicios era
por sus conocimientos caligráficos, por tal razón
no se considera al escriba hebreo como un verdadero
notario.
En estricto sentido, lo que daba eficacia a los
actos era el testimonio que realizaban los escribas.
Lo anterior nos hace ver que las funciones fundamentales
del escriba y el notario actual tienen gran parecido, ya que
ambos redactan actos jurídicos y les dan la notoriedad
oficial que la
organización en que viven les permite.
En el caso del pueblo egipcio, la función del
escriba era similar a la del pueblo hebreo; sin embargo, el
escriba egipcio además de saber leer y escribir se le
denominaba al consejero del Faraón, al sacerdote, al
magistrado, al funcionario y al doctor.
Cabe mencionar que entre los egipcios prevaleció
el registrador sobre el escriba, en cambio con los
hebreos, este último fue el que se impuso sobre el
primero. Con relación a los sacerdotes, los escribas
tenían un carácter semejante al del notario
profesional, el cual se encargaba de redactar correctamente los
contratos; pero estos se auxiliaban a su vez del magistrado, el
cual autenticaba los actos que realizaba el escriba sacerdote, lo
hacía a través de la imposición del sello
del magistrado, en virtud de lo cual el documento que era hasta
entonces privado, se le daba el carácter de
público.
Debido a que el papiro egipcio es lo más parecido
a nuestro papel; más aún que el ladrillo
babilónico o la tabla encerada romana, se considera como
el antecedente más antiguo de la forma de nuestros
documentos.
El escriba egipcio fue fundamentalmente un funcionario
burocrático indispensable en la organización en que la
administración se apoyaba en los textos
escritos.
En el derecho español,
mediante la legislación de las partidas, por iniciativa y
acción
de Alfonso El Sabio (1256 al 1268), se origina la
legislación notarial sistematizada jurídicamente,
hasta nuestros días.
Capítulo seguido trataremos de plasmar que a
pesar de no haber actividad económica en el Incanato si
tuvimos un notario o un escriba, que luego será mezclado
con el español en la conquista hasta el punto de
corromperlo y denigrarlo completamente, y que fue mejorando poco
a poco hasta nuestros días.
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