Desde los inicios del siglo XX nace el interés
por determinar la actitud y
carácter que los sujetos requerían
para realizar determinadas tareas. En un principio todos los
estudios estuvieron vinculados a la fisonomía humana,
asignando al entorno la capacidad de motivar a las
personas.
Luego se centran las investigaciones
en el contenido de los puestos, los resultados esperados y las
características personales de aquellos que tenían
un desempeño excelente.
Estos elementos se utilizaron para elaborar el perfil
profesional idóneo, que debía emplearse para
encontrar al aspirante perfecto.
La necesidad de modernizar y reformar el sistema de
formación y capacitación dado grandes cambios en la
economía
mundial provocan a mediados de los 80 un "boom" en el
concepto de
competencias
debido a la necesidad de adoptar modelos de
producción flexibles donde el individuo deba
ser capaz de incorporar y aportar, cada vez mas, sus capacidades
al proceso de
producción y de participar en la solución de los
problemas
relacionados con la productividad de
la
empresa.
En nuestros días existen múltiples
enfoques en torno a las
competencias
laborales, pero todas la aceptan como una capacidad efectiva
para llevar a cabo exitosamente una actividad determinada,
es por tanto una capacidad real y demostrada.
Muchos autores la designan con las siglas
CHAI
C: conocimiento
H: habilidades
A: actitudes
I: interés
La variedad conceptual justifica las definiciones de
competencias utilizadas con la que se identifican muchos expertos
y han dado lugar a tres enfoques fundamentales dados en el
estudio de las competencias.
En síntesis
los enfoques sostienen lo siguiente:
El primer modelo se
sostiene en la concepción de competencia
basada en conductas visibles, la competencia es concebida en
términos de comportamientos asociados con la
realización de las tareas.
Este modelo ignora los procesos de
grupos y la
complejidad del desempeño en el mundo real. Existe la
tendencia de ver el currículum de educación y
capacitación directamente relacionados con las conductas y
tareas específicas.
El segundo modelo se concentra en atributos generales
del profesional como la capacidad de pensamiento
crítico, que proporciona la base para atributos
transferibles o más específicos.
El tercer modelo ha sido llamado un enfoque
holístico en la medida que integra y relaciona atributos y
tareas, combina las dos concepciones anteriores. Se da gran
importancia a la capacidad del trabajador de aportar su
experiencia adquirida. Permite incorporar la ética y
los valores
como elementos del desempeño competente en interacción con los
conocimientos.
En el presente artículo aplicaremos el estudio de
las competencias laborales a la actividad de Riesgos en un
departamento de Crédito
en una entidad cualquiera denominada como ("X").
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